Wednesday, November 19, 2014

Darse por vencido a veces es signo de Sabiduría




Dentro de los patrones de creatividad siempre trataremos de buscar la mejor forma posible a nuestros problemas. De acuerdo a mitos urbanos y frases cliché “todo tiene solución menos la muerte”. Ahora también hay frases muy alentadoras las cuales nos enseñan a nunca rendirnos que lleguemos hasta el final de lo que nos propongamos que será algo bueno cuando lleguemos a la meta, pero otras veces no es que como habíamos esperado .

Advertencia: Este ensayo fue hecho bajo un día de tristeza tras una ruptura amorosa, si lees el texto léelo de forma armoniosa aplicando inteligencia racional.

Napoleón Hill en su libro “Piense y hágase rico” nos propone el término nunca darse por vencido que si seguimos algo bueno puede pasar en el camino. Como ejemplo se da el caso de un hombre que busca oro y no lo encuentra y se rinde para luego otro hombre a muy pocos metros de donde el otro hombre se había dado por vencido este mágicamente encuentra oro y obviamente se vuelve rico.

Mi caso personal no esta relacionado con el ámbito monetario sino más bien desde el punto de vista amoroso me hace cuestionar que paso con mi última relación amorosa, la cual iba por primera vez bien, al menos para mí.  Me había enamorado de alguien que me gustaba tanto físicamente como espiritualmente, pero lamentablemente este vez el destino me haría ver que las cosas muchas veces no son como yo las quiero en un juego en donde hay 2 jugadores ambos son responsables de cada movimiento. 

La primera jugada consistió en no hablarme en una semana, siento que era yo quien saludaba o era el que termina la oración. El primer golpe bajo fue pensar que me había eliminado de su vida, sin embargo seguía siendo su amigo electrónicamente bajo los medios de comunicación actual, ninguna novedad durante 7 días, hasta que finalmente dejo mi paranoia hacia un lado y decido preguntarse si sucede algo, a lo que tan solo me dice que está reflexionando sobre la vida nada personal hacia mí, creo quedar tranquilo.

Segunda jugada, consistiría en llamar para saludar,  me responde que no lo haga porque lo hará mañana y me llamara, aun insisto si lo puedo llamar para decirte tan solo “hola”, me responde que está bien, dentro de esa llamada de menos de 20 segundo me dice “hola, sabes estoy ocupado”, Creo entender que todos no tenemos buenos momentos en la vida. Debo ser paciente, así que para subirle el ánimo lo invito a comer helados un día viernes, me dice mejor que sea un sábado.  Bueno no creo tener problemas en salir un fin de semana. Espero su llamada todo el martes, miércoles, jueves y finalmente nuevamente vía electrónica le pregunto que ocurrió y me dice que no tiene saldo que mañana viernes me llamara para ponernos de acuerdo, de todas me pide disculpas. Como reflexión de esos días se vino a mente muchas preguntas y el hecho porque la gente cambia tanto y de un día para otro y porque no existe honestidad en decir lo que realmente pasa de esa forma uno no pierde su tiempo pensando en gente que carece de valores.

Tercera y última jugada. Bajo la promesa de llamarme el viernes para concretar la salida a comer helados, que además yo lo había invitado para subir el ánimo,  no llama. Finalmente termine rendido no creo soportar una cuarta jugada, porque no es honesto y me dice lo que realmente pasa.

Jugada de último de minuto, cuando ves que la vida se acorta de un momento a otro, creo entender lo que la vida me trata de enseñar algo. Uno puedo predisponer su tiempo y su vida como nosotros queremos pero tenemos una misión en la vida algo por el cual preocuparnos, o quizás no sea el nombre adecuado “preocuparnos” pero tenemos algo por el cual focalizar nuestra atención y tiempo.
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