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Sunday, March 2, 2014

Los medios de comunicación y el control social (serpensador.blogspot.com)


1. La estrategia de la distracción

El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. “Mantener la atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

2. Crear problemas y después ofrecer soluciones


Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

3. La estrategia de la gradualidad

Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.

4. La estrategia de diferir

Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad

La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. ¿Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”)”.

6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión

Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido crítico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…

7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad

Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad

Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…

9. Reforzar la autoculpabilidad

Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución!

10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen

En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por las elites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.

Fuente: "Diez Estrategias de Manipulación"

Sunday, May 6, 2012

Manual del BorregoMatrix: Miro la televisión y luego existo (cherada.com)


El alienado programado / Microchip cerebral


El mundo está compuesto por miles de millones de individuos que se rigen por un axioma elemental: miro la televisión y luego existo. El alienado programado por la TV y la sociedad de consumo no está formado para pensar (desarrollo reflexivo) sino para consumir productos capitalistas por medio de consignas (eslóganes) y de imágenes sin ninguna relación entre sí.

Por Manuel Freytas

A) El alienado programado

El individuo-masa, o Alienado Programado (AP), se desarrolla en la primera fase de las operaciones psicológicas-mediáticas-publicitarias imperiales orientadas a imponer la sociedad de consumo capitalista en las áreas dependientes del Tercer Mundo, a fines de la década del 50, y experimenta su máximo nivel de desarrollo con el advenimiento de la era de las comunicaciones informáticas globalizadas a fines de los 90.

El Alienado Programado (AP) es el prototipo de "hombre universal" modelado por las políticas niveladoras consumistas impuestas por las trasnacionales capitalistas a escala planetaria.

El AP no está programado para pensar (desarrollo reflexivo) sino para consumir productos capitalistas por medio de consignas (eslóganes) y de imágenes sin ninguna relación entre sí.

Sus emociones y pensamientos (programados por el mensaje televisivo) duran y se terminan con las imágenes en la pantalla: El AP es el hijo de la "patria televisiva" nivelada mundialmente como primer "agente socializador" en reemplazo de la familia, la escuela y las tradiciones culturales de su lugar de nacimiento.

El AP de la era informática rompe definitivamente con la matriz cultural del viejo "Estado nacional" y se proyecta como un microchip nivelado del nuevo "Estado trasnacional" de las corporaciones capitalistas que han divido el mundo en "gerencias de enclave".

Sus esquemas referenciales psicosociales fueron modelados y construidos sobre dos pilares básicos: individualismo y consumismo.

Utilizando técnicas y estrategias de la guerra psicológica, los laboratorios estratégicos de comunicación publicitaria comenzaron a modelar al individuo-masa (el AP) a partir del surgimiento de la sociedad de consumo capitalista en los años 50.

Un AP está programado para consumir: desde productos, espectáculos, modas, hasta presidentes (gerentes de enclave de las trasnacionales capitalistas) vendidos por medio de técnicas de marketing y de campañas electorales manipuladas por operaciones psicológicas.

A excepción de los casi tres mil millones de marginados de la sociedad de consumo capitalista, que no alcanzan los niveles de supervivencia, el resto de la sociedad mundial (tanto en el mundo dependiente como en el mundo de las potencias capitalistas dominantes) está programada a partir de una estructura piramidal de AP (individuos-masa) nivelados por la ideología del consumo capitalista.

Un AP es un nivelado universal por la cultura del consumo.

El consumo (no el pensamiento razonado con lógica de qué y para qué), rige y parametra sus pautas de comportamiento social e individual.

Un AP de Asia, Africa, o Latinoamérica (más allá del idioma y la raza) viste de la misma manera y consume los mismos productos que un AP de EEUU o de Europa.

Ropa, cortes de cabello, música, fútbol, deportes, creencias, modas, gustos consumistas, estereotipos de conducta social, son nivelados por igual en los AP por las trasnacionales capitalistas que han convertido al planeta en un "gran mercado".

Un AP (Alienado Programado), técnicamente, es una terminal de consumo para abrir nuevos mercados y nuevas fuentes de ganancia capitalista a escala planetaria.

Así como la acelerada concentración y centralización del poder capitalista trasnacional impuso la incorporación masiva de la informática para la toma de decisión económica, la sociedad de consumo requirió de la utilización en gran escala de la publicidad comercial destinada a crear las bases psicosociales del consumismo.

La manipulación psicológica con el consumismo desarraigó al individuo-masa de los valores de su propia cultura, historia y tradiciones de origen, y lo convirtió en un alienado universalizado y sin conciencia.

El colonizado mental, el AP, el individuo-masa, es un lumpen social cuya máxima ambición es emigrar de su país de origen hacia los grandes centros consumistas del Imperio, como está ocurriendo en Europa y en la frontera con México.

El máximo objetivo de un AP es consumir sin interrogarse sobre los fenómenos de genocidio económico y las lacras sociales emergentes de la explotación del hombre por el hombre, a los que vive en forma alienada, sin vincularlos al sistema capitalista, del que que tampoco sabe de que se trata.

Un AP, es la célula y la materia prima emergente de las operaciones psicológicas trazadas para el control y direccionamiento de conducta con fines colonizadores que lo despojó de todo atisbo de pensamiento reflexivo y de conciencia social.

Un AP de clase baja es un declasado sin patria (exactamente la contrapartida del proletario revolucionario con conciencia social emergente de la Revolución Industrial) que sirve como carne de cañón y mano de obra barata (cuando consigue trabajo) de las trasnacionales, también sin patria, extendidas por los cuatro puntos cardinales del planeta.

Un AP, de clase media o alta, también es un desclasado sin patria que alimenta (desde el vértice y el medio de la pirámide) las estructuras gerenciales, políticas, burocráticas y/o profesionales del sistema capital-imperialista trasnacionalizado.

Pero antes que nada, un AP (más allá de cualquier grupo de pertenencia clasista) es un alienado social construido a la imagen y semejanza de las trasnacionales y sus necesidades de mercado.

En este cambio de las matrices mentales y culturales de las sociedades dominadas subyace la culminación de un minucioso proceso de colonización psicológica-cultural, cuyo objetivo central se orienta a borrar las fronteras entre el dominador y el dominado.

El perfeccionamiento del AP fue simultáneo a la destrucción de los Estados nacionales por medio de la imposición del "libre mercado", la "apertura económica" y las privatizaciones de empresa públicas impulsadas por el capitalismo trasnacional desde Washington, en la década del 90.

B) El microchip cerebral


La etapa de la "colonización de las sociedades" con el consumo de productos, comenzada en la década del 60, posibilitó la era de la "colonización mental" con el consumo de información perfeccionada con el advenimiento masivo de Internet y de las comunicaciones globalizadas en la década del 90.

Cuando el sistema capitalista trasnacional, por medio del consumo, niveló un "modelo único de pensamiento", sentó las bases psicosociales para el control político-ideológico por medio de la información periodística manipulada por operaciones psicológicas .

Así como las técnicas de manipulación sirven para alienar conciencias con la "TV espectáculo", también sirven para esconder la realidad, crear cortinas de humo, y fabricar "atención social", o "indiferencia", ante los distintos acontecimientos locales o internacionales que se van sucediendo.

El "mostrar" o "esconder" (por medio de la manipulación mediática) tal o cual acontecimiento, depende de los intereses que eventualmente tengan los gobiernos y consorcios mediáticos sobre el mismo.

Así como las cadenas internacionales "vendieron" y mostraron masivamente el Mundial de Alemania (que distrajo por un mes la atención de los problemas reales), de la misma manera ocultaron la masacre producida por Israel en Gaza y Libano, como lo hacen en Irak o en otras partes del planeta sometidas a la conquista y al genocidio militar por el control de mercados y de recursos estratégicos.

Los miles de millones de AP que se emocionaron, rieron o lloraron, con el Mundial permanecieron indiferentes ante el asesinato en masa de seres humanos bombardeados por una superpotencia invasora (Israel) , en el colmo de la impunidad y del silencio cómplice de las potencias y de sus organizaciones internacionales.

En la era de la información y de la revolución informática, los medios de comunicación sustituyen a los ejércitos en los sistemas de dominio y de control social.

La guerra militar y sus técnicas se revalorizan dentro de métodos científicos de control social, y se convierten en una eficiente estrategia de dominio sin el uso de las armas.

De manera tal, que el control de las sociedades, en la primera etapa, por medio de la publicidad, posibilitó la segunda fase: el control ideológico, a través del consumo de información periodística, también nivelado a escala planetaria por el aparato mediático controlado por las trasnacionales del Imperio.

Con la nivelación consumista se establecieron las bases para el AP consumidor de "órdenes psicológicas" manipuladas a través de la información fragmentadora y "anti-reflexiva" del llamado "periodismo espectáculo".

De esta manera el AP, se convierte en la célula terminal del sistema de colonización mental nivelado a escala universal por el aparato mediático-informativo controlado por el capitalismo trasnacionalizado.

La era del microchip cerebral no solamente borra las fronteras entre el dominador y el dominado sin que además nivela al hombre a "imagen y semejanza" del capitalismo consumista sin fronteras.

"Miro la televisión y luego existo": El axioma elemental del humano convertido en un microchip programado por las trasnacionales capitalistas. 

Falta de exposición al sol causa miopía en el este de Asia (BBC)


La falta de acceso a la luz del sol ha contribuido a un significativo aumento de la miopía en niños de las ciudades del este de Asia.

Los científicos de la Universidad Nacional de Australia encontraron que hasta 90% de los escolares egresados en zonas urbanas son miopes.

Agregan que los niños de esas ciudades pasaron la mayor parte de su tiempo en casa, estudiando, viendo televisión y jugando en sus computadoras, en lugar de haber estado expuestos a la luz solar por lo menos tres horas diarias para estimular la producción de dopamina, una sustancia química que previene el desarrollo de la miopía en niños.

En los países africanos, sólo entre 2% y 3% de los niños sufren de miopía.

Saturday, May 5, 2012

Seven Steps to Inner Peace


Inner peace is the most valuable thing that we can cultivate. Nobody can give us inner peace, at the same time it is only our own thoughts that can rob us of our inner peace. To experience inner peace we don’t have to retreat to a Himalayan cave; we can experience inner peace right now, exactly where we are. The most important criteria is to value the importance of inner peace. If we really value inner peace, we will work hard to make it a reality.

These are some suggestions for bringing more peace into your mind.

1. Choose carefully where we spend time.

If you are a news addict and spend an hour reading newspapers everyday, our mind will be agitated by the relentless negativity we see in the world. It is true, that we can try to detach from this negativity. But, in practise ,we will make our progress easier if we don’t spend several hours ruminating over the problems of the world. If you have a spare 15 minutes, don’t just automatically switch on the TV or surf the internet. Take the opportunity to be still or at least do something positive. The problem is the mind feels insecure unless it has something to occupy it. However, when we really can attain a clear mind we discover it creates a genuine sense of happiness and inner peace.

2. Control of Thoughts.

It is our thoughts that determine our state of mind. If we constantly cherish negative and destructive thoughts, inner peace will always remain a far cry. At all costs, we need to avoid pursuing trains of negative thoughts. This requires practise. – We cannot attain mastery of our thoughts over night. But, at the same time we always have to remember that we are able to decide which thoughts to follow and which to reject. Never feel you are a helpless victim to your thoughts.

“If you have inner peace, nobody can force you to be a slave to the outer reality.” - Sri Chinmoy [2]

3. Simplify Your Life

Modern life, places great demands on our time. We can feel that we never have enough time to fulfill all our tasks. However, we should seek to minimise these outer demands. Take time to simplify your life; there are many things that we can do without, quite often we add unnecessary responsibilities to our schedule. Do the most significant tasks, one at a time, and enjoy doing them. To experience inner peace, it is essential to avoid cluttering our life with unnecessary activities and worries.
See: Benefits of simplicity

4. Spend time to cultivate inner peace.

Every day we spend 8 hours a day to earn money, can we not find time to spend 15 minutes to cultivate inner peace? No matter how much money we earn, it cannot bring us inner peace, but, if we spend 15 minutes on meditation and relaxation techniques inner peace can become a possibility. Meditation does not just mean sitting still for 30 minutes; in meditation we seek to experience a state of consciousness which is flooded with inner peace. To experience this inner peace we cannot allow any thought to enter into our mind. True inner peace occurs when we can transcend the world of thoughts.

“You cannot buy peace; you must know how to manufacture it within, in the stillness of your daily practises in meditation.” - Paramahansa Yogananda [2]

5. Be immune to Flattery and Criticism

If we depend on the opinions and praise of other people, we can never have inner peace. Criticism and flattery are two sides of the same coin. They are both the judgements of others. However, we should not allow ourselves to be affected by either. When we do, we feed the ego. We should learn to have confidence in ourselves. This does not mean we will love ourselves in an egotistical way, it means we value our real self and have belief in the good qualities that are part of everyone.

6. Be Active selflessly

Inner peace does not mean that we have to live a life of a hermit. Inner peace, can be felt amidst dynamic activity. But, this action should be done with selfless motives. When we serve others we forget our sense of self, and it is when we forget our limited self that we can have inner peace.

7. Avoid Criticising Others

If we want inner peace, we should feel that our inner peace depends on the well being of others. If we are indifferent to the feelings of others, then it is impossible to have inner peace for ourselves. What we give out comes back. If you offer a peaceful attitude to others this is what we will see return.

Saturday, March 17, 2012

¿Qué hace la televisión con nosotros? (http://www.luventicus.org)



Academia de Ciencias Luventicus

¿Qué hace la televisión con nosotros?
Elementos para educar en una actitud crítica frente a la televisión

Por Juan Marcelo Pardo

7 de mayo de 2003

Quien informa tiene el poder Los tiempos que corren podrían ser definidos como la era de la información. El estar informado se considera algo muy importante, casi una necesidad básica. Las personas que no tienen acceso a los medios de comunicación (TV, radio, diarios y revistas, Internet) quedan excluidas de la sociedad o ven notablemente disminuidas sus posibilidades de realización.
Los medios de comunicación social (MCS), especialmente la televisión, son poderosos formadores de opinión, transmisores de ideas, valores y contravalores. Esta capacidad, sumada a su extraordinario alcance y a la gran velocidad con que realizan su labor, los transforma en herramientas capaces de conducir a pueblos enteros. Quien es dueño de un medio de comunicación, tiene el poder de forjar la conciencia de muchas personas.

La televisión como herramienta para la manipulación
Los MCS, cuya función debería ser la de informar y transmitir la verdad, pueden convertirse en manipuladores de la opinión pública cuando quienes los conducen comunican deliberadamente verdades a medias o falsedades. De hecho, los medios son usados para dirigir los sentimientos y las opciones de los telespectadores, oyentes, lectores y cibernautas.
La mejor manera de evitar la manipulación de los MCS es enseñar cómo ellos influyen sobre nosotros y ejercitar nuestro juicio crítico ante lo que nos transmiten. Analicemos, por ejemplo, el caso de los efectos negativos de la televisión.

Efectos sobre la mente de los telespectadores

Ver televisión no requiere un esfuerzo mental especial, a diferencia de la lectura, por ejemplo. No implica esfuerzo por aprender, ni habilidad para adquirir: no exige inteligencia. Las personas se sientan frente al televisor, no como lectores se ponen frente a un libro —lo que requeriría un esfuerzo—, sino como espectadores, con una actitud totalmente pasiva. Las imágenes se ofrecen sin que el telespectador haga ningún esfuerzo, no requieren capacidad reflexiva o analítica alguna.
Frente al televisor estamos por debajo del estado de alerta normal en una persona. Por otro lado, tener la vista fija produce un estado cercano al trance, como de ensoñación. (Esto ha sido demostrado haciendo mediciones de la actividad eléctrica cerebral.) Por eso es que no filtramos la información y quedamos expuestos a la manipulación.
La acción de los estímulos recibidos desde la pantalla, y las sensaciones por ellos generadas en las áreas más profundas del cerebro, pueden producir estados de euforia o de temor, de alegría o de tristeza, placenteros o depresivos, sin que las personas que los viven sepan por qué se producen. La imagen televisiva entra en la mente de manera subliminal, es decir, sin ser percibida conscientemente. 

Efectos sociales y psicológicos

La televisión influye poderosamente sobre los espectadores, configurando su personalidad. Predispone, condiciona, y genera actitudes, conductas, formas de pensar, gustos, costumbres y modas. Por eso es que ejerce su influencia especialmente sobre la cultura infantil y la juvenil. La personalidad de un niño o de un adolescente no se conforma de la misma manera viendo o no televisión

Nuestro lenguaje sufre hoy un empobrecimiento considerable. El mismo está fuertemente asociado a la acción de la televisión. Los personajes que siguen nuestros niños y adolescentes no son personas formadas. Mediante una palabra intentan expresar lo que normalmente necesitaría de una o más frases para ser expresado. Por ejemplo, en Argentina, es muy común escuchar a los adolescentes decir que algo «Está joya», queriendo decir que «es algo de muy buena calidad». 
La televisión crea una personalidad dispuesta sólo a recibir cosas, sin cuestionarlas. Esto, a su vez, repercute en otras esferas de la vida, reforzando la tendencia a la pasividad, pues quita tiempo al ejercicio físico, las relaciones humanas, la lectura y otras actividades que exigen iniciativa. Sin quererlo, los niños y los jóvenes van adquiriendo la preferencia por una vida hecha. Si se acostumbran a presionar un botón y que todo les llegue terminado, se habitúan a recibir las cosas de segunda mano, sin verse obligados a realizar el esfuerzo de producirlas por ellos mismos. Como consecuencia de esto, se paran ante la vida como lo haría un espectador. Podríamos decir que siempre se cumple esta regla: Más tiempo frente al televisor, menos capacidad de iniciativa.
También está comprobado que, cuando los niños pasan mucho tiempo frente al televisor, se vuelven menos espontáneos y más inestables anímicamente, como si hubieran sufrido la amputación de su capacidad de vivir emociones auténticas y profundas. La televisión atrofia la sensibilidad. Los niños y jóvenes son cada vez menos capaces de entablar relaciones interpersonales cargadas de verdadero afecto.
 
Hoy somos menos comunicativos que en tiempos pasados. Nunca el hombre ha estado tan informado y de un modo tan rápido, casi inmediato. Pero tampoco ha estado nunca tan incomunicado. La televisión, los video-juegos y las computadoras producen niños y jóvenes aislados del mundo que los rodea, incapaces de comunicarse. La televisión, el más fantástico medio de comunicación social, es también el mayor medio de incomunicación familiar. (No es lo mismo comunicarse que compartir un espacio físico.) 

La  televisión alienta la propensión al consumo. Estamos amaestrados para el consumo. Los niños llegan a ser leales y entusiastas consumidores de un producto determinado. Los niños no sólo asedian a sus padres con el fin de consumir determinado producto sino que llegan hasta el extremo enfermizo de decir: «Papá, compráme algo.» No importa qué, pero algo. Las personas ya no se interesan por el producto sino por el acto de consumir. 
 
Hoy, en la Posmodernidad, padecemos una nueva enfermedad: la teleadicción o síndrome de adicción televisiva. Pasar frente al televisor, la computadora o los video-juegos tres horas por día produce una adicción tan fuerte como el consumo del tabaco o las drogas. Hay personas que llegan al punto de depender tanto de la televisión cuanto de los alimentos. Y pierden el contacto directo con la realidad. Lo real pasa a ser lo televisado, no la experiencia personal. Para los adictos a la televisión, las cosas no son verdaderamente reales mientras no las hayan pasado por ese medio. Viven una verdadera esclavitud. Y si se los priva de la televisión, aparecen los síntomas de la abstinencia: la depresión, el aburrimiento, la irascibilidad, la angustia, etc. Estas personas llegan a pensar, a amar, a odiar, a rechazar, a aplaudir, a vestirse y a comportarse según lo que han aprendido por televisión. 
 
¿No vemos en los patios de las escuelas a nuestros niños un poco más violentos, con conductas violentas reiteradas? Los siguientes datos nos dan una idea clara de la violencia que transmite la televisión: los niños ven cada semana un promedio de 670 homicidios, 15 secuestros, 848 peleas, 420 tiroteos, 8 suicidios, 20 escenas eróticas, 30 casos de tortura y 18 casos de drogadicción. En 18 horas de programación se ven 1846 actos de violencia. Está comprobado que la violencia televisiva contribuye a formar conductas agresivas. Un medio que muestra acciones violentas, las desencadena. La televisión nos anestesia y terminamos tomando como normales actos de pura violencia.

Elementos para analizar una publicidad

Los efectos nocivos de la televisión no son producidos exclusivamente por los programas que se emiten: un rol importante lo juegan los espacios de publicidad. A continuación se presenta una guía básica para analizar un aviso o propaganda. Siguiéndola se podrá descubrir el mensaje que la misma transmite y los medios de que se vale para hacerlo.

1 ¿Qué se ve en el anuncio? (Prestar atención a todo: paisajes, personas, leyendas, objetos, etc.)
 

2 ¿Qué producto se quiere vender?
 

3 ¿Cuál es su marca?
 

4 ¿Cuáles son las palabras que se destacan más y cuáles menos? Entre palabras e imágenes, ¿qué es lo que más se destaca?
 

5 ¿A quién va dirigido el anuncio? (Nivel económico-social-cultural, edad, sexo)
 

6 ¿Cómo está hecho el anuncio? ¿De qué forma? (Tener en cuenta cuatro cosas: el "enganche", utilizado para atraer de inmediato la atención; las líneas visuales que dan realce al producto (color, postura de los personajes); el nombre del producto, que se destaca de las demás letras; los argumentos que se esgrimen para vender el producto: placer, poder, fama, prestigio, autodominio, dinero, etc.)
 

7 ¿A qué apunta la propaganda? (Algo que el consumidor no tiene y desea: sensualidad, conquista del otro sexo, poder, dinero, tranquilidad, etc.)
 

8 ¿Qué soluciones ofrece para esas carencias? (Teniendo el producto se puede ser feliz: en lo sexual, por su carga erótica, varonil, femenina, de atractivo, de fuerza o de placer; en el amor, por su condición maternal, paternal, por su ternura o su bondad; obteniendo seguridad, a través de la riqueza, el dominio, la salud, la decisión, el poder, el prestigio o el éxito; obteniento reconocimiento, siendo más agradable, distinguido, alegre, bello u original, y logrando así un mejor status social)
 

9 ¿Sobre qué necesidades profundas del potencial consumidor se apoya el mensaje?
 

10 ¿Qué ideal de mujer o de hombre se encuentran implícitos en el mensaje?

Fuente: http://www.luventicus.org/articulos/03R007/index.html

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