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Thursday, January 28, 2016

Queja (Vocabulario)

Queja

  1. f. Expresión de dolor,pena o sentimiento:
    las quejas de los heridos se podían oír desde lejos.
  2. Expresión de disgusto,disconformidad o enfado:
    no para de contarme sus quejas sobre ti.

Queja

  • lamento, gemido, quejido, llanto, lloro
  • querella, reclamación, protesta, demanda
  • descontento, sentimiento, pena, disgusto
    • Antónimos: satisfacción, contento

Sunday, February 9, 2014

¿De qué factores dependen la oferta y la demanda?

Continuamos nuestra serie de Conceptos de Economía. Hace un tiempo, Javier nos explicaba en qué consistían los conceptos de oferta y demanda. Con la intención de complementar ese post trataremos de explicar en este artículo cuáles son los factores de los que dependen tanto la oferta como la demanda. Analizaremos, por tanto, cuáles son los factores que condicionan los movimientos o desplazamientos de las curvas de oferta y demanda. 

Factores condicionantes de la demanda

Podríamos definir la demanda como la cantidad de un bien o servicio que están dispuestos a adquirir los demandantes a un precio determinado y condicionado por una serie de factores: el precio del bien en cuestión, el precio de los bienes relacionados, la renta disponible y los gustos o preferencias.

1. El precio del bien en cuestión: como es lógico, cuánto más caro sea un producto, normalmente menor será su demanda, mientras que cuánto más barato sea, mayor será la cantidad que los consumidores están dispuestos a adquirir.

2. El precio de los bienes relacionados. Distinguimos dos tipos de bienes:

  • Bienes complementarios: son bienes que se consumen conjuntamente, es decir, no es posible consumir uno sin consumir también el otro. Ejemplos de ellos son los coches y la gasolina, las zapatillas y los cordones o las lámparas y las bombillas. Al aumentar el precio de alguno de estos bienes, disminuye la demanda del mismo, pero también disminuye la demanda de su bien complementario. Así, si aumenta el precio de las bombillas, por ejemplo, disminuiría la demanda de este bien, pero también podría hacerlo la de las lámparas.

  • Bienes sustitutivos: son aquellos cuyo consumo es excluyente entre sí, es decir, consumir uno implica no consumir el otro, ya que ambos satisfacen la misma necesidad. Por ejemplo, el azúcar y la sacarina, la mantequilla y la margarina o el té y el café. Al aumentar el precio de uno de estos bienes, disminuye la demanda del mismo, pero aumenta la de su bien sustitutivo. Por ejemplo, si aumenta el precio de la mantequilla, disminuye la demanda de este bien y aumenta la de la margarina, su bien sustitutivo.

3. La renta disponible: la relación entre los cambios en la renta disponible y las variaciones de la demanda permite clasificar los bienes en:

  • Inferiores: son aquellas cuya demanda disminuye al aumentar la renta disponible. Por ejemplo, el transporte público, el tabaco de liar y las marcas blancas.
  • Normales: son aquellos cuya demanda aumenta en la misma proporción que la renta de los demandantes. Casi todos los bienes son normales.
  • De lujo: son aquellos cuya demanda aumenta sustancialmente al incrementarse la renta disponible. Por ejemplo, las joyas, los coches deportivos y las segundas residencias.

4. Las preferencias del consumidor: los gustos, las preferencias y la moda determinan el comportamiento de los demandantes con independencia de los precios o de la renta.


Factores condicionantes de la oferta

La oferta es la cantidad de un bien o servicio que las empresas están dispuestas a producir a un precio determinado y condicionado por una serie de factores: el precio del bien en cuestión, los costes de producción y los objetivos empresariales.

1. El precio del bien en cuestión. Normalmente, cuanto más caro sea un bien mayor será la cantidad del mismo que las empresas estén dispuestas a ofertar; del mismo modo, cuánto más barato sea, menor será su oferta.


2. Los costes de producción, que a su vez dependen de:

  • Los costes de los factores de producción: el beneficio empresarial se calcula como la diferencia entre los ingresos totales y los costes totales. Si aumentan los costes totales, disminuye el beneficio empresarial, por lo que la empresa podría optar por reducir su oferta para gastar menos. Si por el contrario disminuyen los costes, el beneficio aumentaría y con él también lo haría la oferta.

  • La tecnología: cuánto más eficiente sea una tecnología, mayores beneficios empresariales para la empresa, con lo que esta podría incrementar su oferta.

3. Los objetivos empresariales: no es lo mismo producir para un mercado con grandes expectativas de crecimiento que para otro en el que las expectativas sean reducidas. Cuánto mayores sean las expectativas, mayor será la oferta por parte de las empresas.


Wednesday, May 15, 2013

Psicología del Consumidor (laguia2000.com)

A la hora de comprar, todos se comportan igual.


Las Agencias de Publicidad utilizan técnicas psicológicas tanto para captar consumidores, como para modificar hábitos de consumo, promocionar productos, incrementar las ventas y crear necesidades.

Estas empresas se encargan de la promoción de todo tipo de cosas y de personas, incluyendo cantantes, actores, escritores, etc., siempre que estén dispuestos a cumplir con los requisitos que sean necesarios para llegar a ser conocidos por la mayor cantidad de público.

Las campañas publicitarias están compuestas de paquetes de actividades de alto costo, relacionadas con la presentación del producto en todos los medios de difusión por un período determinado, gasto que los productores están dispuestos a arriesgar cuando lo consideran una buena inversión. 

En una sociedad compleja un éxito no nace sino se hace, porque sólo el que está dispuesto a entregarse a la maquinaria del marketing, trituradora de carne, puede alcanzar la fama.

Este fenómeno no es privativo de una cultura determinada sino que ocurre en todo el mundo porque es la mejor forma y la más segura de lograr buenos negocios.

El lanzamiento de un producto alimenticio es cuidadosamente planificado con mucho detalle teniendo en cuenta la preferencia de los consumidores, las cuales son estudiadas minuciosamente antes del lanzamiento. 

Mediante encuestas, se realizan estudios de mercado que determinan las necesidades que existen en plaza y se diseña su presentación que tiene que ser lo suficientemente atractiva como para destacarse de los productos ya existentes.

Para mantener la venta de un producto a niveles deseables, aunque sea muy conocido y prestigioso, la publicidad debe ser constante y periódica, porque si esto no se hace, el público deja de comprarlo. 

Todo lo nuevo aparece como ventajoso en algún aspecto y la necesidad de los consumidores de tenerlo es un impulso irrefrenable que los expertos conocen muy bien. 

La competencia no descansa y continuamente aparecen nuevas marcas con precios más ventajosos que disminuye la demanda de los productos conocidos, los cuales tienen que mantener la publicidad para no perder a sus habituales consumidores.

Los recursos psicológicos que se utilizan en publicidad aprovechan las modas, la actual tendencia de la gente hacia lo saludable, el rechazo creciente del público hacia los productos con muchas calorías, el cambio de las estaciones, el afán de la mayoría por mantenerse jóvenes, y cualquier otro elemento que surja en el escenario social que cree una necesidad.

Los consumidores, sin darse cuenta, son manipulados por la publicidad, porque el público se maneja más emocionalmente que racionalmente.

La publicidad utiliza los colores para movilizar sensaciones. Una lata de tomates cuya etiqueta muestre tomates grandes y muy rojos se vende más que otra que tiene en su exterior un color más atenuado. Lo que sugiere la etiqueta vende, independientemente del precio y la marca.

¿Por qué compra la gente una cosa y no otra? Las razones no existen, porque el impulso de comprar no es racional.

El costo de la publicidad supera ampliamente el costo de la fabricación del producto, de manera que se debe estar dispuesto al principio a no obtener ninguna ganancia.

Una mujer bonita en una publicidad vende más que una mujer madura y también más que un hombre.

Los avances de la técnica fotográfica hacen que una mujer exitosa muy madura se vea siempre como si tuviera treinta años o menos, de modo que una modelo publicitaria, si es famosa y representa la cara de un producto puede permanecer promocionándolo prácticamente siempre.

Porque los objetos se identifican con un rostro bello y querido a quien la mayoría no desea ser desleal.

Un personaje famoso que se dedica a la publicidad, debe mantenerse fiel a esa imagen, porque si llega a alterarla, ya sea por actitudes o comportamientos considerados inapropiados, puede perder su posición, porque él es también el producto que promociona.

Cada segmento del mercado tiene un modelo publicitario adecuado, porque en publicidad no significa lo mismo promocionar leche que perfume. 

Para la promoción de leche la persona elegida para la publicidad tiene que ser intachable y tener un aspecto tan puro como ese producto, porque es el alimento de los niños, y un modelo con aspecto desaliñado no es lo adecuado, aunque esta característica no tenga nada que ver con la leche desde el punto de vista lógico.

Los autos son promocionados por mujeres esculturales que sugieren la posibilidad de conseguirla teniendo el vehículo, idea que existe en el imaginario masculino y que da resultado.

La ropa se exhibe en maniquíes de talles chicos para crear la ilusión en los compradores de verse, con ese atuendo, igual que ellos.

En publicidad no se deja nada librado al azar, porque todo se orienta a enviar mensajes psicológicos subliminales para manipular y atraer a los consumidores.

Monday, April 15, 2013

La cantidad demandada y preferencias de los consumidores


El cuarto factor que determina la cantidad demandada de un bien o servicio es las preferencias o gustos de los consumidores.

Cuando cambian las preferencias se produce un desplazamiento de la curva de demanda: si un bien se pone de moda, los consumidores estarán dispuestos a comprar más cantidad por el mismo precio, provocando un aumento de demanda o desplazamiento a la derecha de la curva; el desplazamiento será hacia la izquierda si disminuye la demanda al dejar de gustar el bien o servicio.


Las modas cambian a menudo, unas veces como consecuencia de la publicidad, otras por avances tecnológicos. Existen múltiples ejemplos de este fenómeno: los pantalones pitillo o acampanados, los zapatos en punta o achatados, los mp4 o los móviles con internet que desplazan a los modelos anteriores, o la fidelidad a las marcas comerciales.


En las últimas décadas el marketing se ha desarrollado enormemente, y las grandes empresas estudian la conducta de los consumidores en sus bases psicológicas, guiando sus preferencias y creando necesidades nuevas. Un ejemplo de ello lo aporta el vídeo realizado por una empresa especializada en la investigación de tendencias de comportamiento y de consumo, dedicado a la juventud actual: "Todos queremos ser jóvenes".





La cantidad demandada y los precios de bienes relacionados



La cantidad demandada de un bien también depende de cuáles sean los precios de otros bienes con los que tiene relación. Así, no es indiferente el precio de la gasolina en el consumo de coches; o el precio de los vuelos en avión en el uso del tren de alta velocidad.


A continuación se analiza el efecto de los precios de los bienes relacionados (sustitutivos y complementarios) en la cantidad demandada de un bien o servicio. 



1. Bienes sustitutivos



Los bienes sustitutivos son los que satisfacen la misma necesidad. Muchos de los bienes o servicios que consumimos tienen sustitutivos más o menos cercanos, aunque la forma de satisfacer la necesidad no sea idéntica: podemos viajar en coche o en tren, comer una fruta u otra, comprar un armario de madera maciza o de madera contrachapada, etc.


¿Qué ocurre si aumenta el precio de un bien que es sustitutivo del que estamos considerando?


Por ejemplo, un incremento en el precio de los cigarrillos, ¿cómo afectará a la demanda de tabaco de liar? Se puede esperar que una parte de los consumidores abandonen el consumo de cigarrillos y pase a consumir picadura por lo que aumentará la demanda de éste, desplazándose toda la curva hacia la derecha.


Es lo que se llama "efecto sustitución", del que podemos ver el ejemplo del tabaco en esta noticia.


Cuando el precio de un bien sustitutivo disminuye, sucede justo lo contrario: una parte de los consumidores abandonarán la compra del bien considerado y pasarán a consumir el bien cuyo precio ha bajado. Ello dará lugar a una disminución de la demanda del bien, desplazando la curva hacia la izquierda. 


2. Bienes complementarios



Los bienes complementarios se consumen conjuntamente, como el coche y la gasolina, las lentillas y el líquido de conservación, o la pintura y el pincel. 



Si tomamos como ejemplo la demanda de coches, ¿qué sucede si aumenta el precio de la gasolina? el efecto en este caso será un menor consumo no sólo de gasolina, sino también de coches, por lo que la demanda se desplazará hacia la izquierda, indicando una menor cantidad demandada para cada precio. Lo contrario ocurrirá ante una bajada del precio de la gasolina, que hará que la demanda de coches se desplace hacia la derecha, recogiendo el aumento en la cantidad demandada para cada precio.

La cantidad demandada y la renta de los consumidores


La renta de la que dispone una familia o un individuo es otra de las variables  con fuerte impacto en la demanda. De hecho, si no existe una renta mínima, si la persona no dispone de dinero, no puede comprar nada y, por tanto, no tiene demanda.

A medida que aumenta la renta, también lo hacen las posibilidades de compra, y en consecuencia, aumenta la demanda. De esta forma, la relación entre estas dos variables, cantidad demandada de un bien y renta del consumidor, es  positiva: más renta más demanda y viceversa. 




La variable analizada en el apartado anterior, el precio del bien, realmente se mide en relación a la renta, de manera inconsciente: una persona con unos ingresos muy bajos tiende a considerar caros casi todos los bienes del mercado, mientras que otra persona con altos ingresos tenderá a pensar que son baratos. Ello es así porque la referencia del consumidor a la hora de valorar cualquier bien, su barra de medir, es su presupuesto.


La curva de demanda y la renta


¿Qué ocurre con la curva de demanda-precio de un bien si varía la renta de los consumidores, permaneciendo constantes los otros factores? Es decir, se supone que el precio del bien y de los relacionados, así como los gustos del consumidor no varían, permanecen fijos; la única variable que dejamos que cambie es la renta del consumidor, que puede aumentar o disminuir.


En este caso toda la curva de demanda se desplaza, cambia su posición en las coordenadas. Esto es así porque ahora lo que cambia es una de las variables que no recogen las coordenadas, que representan el precio del bien y la cantidad demandada del mismo.


Si se trata de un bien normal, un incremento en la renta de los consumidores hará que estén dispuestos a comprar más cantidad para cada precio, produciéndose un desplazamiento de la curva de demanda hacia la derecha, como se representa en la gráfica siguiente:




Si los consumidores ven incrementada su renta, la demanda se desplaza paralelamente hacia la derecha hasta la posición verde en el gráfico. A un precio de 10 € la entrada de cine, ahora acudirán cada mes 250 consumidores, frente a 100 antes del aumento de renta. Si el precio por entrada es 2 € el número de entradas vendidas aumenta hasta 850, en vez de 700 con la renta más baja.


Podemos observar que, para cualquier precio, el incremento en la cantidad demandada siempre es de 150. Ello es así porque estamos considerando una función de demanda lineal y el aumento de renta no cambia la pendiente de la recta, sólo la desplaza hacia la derecha. De hecho, la nueva ecuación de la recta que representa la demanda desplazada es:

QD' = 1000 - 75P

que mantiene la pendiente negativa (-75) y aumenta el origen en la abscisa en 150 unidades, respecto a la ecuación anterior al incremento de renta.


Por el contrario, una disminución de la renta lleva a consumir menos cantidad para cada precio, y la curva se desplaza a la izquierda, como representa el gráfico siguiente:



En este caso el desplazamiento de la curva de demanda es paralelo hacia la izquierda, como consecuencia de la disminución de la renta de los consumidores: si el precio de la entrada es 10 € no están dispuestos a ir al cine; y si el precio es 2 € reducen las entradas a 550 mensuales, frente a las 700 antes de la bajada de renta. La nueva demanda viene dada por la encuación:

QD' = 700 - 75P

La expresión matemática indica que la recta se ha desplazado paralelamente, pues mantiene la pendiente (-75), y ha reducido el origen en la abscisa desde 850 hasta 700: para cada precio ahora se demandan 150 entradas menos.



Como consecuencia de la crisis económica la renta de las familias españolas ha caído, y con ella el consumo de bienes y servicios, como es el caso de los coches. Puedes leerlo en estas noticias de prensa relativas al año 2010: renta disponible y ventas de automóviles.

Los bienes inferiores



Si se trata de los llamados bienes inferiores, la relación con las variaciones de renta son al contrario que cuando los bienes son normales.


Un aumento en la renta de los consumidores hace disminuir el consumo de este tipo de bienes, por ser de calidad inferior, y la curva de demanda se desplaza a la izquierda.


Las disminuciones de renta, por el contrario, producen un incremento en la demanda, desplazándola hacia la derecha.


Un ejemplo de este tipo de bienes es el tabaco de liar frente a los cigarrillos, o cualquier bien o servicio de calidad menor respecto a la media.  

Fuente: https://sites.google.com/site/economia20parabachillerato/temario/tema-3-los-consumidores-y-la-demanda/2-la-funcion-de-demanda/la-cantidad-demandada-y-la-renta-de-los-consumidores

La cantidad demandada de un bien y su precio



El mecanismo del mercado utiliza los precios de los bienes como señales para la toma de decisiones de compra por los consumidores. El precio, por tanto, es una variable fundamental para el estudio de la demanda, y conviene "aislarla" del resto de variables de la función de demanda.

De esta forma, se puede analizar la relación de la cantidad demandada de un bien con su precio, ceteris paribus, es decir, manteniendo constantes las otras tres variables: la renta de los consumidores, el precio de los bienes relacionados y las preferencias.


¿Qué relación mantiene la demanda de un bien con su precio?


La Ley de la Utilidad Marginal Decreciente afirma que la satisfacción que obtiene un consumidor al incrementar sucesivamente las unidades que consume de un bien es cada vez menor. Este enunciado puede interpretarse también en términos de valor: el consumidor otorga un valor (medida de su utilidad) cada vez menor a las unidades adicionales de un bien.


De la ley se deduce que el precio que está dispuesto a pagar el consumidor por unidades adicionales del bien, es también decreciente. Por las primeras unidades del bien está dispuesto a pagar precios altos, correspondientes a un grado de satisfacción alto; pero cuanta más cantidad tiene del bien, menor es el grado de utilidad que le aporta, por lo que el precio que está dispuesto a pagar es menor cada vez.


Se obtiene de esta forma la Ley de la Demanda Decreciente, que asegura una relación inversa entre la cantidad demandada de un bien y su precio:


A menor precio mayor demanda y a mayor precio menor demanda





Supongamos un consumidor que nos revela sus intenciones de ir al cine mensualmente en función del precio de la entrada. La gráfica y la tabla siguientes muestran su elección para varios precios (€):



La curva de demanda resultante de las elecciones del consumidor es convexa y decreciente: si el precio de la entrada es 10 €, sólo iría al cine una vez al mes; si el precio baja a 6 € iría tres veces; y si fuera de 2 €  acudiría 7 veces cada mes.


Mediante el ejemplo se ha expresado la curva de demanda para un consumidor individual. Si se tratara de representar a todos los consumidores de un mercado, por ejemplo, de Estella, la curva de demanda sería el resultado de sumar horizontalmente las cantidades demandadas por los distintos consumidores para cada precio. Esta curva de demanda del mercado tiene la misma forma que la individual, pero en el eje de abscisas aparecen las sumas de las cantidades demandadas por el conjunto de consumidores, como se representa en esta otra gráfica:



La curva en este caso representa la cantidad demandada por todos los consumidores que forman el mercado para cada uno de los precios: a 10 €, irían al cine 100 consumidores cada mes, a 6 € la entrada el consumo aumentaría a 300 visitas, y a 2 € irían 700 personas en un mes.


Observa que cuando cambia el precio también lo hace la cantidad demandada, y nos deslizamos a lo largo de la curva para alcanzar la nueva combinación precio-cantidad.


En los ejemplos anteriores se han utilizado curvas convexas para representar la demanda, pero para facilitar su estudio y simplificar la realidad, se pueden usar funciones lineales y representar la demanda como una recta decreciente en relación al precio:
 




La expresión matemática de la función de demanda respecto al precio viene dada por la ecuación de la recta:

QD = 850 - 75P     ceteris paribus


La lectura de esta ecuación nos informa de los valores extremos de la recta que representa la demanda. Si el precio fuera cero (P=0) la cantidad demandada por el mercado sería de 850 entradas de cine al mes. Por otra parte, a un precio de 11,33 € nadie iría al cine (QD=0)


2. La función de demanda

Se denomina demanda a la cantidad de un bien o servicio que un consumidor está dispuesto a comprar en un período de tiempo. Observa que lo que se trata de medir es la "disposición a comprar" de los consumidores, y no sus compras reales.

Y ¿de qué depende la demanda de un bien, la cantidad que queremos comprar de ese bien?, o dicho de otra forma, ¿cuál es la función de demanda?

La observación de la realidad ha llevado a los economistas a concretar una serie de factores que inciden en la demanda de un bien o servicio: 

    • El precio del bien
    • La renta de los consumidores
    • Los precios de bienes sustitutivos y complementarios
    • Las preferencias o gustos de los consumidores
    • El tamaño del mercado (población con poder adquisitivo)
    • Las condiciones climatológicas
    • La legislación
    • Las expectativas sobre el futuro
    • Etcétera.

La lista de variables es larga y compleja, por lo que conviene simplificar. La teoría económica considera cuatro factores esenciales que influyen en la demanda de cualquier bien: su precio (P), la renta (R), el precio de bienes relacionados (P') y las preferencias del consumidor (G). El resto de variables, salvo situaciones especiales, no se consideran, de forma que la función de demanda viene dada por la expresión:
QD = f (P, R, P', G)

La cantidad demandada de un bien (QD)    "depende de"    P, R, P' y G


Trabajar simultáneamente con las cuatro variables que definen la función de demanda es complicado, y para simplificar la situación la teoría económica analiza de forma sucesiva la relación entre la cantidad demandada y cada uno de los factores que la determinan, considerando que el resto permanece invariable según la condición ceteris paribus. A continuación se estudia separadamente la relación de la demanda con cada una de esas variables que la determinan.


1. La conducta de los consumidores

 
Las necesidades humanas son culturales y siempre crecientes, como vimos en el primer tema, y una parte importante de ellas son de tipo económico, es decir, para satisfacerlas se requieren bienes escasos. 


La teoría económica supone que el objetivo que persiguen las unidades de consumo, familias o consumidores, es aumentar todo lo posible su bienestar mediante el consumo de bienes y servicios: cuanto mayor es su consumo, mayor es el grado de satisfacción y de bienestar de los ciudadanos en cualquier sociedad. Ahora bien, el límite al consumo viene dado por el dinero disponible para comprar en el mercado, por la renta de los consumidores. Teniendo en cuenta esta restricción, el consumidor racional utilizará su presupuesto de forma que, dados unos precios de los distintos bienes y servicios, y dadas sus preferencias o gustos, consiga el mayor número de bienes y, por tanto, el mayor grado de utilidad o satisfacción. 



Reflexiona sobre este supuesto de la teoría económica. ¿Realmente más consumo significa más utilidad, es decir, más felicidad? ¿en nuestra sociedad se cumple esta hipótesis? ¿ha sido siempre así?
Quizá esta imagen te ayude en la reflexión:



En cualquier caso, y aunque se trata de una hipótesis discutible, éstos son los supuestos básicos de la teoría económica acerca del comportamiento de los consumidores, asumiendo la Ley de los Grandes Números de la teoría de la probabilidad, que garantiza que cuando una muestra es suficientemente grande, su promedio esperado es muy próximo al de la población total. Es decir, la Economía prevé el comportamiento racional de la mayoría de los consumidores, de la masa, y no el de un individuo concreto, que puede ser tan atípico como se quiera. Un error que suele cometerse a menudo, es considerar que lo que hago "yo" es lo que hacen el resto de consumidores, sin tener en cuenta que nuestro comportamiento puede estar fuera de la media.

EL CONSUMO Y LA UTILIDAD

Si observamos con un poco más de detalle nuestra conducta como consumidores, podemos analizar cómo cambia la utilidad que obtenemos cuando consumimos un bien cualquiera. Con las primeras unidades de consumo, normalmente la satisfacción conseguida es grande. Pero si seguimos aumentando el consumo de ese bien, llegará un momento en que la utilidad sea cada vez menor, e incluso se convierta en insatisfacción o desutilidad.

Por ejemplo, una persona a la que le encantan los helados, disfruta con un buen cucurucho de su sabor preferido. Pero no contento con el primero, se toma otro que lo saborea con el mismo placer o más que el anterior.  Sin embargo, a partir del tercer helado la satisfacción que recibe empieza a disminuir, y si se toma hasta seis helados probablemente tenga un cólico que le cree una gran insatisfacción.

Este hecho, que se repite para prácticamente todos los bienes en algún momento, significa que los seres humanos valoramos más aquello de lo que tenemos escasez que de lo que tenemos abundancia: si dispongo de muchos vestidos, los valoro menos que si tuviera sólo uno o pocos.

A este comportamiento se le llama la Ley de la Utilidad Marginal Decreciente, porque a partir de un determinado momento, cada unidad adicional de consumo genera una utilidad adicional o marginal para el consumidor cada vez menor.





El gráfico representa, mediante una curva decreciente, el comportamiento de la utilidad o satisfacción marginal que genera el consumo de una unidad adicional de cualquier bien.


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