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Sunday, August 31, 2014

La banda sonora que le puede cambiar el cerebro (latercera)


Sus canciones preferidas lo ayudan a cambiar comportamientos y actitudes rutinarias. En el libro "La lista de reproducción que puede cambiar tu vida", dos especialistas explican cómo elegir las canciones, y cuándo y cómo oírlas.

EN UNA semana, todo vuelve a la normalidad. Otra vez los tacos, la rutina colegio-trabajo, el cansancio... Y la misma lista de reproducción en el mp3, que porque se esmeró en febrero, de nuevo tiene esa canción brasilera de moda que ya está odiando y que en marzo no resistirá. Y eso, aumentará aún más la lata y el agotamiento prematuro. 

A menos que -una humilde sugerencia- lea este artículo y descubra cómo en dos semanas de música dirigida se puede entrenar el cerebro para que no se estrese y esté enfocado. Suena a "¡lleve ya!", es cierto, pero esto tiene mucho más de ciencia y menos de comercial de TV de lo que pudiera llegar a parecer a simple vuelo de pájaro.

Para partir, lo que viene a continuación es el resultado de una investigación hecha por un neurocientista cognitivo, una neuróloga y un escritor. Ellos son los autores del libro La Lista de Reproducción que Puede Cambiar tu Vida, de reciente publicación en ese país, en el que proponen crear listas de melodías para cada ocasión en que necesitamos cambiar nuestros estados de ánimo, de esa manera se entrena al cerebro para que vincule el comportamiento a la música.

Más claro: en su Ipod puede agregar el compilado con el nombre "manejando hacia el trabajo" para llegar energizado. "Escuche de 7 a 12 minutos su lista antes y después de las tareas específicas, como el viaje hacia su lugar de trabajo. Su mente irá automáticamente a la mentalidad específica que usted desea. Los resultados estarán en 14 días y en tres meses obtendrá resultados completos", dice a La Tercera Joseph Cardillo, uno de los autores del libro.

Si está esperando que estos tres especialistas le digan específicamente qué canciones poner en su lista, está perdiendo un poco el tiempo. No hay una lista predeterminada. Depende de los gustos de cada uno. Pero, sí hay una guía básica para crear un compilado y los tres aspectos que, según los autores, puede mejorar con sus canciones favoritas. 

1.-Claves para armar su lista de música: Lo primero es buscar canciones que le gusten mucho, desde las antiguas que apenas recuerda hasta las que descubrió este verano (incluida la de ese agotador coro "nossa, nossa"). El segundo paso es reconocer en qué situaciones una canción sirve más. Así, por ejemplo, le puede gustar una melodía que lo relaja en un taco, pero le carga escuchar en el trabajo. Selecciónela. Porque según los autores, la repetición es clave. Por eso, cuando encuentre que una canción funciona; que lo pone en el estado mental que quiere, la tiene que oír muchas veces para que quede arraigada en la memoria y el cerebro lo relacione con el momento. 

El siguiente paso es armar las diferentes listas para cada ocasión y ordenarlas. La jerarquización puede ser de más lenta a más rápida, de más a menos emocionales; depende de cada cual. Lo que importa es que, según los autores, las ondas cerebrales que controlan los estados de alerta y calma, pueden modificarse a través de la música. En esos términos, si está resolviendo un problema matemático las ondas Beta -encargadas de mantenernos en alerta- suben y, consecuentemente, descienden las Alpha y Thetas, asociadas a un estado de calma. La idea es elegir una canción que ayude a equilibrar estas ondas.

2.- Playlist para aliviar la ansiedad: La dopamina es una hormona capaz de reducir los niveles de estrés mediante el aumento de la sensación de placer. En esa línea, obvio, la música placentera libera más dopamina. Pero aquí hay algunas especificaciones que vale la pena tener en cuenta. Por ejemplo, para enfocarse en una tarea puede incluir la composición Sonata para piano en do mayor, de Mozart. "Si no le gusta la música clásica, para calmarse hay que elegir canciones con menos de 100 beats (pulsaciones) por minuto", dice Cardillo, sobre una medida que en música da cuenta de un ritmo acelerado o lento. También sirven sonidos y melodías que su madre escuchaba cuando estaba embarazada de usted. Cuando ya tenga la selección de música suave, considérela para escucharla 20 minutos antes de una reunión estresante. Inmediatamente después de que termine la reproducción, ponga una canción que le suba el ánimo. Así estará tranquilo y con energía.

3.-Playlist para estar alerta: Los pulsos o beats por minutos (bpm) pueden acrecentar nuestra alerta. Así, para aumentar el nivel de atención, tiene que elegir canciones que tengan más de 100 beats por minuto. ¿Sugerencias? La canción Lady Madonna, de The Beatles, tiene 110 bpm, y Jailhouse Rock, de Elvis Presley, 171.

Ahora, si a lo que escucha le agrega baile, mejor, porque la combinación movimiento y sonido hace que se eleven los efectos de la música en su mente. Por eso, si es de los que salen a trotar, elija canciones que tengan entre 150 a 175 beats. Lo ideal para mejorar la alerta es que el primer track tenga 100 (bpm) y después se eleven a 130. Y ahora, lo mejor es que alterne de siete a 10 minutos música de bajo bpm con tres minutos de altos beats.

4.-Playlist para mejorar la memoria

Ya sabe que escuchar música y bailar es más eficiente. Lo que no sabe es que la combinación de ambos es lo más efectivo para traer de vuelta algunas habilidades de la memoria en pacientes de parkinson, según expone el libro. 

Por eso mismo, a modo de ejercicio elija una canción de buen ritmo y que le traiga recuerdos placenteros. Escúchela varias veces y repita esos recuerdos. Cuantas más áreas del cerebro utilice al recordar, mejor será su habilidad. Por eso es bueno agregar detalles visuales, tacto o emoción. Además, lea y memorice el texto sin música. Así el cerebro empezará a recordar más rápidamente.


Tuesday, January 14, 2014

Introducción (Televisión y Cultura de Masas)

Introducción

El efecto de la televisión no puede enunciarse debidamente en términos de éxito o fracaso, gusto o rechazo, aprobación o desaprobación. Más bien se debería hacer una tentativa, con ayuda de categorías de la psicología profunda y de un conocimiento previo de los medios para las masas, por concretar cierto número de conceptos teóricos mediante los cuales podría estudiarse el efecto potencial de la televisión, su influencia en diversas capas de la personalidad del espectador. Parece oportuno indagar sistemáticamente los estímulos socio-psicológicos que son típicos del material televisado tanto en un nivel descriptivo como en un nivel psicodinámico, analizar sus supuestos previos así como su pauta total y evaluar el efecto que es posible que produzcan. Cabe esperar que, en última instancia, este procedimiento traiga a luz una serie de recomendaciones sobre el modo de tratar estos estímulos a fin de producir el efecto más conveniente de la televisión. Al revelar las implicaciones socio-psicológicas y los mecanismos de la televisión, que a menudo actúan con el disfraz de un falso realismo, no sólo podrán mejorarse los programas sino que también -y esto es tal vez más importante- podrá sensibilizarse al público en cuanto el efecto inicuo de algunos de estos mecanismos. 

No nos compete la efectividad de uno u otro programa específico, nuestro tema es la naturaleza de la televisión actual y su repertorio de imágenes. No obstante lo cual nuestro enfoque es práctico. Es necesario que las conclusiones estén tan próximas al material y que reposen sobre una base tan sólida de experiencia que se las pueda traducir en recomendaciones precisas y hacerlas convincentemente claras para grandes públicos.  El mejoramiento de la televisión no es concebido primordialmente en un nivel artístico, puramente estético, extraño a las costumbres vigentes. Esto no significa que de entrada aceptemos ingenuamente la dicotomía entre arte autónomo y medios para las masas. Como todos sabemos, la relación entre ellos es sumamente compleja. La rígida división actual entre lo que suele llamarse arte "melenudo" y arte "de pelo corto" es producto de una prolongada evolución histórica. Sería romántico su poner que antes el arte fue puro del todo, que el artista creador sólo pensaba en términos de la coherencia interna de su obra, sin considerar su efecto sobre los espectadores. En especial, el arte del teatro no puede separarse de la reacción del auditorio. A la inversa, vestigios de la pretensión estética de ser algo autónomo, un mundo por sí solo, perduran incluso dentro de los productos más triviales de la cultura de masas. En realidad, la actual división rígida del arte en aspectos autónomos y comerciales es en buena medida, por su parte, una función de la comercialización. Se hace difícil pensar que el lema de l'art pour l'art fuera por azar acuñado en el París de la primera mitad del siglo XIX, o sea, cuando la literatura se convirtió por primera vez realmente en un negocio en gran escala. Muchos de los productos culturales que llevan la marca anticomercial de "arte por el arte" presentan huellas de comercialismo por la atención que prestan al elemento sensacional o por la ostentación ele riqueza material y estímulos sensoriales a expensas de la significación de la obra. Esta tendencia era pronunciada en el teatro neorromántico de las primeras décadas de nuestro siglo.

Fuente: Televisión y Cultura de Masas, Adorno Theodor

Wednesday, May 15, 2013

La dulzura que domina el mundo (BBC)


Estamos inundados por el azúcar. Nadamos en azúcar. El azúcar se ha metido en todos los aspectos de nuestra dieta diaria, desde los dulces con los que nos consentimos hasta productos esenciales, como el pan procesado.

Sabemos que mucha azúcar es mala para nosotros. Pero estamos enganchados: el azúcar es algo tan común que es difícil creer que alguna vez no lo fuera.
Descubierta originalmente cuando crecía en forma silvestre en el Pacífico Sur alrededor del siglo VIII a.C., viajeros y comerciantes ayudaron a propagarla por todo el planeta.

Durante siglos fue tomada como un símbolo de estatus, demasiado costosa para consumirla en grandes cantidades.

El idilio amoroso con el azúcar de Reino Unido -que eventualmente tendría el monopolio del comercio mundial del producto- comenzó en el Siglo XVII. Colonos en la isla de Barbados descubrieron que la caña crecía en el suelo pedregoso de la isla, donde el algodón y el tabaco no prosperaban.

Con sus tres cosechas al año, el cultivo del azúcar se convirtió en un negocio lucrativo. El descubrimiento generó una "fiebre del azúcar" que atrajo a cientos de colonos hacia Barbados, ansiosa de capitalizar la riqueza que había creado.

La producción masiva de azúcar hizo rica a Gran Bretaña y la ayudó a construir su imperio.

Azúcar en números

  • El principal exportador de azúcar en el mundo es Brasil, seguido de India, Tailandia, China y Pakistán. El gigante sudamericano da cuenta de aproximadamente el 25% de la producción mundial.
  • Según estadísticas del grupo francés Sucres and Denrés, el mundo consume unos 165.000.000 de toneladas de azúcar por año, lo que significa un promedio de 23 kilos por persona.
  • La zona del mundo que más consume azúcar es el Lejano Oriente. Según estadísticas de la FAO (años 2005-2006), daba cuenta de un tercio del consumo mundial. América Latina consumía un quinto del total en el mismo período.
Era una tarea muy física. Al principio, hombres "duros" provenientes de Escocia e Irlanda hacían el trabajo pesado, pero pronto fueron reemplazados por una opción más barata: esclavos del occidente de África.

Fue un período oscuro de la historia británica, dice el profesor de Historia Económica de la Universidad de Hull, David Richardson.

"No creo que se pueda subestimar la importancia del azúcar en la esclavitud trasatlántica. Seis millones de africanos esclavizados fueron depositados en las Indias Occidentales, y cuando se mira la cifra de quienes fueron liberados, ésta es mucho menor. La razón: el azúcar mata esclavos en el proceso de cultivo y refinación", explica.

Los esclavos estaban a merced de los dueños de las plantaciones y de los capataces, a quienes poco importaba su bienestar. Incluso mujeres embarazadas eran puestas a trabajar en los campos, y a los esclavos no se les garantizaba una nutrición adecuada.

Dibujo de esclavos africanos en una plantación colonial
La historia del azúcar no puede desvincularse de la esclavitud.

"Éstas son personas que estaban ahí para hacer dinero e irse. El objetivo del sistema era producir azúcar, no dar una vida sencilla y tranquila a los esclavos. Siempre y cuando tuvieras acceso a más esclavos", añade el especialista.

Monopolio

Gran Bretaña tuvo el monopolio del comercio de caña de azúcar por más de un siglo. Durante las guerras napoleónicas de principios del Siglo XIX, los británicos bloquearon las rutas comerciales de los franceses en el Caribe, lo que disminuyó significativamente el suministro del dulce producto en esa nación europea.

Ansioso de encontrar una solución, Napoleón invirtió mucho dinero en la producción de la remolacha azucarera, un descubrimiento relativamente nuevo. Francia abrió unas 40 fábricas de azúcar proveniente de la remolacha y el país tuvo su dosis de azúcar garantizada otra vez.

No pasó mucho tiempo antes de que el azúcar proveniente de la remolacha inundara el mercado británico. El precio se desplomó y para 1850 se había convertido en un producto asequible.

El público parecía no saciarse nunca. Desde el té azucarado en el lugar de trabajo hasta las comidas en la mesa familiar, el azúcar se tornó indispensable.

Lejos de ser considerado algo poco saludable, pasó a jugar un papel importante en los hábitos alimenticios, según señala la historiadora Annie Gray.

"Era una cuestión de '¿acaso tus niños se van a comer ese pedazo de pan seco?' No. Si le pones un poco de mermelada, ¿lograrás que se lo coman? Sí".
"La gente puede sacar algo de azúcar de su dieta y poco a poco llegar a un punto en el que comen menos de éste, pero seguir disfrutando de lo que comen. En cierta forma estarían reprogramando su paladar" - Naveed Sattar, escuela de Medicina de la Universidad de Glasgow
No pasó mucho tiempo antes de que el azúcar se convirtiera en un favorito de las despensas familiares.

"Si te fijas en la dieta de la clase trabajadora a principios del Siglo XIX, verás papas, pan, queso y mantequilla si tienes suerte, quizás un poco de grasa de tocineta", refiere la doctora Gray.

"Al final del siglo tenemos pan, mantequilla o margarina, mermelada y pastel".

Tan adictos eran los británicos a este nuevo sabor, que a principios del Siglo XIX consumían unos 5 kilos de azúcar por persona al año. Al final de siglo la cifra había subido a unos 21 kilos.

Excesos

Pero este nuevo placer tenía un precio.

"Gran parte del contenido calórico de los pobres en el Siglo XIX provenía del azúcar, y el problema con eso es que podrían haberlo obtenido de otras fuentes que también contuvieran nutrientes. La malnutrición de la época era terrible", precisa Gray.

Ésta no es la única consecuencia negativa de consumir azúcar en exceso. También está asociado a las caries, la obesidad y la alta presión arterial. Las dos últimas pueden conducir asimismon a enfermedades del corazón y a diabetes tipo 2.

Con todo, el azúcar está tan metido en nuestra dieta que parece un hábito difícil de romper.
Pero para el profesor Naveed Sattar, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Glasgow, hay esperanzas.

Azúcar y cucharilla
Favorito de las despensas familiares.

"La gente puede sacar algo de azúcar de su dieta y poco a poco llegar a un punto en el que comen menos dulce, pero seguir disfrutando lo que comen. En cierta forma estarían reprogramando su paladar", afirma.

Romper con un paradigma de siglos de sabores azucarados podría requerir de mucha fuerza de voluntad, aunque Sattar está seguro de que es posible.

"Reprogramar el paladar puede tomar un par de meses, pero puede lograrse", dice.


Tuesday, April 30, 2013

El imperio del retail (paula.cl)

 
Por mucho que se hable sobre el diseño de autor en Chile, cerca de 90% de las mujeres compra ropa en las grandes tiendas. O sea: casi todas nos vestimos en el retail. Sepa cómo funciona esta gigantesca industria de moda rápida y masiva, y cómo nos dicta lo que tenemos en el clóset cada temporada. 

En el año pasado fueron las flores. Flores estampadas en todas las poleras y vestidos. Flores en el metro y en las fiestas y en todos los catálogos que llegan con el diario del sábado. Admitamos que todas terminamos teniendo, al menos, alguna prenda floreada. ¿Por qué todas terminamos vistiéndonos igual? Porque las flores invadieron las grandes tiendas.

Es divertido que el significado exacto de “retail” sea “ventas al detalle” porque, en la práctica, el retail convierte en masivo todo lo que toca. No es un proceso instantáneo. Es un trabajo de hormiga que empieza años antes de que una tendencia se masifique. Y éste sí que es un negocio absolutamente masivo. Según Ricardo Bennett, gerente de negocios de vestuario en Paris, 90% de las mujeres chilenas compra ropa en multitiendas. Y se estima que 70% de la ropa que se vende en Chile, se vende en el retail.

El fenómeno es bastante único. En otros países, la moda masiva no se concentra en las multitiendas, sino en el retail especializado: Zara, H&M, Uniqlo, Topshop y otras marcas que impusieron el término fast fashion: moda accesible y muy rápida, en las que rotan las colecciones cada dos o tres semanas.

A diferencia de estas marcas, en Chile las multitiendas tienen ciclos de producción mucho más largos, porque mandan a hacer casi toda la ropa a China e India.Pero, presionadas por el fast fashion y por consumidoras cada vez más exigentes e informadas, han ido introduciendo marcas propias y exclusivas para poder competir en la carrera frenética por ser los primeros en lanzar –y masificar– la tendencia de turno. ¿Cómo lo hacen?




1. Levantan información de tendencias.

Alejandra Cuevas trabaja diseñando para retail. Está encargada de lo que llama “el maquillaje”. Esto es diseñar las etiquetas, los botones, los tiradores, la hebilla del cinturón, etc. Todos los pequeños detalles de las prendas. Además, se dedica a investigar tendencias: no las de ahora, sino las que se impondrán en uno, dos o tres años más. En este momento todas las multitiendas ya están definiendo sus colecciones de invierno 2012. En general, no tienen coolhunters propios, sino que –al igual que algunas grandes marcas, como Adidas– se suscriben a sitios web internacionales pagados que les van alertando de lo que pasa en las calles de las ciudades más cosmopolitas. “El círculo de la moda casi siempre parte en la calle”, dice Alejandra Cuevas. “De ahí salta a revistas vanguardistas, luego a las pasarelas, después a tiendas caras, de ahí al retail especializado como Forever 21 y Zara, después a las multitiendas, se masifica en la calle y al cabo de un rato todo vuelve a empezar, porque los diseñadores se dieron cuenta de que una adolescente agarró la polera de $ 2.990 y se la puso de otra forma o la transformó”.

Además de estos informes de coolhunters, los equipos de diseño del retail revisan constantemente blogs y sitios especializados de moda. “Pero también el último video de Lady Gaga, la última cartera que usó Zooey Deschanel, tienes que estar atenta a todas esas cosas”, apunta Alejandra. “En retail no te dejas llevar tanto por la pasarela sino por películas, videos, recitales, la comida que se está vendiendo, los aros que se están poniendo las adolescentes… Si ves fotos del último festival de música Coachella, toda la gente se viste muy hippy, folk, full Bob Dylan. Y ésa es la moda que viene el próximo año. O ahora que salió Cisne negro, se están viendo mucho las ballerinas y las pantys rosadas claritas”.

2. Viajan a comprar lo que está de moda.
 
En el retail chileno cada multitienda tiene marcas propias (por ejemplo, Falabella tiene Basement y Sybilla; Paris tiene Alaniz y Opposite). Las colecciones de estas marcas son diseñadas por equipos de la misma multitienda. Para eso, una vez que se identifica qué tendencia la llevará la próxima temporada, las diseñadoras jefas de cada marca viajan a comprar ropa o “muestras”, como ellas les llaman.

A estas diseñadoras se las conocecomo“compradoras”. Viajan unas seis veces al año a ferias de moda –como la colosal Bread and Butter, en Berlín, donde confluyen cientos de marcas de jeans de todo el mundo– pero, principalmente, vitrinean. Cada marca propia replica alguna extranjera: Americanino tiene como referente a Miss Sixty; Opposite a Forever 21, y así. Las compradoras barren estas tiendas y traen lo que esté haciendo furor para basar sus colecciones en esas muestras.

“Pasa que todas vamos a Topshop porque si lo tiene Topshop, seguro que a la gente le va a gustar. Hay una carrera desesperada en el retail por salir antes con una moda y pasa que muchas veces dos tiendas tienen lo mismo”, cuenta Magdalena Beytía, jefa de diseño de una marca propia de retail.

María Paz Recaman, jefa del departamento denim en Falabella, concuerda: “A veces viajas y ves que vienen las rayas, y piensas ‘qué lindo’. Pero después dices: ‘Dios mío, esto va a terminar igualque las flores, que al final ya nadie las quería ver más’. Tratamos de ser cuidadosas con las tendencias y de hacer transformaciones a las prendas que compramos”.

3. Diseñan en base a la ropa de fuera.
 
Las multitiendas tienen apenas dos o tres semanas para definir las colecciones de sus marcas propias: cientos de miles de prendas. “Tenemos un ritmo de trabajo de retail”, dice Magdalena Beytía. “A mí no me da el tiempo para sentarme con lápiz y papel y hacer 14 bocetos de una prenda. Si le pasas a tu confeccionador una polera de base y le dices: ‘córtale las mangas, bájale el escote y hazla con este estampado’, es mucho más fácil”. A las diseñadoras de las multitiendas no les gusta hablar de copia. Insisten en que se trata de un trabajo propio de diseño y adaptación de las tendencias al mercado chileno. Por ejemplo, saben que aunque en Europa el color de moda sea el amarillo, en Chile nadie lo va a comprar. “Se trata de hacer los mayores cambios posibles. Si te gustó la estructura de este vestido, le cambias las mangas, el estampado y los botones. Ahí está tu trabajo de diseño”, dice Alejandra Cuevas. “También mandamos a hacer telas y estampados, que muchas veces te hacen la diferencia”.

4. Mandan a hacer casi todo a China.
 
Gran parte del éxito en la venta de ropa de las multitiendas chilenas se debe a que tienen sus propias tarjetas de crédito –que casi triplican en titulares a las tarjetas de los bancos– y que los precios de sus prendas son muy bajos. Y son bajos porque mandan a hacer la ropa a China. “Argentina y Brasil tienen impuestos de entrada de sobre 100% para los productos de Oriente. En cambio, por los tratados de comercio, nuestros aranceles de importación para la ropa de China fluctúan entre 0 y 5%. Es nada”, explica Ricardo Bennett.

“En Chile es demasiado competitivo el negocio de las multitiendas”, agrega. “En los últimos años los precios del vestuario en todo el mundo subieron. Acá bajaron 20%. Zara vende mucho más cara la misma polera en España que en Chile. Por eso no ha entrado más el retail especializado: este mercado es chico y tendrían que pelear muy duramente con las grandes tiendas”. A China, por lo tanto, viajan las diseñadoras de las multitiendas con sus muestras bajo el brazo. “Entonces empieza toda una cadena”, dice María Paz Recaman. “Allá se fabrica la tela y se hace el moldaje. Después nos mandan pruebas y acá hacemos correcciones.

Luego vuelven a China para fabricar toda la colección. Las prendas llegan listas a Chile en barco y eso demora. En total el proceso se demora seis meses: mucho tiempo”. Ésta es una desventaja de las multitiendas frente a Zara, que prueba tendencias con mini colecciones. “Si no le diste con el palo al gato, no puedes hacer mucho, porque la producción se hace con un año de anticipación”, dice Alejandra Cuevas. “Ahora: si te diste cuenta que hay un imprescindible de la temporada que no tenías en tu colección, dices ‘filo, hagámoslo nacional’”. Todas las marcas fabrican una pequeña porción de ropa en Chile. Es mucho más caro, pero la calidad es mejor porque las diseñadoras pueden supervisar todo el proceso en persona. Y en 30 días pueden tener una colección pequeña lista para vender.

5. Inventan los pre-avances.

¿Por qué nos acostumbramos a ver publicidad de botas en enero? ¿O catálogos de vestidos sin mangas cuando todavía usamos abrigo y medias? Porque el retail así lo manda. “Antes, el año se dividía en invierno y verano. Hoy tenemos que ir metiendo mini colecciones dos veces al mes”, dice Ricardo Bennett. “La mujer ya no espera la temporada cuando viene una tendencia nueva. En el año pasado, por ejemplo, el boom fue la chaqueta de cuero: llegaron en enero, cuando había 32 grados en Santiago, y las vendías como loco”.

“Esto es consumo de masas y tú no te puedes arriesgar a lanzar una tendencia que la gente no va a entender”, grafica Alejandra Cuevas. “Entonces la metes de a poquito, en ciertas prendas o accesorios, para que se vaya afiatando. Y cuando la gente la entiende, la lanzas full. Por ejemplo, ahora los zuecos están pavimentando el camino para la moda años 70, que es lo que viene en el próximo año. Por eso, antes de cada temporada, fabricamos en Chile colecciones pequeñas que son el primer acercamiento a lo que viene. Da lo mismo que no se vendan tanto, porque sirven para posicionar las tendencias hasta que se hacen masivas.

También sirven mucho los catálogos. En todas las colecciones hay ciertas prendas que llamamos ‘prendas para revista’, las que sabemos que por estar en los catálogos se van a vender el doble”. “Si tienes una prenda mucho más fashion, al principio la va a comprar sólo la mujer que entienda más, pero cuando el retail lo empieza a comunicar en la vía pública, en los catálogos, ahí ya se dispara. Te mueres lo que costó que entraran los pitillos”, ejemplifica María Paz Recaman. “Hace cuatro años, cuando los trajimos, nadie los pescaba porque las chilenas son anchas de cadera. Ahora es un básico. Así vas construyendo las tendencias”.

6. Liquidan y vuelven a empezar.

El promedio que las chilenas gastan en ropa al mes es casi 50 mil pesos, según un estudio de Adimark y Unilever realizado en 2009. También concluye que 40% prefiere esperar las liquidaciones para comprar ropa y que sólo 14% compra al principio de temporada.

Por eso, las diseñadoras saben que no pueden medir el éxito de una colección sólo por las ventas totales: porque una prenda puede venderse muchísimo, pero únicamente porque está en liquidación. María Paz Recaman afirma que la Navidad pasada ella y todo el equipo de diseño de Falabella se instalaron en las tiendas a vender, para constatar in situ cómo se estaba comportando el público. A medida que volaban las chaquetas sin mangas, llamaban enseguida a las fábricas nacionales para pedir más. “Los que dictan son los compradores”, dice. “Así es como las multitiendas influyen en el gusto del público: les cuentan un cuento, les dicen ‘esto es lo que se usa’. El grupo de personas que tiene un gusto más exclusivo es pequeñísimo: al final la masa somos todos. Y todos llegamos a la multitienda”.

“A los chilenos no nos gusta que nos miren en la calle. Somos más bajo perfil. Y las grandes tiendas tienen una propuesta de precios súper agresiva. Por eso creo que en Chile se ha dado este fenómeno de moda tan masiva”, aventura Magdalena Beytía. “Pero en Nueva York nadie querría tener la misma polera, aunque cueste dos pesos”. “La chilena es súper influenciable en moda”, concluye lapidaria Alejandra Cuevas. “Es fácil meterle una idea en la cabeza, porque acá la gente no busca un look propio. Si lo ve en un catálogo y en un maniquí, y más encima tiene la tarjeta, listo”.

¿Por qué el retail tiene tanto éxito en Chile?
 
El boom del vestuario femenino en las grandes tiendas es un fenómeno local”, asegura Claudio Pizarro, profesor del Centro de Estudios del Retail de la Universidad de Chile. (www.ceret.cl). “En el mundo no existe este mismo modelo. Acá, triunfan por dos razones: una, son tiendas muy femeninas; dos, tienen tarjetas de crédito”. Ricardo Bennett, gerente de negocios de vestuario en Paris, confirma que, si bien el vestuario femenino no es la principal fuente de ingresos para una multitienda –Paris factura 1.200 millones de dólares al año, principalmente a través de la línea de hogar–, es fundamental porque la ropa es lo que genera el vínculo entre una mujer y la multitienda. Y las mujeres son las principales compradoras: generan 60 ó 70% de las ventas totales.

El famoso caso Zara
 
“Para entender el fast fashion es típico el ejemplo de Madonna, que una vez usó una polera en un recital. Dos semanas después, en su próximo recital, estaba lleno de cabras con la misma polera, seguramente producida por Zara”, cuenta Claudio Pizarro, profesor del Centro de Estudios del Retail de la Universidad de Chile (www.ceret.cl). La marca española Zara probablemente sea el caso más estudiado de retail especializado a nivel mundial. Dicen que cambió para siempre la industria de la moda con su fórmula –creada a fines de los 80– de ofrecer al menos dos colecciones nuevas por semana. Así nació el fast fashion: desde que surge una idea hasta que el producto está colgado en la tienda pasan apenas 3 semanas. Hoy, Zara tiene 1.500 tiendas en todo el mundo y factura más de 6 mil millones de euros al año. Y casi no hace publicidad.


Monday, April 15, 2013

La cantidad demandada y preferencias de los consumidores


El cuarto factor que determina la cantidad demandada de un bien o servicio es las preferencias o gustos de los consumidores.

Cuando cambian las preferencias se produce un desplazamiento de la curva de demanda: si un bien se pone de moda, los consumidores estarán dispuestos a comprar más cantidad por el mismo precio, provocando un aumento de demanda o desplazamiento a la derecha de la curva; el desplazamiento será hacia la izquierda si disminuye la demanda al dejar de gustar el bien o servicio.


Las modas cambian a menudo, unas veces como consecuencia de la publicidad, otras por avances tecnológicos. Existen múltiples ejemplos de este fenómeno: los pantalones pitillo o acampanados, los zapatos en punta o achatados, los mp4 o los móviles con internet que desplazan a los modelos anteriores, o la fidelidad a las marcas comerciales.


En las últimas décadas el marketing se ha desarrollado enormemente, y las grandes empresas estudian la conducta de los consumidores en sus bases psicológicas, guiando sus preferencias y creando necesidades nuevas. Un ejemplo de ello lo aporta el vídeo realizado por una empresa especializada en la investigación de tendencias de comportamiento y de consumo, dedicado a la juventud actual: "Todos queremos ser jóvenes".





La cantidad demandada y la renta de los consumidores


La renta de la que dispone una familia o un individuo es otra de las variables  con fuerte impacto en la demanda. De hecho, si no existe una renta mínima, si la persona no dispone de dinero, no puede comprar nada y, por tanto, no tiene demanda.

A medida que aumenta la renta, también lo hacen las posibilidades de compra, y en consecuencia, aumenta la demanda. De esta forma, la relación entre estas dos variables, cantidad demandada de un bien y renta del consumidor, es  positiva: más renta más demanda y viceversa. 




La variable analizada en el apartado anterior, el precio del bien, realmente se mide en relación a la renta, de manera inconsciente: una persona con unos ingresos muy bajos tiende a considerar caros casi todos los bienes del mercado, mientras que otra persona con altos ingresos tenderá a pensar que son baratos. Ello es así porque la referencia del consumidor a la hora de valorar cualquier bien, su barra de medir, es su presupuesto.


La curva de demanda y la renta


¿Qué ocurre con la curva de demanda-precio de un bien si varía la renta de los consumidores, permaneciendo constantes los otros factores? Es decir, se supone que el precio del bien y de los relacionados, así como los gustos del consumidor no varían, permanecen fijos; la única variable que dejamos que cambie es la renta del consumidor, que puede aumentar o disminuir.


En este caso toda la curva de demanda se desplaza, cambia su posición en las coordenadas. Esto es así porque ahora lo que cambia es una de las variables que no recogen las coordenadas, que representan el precio del bien y la cantidad demandada del mismo.


Si se trata de un bien normal, un incremento en la renta de los consumidores hará que estén dispuestos a comprar más cantidad para cada precio, produciéndose un desplazamiento de la curva de demanda hacia la derecha, como se representa en la gráfica siguiente:




Si los consumidores ven incrementada su renta, la demanda se desplaza paralelamente hacia la derecha hasta la posición verde en el gráfico. A un precio de 10 € la entrada de cine, ahora acudirán cada mes 250 consumidores, frente a 100 antes del aumento de renta. Si el precio por entrada es 2 € el número de entradas vendidas aumenta hasta 850, en vez de 700 con la renta más baja.


Podemos observar que, para cualquier precio, el incremento en la cantidad demandada siempre es de 150. Ello es así porque estamos considerando una función de demanda lineal y el aumento de renta no cambia la pendiente de la recta, sólo la desplaza hacia la derecha. De hecho, la nueva ecuación de la recta que representa la demanda desplazada es:

QD' = 1000 - 75P

que mantiene la pendiente negativa (-75) y aumenta el origen en la abscisa en 150 unidades, respecto a la ecuación anterior al incremento de renta.


Por el contrario, una disminución de la renta lleva a consumir menos cantidad para cada precio, y la curva se desplaza a la izquierda, como representa el gráfico siguiente:



En este caso el desplazamiento de la curva de demanda es paralelo hacia la izquierda, como consecuencia de la disminución de la renta de los consumidores: si el precio de la entrada es 10 € no están dispuestos a ir al cine; y si el precio es 2 € reducen las entradas a 550 mensuales, frente a las 700 antes de la bajada de renta. La nueva demanda viene dada por la encuación:

QD' = 700 - 75P

La expresión matemática indica que la recta se ha desplazado paralelamente, pues mantiene la pendiente (-75), y ha reducido el origen en la abscisa desde 850 hasta 700: para cada precio ahora se demandan 150 entradas menos.



Como consecuencia de la crisis económica la renta de las familias españolas ha caído, y con ella el consumo de bienes y servicios, como es el caso de los coches. Puedes leerlo en estas noticias de prensa relativas al año 2010: renta disponible y ventas de automóviles.

Los bienes inferiores



Si se trata de los llamados bienes inferiores, la relación con las variaciones de renta son al contrario que cuando los bienes son normales.


Un aumento en la renta de los consumidores hace disminuir el consumo de este tipo de bienes, por ser de calidad inferior, y la curva de demanda se desplaza a la izquierda.


Las disminuciones de renta, por el contrario, producen un incremento en la demanda, desplazándola hacia la derecha.


Un ejemplo de este tipo de bienes es el tabaco de liar frente a los cigarrillos, o cualquier bien o servicio de calidad menor respecto a la media.  

Fuente: https://sites.google.com/site/economia20parabachillerato/temario/tema-3-los-consumidores-y-la-demanda/2-la-funcion-de-demanda/la-cantidad-demandada-y-la-renta-de-los-consumidores

La cantidad demandada de un bien y su precio



El mecanismo del mercado utiliza los precios de los bienes como señales para la toma de decisiones de compra por los consumidores. El precio, por tanto, es una variable fundamental para el estudio de la demanda, y conviene "aislarla" del resto de variables de la función de demanda.

De esta forma, se puede analizar la relación de la cantidad demandada de un bien con su precio, ceteris paribus, es decir, manteniendo constantes las otras tres variables: la renta de los consumidores, el precio de los bienes relacionados y las preferencias.


¿Qué relación mantiene la demanda de un bien con su precio?


La Ley de la Utilidad Marginal Decreciente afirma que la satisfacción que obtiene un consumidor al incrementar sucesivamente las unidades que consume de un bien es cada vez menor. Este enunciado puede interpretarse también en términos de valor: el consumidor otorga un valor (medida de su utilidad) cada vez menor a las unidades adicionales de un bien.


De la ley se deduce que el precio que está dispuesto a pagar el consumidor por unidades adicionales del bien, es también decreciente. Por las primeras unidades del bien está dispuesto a pagar precios altos, correspondientes a un grado de satisfacción alto; pero cuanta más cantidad tiene del bien, menor es el grado de utilidad que le aporta, por lo que el precio que está dispuesto a pagar es menor cada vez.


Se obtiene de esta forma la Ley de la Demanda Decreciente, que asegura una relación inversa entre la cantidad demandada de un bien y su precio:


A menor precio mayor demanda y a mayor precio menor demanda





Supongamos un consumidor que nos revela sus intenciones de ir al cine mensualmente en función del precio de la entrada. La gráfica y la tabla siguientes muestran su elección para varios precios (€):



La curva de demanda resultante de las elecciones del consumidor es convexa y decreciente: si el precio de la entrada es 10 €, sólo iría al cine una vez al mes; si el precio baja a 6 € iría tres veces; y si fuera de 2 €  acudiría 7 veces cada mes.


Mediante el ejemplo se ha expresado la curva de demanda para un consumidor individual. Si se tratara de representar a todos los consumidores de un mercado, por ejemplo, de Estella, la curva de demanda sería el resultado de sumar horizontalmente las cantidades demandadas por los distintos consumidores para cada precio. Esta curva de demanda del mercado tiene la misma forma que la individual, pero en el eje de abscisas aparecen las sumas de las cantidades demandadas por el conjunto de consumidores, como se representa en esta otra gráfica:



La curva en este caso representa la cantidad demandada por todos los consumidores que forman el mercado para cada uno de los precios: a 10 €, irían al cine 100 consumidores cada mes, a 6 € la entrada el consumo aumentaría a 300 visitas, y a 2 € irían 700 personas en un mes.


Observa que cuando cambia el precio también lo hace la cantidad demandada, y nos deslizamos a lo largo de la curva para alcanzar la nueva combinación precio-cantidad.


En los ejemplos anteriores se han utilizado curvas convexas para representar la demanda, pero para facilitar su estudio y simplificar la realidad, se pueden usar funciones lineales y representar la demanda como una recta decreciente en relación al precio:
 




La expresión matemática de la función de demanda respecto al precio viene dada por la ecuación de la recta:

QD = 850 - 75P     ceteris paribus


La lectura de esta ecuación nos informa de los valores extremos de la recta que representa la demanda. Si el precio fuera cero (P=0) la cantidad demandada por el mercado sería de 850 entradas de cine al mes. Por otra parte, a un precio de 11,33 € nadie iría al cine (QD=0)


2. La función de demanda

Se denomina demanda a la cantidad de un bien o servicio que un consumidor está dispuesto a comprar en un período de tiempo. Observa que lo que se trata de medir es la "disposición a comprar" de los consumidores, y no sus compras reales.

Y ¿de qué depende la demanda de un bien, la cantidad que queremos comprar de ese bien?, o dicho de otra forma, ¿cuál es la función de demanda?

La observación de la realidad ha llevado a los economistas a concretar una serie de factores que inciden en la demanda de un bien o servicio: 

    • El precio del bien
    • La renta de los consumidores
    • Los precios de bienes sustitutivos y complementarios
    • Las preferencias o gustos de los consumidores
    • El tamaño del mercado (población con poder adquisitivo)
    • Las condiciones climatológicas
    • La legislación
    • Las expectativas sobre el futuro
    • Etcétera.

La lista de variables es larga y compleja, por lo que conviene simplificar. La teoría económica considera cuatro factores esenciales que influyen en la demanda de cualquier bien: su precio (P), la renta (R), el precio de bienes relacionados (P') y las preferencias del consumidor (G). El resto de variables, salvo situaciones especiales, no se consideran, de forma que la función de demanda viene dada por la expresión:
QD = f (P, R, P', G)

La cantidad demandada de un bien (QD)    "depende de"    P, R, P' y G


Trabajar simultáneamente con las cuatro variables que definen la función de demanda es complicado, y para simplificar la situación la teoría económica analiza de forma sucesiva la relación entre la cantidad demandada y cada uno de los factores que la determinan, considerando que el resto permanece invariable según la condición ceteris paribus. A continuación se estudia separadamente la relación de la demanda con cada una de esas variables que la determinan.


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