“Ninguna persona puede escalar más allá de las limitaciones de su carácter.” John Morley
En estos últimos tiempos hemos visto o escuchado muchos escándalos,
usted puede enumerar una lista de ellos y todos ellos tienen que ver con
la falta de carácter. Aun usted mismo que pasa por diversos problemas
en su matrimonio, en su familia o en su empresa, se debe a nuestro
carácter. Alguien dijo: “El Carácter es la suma total de todas mis
elecciones diarias”. Entonces puedo deducir que el carácter es una
elección.
Nosotros podemos pensar que Dios no nos escucha, que tiene hijos
predilectos, que otros son bendecidos y usted no, podemos pensar que los
demás tienen la culpa de lo que me está pasando y hasta pensamos que
nunca vamos a salir del aprieto. Y otros hasta pensamos que es el
diablillo que tiene sus manos metidas en el asunto y lo que casi nunca
podemos llegar a pensar es cuanta es mi responsabilidad, hace falta
carácter para admitir eso. Los problemas revelan nuestro carácter y
nuestro carácter revela quienes somos realmente y de que estamos hechos.
Helen Keller dijo: “el carácter no puede ser desarrollado con
facilidad y tranquilidad. Solo a través de la experiencia de la prueba y
el sufrimiento puede fortalecerse el alma, aclararse la visión,
inspirarse la ambición y lograrse el éxito.”
En el libro de Jueces 6:11-14 encontramos una historia muy
interesante de un hombre que tenía un gran problema con los madianitas y
el Ángel del Señor le dice: “El Señor está contigo guerrero valiente”.
Luego Gedeón hace la pregunta que muchos hacen: Pero, señor, si el
Señor está con nosotros, ¿cómo es que nos sucede todo esto?
De seguro usted alguna vez cuestionó a Dios y dijo: Señor, si tu
estas conmigo ¿Por qué me pasa esto? Si yo tengo fe ¿Por qué estoy en
esta situación?
Entienda que la fe no es para resolver los problemas en los cuales
nos metemos, la fe te lleva a confiar en Dios. Lo que ayuda a resolver
los problemas es nuestro carácter. A Dios le interesa más lo que somos,
que lo que hacemos. Dios no está interesado en nuestra comodidad, El
está interesado en nuestro carácter, en saber cuanto de Jesús hay en
nuestra vida. Cuando el ángel le dice a Gedeón “guerrero valiente” está
describiendo su carácter, no su fe. Abraham Lincoln dijo: El carácter es
como un árbol y la reputación su sombra. La sombra es lo que pensamos
de ella, el árbol es lo verdadero”.
Te invito a tener presente lo siguiente:
1. Los dones y los talentos se nos han dado, pero el carácter lo desarrollamos nosotros.
2. Con nuestro carácter ganamos la confianza de los demás.
3. Solo el buen carácter puede darte un éxito duradero con las personas.
4. El carácter fuerte es el que se domina a si mismo, y comunica credibilidad y consistencia.
5. Siembra carácter y cosecharas un destino.
2. Con nuestro carácter ganamos la confianza de los demás.
3. Solo el buen carácter puede darte un éxito duradero con las personas.
4. El carácter fuerte es el que se domina a si mismo, y comunica credibilidad y consistencia.
5. Siembra carácter y cosecharas un destino.
Probablemente usted ha leído la reflexión del Roble y la Hiedra.
“Un hombre edificó su casa. Y la embelleció con un jardín interno. En
el centro plantó un roble. Y el roble creció lentamente. Día a día
echaba raíces y fortalecía su tallo, para convertirlo en tronco, capaz
de resistir los vientos y las tormentas.
Junto a la pared de su casa plantó una hiedra y la hiedra comenzó a levantarse velozmente. Todos los días extendía sus tentáculos llenos de ventosas, y se iba alzando adherida a la pared.
Al cabo de un tiempo la hiedra caminaba sobre los tejados. El roble crecía silenciosa y lentamente.
— ¿Cómo estás, amigo roble?, preguntó una mañana la hiedra.
—Bien, mi amiga, contestó el roble.
—Eso dices porque nunca llegaste hasta esta altura —agregó la hiedra con mucha ironía—.Desde aquí se ve todo tan distinto. A veces me da pena verte siempre allá en el fondo del patio.
—No te burles, amiga —respondió muy humilde el roble—. Recuerda que lo importante no es crecer deprisa, sino con firmeza.
Entonces la hiedra lanzó una carcajada burlona.
Y el tiempo siguió su marcha. El roble creció con su ritmo firme y lento. Las paredes de la casa envejecieron.
Una fuerte tormenta sacudió con un ciclón la casa y su jardín. Fue una noche terrible. El roble se aferró con sus raíces para mantenerse erguido. La hiedra se aferró con sus ventosas al viejo muro para no ser derribada. La lucha fue dura y prolongada.
Al amanecer, el dueño de la casa recorrió su jardín, y vio que la hiedra había sido desprendida de la pared, y estaba enredada sobre sí misma, en el suelo, al pie del roble. Y el hombre arrancó la hiedra, y la quemó.
Mientras tanto el roble reflexionaba:
—Es mejor crecer sobre raíces propias y crear un tronco fuerte, que ganar altura con rapidez, colgados de la seguridad de otros.”
Junto a la pared de su casa plantó una hiedra y la hiedra comenzó a levantarse velozmente. Todos los días extendía sus tentáculos llenos de ventosas, y se iba alzando adherida a la pared.
Al cabo de un tiempo la hiedra caminaba sobre los tejados. El roble crecía silenciosa y lentamente.
— ¿Cómo estás, amigo roble?, preguntó una mañana la hiedra.
—Bien, mi amiga, contestó el roble.
—Eso dices porque nunca llegaste hasta esta altura —agregó la hiedra con mucha ironía—.Desde aquí se ve todo tan distinto. A veces me da pena verte siempre allá en el fondo del patio.
—No te burles, amiga —respondió muy humilde el roble—. Recuerda que lo importante no es crecer deprisa, sino con firmeza.
Entonces la hiedra lanzó una carcajada burlona.
Y el tiempo siguió su marcha. El roble creció con su ritmo firme y lento. Las paredes de la casa envejecieron.
Una fuerte tormenta sacudió con un ciclón la casa y su jardín. Fue una noche terrible. El roble se aferró con sus raíces para mantenerse erguido. La hiedra se aferró con sus ventosas al viejo muro para no ser derribada. La lucha fue dura y prolongada.
Al amanecer, el dueño de la casa recorrió su jardín, y vio que la hiedra había sido desprendida de la pared, y estaba enredada sobre sí misma, en el suelo, al pie del roble. Y el hombre arrancó la hiedra, y la quemó.
Mientras tanto el roble reflexionaba:
—Es mejor crecer sobre raíces propias y crear un tronco fuerte, que ganar altura con rapidez, colgados de la seguridad de otros.”
Es una tremenda lección que nos desafía a ser hombres y mujeres de
carácter, que cuando vengan esos momentos difíciles, oscuros podamos
nosotros permanecer firmes como el roble. Dios quiere ese carácter capaz
de decirle a la tentación: No tentaré al Señor mi Dios. Dios quiere ese
carácter capaz de decirle a los reinos de este mundo: Solo a Dios
adoraré y a El solo serviré. Que podamos tener esa capacidad para
esforzarnos y no desanimarnos. Que podamos ser determinantes con los
sueños que queremos lograr. Que podamos conocer nuestras limitaciones
pero también toda nuestra potencialidad.
La elección es tuya. Puedes pasarte el día esperando a que algo
suceda en tu vida o puedes cultivar o desarrollar tu carácter mediante
las promesas de Dios. Tú tienes la promesa de que Dios está contigo, es
tiempo de mostrar carácter y salir adelante en su matrimonio, en sus
finanzas y en todo lo que emprenda. Recuerda las palabras de David:
“Sean mi protección la integridad y la rectitud, porque en ti he puesto
mi esperanza.” Salmo 25:21
Hoy es el mejor día para comenzar a desarrollar un carácter ganador!
En amor y liderazgo,
Pedro Sifontes
Coach Cristiano
www.liderazgocreativo.com
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