Monday, March 21, 2011

LECCION 21ª Boda (II)


En la ceremonia religiosa hay que recordar las siguientes reglas:

El novio esperará a a la novia a la entrada del templo, pero los invitados deben estar ya dentro.

A la novia se le admite un retraso, que no debería superar los 15 minutos.

Hacia el altar van primero los pajes, luego la novia del brazo de su padrino (su padre, su hermano mayor o, a falta de ellos, el familiar más cercano: nada del jefe, por mucho que se quiera quedar bien con él). Después irá el novio del brazo de su madrina.

Mirando al altar, se situarán de izquierda a derecha:

La madrina del novio
La novia
El novio
El padrino de la novia

Los testigos del novio se colocan en los bancos a la derecha del altar y los de la novia a la izquierda. El número de testigos debe ser discreto (no más de 12).

Por su parte, los familiares del novio se colocan en los bancos de la derecha de la Iglesia (mirando hacia el altar), y los de la novia en los bancos de la izquierda.

A la salida del templo, nada de tirar arroz, serpentinas, caramelos u otros objetos contundentes.

Si la boda es civil, ella no debe vestir el tradicional traje de novia, sino que con ir convenientemente arreglada es suficiente.

En el banquete hay que tener en cuenta las siguientes indicaciones:

Antes del banquete se servirá un aperitivo que no debiera prolongarse más de media hora. Es la oportunidad para que los invitados se vayan conociendo.

Los familiares más cercanos del novio y de la novia deben tratar de presentar a los invitados que no se conocen y evitar que ninguno de ellos deambule como alma en pena.

A los invitados se les habrá asignado ya un lugar determinado en las mesas. Conviene sentar juntos a invitados que provienen de una y otra familia.

Cuando los novios cortan la tarta, los invitados se abstendrán de gritar "vivan los novios", "que se besen", "que saluden", "torero, torero", u otras lindezas parecidas.

En los postres los novios pasearán entre las mesas saludando a los invitados y dándoles las gracias por su presencia. Los invitados sonreirán y le dirán a la novia "que novia más guapa" (aunque no haya por donde cogerla) y a él, al oído, alguna barbaridad.

A título de curiosidad, y para que los recién casados no tengan que esperar 25 años para celebrar el primer aniversario de su boda, conviene recordar que hay otros aniversarios, quizás menos significativos, pero que pueden ser una buena excusa para darse un homenaje:

1 año: bodas de algodón
2 años: bodas de papel
3 años: bodas de cuero
5 años: bodas de seda
10 años: bodas de estaño
15 años: bodas de porcelana
20 años: bodas de cristal
25 años: bodas de plata
30 años: bodas de perlas
40 años: bodas de rubíes
50 años: bodas de oro
60 años: bodas de diamante

Sunday, March 20, 2011

LECCION 20ª Boda (I)


La boda es probablemente la ocasión más importante en la vida de una persona, especialmente para aquellas que piensan que uno se casa para toda la vida.

A su vez, la boda es uno de los acontecimientos más solemnes, que exige el seguimiento riguroso de todo un ritual:

Los preparativos de la boda comienzan con la petición de mano:

La petición de mano es el anuncio oficial del compromiso de los novios y tiene lugar cuando ya han decidido la fecha de la boda.

La petición se celebra con un tiempo prudencial antes de la boda (2 / 3 meses), como mucho hasta 1 año de anticipación (lo que sería ya una exageración).

Es la ocasión para que las familias del novio y de la novia se conozcan. Los padres de la novia invitan a almorzar o cenar a los padres del novio y a la familia mas cercana.
En la petición tan sólo los novios se intercambian regalos: lo tradicional es que él regale a ella un anillo y ella a él un reloj.

Si se rompe el compromiso lo correcto es devolver los regalos de la pedida, así como otros objetos personales íntimos, como cartas de amor, regalos de familia, etc.

Aunque sea él quien decida romper, lo correcto es dejar a ella que comunique la ruptura.

Las invitaciones de boda se deben enviar con unos dos meses de anticipación, en todo caso nunca con menos de un mes (y por supuesto nunca después de la boda):

En la invitación (de color blanco, crudo o beige) figurará a la izquierda el nombre de los padres de la novia y a la derecha el de los padres del novio.

Por supuesto, no se incluyen tarjetas con el nombre de los establecimientos donde se han abierto listas de boda.

En la invitación nada de corazones, ni las iniciales de los novios, ni, por supuesto, palomitas con una ramita de olivo en el pico.
Si se requiere contestación, se acompaña con la invitación un sobre pequeño con una tarjeta en la que el invitado especificará el numero de asistentes (las estrictamente invitadas y ni una más). El sobre irá con el sello correspondiente.

La lista de boda tiene que ser real, nada de lista ficticia con regalos estrambóticos (cenicero de cristal con forma de avestruz, 20.000 Euros.) y mucho menos abrir una cuenta corriente (la boda es un acontecimiento festivo y no una catástrofe natural que requiera ayuda humanitaria).

Por cierto, hay que regalar antes de la boda, nunca después. Los novios darán personalmente las gracias a la vuelta del viaje de boda con una tarjeta.

Friday, March 18, 2011

LECCION 18ª Sentados en la mesa: otras consideraciones

Veamos, antes de cerrar el capítulo del buen comportamiento en la mesa, varias consideraciones finales:

Hay que comer al mismo ritmo que el resto de comensales: ni muy rápido (no hay un premio para el que termine primero), ni muy lento (que hagamos esperar al resto de invitados).

Si el invitado necesita algo, se dirigirá a la anfitriona (nada de pedirlo directamente al servicio).

Cuando se come se hace con la boca cerrada y haciendo el menor ruido posible (no se puede montar un escándalo con el traqueteo de las mandíbulas).

En la comida no se fuma (de hecho, en la mesa no se ponen ceniceros hasta que se sirve el café).

Si ocurre una "catástrofe" en la comida (copas derramadas, platos rotos, etc.) el invitado se debe disculpar y hacer ademán de ayudar. Los anfitriones quitarán importancia a lo ocurrido y no permitirán que el invitado se ponga a recoger los destrozos (llamarán al servicio o ellos mismos lo harán personalmente).

No se debe mojar pan en la salsa: por muy rica que pueda estar trate de evitar esta tentación.

Se ha clavado una espina en la boca: que no cunda el pánico: se tapa la boca con una mano o con la servilleta y con la otra discretamente se saca la espina y se deposita en el plato (nada de enseñarla al resto de comensales como si fuera un trofeo de caza).

Nada de hurgar con un palillo en los dientes: el único calificativo que se le podría dar a esta costumbre es el de ESPANTOSA.

Thursday, March 17, 2011

LECCION 17ª Vino


Un buen vino es el complemento necesario de una buena comida, por tanto, no se puede escatimar a la hora de elegir el vino que se va a servir en la mesa.

La buena educación exige tener unos conocimientos mínimos de vino, aunque llegar a ser un experto es realmente complicado y muy pocos pueden presumir de serlo.

No obstante, hay que conocer al menos unas normas mínimas:

El vino será catado por el anfitrión, aunque éste puede ofrecer dicho honor a un invitado que sea entendido.

Catar el vino exige cierta ceremonia: mover la copa y elevarla para apreciar el color; acercarla a la nariz para disfrutar su aroma y beber un ligero sorbo para disfrutar su sabor.

El invitado que cata el vino sólo en casos extremos (cuando aquello sea puro vinagre) podrá hacer educadamente una observación al anfitrión, pero nada de escupir el vino, haciendo aspavientos y gritando ¡¡¡ nos han querido envenenar!!!!

El anfitrión es el encargado de servir el vino.

El vino se sirve con la mano derecha (algunas personas piensan que trae mala suerte hacerlo con la mano izquierda).

Si un camarero sirve el vino lo hará por la derecha del comensal (al contrario que la comida, que se sirve por la izquierda).

Cuando se sirve el vino no se apoya la botella sobre el borde de la copa (la botella podría estar algo sucia).

La copa se llena hasta la mitad aproximadamente (nunca hasta el borde como si fuera un vaso de agua). La mitad libre de la copa permitirá que se concentren los aromas y poder disfrutarlos con el olfato.

La botella se puede dejar en la mesa, aunque es mejor colocarla en una pequeña mesa auxiliar. Los vinos que se sirven frío se mantendrán en un recipiente con hielo, pero a la hora de servirlos nada de reliarlos en una servilleta blanca (hasta ahí podríamos llegar).

Antes y después de beber, hay que limpiarse los labios con la servilleta.

Cada comida exige un vino determinado que habrá que conocer. En todo caso, los vinos se sirven siguiendo un orden:

El blanco y el rosado se sirven antes que el tinto.

Los vinos hay que servirlos a determinadas temperaturas:

El blanco y el rosado se sirven fríos (unos 10º).

El jerez, la manzanilla, y el cava también fríos (5º / 10º).
El tinto a temperatura ambiente (unos 20º).

Si alguien no quiere beber vino (él se lo pierde), se le ofrecerá agua, pero nunca un refresco (sería una afrenta a la anfitriona que ha preparado un suculento banquete).

Wednesday, March 16, 2011

LECCION 16ª Conversación en la mesa


La mesa no es sólo un lugar para disfrutar de una exquisita gastronomía sino que es, y muy especialmente, un lugar de encuentro social donde la conversación juega un papel de primer orden.

En este sentido, en la mesa hay que respetar unas reglas básicas:

No se habla nunca con la boca llena (terminantemente prohibido).

Hay que participar en la conversación, sin tratar de monopolizarla.

El invitado debe permitir al anfitrión un cierto protagonismo.

Es importante saber participar en la conversación sin retrasarnos en la comida (que no nos tengan que esperar luego a que terminemos el plato).

Hay que conversar con los distintos comensales que nos rodean: no se puede uno limitar a hablar con uno de ellos ignorando al resto (por muy aburridos que nos resulten).

Hay temas "tabú" que se deben evitar. Entre otros:

Política
Fútbol
Religión
Sexo

No se debe prolongar una conversación en la que hay comensales que, por desconocimiento, no pueden participar.

La conversación debe ser variada, dando oportunidad a todos los invitados a participar.

El anfitrión debe jugar aquí un papel principal, proponiendo nuevos temas que tratar cuando la conversación vaya decayendo.

Si hay algún comensal poco participativo, el anfitrión debe proponer algún tema que de a este invitado la oportunidad de integrarse en la reunión.

La mesa no es un lugar para discutir, por lo que hay que evitar entablar disputas, siendo deber del anfitrión cortarlas del modo más educado posible.

Tampoco es la mesa el lugar para hablar del trabajo, dejando a muchos invitados totalmente fuera de juego.
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