Los psicólogos Peter J. Rentfrow y Samuel D. Gosling, de la Universidad de Texas han demostrado científicamente que las preferencias musicales de cada individuo definen su personalidad.
Hace unos años idearon el “Test Corto de las Preferencias Musicales”
(STOMP, por sus siglas inglesas) y sometieron a varios centenares de
jóvenes a sus preguntas.
Según se deduce de sus resultados, publicados en la revista Journal of Personality and Social Psychology, si usted es amante del blues o del jazz probablemente
será una persona lista, imaginativa, tolerante y liberal, además de
abierta a nuevas experiencias. Los consumidores de heavy metal
coinciden en su elevada inteligencia, pero son además especialmente
curiosos, atléticos y habituales “cabecillas” sociales. Extroversión,
locuacidad, energía y una elevada autoestima son los rasgos que
predominan entre los fans del hip-hop y el funky. Y quienes escuchan las canciones de la popular Madonna, o la banda sonora de Bailando con Lobos, suelen ser sujetos conservadores, adinerados, felices, agradables y, con frecuencia, emocionalmente inestables.