Noel Clarasó
1905-1985. Escritor español.
El hombre y la mujer han nacido para amarse, pero no
para vivir juntos. Los amantes célebres de la historia vivieron siempre
separados.
Cuando se habla de estar enamorado como un loco se exagera; en general, se está enamorado como un tonto.
Muchos gritan y discuten hasta que el otro calla. Creen que le han convencido. Y se equivocan siempre.
Lanza primero tu corazón y tu caballo saltará el
obstáculo. Muchos desfallecen ante el obstáculo. Son los que no han
lanzado primero el corazón.
No importa que las mujeres nos fastidien; lo que no soportamos es que nos fastidie siempre la misma.
Un hombre de Estado es el que se pasa la mitad de su vida haciendo leyes, y la otra mitad ayudando a sus amigos a no cumplirlas.
Es un error creer que uno está rodeado de tontos, aunque sea verdad.
Las grandes ideas son aquellas de las que lo único que nos sorprende es que no se nos hayan ocurrido antes.
Todos los hombres tienen una mujer en el pensamiento; los casados, además, tienen otra en casa.
Hemos de saber anticiparnos a encontrar lo cómico que
haya en nosotros. Así podremos evitar que otros se burlen de nuestra
escasa perfección.
Ningún tonto se queja de serlo; no les debe ir tan mal.
Algo habrá de malo en la riqueza cuando a todo el mundo le da vergüenza confesar que la tiene.
El sol, el agua y el ejercicio conservan perfectamente la salud a las personas que gozan de una salud perfecta.
Ante una lista de candidatos se piensa que, felizmente, sólo puede ser elegido uno.
Los humoristas y los filósofos dicen muchas tonterías, pero los filósofos son más ingenuos y las dicen sin querer.
A veces más vale callar y pasar por tonto, que abrir la boca y demostrarlo.
El amor es el único deporte que no se interrumpe por falta de luz.
El amor es ciego, pero los vecinos no.
Odiar es un despilfarro del corazón, y el corazón es nuestro mayor tesoro.
Indudablemente la época más feliz del matrimonio es la
luna de miel; lo malo es que para repetirla, han de suceder cosas muy
desagradables.
El amor tiene dos momentos deliciosos: el primero y el último; lo malo es el tiempo que transcurre entre ellos.
Cita siempre los errores propios antes de referirte a los ajenos. Así nunca parecerá que presumes.
No pierdas tan bellas ocasiones de callar, como a diario te ofrecerá la vida.
El cuerpo, si se le trata bien, puede durar toda la vida.
La vida es un naufragio en el que, a última hora, sólo se salva el barco.
Morir por la patria es una gloria; pero son más útiles los que saben hacer morir por la patria a los soldados enemigos.
La cortesía es, ante todo, un buen negocio. Y que se ha de tener, sino en atención a los demás, por puro egoísmo.
Hay mucha gente que cuando ha de hacer algo, hace algo; aunque no sea exactamente lo que ha de hacer.