El cuarto factor que determina la cantidad demandada de un bien o servicio es las preferencias o gustos de los consumidores.
Cuando cambian las preferencias se produce un desplazamiento de la curva de demanda: si un bien se pone de moda, los consumidores estarán dispuestos a comprar más cantidad por el mismo precio, provocando un aumento de demanda o desplazamiento a la derecha de la curva; el desplazamiento será hacia la izquierda si disminuye la demanda al dejar de gustar el bien o servicio.
Las modas cambian a menudo, unas veces como consecuencia de la publicidad, otras por avances tecnológicos. Existen múltiples ejemplos de este fenómeno: los pantalones pitillo o acampanados, los zapatos en punta o achatados, los mp4 o los móviles con internet que desplazan a los modelos anteriores, o la fidelidad a las marcas comerciales.
En las últimas décadas el marketing se ha desarrollado enormemente, y las grandes empresas estudian la conducta de los consumidores en sus bases psicológicas, guiando sus preferencias y creando necesidades nuevas. Un ejemplo de ello lo aporta el vídeo realizado por una empresa especializada en la investigación de tendencias de comportamiento y de consumo, dedicado a la juventud actual: "Todos queremos ser jóvenes".
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