El corazón
es un músculo increíble. Comienza a latir después de las seis semanas
de gestación en el vientre materno y continúa firmemente hasta el día en
que morimos. En el camino, puede ser asaltado por enfermedades sin que
nosotros lo sepamos.
Las enfermedades cardíacas fluyen lentamente, muchas veces sin ser detectadas hasta encontrarnos en un momento crítico. Se ha avanzado en el control de las enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión arterial y altos niveles de colesterol. Pero la epidemia de la obesidad y la diabetes adquirida aún son problemas de considerable importancia.
El
hecho está en que la mayoría de las personas pueden controlar los
factores de los hábitos de vida que previenen las enfermedades cardíacas,
puesto que solo un 30% de la forma en que envejecemos depende de
nuestra genética y un 70% está en control directo de cada persona (eso
es en la ausencia de enfermedades específicas que no se relacionan con
los hábitos de vida).
Las siguientes recomendaciones son verdaderas salvavidas:
1. Evitar el humo del cigarrillo, ya sea como fumador activo o pasivo.
2. Ejercitarse regularmente. Se fortalece al corazón y como un bono, se fortalece la mente.
3. Lo que comemos importa, y mucho. Una dieta rica en frutas, vegetales y granos enteros nos ayuda a mantenernos saludables.
4. Disminuir la presión arterial. Mientras más tenga que trabajar el corazón, peor será para la longevidad del mismo.
5. Mantener un control sobre los niveles de colesterol en sangre.
6. Ser dulce por fuera, no por dentro. Niveles elevados de azúcar en sangre daña los vasos sanguíneos y los tejidos, además de aumentar el riesgo de desarrollar diabetes.