La mente humana responde a estímulos por medio de los cuales puede ser «excitada» para alcanzar elevados grados de vibración, conocidos como entusiasmo, imaginación creativa, deseo intenso, etc. Los estímulos a los que la mente responde con mayor libertad son:
1. El deseo de expresión sexual.
2. Amor.
3. Un deseo ardiente de alcanzar fama, poder o ganancias
financieras, dinero.
4. Música.
5. Amistad entre personas del mismo sexo, o con las del sexo
opuesto.
6. Una alianza de «equipo de trabajo» basada en la armonía de dos
personas o más que se alían entre sí para el progreso espiritual o
temporal.
7. El sufrimiento mutuo, como el experimentado por personas que se
ven perseguidas.
8. Autosugestión.
9. Temor.
10. Narcóticos y alcohol.
El deseo de expresión sexual se encuentra a la cabeza de la lista de
estímulos, por ser el que con mayor efectividad «eleva» la mente e
inicia el giro de las «ruedas» de la acción física. Ocho de los
estímulos de esta lista son naturales y constructivos. Dos de ellos
son destructivos. Esta lista se ha presentado aquí con el propósito
de permitir que usted efectúe un estudio comparativo de las grandes
fuentes de la estimulación mental. A partir de ese estudio, verá con
facilidad que la emoción del sexo es, con mucha ventaja, el más
intenso y poderoso de todos los estímulos mentales.
Algún sabihondo ha dicho que un genio es un hombre que «lleva el
cabello largo, come con descuido, vive solo y sirve de objetivo para
quienes hacen los chistes». Una definición mucho mejor de un genio
es: «un hombre que ha descubierto cómo incrementar la intensidad de
pensamiento hasta el punto de poder comunicarse libremente con
fuentes de conocimiento no disponibles a través de la proporción
ordinaria del pensamiento».
Cualquier persona que piense querrá hacer más preguntas referentes a
esta definición de lo que es un genio.
La primera pregunta a plantear sería:
«¿Cómo puede uno comunicarse con las fuentes del conocimiento que no
estén disponibles a través del pensamiento ordinario?».
La siguiente pregunta sería:
«¿Hay fuentes de conocimiento conocidas
que sólo estén disponibles para los genios y, en tal caso, cuáles
son esas fuentes y cómo se las puede alcanzar exactamente?».
Aportaremos pruebas que usted podrá utilizar como evidencia, a
través de la experimentación propia, y al hacerlo así, también
contestaremos a esas dos preguntas.