Terapia de aversión y homosexualidad
El psicólogo Martin E.P. Seligman
realizó un polémico informe del uso de la terapia de aversión para
tratar de cambiar la orientación sexual de los varones homosexuales.7
En una serie de experimentos realizados en 1966 el proceso pareció
inicialmente funcionar, con un 50% de los hombres sometidos a la terapia
que dejaron de poner en práctica sus impulsos homosexuales. Estos
resultados llevaron a afirmar a Seligman calificar el estudio como un
éxito.7
Aunque el propio Seligman apuntó que las investigaciones posterior
demostraron que la mayoría de los hombres que habían sido sometidos a
terapia de aversión y habían dejado de practicar relaciones homosexuales
en realidad eran bisexual, y que entre los hombres exclusivamente homosexuales la terapia había sido mucho menos efectiva.8
La American Psychiatric Association (Asociación psiquiátrica americana) declaró que la terapia de aversión y otras terapias de conversión
usadas para modificar la orientación homosexual usada hasta entonces
son prácticas dañinas psicológicamente, no avaladas por estudios
científicos contrastados y no eficaces.9 Desde 2006 el uso de la terapia de aversión se considera una violación de los códigos de conducta profesional del la American Psychological Association y la American Psychiatric Association.
El uso de la terapia de aversión contra la homosexualidad es ilegal en
algunos países. Actualmente en América y Europa el estandar en
psicoterapia respecto a los problemas de aceptación de la homosexualidad
es la terapia de afirmación.10