1596-1650. Filósofo y matemático francés.
Es prudente no fiarse por entero de quienes nos han engañado una vez.
Daría todo lo que sé, por la mitad de lo que ignoro.
Vivir sin filosofar es, propiamente, tener los ojos cerrados, sin tratar de abrirlos jamás.
Dos cosas contribuyen a avanzar: ir más deprisa que los otros o ir por el buen camino.
El bien que hemos hecho nos da una satisfacción interior, que es la más dulce de todas las pasiones.
No hay nada repartido de modo más equitativo que la razón: todo el mundo está convencido de tener suficiente.
La matemática es la ciencia del orden y la medida, de bellas cadenas de razonamientos, todos sencillos y fáciles.
La multitud de leyes frecuentemente presta excusas a los vicios.
Abrigamos una multitud de prejuicios si no nos
decidimos a dudar, alguna vez, de todas las cosas en que encontremos la
menor sospecha de incertidumbre.
La filosofía es la que nos distingue de los salvajes y
bárbaros; las naciones son tanto más civilizadas y cultas cuanto mejor
filosofan sus hombres.
Para investigar la verdad es preciso dudar, en cuanto sea posible, de todas las cosas.
Las almas más grandes son tan capaces de los mayores vicios como de las mayores virtudes.
Lo poco que he aprendido carece de valor, comparado con lo que ignoro y no desespero en aprender.
Dicen que el mono es tan inteligente que no habla para que no lo hagan trabajar.
Los malos libros provocan malas costumbres y las malas costumbres provocan buenos libros.
No hay alma, por poco noble que sea, que permanezca tan
aferrada a los objetos de los sentidos que, a veces, no se aparte de
ellos para desear un bien mayor.
Si no está en nuestro poder el discernir las mejores opiniones, debemos seguir las más probables.
Divide las dificultades que examinas en tantas partes como sea posible para su mejor solución.
El que emplea demasiado tiempo en viajar acaba por tornarse extranjero en su propio país.
Leer un libro enseña más que hablar con su autor, porque el autor, en el libro, sólo ha puesto sus mejores pensamientos.
La razón o el juicio es la única cosa que nos hace hombres y nos distingue de los animales.
Despréndete de todas las impresiones de los sentidos y de la imaginación, y no te fíes sino de la razón.
Para mejorar nuestro conocimiento debemos aprender menos y contemplar más.
El mayor bien que puede existir en un Estado es el de tener verdaderos filósofos.
En cuanto a la lógica, sus silogismos más bien sirven para explicar a otros las cosas ya sabidas, que para aprender.
No basta tener buen ingenio; lo principal es aplicarlo bien.
Apenas hay algo dicho por uno cuyo opuesto no sea afirmado.
¡Mi único deseo es conocer el mundo y las comedias que en él se representan!.
Sería absurdo que nosotros, que somos finitos, tratásemos de determinar las cosas infinitas.
La primera máxima de todo ciudadano ha de ser la de
obedecer las leyes y costumbres de su país, y en todas las demás cosas
gobernarse según las opiniones más moderadas y más alejadas del exceso.
El buen sentido es el que mejor está repartido entre todo el mundo.
Los viajes sirven para conocer las costumbres de los
distintos pueblos y para despojarse del prejuicio de que sólo es la
propia patria se puede vivir de la manera a que uno está acostumbrado.