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Friday, July 29, 2011

Mahatma Gandhi (www.proverbia.net)


1869-1948. Político y pensador indio.

Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa.

Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio.

La violencia es el miedo a los ideales de los demás.

La voz interior me dice que siga combatiendo contra el mundo entero, aunque me encuentre solo. Me dice que no tema a este mundo sino que avance llevando en mí nada más que el temor a Dios.

Nadie puede hacer el bien en un espacio de su vida, mientras hace daño en otro. La vida es un todo indivisible.

Casi todo lo que realice será insignificante, pero es muy importante que lo haga.

No hay camino para la paz, la paz es el camino.

Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego.

No dejes que se muera el sol sin que hayan muerto tus rencores.

En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle.

Realmente soy un soñador práctico; mis sueños no son bagatelas en el aire. Lo que yo quiero es convertir mis sueños en realidad.

No se nos otorgará la libertad externa más que en la medida exacta en que hayamos sabido, en un momento determinado, desarrollar nuestra libertad interna.

Ganamos justicia más rápidamente si hacemos justicia a la parte contraria.

La verdadera educación consiste en obtener lo mejor de uno mismo. ¿Qué otro libro se puede estudiar mejor que el de la Humanidad?

Cuando todos te abandonan, Dios se queda contigo.

Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales.

Quisiera sufrir todas las humillaciones, todas las torturas, el ostracismo absoluto y hasta la muerte, para impedir la violencia.

No escuches a los amigos cuando el amigo interior dice: ¡Haz esto!

¿La civilización Occidental? Bueno, sería una excelente idea.

El capital no es un mal en sí mismo, el mal radica en su mal uso.

Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo.

Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él.

El hombre no posee el poder de crear vida. No posee tampoco, por consiguiente, el derecho a destruirla.

Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia.

Dicen que soy héroe, yo débil, tímido, casi insignificante, si siendo como soy hice lo que hice, imagínense lo que pueden hacer todos ustedes juntos.

Uno debe ser tan humilde como el polvo para poder descubrir la verdad.

Si la muerte no fuera el preludio a otra vida, la vida presente sería una burla cruel.

Ante las injusticias y adversidades de la vida... ¡calma!.

El verdadero progreso social no consiste en aumentar las necesidades, sino en reducirlas voluntariamente; pero para eso hace falta ser humildes.

No me gusta la palabra tolerancia, pero no encuentro otra mejor. El amor empuja a tener, hacia la fe de los demás, el mismo respeto que se tiene por la propia.

Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena.

La plegaria no es un entretenimiento ocioso para alguna anciana. Entendida y aplicada adecuadamente, es el instrumento más potente para la acción.

La muerte no es más que un sueño y un olvido.

La tristeza de la separación y de la muerte es el más grande de los engaños.

Todo lo que se come sin necesidad se roba al estómago de los pobres.

La verdad es totalmente interior. No hay que buscarla fuera de nosotros ni querer realizarla luchando con violencia con enemigos exteriores.

La causa de la libertad se convierte en una burla si el precio a pagar es la destrucción de quienes deberían disfrutar la libertad.

Dios no ha creado fronteras. Mi objetivo es la amistad con el mundo entero.

Lo mismo que un árbol tiene una sola raíz y múltiples ramas y hojas, también hay una sola religión verdadera y perfecta, pero diversificada en numerosas ramas, por intervención de los hombres.

Correrán ríos de sangre antes de que conquistemos nuestra libertad, pero esa sangre deberá ser la nuestra.
Entiendo por religión, no ya un conjunto de ritos y costumbres, sino lo que está en el origen de todas las religiones, poniéndonos cara a cara con el Creador.

La verdad jamás daña a una causa que es justa.

No debemos perder la fe en la humanidad que es como el océano: no se ensucia porque algunas de sus gotas estén sucias.

Aquellas personas que no están dispuestas a pequeñas reformas, no estarán nunca en las filas de los hombres que apuestan a cambios trascendentales.

Los medios violentos nos darán una libertad violenta.

El nacimiento y la muerte no son dos estados distintos, sino dos aspectos del mismo estado.

Nunca hay que pactar con el error, aun cuando aparezca sostenido por textos sagrados.

Para una persona no violenta, todo el mundo es su familia.

La plegaria es la primera y la última lección para aprender el noble y bravío arte de sacrificar el ser en los variados senderos de la vida.

Cuanto más la practico, con mayor claridad advierto lo lejos que estoy de la plena expresión de la no violencia en mi vida.

La tarea que enfrentan los devotos de la no violencia es muy difícil, pero ninguna dificultad puede abatir a los hombres que tienen fe en su misión.

La humanidad no puede liberarse de la violencia más que por medio de la no violencia.

Estoy comprometido con la verdad, no con la consistencia.

Los medios impuros desembocan en fines impuros.

Los grilletes de oro son mucho peor que los de hierro.

El conocimiento profundo de las religiones permite derribar las barreras que las separan.

Si no tenemos miedo de los hombres y buscamos sólo la verdad de Dios, estoy seguro de que todos podremos ser sus mensajeros. En lo que a mi respecta, creo sinceramente que respondo a estas dos condiciones.

El que retiene algo que no necesita es igual a un ladrón.

Imagino que sé lo que significa vivir y morir como no violento. Pero me falta demostrarlo mediante un acto perfecto.

Mi arma mayor es la plegaria muda.
Imperfecto como soy, comencé con hombres y mujeres imperfectos, por un océano sin rutas.

Noel Clarasó (www.proverbia.net)


Noel Clarasó

1905-1985. Escritor español.

El hombre y la mujer han nacido para amarse, pero no para vivir juntos. Los amantes célebres de la historia vivieron siempre separados.

Cuando se habla de estar enamorado como un loco se exagera; en general, se está enamorado como un tonto.

Muchos gritan y discuten hasta que el otro calla. Creen que le han convencido. Y se equivocan siempre.

El hombre se dedica a desear en voz alta aquello que jamás se esfuerza en alcanzar.

En cada amanecer hay un vivo poema de esperanza, y, al acostarnos, pensemos que amanecerá.

Lanza primero tu corazón y tu caballo saltará el obstáculo. Muchos desfallecen ante el obstáculo. Son los que no han lanzado primero el corazón.
No importa que las mujeres nos fastidien; lo que no soportamos es que nos fastidie siempre la misma.

Un hombre de Estado es el que se pasa la mitad de su vida haciendo leyes, y la otra mitad ayudando a sus amigos a no cumplirlas.
El mejor modo de resolver una dificultad es no tratar de soslayarla.

Es un error creer que uno está rodeado de tontos, aunque sea verdad.

Las grandes ideas son aquellas de las que lo único que nos sorprende es que no se nos hayan ocurrido antes.
Sólo un buen amigo es capaz de comprender que su presencia puede llegar a molestarnos.

Todos los hombres tienen una mujer en el pensamiento; los casados, además, tienen otra en casa.
Hemos de saber anticiparnos a encontrar lo cómico que haya en nosotros. Así podremos evitar que otros se burlen de nuestra escasa perfección.
Ningún tonto se queja de serlo; no les debe ir tan mal.
Algo habrá de malo en la riqueza cuando a todo el mundo le da vergüenza confesar que la tiene.
El sol, el agua y el ejercicio conservan perfectamente la salud a las personas que gozan de una salud perfecta.
Ante una lista de candidatos se piensa que, felizmente, sólo puede ser elegido uno.
Los humoristas y los filósofos dicen muchas tonterías, pero los filósofos son más ingenuos y las dicen sin querer.
A veces más vale callar y pasar por tonto, que abrir la boca y demostrarlo.
El amor es el único deporte que no se interrumpe por falta de luz.
El amor es ciego, pero los vecinos no.
Odiar es un despilfarro del corazón, y el corazón es nuestro mayor tesoro.

Indudablemente la época más feliz del matrimonio es la luna de miel; lo malo es que para repetirla, han de suceder cosas muy desagradables.
El amor tiene dos momentos deliciosos: el primero y el último; lo malo es el tiempo que transcurre entre ellos.
Cita siempre los errores propios antes de referirte a los ajenos. Así nunca parecerá que presumes.
No pierdas tan bellas ocasiones de callar, como a diario te ofrecerá la vida.
El cuerpo, si se le trata bien, puede durar toda la vida.
Viajar sólo sirve para amar más nuestro rincón natal.

La vida es un naufragio en el que, a última hora, sólo se salva el barco.

El único matrimonio que hace feliz al hombre es el de sus hijos.

Morir por la patria es una gloria; pero son más útiles los que saben hacer morir por la patria a los soldados enemigos.
La cortesía es, ante todo, un buen negocio. Y que se ha de tener, sino en atención a los demás, por puro egoísmo.
El reparto más equitativo que existe es el de la inteligencia: todo el mundo cree tener suficiente.

Hay mucha gente que cuando ha de hacer algo, hace algo; aunque no sea exactamente lo que ha de hacer.

Todo el mundo cuenta como ganó sus primeras cien pesetas; nadie cuenta como ganó su último millón.

 

Tuesday, January 25, 2011

William Shakespeare (www.proverbia.net)

1564-1616. Escritor británico.

Los amigos que tienes y cuya amistad ya has puesto a prueba / engánchalos a tu alma con ganchos de acero.

Duda que sean fuego las estrellas, duda que el sol se mueva, duda que la verdad sea mentira, pero no dudes jamás de que te amo.

Si no recuerdas la más ligera locura en que el amor te hizo caer, no has amado.

No temáis a la grandeza; algunos nacen grandes, algunos logran grandeza, a algunos la grandeza les es impuesta y a otros la grandeza les queda grande.

El sabio no se sienta para lamentarse, sino que se pone alegremente a su tarea de reparar el daño hecho.

El amor consuela como el resplandor del sol después de la lluvia.

Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras.

No tratéis de guiar al que pretende elegir por sí su propio camino.

¡Oh amor poderoso¡ Que a veces hace de una bestia un hombre, y otras, de un hombre una bestia.

En la amistad y en el amor se es más feliz con la ignorancia que con el saber.

De lo que tengo miedo es de tu miedo.

El amor, como ciego que es, impide a los amantes ver las divertidas tonterías que cometen.

El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos.

Las palabras están llenas de falsedad o de arte; la mirada es el lenguaje del corazón.

Un hombre que no se alimenta de sus sueños envejece pronto.

Somos del mismo material del que se tejen los sueños, nuestra pequeña vida está rodeada de sueños.

La mujer es un manjar digno de dioses, cuando no lo cocina el diablo.

No existe nada bueno ni malo; es el pensamiento humano el que lo hace aparecer así.

Me atreveré a todo lo que pueda hacer un hombre. Quien se atreva a más es insensato.

Ser honrado tal como anda el mundo, equivale a ser un hombre escogido entre diez mil.

Hay puñales en las sonrisas de los hombres; cuanto más cercanos son, más sangrientos.

El aprendizaje es un simple apéndice de nosotros mismos; dondequiera que estemos, está también nuestro aprendizaje.

Dueños de sus destinos son los hombres. La culpa, querido Bruto, no está en las estrellas, sino en nuestros vicios.

Excelente cosa es tener la fuerza de un gigante, pero usar de ella como un gigante es propio de un tirano.

Guarda a tu amigo bajo la llave de tu propia vida.

Yo juro que vale más ser de baja condición y codearse alegremente con gentes humildes, que no encontrarse muy encumbrado, con una resplandeciente pesadumbre y llevar una dorada tristeza.

Los cobardes mueren muchas veces antes de su verdadera muerte; los valientes prueban la muerte sólo una vez.

Tan imposible es avivar la lumbre con nieve, como apagar el fuego del amor con palabras.

Cualquiera puede dominar un sufrimiento, excepto el que lo siente.

Anunciad con cien lenguas el mensaje agradable; pero dejad que las malas noticias se revelen por sí solas.

Cuidado con la hoguera que enciendes contra tu enemigo; no sea que te chamusques a ti mismo.

Presta el oído a todos, y a pocos la voz. Oye las censuras de los demás; pero reserva tu propia opinión.

El amor de los jóvenes no esta en el corazón, sino en los ojos.

El amor es un loco tan leal, que en todo cuanto hagáis, sea lo que fuere, no halla mal alguno.

El hombre arruinado lee su condición en los ojos de los demás con tanta rapidez que él mismo siente su caída.

Es más fácil obtener lo que se desea con una sonrisa que con la punta de la espada.

Si todo el año fuese fiesta, divertirse sería más aburrido que trabajar.

Maestro, quisiera saber cómo viven los peces en el mar. Como los hombres en la tierra: los grandes se comen a los pequeños.

Ten más de lo que muestras; habla menos de lo que sabes.

Sea como fuere lo que pienses, creo que es mejor decirlo con buenas palabras.

En nuestros locos intentos, renunciamos a lo que somos por lo que esperamos ser.

Todos aman la vida, pero el hombre valiente y honrado aprecia más el honor.
Lloramos al nacer porque venimos a este inmenso escenario de dementes.

Procurando lo mejor estropeamos a menudo lo que está bien.

La vida es como un cuento relatado por un idiota; un cuento lleno de palabrería y frenesí, que no tiene ningún sentido.

Fragilidad tiene nombre de mujer

No ensucies la fuente donde has apagado tu sed.

No basta levantar al débil, hay que sostenerlo después.

Las improvisaciones son mejores cuando se las prepara.

El amor alivia como la luz del sol tras la lluvia.

La juventud, aun cuando nadie la combata, halla en sí misma su propio enemigo.

Fuertes razones, hacen fuertes acciones.

La brevedad es el alma del ingenio.

El aspecto exterior pregona muchas veces la condición interior del hombre.

El hombre cauto jamás deplora el mal presente; emplea el presente en prevenir las aflicciones futuras.

Prudente padre es el que conoce a su hijo.

Mi corona está en el corazón, no en mi cabeza.

A mayor talento, en la mujer, mayor indocilidad.

La conciencia es la voz del alma; las pasiones, la del cuerpo.

El pasado es un prólogo.

Las maldiciones no van nunca más allá de los labios que las profieren.

La lealtad tiene un corazón tranquilo.

Ocurra lo que ocurra, aún en el día más borrascoso las horas y el tiempo pasan.

El hombre a quien no conmueve el acorde de los sonidos armoniosos, es capaz de toda clase de traiciones, estratagemas y depravaciones.

Nosotros debemos nuestra vida a dios, por eso si se la pagamos hoy, no se la deberemos mañana.

La memoria es el centinela del cerebro.

Mis palabras suben volando, mis pensamientos se quedan aquí abajo; palabras sin pensamientos nunca llegan al cielo.

Quien se eleva demasiado cerca del sol con alas de oro las funde.

Si dos cabalgan en un caballo, uno debe ir detrás.

Ligerezas como el aire son para el celoso fuertes confirmaciones, como un testimonio de las Sagradas Escrituras.

Los viejos desconfían de la juventud porque han sido jóvenes.

Es amor bien pobre el que puede evaluarse.

El cansancio ronca sobre los guijarros; en tanto que la pereza halla dura la almohada de pluma.

Sería muy poco feliz si pudiera decir hasta qué punto lo soy.

La mente del hombre es de mármol; la de la mujer de cera.

Las valiosas presas convierten en ladrones a los hombres honrados.

Si el dinero va delante, todos los caminos se abren.

Los actos contra la naturaleza engendran disturbios contra la naturaleza.

El traje denota muchas veces al hombre.

El que gusta de ser adulado es digno del adulador.

No hay quien sea enteramente inaccesible a la adulación, porque el hombre mismo que manifieste aborrecerla, en alabándole de esto es adulado con placer suyo.

Hasta en la muerte de un pajarillo interviene una providencia irresistible.

Malgasté mi tiempo, ahora el tiempo me malgasta a mí.

El desdichado no tiene otra medicina que la esperanza.

Nada envalentona tanto al pecador como el perdón.

Nuestras dudas son traidores que muchas veces nos hacen perder el bien que podríamos ganar si no temiéramos buscarlo.

Cuando llega la desgracia, nunca viene sola, sino a batallones.

El que muere paga todas sus deudas.

Jamás viene la fortuna a manos llenas, ni concede una gracia que no haga expirar con un revés.

La fortuna llega en algunos barcos que no son guiados.

No hay nada tan común como el deseo de ser elogiado.

En un minuto hay muchos días.

La sangre joven no obedece un viejo mandato.

Asume una virtud si no la tienes

Hasta la propia virtud se convierte en vicio cuando es mal aplicada.

Nadie admira la celeridad, como no sea el negligente.

Las medidas templadas, que equivalen a remedios prudentes, son hartamente nocivas cuando el mal es violento.

Immanuel Kant (www.proverbia.net)


1724-1804. Filosofo alemán.

El sabio puede cambiar de opinión. El necio, nunca.

En las tinieblas la imaginación trabaja más activamente que en plena luz.

El hombre es celoso si ama; la mujer también, aunque no ame.

La paciencia es la fortaleza del débil y la impaciencia, la debilidad del fuerte.

Dormía y soñaba que la vida era bella; desperté y advertí que la vida era deber.

El derecho es el conjunto de condiciones que permiten a la libertad de cada uno acomodarse a la libertad de todos.

La felicidad no es un ideal de la razón, sino de la imaginación.

Con las piedras que con duro intento los críticos te lanzan, bien puedes erigirte un monumento.

La libertad es aquella facultad que aumenta la utilidad de todas las demás facultades.

No se puede aprender filosofía, tan sólo se puede aprender a filosofar.

Tan solo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él.

La educación es el desarrollo en el hombre de toda la perfección de que su naturaleza es capaz.

Cuando podía haber tomado esposa, no pude soportar a ninguna; y cuando pude soportar a alguna, ya no necesitaba a ninguna.

Pensamientos sin contenidos son vacíos; intuiciones sin conceptos son ciegas.

Dos cosas llenan el animo de admiración y respeto, siempre nuevos y crecientes, cuanto con mas frecuencia y aplicación se ocupa de ellas la reflexión: el cielo estrellado sobre mi y la ley moral en mi.

El sueño es un arte poético involuntario.

Ser es hacer.

Todo nuestro conocimiento arranca del sentido, pasa al entendimiento y termina en la razón.

La conciencia es un instinto que nos lleva a juzgarnos a la luz de las leyes morales.

Obra siempre de modo que tu conducta pudiera servir de principio a una legislación universal.

La religión es el conocimiento de todos nuestros deberes como mandamientos divinos.

Sólo hay una religión verdadera, pero pueden haber muchas especies de fe.

Las cualidades sublimes infunden respeto; las bellas amor.

La democracia constituye necesariamente un despotismo, por cuanto establece un poder ejecutivo contrario a la voluntad general. Siendo posible que todos decidan contra uno cuya opinión pueda diferir, la voluntad de todos no es por tanto la de todos, lo cual es contradictorio y opuesto a la libertad.

El Estado, al igual que el suelo sobre el que se halla situado, no es un patrimonio. Consiste en una sociedad de hombres sobre los cuales únicamente el Estado tiene derecho a mandar y disponer. Es un tronco que tiene sus propias raíces.

Saturday, January 22, 2011

Miguel de Unamuno (www.proverbia.net)


1864-1936. Filósofo y escritor español.

Besos que vienen riendo, luego llorando se van, y en ellos se va la vida, que nunca más volverá.

Se viaja no para buscar el destino sino para huir de donde se parte.

Todo acto de bondad es una demostración de poderío.

La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual.

A veces, el silencio es la peor mentira.

Cuanto menos se lee, más daño hace lo que se lee.

Antes hay que desconfiar del que busca razones por las que nos beneficia, que del que nos beneficia sin buscar razones.

El cielo de la fama no es muy grande, y cuántos más en él entren a menos tocan cada uno de ellos.

Hay que sentir el pensamiento y pensar el sentimiento.

El modo de dar una vez en el clavo es dar cien veces en la herradura.

Lo sabe todo, absolutamente todo. Figúrense lo tonto que será.

Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado.

Tu desconfianza me inquieta y tu silencio me ofende.

Contra los valores afectivos no valen razones, porque las razones no son nada más que razones, es decir, ni siquiera verdad.

Cuando se muere alguien que nos sueña, se muere una parte de nosotros.

Ahora empiezo a meditar lo que he pensado, y a verle el fondo y el alma, y por eso ahora amo más la soledad, pero aún poco.

¿Racionalizar la fe?. Quise hacerme dueño y no esclavo de ella, y así llegué a la esclavitud en vez de legar a la libertad en Cristo.

La opinión de toda una multitud es siempre más creíble que la de una minoría.

Hay gentes tan llenas de sentido común, que no les queda el más pequeño rincón para el sentido propio.

Es detestable esa avaricia espiritual que tienen los que sabiendo algo, no procuran la transmisión de esos conocimientos.

Una de las ventajas de no ser feliz es que se puede desear la felicidad.

Los satisfechos, los felices, no aman; se duermen en la costumbre.

La locura, la verdadera locura, nos está haciendo mucha falta, a ver si nos cura de esta peste del sentido común que nos tiene a cada uno ahogado el propio.

El que quiere todo lo que sucede, consigue que suceda cuanto quiere. ¡Omnipotencia humana por resignación!. A esta resignación sólo por la gracia se llega.

Quiero vivir y morir en el ejército de los humildes, uniendo mis oraciones a las suyas, con la santa libertad del obediente.

La filosofía responde a la necesidad de hacernos una concepción unitaria y total del mundo y de la vida.

Llamo rumiantes a los hombres que se pasan rumiando la miseria humana, preocupados de no caer en tal o cual abismo.

La felicidad no es cosa fácilmente digerible; es, más bien, muy indigesta.

Existe gente que está tan llena de sentido común que no le queda el más pequeño rincón para el sentido propio.

A un pueblo no se le convence sino de aquello de que quiere convencerse.

Pedimos milagros, como si no fuese el milagro más evidente el que los pidamos.

La vida no es sueño. El más vigoroso tacto espiritual es la necesidad de persistencia en una forma u otra. El anhelo de extenderse en tiempo y en espacio.

Obra de modo que merezcas a tu propio juicio y a juicio de los demás la eternidad, que te hagas insustituible, que no merezcas morir.

El amor compadece, y compadece más cuanto más ama.

A menos pensamiento, pensamiento más tiránico y absorbente.

Es debil porque no ha dudado bastante y ha querido llegar a conclusiones.

El escritor sólo puede interesar a la humanidad cuando en sus obras se interesa por la humanidad.

La verdadera ciencia enseña, por encima de todo, a dudar y a ser ignorante.

El progreso consiste en renovarse.



Friedrich Nietzsche (www.proverbia.net)


1844-1900. Friedrich Wilhelm Nietzsche. Filosofo alemán.

Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti.

El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo.

Los monos son demasiado buenos para que el hombre pueda descender de ellos.

El destino de los hombres está hecho de momentos felices, toda la vida los tiene, pero no de épocas felices.

La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre.

Todo lo que se hace por amor, se hace más allá del bien y del mal.

Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los "cómos".

Sin música la vida sería un error.

La palabra más soez y la carta más grosera son mejores, son más educadas que el silencio.

Los que más han amado al hombre le han hecho siempre el máximo daño. Han exigido de él lo imposible, como todos los amantes.

Ser independiente es cosa de una pequeña minoría, es el privilegio de los fuertes.

Tener fe significa no querer saber la verdad.

No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu vida, no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada.

El amor y el odio no son ciegos, sino que están cegados por el fuego que llevan dentro.

En el amor siempre hay algo de locura, mas en la locura siempre hay algo de razón.

La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano.

¿Es el hombre sólo un fallo de Dios, o Dios sólo un fallo del hombre?.

Solamente aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado.

El hombre, en su orgullo, creó a Dios a su imagen y semejanza.

La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño.

Todo el que disfruta cree que lo que importa del árbol es el fruto, cuando en realidad es la semilla. He aquí la diferencia entre los que creen y los que disfrutan.

Yo necesito compañeros, pero compañeros vivos; no muertos y cadáveres que tenga que llevar a cuestas por donde vaya.

Para llegar a ser sabio, es preciso querer experimentar ciertas vivencias, es decir, meterse en sus fauces. Eso es, ciertamente, muy peligroso; más de un sabio ha sido devorado al hacerlo.

La potencia intelectual de un hombre se mide por la dosis de humor que es capaz de utilizar.

Creo que los animales ven en el hombre un ser igual a ellos que ha perdido de forma extraordinariamente peligrosa el sano intelecto animal, es decir, que ven en él al animal irracional, al animal que ríe, al animal que llora, al animal infeliz.

En la venganza, como en el amor, la mujer es más bárbara que el hombre.

La verdad es que amamos la vida, no porque estemos acostumbrados a ella, sino porque estamos acostumbrados al amor.

Las convicciones son más peligrosos enemigos de la verdad que las mentiras.

La mujer perfecta es un tipo humano superior al varón perfecto, pero también es un ejemplar mucho más raro.

El matrimonio acaba muchas locuras cortas con una larga estupidez.

La esperanza es un estimulante vital muy superior a la suerte.

El sexo es una trampa de la naturaleza para no extinguirse.

No se odia mientras se menosprecia. No se odia más que al igual o al superior.

Lo que hacemos no es nunca comprendido, y siempre es acogido sólo por los elogios o por la crítica.

Todos los pozos profundos viven con lentitud sus experiencias: tienen que esperar largo tiempo hasta saber qué fue lo que cayó en su profundidad.

Lo que no me mata, me fortalece.

Hay almas esclavizadas que agradecen tanto los favores recibidos que se estrangulan con la cuerda de la gratitud.

Todo idealismo frente a la necesidad es un engaño.

El hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa.

Olvida uno su falta después de haberla confesado a otro, pero normalmente el otro no la olvida.

El remordimiento es como la mordedura de un perro en una piedra: una tontería.
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Sólo comprendemos aquellas preguntas que podemos responder.

Nuestro destino ejerce su influencia sobre nosotros incluso cuanto todavía no hemos aprendido su naturaleza; nuestro futuro dicta las leyes de nuestra actualidad.

La edad de casarse llega mucho antes que la de quererse.

Negar a Dios será la única forma de salvar el mundo.

La demencia en el individuo es algo raro; en los grupos, en los partidos, en los pueblos, en las épocas, es la regla.

Toda convicción es una cárcel.

Dios ha muerto. Parece que lo mataron los hombres.

El gran estilo nace cuando lo bello obtiene la victoria sobre lo enorme.

¿No es la vida cien veces demasiado breve para aburrirnos?

El mundo real es mucho más pequeño que el mundo de la imaginación.

Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti.

La sencillez y naturalidad son el supremo y último fin de la cultura.

Mucho tienen que hacer los padres para compensar el hecho de tener hijos.

Sin arte la vida sería un error.

La guerra vuelve estúpido al vencedor y rencoroso al vencido.

Un filósofo casado es, para decirlo claro, una figura ridícula.

Las razas laboriosas encuentran una gran molestia en soportar la ociosidad.

Nada más hipócrita que la eliminación de la hipocresía.

El pensador sabe considerar las cosas más sencillas de lo que son.

Lo absurdo de una cosa no prueba nada contra su existencia, es, más bien, condición de ella.

El hombre se define como ser que evalúa, como ser que ama por excelencia.

En algunos la castidad es una virtud, en muchos es casi un vicio.

Cuando me encuentro con una criatura, encuentro la voluntad del poder.

Tenemos arte para no morir de la verdad.

Cuando se tienen muchas cosas que meter en él, el día tiene cien bolsillos.

Si sólo se dieran limosnas por piedad, todos los mendigos hubieran ya muerto de hambre.

La irracionalidad de una cosa no es un argumento en contra de su existencia, sino más bien una condición de la misma.

Friday, January 21, 2011

Baltasar Gracián (www.proverbia.net)


1601-1658. Escritor español.

El primer paso de la ignorancia es presumir de saber.

Saber y saberlo demostrar es valer dos veces.

Todo lo que realmente nos pertenece es el tiempo; incluso el que no tiene nada más, lo posee.

Hemos de proceder de tal manera que no nos sonrojemos ante nosotros mismos.

Hase de hablar como en testamento, que a menos palabras, menos pleitos.

El más poderoso hechizo para ser amado es amar.

Todos los necios son obstinados y todos los obstinados son necios.

Por grande que sea el puesto, ha de mostrar que es mayor la persona.

El no y el sí son breves de decir pero piden pensar mucho.

Cada uno muestra lo que es en los amigos que tiene.

La confianza es madre del descuido.

Es tan difícil decir la verdad como ocultarla.

La muerte para los jóvenes es naufragio y para los viejos es llegar a puerto.

La costumbre disminuye la admiración, y una mediana novedad suele vencer a la mayor eminencia envejecida.

Pon un gramo de audacia en todo lo que hagas.

Lo bueno, si breve, dos veces bueno.

No hay peor sordo que el que no puede oír; pero hay otro peor, aquél que por una oreja le entra y por otra se le va.

¿Cuál puede ser una vida que comienza entre los gritos de la madre que la da y los lloros del hijo que la recibe?

Saber olvidar, más es dicha que arte.

Donde acaba el deseo comienza el temor.

A los veinte años un hombre es un pavo real; a los treinta, un león; a los cuarenta, un camello; a los cincuenta, una serpiente; a los sesenta, un perro; a los setenta, un mono; a los ochenta, nada.

No te pongas en el lado malo de un argumento simplemente porque tu oponente se ha puesto en el lado correcto.

Lo único que realmente nos pertenece es el tiempo: incluso aquel que no tiene otra cosa cuenta con eso.

Hay mucho que saber, y es poco el vivir, y no se vive si no se sabe.

Es cordura provechosa ahorrarse disgustos. La prudencia evita muchos.

Para prevenidos no hay acasos.

Quien no tiene enemigos, tampoco suele tener amigos.

Son los ímpetus de las pasiones deslizadores de la cordura, y allí es el riesgo de perderse.

Sólo vive el que sabe.

Visto un león, están vistos todos, pero visto un hombre, sólo está visto uno, y además mal conocido.

Ciencia sin seso, locura doble.

Es desgracia habitual en los ineptos la de engañarse al elegir profesión, al elegir amigos y al elegir casa.

Errar es humano, pero más lo es culpar de ello a otros.

La retentiva es el sello de la capacidad.

La queja trae descrédito.

El mentiroso tiene dos males: que ni cree ni es creído.

Métense a quere dar gusto a todos, que es imposible, y vienen a disgustar a todos, que es más fácil.

Varón prevenido de cordura no será combatido de impertinencia.

La fortuna se cansa de llevar siempre a un mismo hombre sobre las espaldas

La esperanza es un gran falsificador.

Lo bien dicho se dice presto.

No es necio el que hace la necedad, sino el que, hecha, no la sabe encubrir.

Muchas veces nace la enfermedad del mismo remedio.

En la boca del viejo todo lo bueno fue, y todo lo malo es.

El que confía sus secretos a otro hombre se hace esclavo de él.

No hay en el mundo señorío como la libertad del corazón.

Señal de tener gastada la fama propia es cuidar de la infamia ajena.

Obró mucho el que nada dejó para mañana.

Más vale un grano de cordura que arrobas de sutileza.

Cristina II (www.proverbia.net)


1626-1689. Reina de Suecia.

Si el hombre procurase ser tan bueno como procura parecerlo, conseguiría su objetivo.

El secreto de poner en ridículo a las personas reside en conceder talento a aquellos que no lo tienen.

Yo amo a los hombres no porque son hombres, sino porque no son mujeres.

Los hombres siempre desaprueban lo que no son capaces de hacer.

La ambición suele hacer traidores.

Hay dos cosas que siempre hacen hablar: el coraje y la vanidad.

La vida es un tráfico donde se balancean las pérdidas y las ganancias.

La más pequeña mosca irrita al león más terrible.


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