Actualmente el ensayo está considerado como uno de
los principales géneros literarios, si bien no siempre lo es, pues no ha
de serlo. En realidad, la naturaleza del género ensayístico es
didáctica y crítica más que literaria, aunque en determinados casos la
calidad de la prosa misma es tan elevada que ciertas obras, con toda
justicia, son consideradas como ejemplos de calidad literaria.
En cualquier caso, un ensayo es aquella obra en la cual un autor
interpreta un tema, ya sea filosófico, científico, humanístico,
político, social o de cualquier otro tipo) de manera completamente libre
y sin que sea necesaria una previa documentación (si bien es
innecesario decir que un ensayo documentado y académico recibirá
automáticamente una mejor consideración).
Aquél que se enfrente a la redacción de un ensayo deberá
estructurarlo en tres grandes secciones (muy similares, por otra parte, a
las tradiciones secciones narrativas de introducción, nudo y
desenlace). El ensayo constará así de una introducción, un espacio
principal dedicado al desarrollo del tema o la idea, y una conclusión.
En la introducción deberá expresarse con claridad
cuál es el tema del ensayo y su objetivo. De la misma manera, será
conveniente explicar al lector qué subtemas se abordarán y cuáles son
los motivos que hacen el ensayo mismo necesario.
El desarrollo es la parte más importante del ensayo,
y en ella se incluirá la principal carga argumentativa. El autor deberá
convencer al lector de su idea, tesis u opinión, por medio de la
exposición de sus argumentos y del análisis de los mismos. De la misma
manera será aquí donde deba incluir, si las tiene, todas las referencias
documentales a libros, revistas y otros materiales que contribuyan a
defender su argumentación. Si se incluyen citas bibliográficas, deberá
hacerse de forma normalizada y en función de los cánones establecidos
por el tema escogido o por la publicación a la que irá destinado.
En la conclusión, el autor deberá cerrar todo el
capítulo argumentativo que ha ido abriendo, y es aquí donde mejor se
encuentran las opiniones personales y las sugerencias a modo de solución
del problema abierto anteriormente. La conclusión puede igualmente
incluir un breve resumen de lo tratado, actuando de forma paralela a la
introducción pero incluyendo las soluciones que se han ido dando, de
forma que el lector finalice su lectura con una idea clara de los temas
tratados y las principales ideas-fuerza (es muy útil, sobre todo, en
ensayos de especial complejidad, donde las ideas son muchas y pueden
quedar diluidas).