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Sunday, September 14, 2014

Crisis del cuarto de vida (Wikipedia)


La Crisis del cuarto de vida es un término aplicado al período de la vida que sigue después de la adolescencia, usualmente entre los 20 y los 30 años de edad. El concepto proviene de una analogía con la crisis de la mediana edad. En la actualidad, es ampliamente aceptado por terapeutas y profesionales de la salud mental.

Abby Wilner acuñó la frase en 1997, y es coautora del primer libro que identifica el fenómeno, publicado en 2001. Varios otros libros han sido escritos en diversos países desde entonces.

Aspectos emocionales

Son características de esta etapa, las siguientes:
  • Sentirse que uno no es suficientemente bueno porque no se puede encontrar un trabajo acorde a la preparación académica o la capacidad intelectual propia.
  • Frustración con las relaciones, el mundo laboral y encontrar un trabajo o profesión adecuados.
  • Confusión de identidad.
  • Inseguridad acerca del futuro inmediato.
  • Inseguridad respecto a los logros obtenidos hasta el momento en la vida.
  • Reevaluación de las relaciones interpersonales cercanas.
  • Desilusión por el trabajo.
  • Nostalgia por la vida secundaria.
  • Tendencia a tener opiniones más radicales sobre diversos temas.
  • Sentirse aburrido de las relaciones sociales.
  • Estrés de origen financiero.
  • Sentirse solitario.
  • Desear tener hijos.
  • Tener la idea de que, de alguna manera, a todo mundo le va mejor que a uno mismo.
Tras la educación universitaria el ser humano entra al "mundo real" después de ingresar en la vida adulta y sus responsabilidades, algunos individuos se encuentran en un punto donde sus profesiones parecen no avanzar. Estos sentimientos e inseguridades no son extraños a estas ni otras edades de la vida adulta. En el contexto de la Crisis del Cuarto de Vida, sin embargo, ocurren justo después de que una persona (usualmente con, lo que trae una gran inseguridad. Esto puede darse luego del primer trabajo serio, o justo al graduarse de la universidad. Sin importar lo anterior, el mundo real es más duro, competitivo y menos compasivo de lo que uno se puede haber imaginado. Y para empeorar las cosas, los títulos universitarios y de otros tipos, en los que se invirtió tanto tiempo y dinero, sirven de poco para enfrentar estas situaciones.[cita requerida]
Al ir cediendo los subes-y-bajas emocionales de la adolescencia y universidad, muchos de los que atraviesan esta crisis experimentan un cierto grado de apatía hacia la vida. Mientras que las interacciones emocionales pueden haber sido intensas en la secundaria y universidad, donde más o menos todos tienen la misma edad y las hormonas están muy activas, dichas interacciones se tornan más sutiles y privadas en la vida adulta.[cita requerida] Nadie (especialmente hombres veinteañeros) quiere admitir sentirse como un perdedor. Esta frustración secreta intensifica el problema.[cita requerida]

Inclusive, un factor que contribuye a esta crisis es la dificultad para adaptarse al ambiente laboral. En la universidad, las expectativas de los profesores eran de conocimiento público (en contraste, a menudo es difícil llevarse bien con un jefe), y los estudiantes recibían constante aprobación (o reprobación) acerca de su desempeño en los cursos de la universidad. Se progresaba de forma semestral (o incluso cuatrimestral). En cambio, en el trabajo, a menudo un individuo ignora por completo la opinión de su jefe respecto a su trabajo, o si le cae bien o mal a sus compañeros de trabajo. No hay una forma automática de progresar en lo laboral (como era simplemente aprobar un curso en la universidad). Las políticas de las empresas requieren habilidades interpersonales que ni siquiera son necesarias en un ambiente educacional. Los "adultos emergentes" eventualmente aprenden estas cualidades, pero el proceso (a menudo comparado con el aprendizaje de una lengua extranjera) es a menudo sumamente estresante.[cita requerida]



Sunday, April 13, 2014

Cultura, Sociedad e Individuo (Resumen)

 

1. El concepto de cultura es uno de los más importantes en sociología. La cultura tiene que ver con las formas de vida de los miembros de una sociedad o de sus grupos.
 
Comprende el arte, la literatura y la pintura, pero también otras manifestaciones más generales. Por ejemplo, otros elementos de la cultura son la forma de vestir de las personas, sus costumbres, pautas laborales y ceremonias religiosas.

2. La cultura es lo que, en gran parte, nos hace humanos. Sin embargo, como seres humanos, también compartimos una herencia biológica común. La especie humana surgió como resultado de un largo proceso de evolución biológica. El ser humano forma parte de una de las divisiones de los mamíferos superiores, los primates, con los que tiene en común muchascaracterísticas psicológicas.

3. La sociobiología es importante principalmente por lo que nos dice acerca del comportamiento animal; las ideas sociobiológicas acerca de la vida social humana son muy especulativas. La genética influye en nuestro comportamiento pero nuestro bagaje genético probablemente sólo condiciona las potencialidades de nuestro comportamiento, no el contenido real de nuestras actividades.

4. Los seres humanos no tienen instintos, considerados éstos como pautas complejas de comportamiento no aprendido. Un conjunto de reflejos simples, junto a una serie de necesidades orgánicas, son características innatas del individuo humano.

5. Las formas de comportamiento que se encuentran en todas, o casi todas, las culturas se denominan universales culturales. El lenguaje, la prohibición del incesto e instituciones como el matrimonio, la familia, la religión y la propiedad son las principales clases de universales culturales pero, dentro de estas categorías generales, existen muchas diferencias de una sociedad a otra en cuanto a los valores y formas de comportamiento.

6. Aprendemos las características de nuestra cultura a través de la socialización, que es el proceso por el cual, mediante el contacto con otros seres humanos, el indefenso bebé se va convirtiendo gradualmente en una persona consciente de sí misma, con conocimientos y diestra en las manifestaciones de una cultura dada.

7. La obra de Sigmund Freud sugiere que el niño pequeño aprende a ser un ente autónomo sólo cuando aprende a equilibrar las exigencias del entorno con los deseos apremiantes provenientes del inconsciente. Nuestra capacidad de autoconciencia se construye, penosamente, sobre la represión de los impulsos inconscientes.

8. Según G. H. Mead, el niño percibe que es un agente independiente viendo a otros comportarse con él de una manera normal. En un estadio posterior, al entrar en los juegos organizados y aprender sus reglas, el niño llega a comprender al "otro generalizado", es decir, los valores generales y las reglas morales. 

9. Jean Piaget distingue varias fases básicas en el desarrollo de la capacidad del niño para dar sentido al mundo. Cada una de ellas supone la adquisición de nuevas capacidades cognitivas y depende de la conclusión satisfactoria de la anterior. Según Piaget, estas fases del desarrollo cognitivo son rasgos universales de la socialización.

10. La socialización continúa durante todo el ciclo vital. En cada una de las fases de la vida hay que realizar una serie de transiciones y superar ciertas crisis. Esto incluye enfrentarse a la muerte como la conclusión de la existencia personal.

Fuente: Manual de Sociología, Giddens

Sunday, March 16, 2014

Efectos del alcohol en el cuerpo humano


Son muy diversos los efectos del alcohol a medio y largo plazo y actúan sobre múltiples órganos y sistemas.

En el cerebro y sistema nervioso

  • El consumo de alcohol afecta gradualmente las funciones cerebrales, en primer lugar a las emociones (cambios súbitos de humor), los procesos de pensamiento y el juicio. Si continúa la ingesta de alcohol se altera el control motor, produciendo mala pronunciación al hablar, reacciones más lentas y pérdida del equilibrio.3
  • Altera la acción de los neurotransmisores, y modifica su estructura y función. Ello produce múltiples efectos: disminución de la alerta, retardo de los reflejos, cambios en la visión, pérdida de coordinación muscular, temblores y alucinaciones. Disminuye el autocontrol, afecta a la memoria, la capacidad de concentración y las funciones motoras.
  • La combinación de los anteriores efectos es causa de múltiples accidentes laborales y de circulación, que cuestan la vida cada año a millones de personas en todo el mundo.
  • El alcohol es responsable de más del 73% de los accidentes con víctimas mortales.4
  • El alcohol daña las células cerebrales, así como los nervios periféricos, de forma irreversible.5
  • La disminución de vitamina B1 producida por el alcohol puede llevar a la enfermedad de Wernicke-Korsakoff, que provoca alteraciones de los sentimientos, pensamientos y memoria de la persona. Los afectados confunden la realidad con sus invenciones.
  • Produce trastornos del sueño.
  • Las personas alcohólicas se aíslan de su entorno social, suelen padecer crisis en los ámbitos familiares (discusiones, divorcios, abandonos) y laboral (pérdida del empleo), lo que los conduce a la depresión y, en algunos casos, al suicidio.6
  • Perdida progresiva de la memoria y de otras capacidades mentales.
  • La mayor parte de sus efectos depende del grado de consumo, centros superiores como: el habla o el juicio se deprimen en primera instancia tiempo después centros inferiores como: la respiración y los reflejos espinales.
  • En dosis mayores tanto los mecanismos inhibitorios como excitatorios se ven disminuidos, pudiendo llegar hasta el estado de coma.
  • En fases avanzadas produce alteraciones mentales serias y daño cerebral irreversible.
  • Periodos de amnesia, con alteración profunda de la memoria y la conciencia de diversa duración (minutos, horas o hasta días).

En el corazón y aparato circulatorio

  • Aumenta la actividad cardíaca (aunque un consumo muy moderado mejora la circulación, una dosis superior produce daños).
  • En dosis elevadas aumenta la presión sanguínea (hipertensión) y produce daño en el músculo cardíaco por sus efectos tóxicos.
  • Debilita la musculatura cardíaca y por consiguiente, la capacidad para bombear sangre.
  • Produce vasodilatación periférica, lo que genera enrojecimiento y un aumento de la temperatura superficial de la piel.

En el aparato digestivo: estómago, páncreas, hígado, esófago...

Las molestias gástricas son debidas a erosiones en las mucosas producidas por el etanol. El ardor estomacal será mayor si se han mezclado diferentes bebidas o combinados, ya que la irritación gástrica se deberá a todos los componentes bebidos.
  • Aumenta la producción de ácido gástrico que genera irritación e inflamación en las paredes del estómago por lo que, a largo plazo, pueden aparecer úlceras, hemorragias y perforaciones de la pared gástrica.
  • El cáncer de estómago ha sido relacionado con el abuso del alcohol. También provoca cáncer de laringe, esófago y páncreas.
  • Provoca esofagitis, una inflamación del esófago, varices esofágicas sangrantes y desgarros de Mallory-Weiss.
  • Puede producir pancreatitis aguda, una enfermedad inflamatoria severa del páncreas, con peligro de muerte.
  • Puede provocar pancreatitis crónica, que se caracteriza por un intenso dolor permanente.
  • Otras alteraciones posibles son la diabetes tipo II y peritonitis.
  • El hígado es el órgano encargado de metabolizar el alcohol, que es transformado por las enzimas del hígado primero en acetaldehído y después en acetato y otros compuestos. Este proceso es lento y no está exento de daños (el acetaldehído despolariza las proteínas, oxida los lípidos, consume vitaminas del grupo B y daña los tejidos).
  • Al irritarse la célula hepática es posible que se produzca hepatitis alcohólica, debido a la destrucción celular e inflamación tisular. Con el tiempo, el hígado evoluciona (hígado graso o esteatosis) para adaptarse a la sobrecarga metabólica, pudiendo llegar a hepatitis y más tarde a la cirrosis hepática, producto de la muerte celular y la degeneración del órgano. Esta grave enfermedad puede degenerar finalmente en cáncer de hígado y producir la muerte.
  • Otros signos de alteración hepática son la ictericia, un tono amarillento que adquiere la piel y la esclerótica, y los edemas, acumulación de líquido en las extremidades.
  • Altera la función del riñón, reduciendo los niveles de la hormona antidiurética, provocando deshidratación y tomando agua de otros órganos como el cerebro, lo cual genera dolor de cabeza.
  • El alcohol aporta abundantes calorías (7 kcal por gramo de alcohol) con escaso valor nutritivo. No nutre pero elimina el apetito, sustituye a otros alimentos más completos y a la larga puede generar desnutrición. Esto se agrava pues inhibe la absorción de algunas vitaminas y minerales.

En la sangre

Representación de los efectos del alcohol en la visión.

En los sistemas inmunitario y reproductor

En el embarazo y el feto

  • El abuso del alcohol en el embarazo puede desencadenar el Síndrome alcohólico fetal. Sus síntomas son un retardo del crecimiento, alteración de rasgos cráneo-faciales, malformaciones cardíacas, malformaciones hepáticas, malformaciones renales y malformaciones oculares.
  • El mayor daño se produce en el sistema nervioso central del feto, en el que puede aparecer retraso mental.

Síndrome de dependencia alcohólica (alcoholismo)

Es uno de los problemas más graves asociados al consumo de alcohol por la gran cantidad e importancia de los síntomas que engloba.7


Monday, April 15, 2013

La cantidad demandada y la renta de los consumidores


La renta de la que dispone una familia o un individuo es otra de las variables  con fuerte impacto en la demanda. De hecho, si no existe una renta mínima, si la persona no dispone de dinero, no puede comprar nada y, por tanto, no tiene demanda.

A medida que aumenta la renta, también lo hacen las posibilidades de compra, y en consecuencia, aumenta la demanda. De esta forma, la relación entre estas dos variables, cantidad demandada de un bien y renta del consumidor, es  positiva: más renta más demanda y viceversa. 




La variable analizada en el apartado anterior, el precio del bien, realmente se mide en relación a la renta, de manera inconsciente: una persona con unos ingresos muy bajos tiende a considerar caros casi todos los bienes del mercado, mientras que otra persona con altos ingresos tenderá a pensar que son baratos. Ello es así porque la referencia del consumidor a la hora de valorar cualquier bien, su barra de medir, es su presupuesto.


La curva de demanda y la renta


¿Qué ocurre con la curva de demanda-precio de un bien si varía la renta de los consumidores, permaneciendo constantes los otros factores? Es decir, se supone que el precio del bien y de los relacionados, así como los gustos del consumidor no varían, permanecen fijos; la única variable que dejamos que cambie es la renta del consumidor, que puede aumentar o disminuir.


En este caso toda la curva de demanda se desplaza, cambia su posición en las coordenadas. Esto es así porque ahora lo que cambia es una de las variables que no recogen las coordenadas, que representan el precio del bien y la cantidad demandada del mismo.


Si se trata de un bien normal, un incremento en la renta de los consumidores hará que estén dispuestos a comprar más cantidad para cada precio, produciéndose un desplazamiento de la curva de demanda hacia la derecha, como se representa en la gráfica siguiente:




Si los consumidores ven incrementada su renta, la demanda se desplaza paralelamente hacia la derecha hasta la posición verde en el gráfico. A un precio de 10 € la entrada de cine, ahora acudirán cada mes 250 consumidores, frente a 100 antes del aumento de renta. Si el precio por entrada es 2 € el número de entradas vendidas aumenta hasta 850, en vez de 700 con la renta más baja.


Podemos observar que, para cualquier precio, el incremento en la cantidad demandada siempre es de 150. Ello es así porque estamos considerando una función de demanda lineal y el aumento de renta no cambia la pendiente de la recta, sólo la desplaza hacia la derecha. De hecho, la nueva ecuación de la recta que representa la demanda desplazada es:

QD' = 1000 - 75P

que mantiene la pendiente negativa (-75) y aumenta el origen en la abscisa en 150 unidades, respecto a la ecuación anterior al incremento de renta.


Por el contrario, una disminución de la renta lleva a consumir menos cantidad para cada precio, y la curva se desplaza a la izquierda, como representa el gráfico siguiente:



En este caso el desplazamiento de la curva de demanda es paralelo hacia la izquierda, como consecuencia de la disminución de la renta de los consumidores: si el precio de la entrada es 10 € no están dispuestos a ir al cine; y si el precio es 2 € reducen las entradas a 550 mensuales, frente a las 700 antes de la bajada de renta. La nueva demanda viene dada por la encuación:

QD' = 700 - 75P

La expresión matemática indica que la recta se ha desplazado paralelamente, pues mantiene la pendiente (-75), y ha reducido el origen en la abscisa desde 850 hasta 700: para cada precio ahora se demandan 150 entradas menos.



Como consecuencia de la crisis económica la renta de las familias españolas ha caído, y con ella el consumo de bienes y servicios, como es el caso de los coches. Puedes leerlo en estas noticias de prensa relativas al año 2010: renta disponible y ventas de automóviles.

Los bienes inferiores



Si se trata de los llamados bienes inferiores, la relación con las variaciones de renta son al contrario que cuando los bienes son normales.


Un aumento en la renta de los consumidores hace disminuir el consumo de este tipo de bienes, por ser de calidad inferior, y la curva de demanda se desplaza a la izquierda.


Las disminuciones de renta, por el contrario, producen un incremento en la demanda, desplazándola hacia la derecha.


Un ejemplo de este tipo de bienes es el tabaco de liar frente a los cigarrillos, o cualquier bien o servicio de calidad menor respecto a la media.  

Fuente: https://sites.google.com/site/economia20parabachillerato/temario/tema-3-los-consumidores-y-la-demanda/2-la-funcion-de-demanda/la-cantidad-demandada-y-la-renta-de-los-consumidores

Saturday, December 15, 2012

LA RECETA PARA EL ESTRÉS: Emociones y estrés - Dra. Sonia Lupien y Eduard Punset


ENTREVISTA DE EDUARD PUNSET a la Dra. Sonia Lupien, en su programa de REDES en TVE.
 
Eduard Punset:Es curioso, pero, una vez más, nos encontramos en una situación en la que la gente en general tiende a creer que el estrés lo provoca el exceso de trabajo y la falta de tiempo. Y luego, cuando empezamos a escarbar lo que le pasa a la gente por dentro, descubrimos que ésa no es la razón, que las razones del estrés son otras. Lo van a ver en Redes esta noche. Sonia, según dices, lo que sucede en nuestro cuerpo cuando un mamut lanudo está a punto de comernos y cuando estamos hartos de estar al volante y nos ponemos de los nervios en un atasco de tráfico es muy similar.
Sonia Lupien:Lo que quiero decir es que el cerebro es un detector de amenazas, de información amenazante. Y cada vez que nuestro cerebro detecta algo que supone una amenaza, ya sea para nuestro tiempo o para nuestra vida (como en el caso del mamut) generará hormonas del estrés para aportarnos la energía necesaria.
Eduard Punset:
Ante exactamente los mismos motivos, algunas personas se estresan más que otras. Y no me resultaba fácil entenderlo, hasta que tú explicaste el porqué. ¿Por qué no nos lo cuentas o nos lo recuerdas?
Sonia Lupien:
Creo que es un error colosal pensar que a todos nos estresan las mismas situaciones. Eso es totalmente imposible. Y lo sabemos porque hemos descubierto, tras 30 años de investigación científica, que hay cuatro características de una situación que provocan estrés. ¡Y no es necesario que estén presentes las cuatro! Cuantas más se cumplan, mayor será el estrés. Las cuatro características de una situación de estrés son las siguientes:
la primera es la novedad (lo que nos pasa tiene que ser nuevo),
la segunda es la impredecibilidad (tiene que ser impredecible),
la tercera es la sensación de que no controlamos en absoluto la situación
y la cuarta es que debe representar una amenaza para nuestra persona; por ejemplo, cuando alguien se cuestiona nuestra capacidad para realizar correctamente nuestro trabajo, o algo así.
Si eso sucede, lo que experimentaremos será una respuesta de estrés.
Eduard Punset:No resulta sorprendente que, en épocas de crisis, las personas tiendan a sentirse más estresadas, ¿no? Es una situación nueva, es una situación impredecible…
Sonia Lupien: Sí.
Eduard Punset: Y el caso es que la gente controla mucho menos la situación. Por eso, en épocas de crisis, las personas se estresan más. ¿Pero cómo se lucha contra el estrés? ¿Se puede evitar?
Sonia Lupien: Lo primero que hay que hacer es entenderlo. Tras 20 años investigando el estrés, ¡no creo que la gente sepa lo que es! Todo el mundo cree saberlo. Pero el caso es que no tienen ni idea de qué es. Una vez hice un sondeo entre mil personas. Les pedí que me dijeran qué era el estrés para ellos, y la mayoría lo definió como presión por falta de tiempo.
Según eso, nos estresamos cuando no tenemos tiempo para hacer todo lo que querríamos hacer en el período que nos hemos reservado para ello. Por culpa de esta definición, la mayoría me dijo que los niños y las personas mayores no padecen estrés.
Eduard Punset:…no se estresan.
Sonia Lupien: Porque las personas mayores están jubiladas y tienen todo el tiempo del mundo, así que no es posible que se estresen. Y los niños no tienen una montaña de facturas por pagar, y cosas de ese estilo, así que también se libran del estrés. ¡Es un error garrafal! Hoy en día sabemos que los niños y las personas mayores son mucho más vulnerables al estrés. Su cerebro es más vulnerable: en el caso de los niños, porque todavía se está desarrollando; en el caso de las personas mayores, por el proceso de envejecimiento. Por eso, si empezamos a contarle a la gente lo que es el estrés, podrán empezar a entender cómo abordarlo, porque la mejor manera
de afrontar el estrés es conocer sus cuatro características y encontrar un «plan B», como yo lo llamo. Hay que preguntarse: «¿qué puedo hacer para que esto que me pasa sea menos nuevo, menos impredecible…?» y luego buscar una estrategia para hacer frente a los factores estresantes de la vida.
Eduard Punset: ¿Investigar sobre el estrés te ha enseñado algo sobre la felicidad, o sobre por qué las personas tienden a ser infelices, o cuándo podrían ser felices? Si estás estresado tienes miedo, probablemente, que es la negación de la felicidad… así que las personas estresadas son infelices…
Sonia Lupien: Pues no sé yo si estudiar el estrés durante 20 años me ha enseñado algo sobre la felicidad… lo que sí sé (y de eso estoy segura) es que la felicidad no consiste en la ausencia de estrés. ¿Sabes? Una vez leí un libro cuyo título decía algo así como Libérese del estrés para siempre. Pues bien, si te liberas completamente del estrés, estás muerto; vamos, que en esta vida necesitas un poco de estrés. Cuando hablas con personas felices, verás que siempre se marcan pequeños retos que desean conseguir, pero la diferencia es que conocen, por así decirlo, su resistencia al estrés, y cuando el estrés es excesivo, frenan.
Eduard Punset: ¿Y qué hay de los distintos tipos de estrés? Me refiero a que está el estrés absoluto (un tsunami o algo así, ante lo que no se puede hacer nada, absolutamente nada) y está el estrés relativo. ¿Es posible? ¿O el estrés siempre es igual?
Sonia Lupien: No, ahora establecemos una diferencia entre factores estresantes absolutos y relativos. Un factor estresante absoluto supone una amenaza para tu supervivencia. El problema que tenemos ahora (si es que puede considerarse un problema) es que ya no hay muchos factores estresantes absolutos en nuestras vidas: ¡ya no hay mamuts! Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud predice que, en el año 2020, la depresión relacionada con el estrés crónico será la segunda causa de invalidez en el mundo. Y si ya no hay mamuts, ¿por qué pasa eso? Creemos que es porque ahora los factores estresantes son relativos, lo que significa que generamos una respuesta de estrés si estamos expuestos a situaciones nuevas, impredecibles, que no controlamos, etcétera, y esas sí que abundan ahora. ¿Te has fijado alguna vez en los titulares de los periódicos? Está todo lleno de información amenazante. Siempre se mencionan cócteles explosivos y demás peligros, y ahora creemos que cuando el cerebro lee ese titular negativo y amenazador, tal vez genere una respuesta de estrés simplemente por haber leído el periódico. Así que hoy en día estamos rodeados de información que el cerebro puede procesar como si fuera la amenaza de un mamut, y sufrimos respuestas de estrés todo el rato.
Eduard Punset: ¿Cómo puedo saber si soy una víctima del estrés crónico? ¿Cómo saber si es crónico?
Sonia Lupien: Yo siempre lo divido en tres fases para que la gente pueda hacerse una idea de cómo funciona.
La primera fase es cuando el estrés empieza a cronificarse. La digestión cambia. Cuando empiezas a tener problemillas con la digestión y debes tomarte pastillas cada dos por tres es cuando tienes el primer signo de que algo va mal. Con los niños es la primera señal. Se quejarán de dolor abdominal, pero es el estrés. Y luego sigues adelante. Sigues y sigues y sigues… Además de problemas digestivos, pronto empiezas a tener algunas pistas que deberían ayudarte a reconocer que algo va mal. En algún
momento, el cerebro te pedirá algo bueno. Es como si te dijera: «he trabajado muchísimo estos días, necesito algo bueno».
En este punto beberás más alcohol. Fumarás más. Y si no bebes ni fumas, qué sé yo, tal vez empieces a tomar más helados... cualquier cosa que te guste… empezarás a tomarla más, porque el cerebro necesita algo para calmarse. Ésta sería la segunda fase.
En la tercera fase es cuando enfermas. Ahora tienes problemas de memoria, cambios en la personalidad. Te enojas más rápidamente. Aquí es cuando puede aparecer la sensación de estar quemado y la depresión.
Eduard Punset: Cuando alguien se disgusta o altera muy a menudo, ¿qué significa?
Sonia Lupien: La explicación la encontramos en la investigación con animales. Creemos que sucede lo siguiente: si se experimenta con una rata a la que se estresa de modo crónico con el mismo factor estresante en todo momento, la respuesta de estrés de la rata disminuirá, se habituará. Pero lo que se ha demostrado es que la rata se habituará a ese factor concreto de estrés, pero se volverá más reactiva de lo normal ante cualquier otro factor estresante, por lo que estará hipersensible. Lo que vemos en personas con estrés crónico es que pueden habituarse a un factor estresante crónico: pongamos que estás pasando por un divorcio muy, muy difícil, y cada día tienes una respuesta de estrés. Logras sobreponerte, pero de repente sucede algo en el
trabajo, alguien te dice algo (que no es tan grave) y explotas. Cuando alguien se enoja con facilidad, se trata de un signo de que padece estrés crónico, de que está intentando abordar un factor estresante, pero se ha vuelto excesivamente reactivo a los demás.
Eduard Punset: Hay algo que me fascina de todo esto, Sonia, y es que afirmas, después de haber hablado tan mal sobre el estrés, dices: «oye, necesitáis un poco, es necesario un poco de estrés para mantener la memoria». ¿A qué te refieres?
Sonia Lupien: Sí, y aquí hay que distinguir entre el estrés agudo y el estrés crónico. Hay que evitar el estrés crónico. Pero el estrés agudo es siempre muy bueno para la supervivencia, como he dicho antes. Y lo que hemos descubierto es que la relación entre la memoria y el estrés es una función con forma de U invertida. Un poquito de estrés aumenta la memoria.
(...) Pero cuando es excesivo, entonces disminuye totalmente la memoria. La razón es que el estrés, las hormonas del estrés, te ponen en guardia. Se trata del «subidón» que busca la gente cuando está trabajando y quiere terminar un proyecto. Pero si es excesivo, en algún momento el cerebro empieza a confundir todo lo que hay que memorizar y, por culpa del estrés, el rendimiento de la memoria disminuye.
Eduard Punset: ¿Sería correcto decir que un poco de estrés tal vez agudice la memoria a corto plazo y, sin embargo, algo irá mal si intentas atender a diferentes cosas a la vez, si prestas atención a dos o tres cosas simultáneamente, porque entonces probablemente te estresarás? ¿Es así?
Sonia Lupien: Existe la idea de que la multitarea es algo nuevo. ¡Pero al cerebro le encanta la multitarea! Si el cerebro solamente hiciera una cosa cada vez, ¡seguiríamos persiguiendo mamuts! Lo que pasa es que cuando aparece el estrés, añade otra tarea que va por encima de todo lo que estás haciendo. ¿Y por qué? Como he dicho antes, el cerebro es un detector de amenazas, y está ahí para ayudarte a detectar la información amenazante y hacer algo al respecto. Imagina que intentas hacer 2 ó 3 cosas a la vez y que estás pasando por un divorcio muy complicado. ¿Qué crees que pensarás mientras estás aquí hablando conmigo? A la vez estarás preguntándote si podrás hacerlo, si podrás hacer eso y aquello con tu esposa… Es otra tarea que persiste en tu mente todo el rato, se vuelve difícil de procesar y perjudica el resto de tareas. Y esto es lo que hace el estrés: siempre que hay una información estresante, porque amenaza tu ego o tu supervivencia, o lo que sea, el cerebro la procesa primero, y todo lo demás se vuelve irrelevante.
Eduard Punset: Teniendo en cuenta tu investigación sobre el estrés, ¿has llegado a algunas conclusiones sobre si los distintos sexos se comportan de un modo diferente ante el estrés?
Sonia Lupien: Lo que sabemos hasta ahora sobre el estrés es que, si se somete a mujeres y hombres a estrés en el laboratorio, los hombres son tres veces más reactivos, producen más hormonas del estrés que las mujeres. Al principio, los científicos dijeron que por este motivo los hombres tenían más problemas cardiovasculares, pero luego alguien apuntó que sí, pero que las mujeres también padecían más depresión, así que no tenía sentido. Y hay muchos, muchísimos estudios que intentan analizar qué puede provocarlo. Se han estudiado los efectos del apoyo social en la reactividad al estrés, porque la mejor protección contra el estrés es el apoyo social: cuando te rodeas de personas con las que hablar, eso es muy bueno contra el estrés. No obstante, se ha demostrado que, si les pides a los hombres que traigan a sus parejas para que les brinden apoyo antes de verse sometidos a estrés, y les pides a las mujeres que también lo hagan y luego las sometes a estrés, sucede lo contrario.(...)
Sí, resulta que los hombres sufren menos estrés cuando tienen a sus parejas consigo, pero las mujeres se estresan más. ¡No me preguntes por qué!
Eduard Punset: ¡No me extraña!
Sonia Lupien: No se sabe por qué… Primero dijimos que era una diferencia entre sexos, porque se trataba de hombres y mujeres. Y entonces se rehizo el estudio, y se les pidió a los hombres que trajeran a su mejor amigo (un hombre) para que les diera apoyo social antes de ser sometidos a estrés. Las mujeres debían traer a una amiga. Entonces, tras someter a ambos grupos a estrés, la cosa volvió al principio: ahora eran los hombres los que estaban más estresados. ¿Qué nos dice esto? Nos dice que los hombres y las mujeres no se benefician de las mismas personas en momentos de estrés. A los hombres les va muy bien estar con su pareja, mientras que a las mujeres parece que les va muy bien estar con las amigas. ¿Será porque en la prehistoria los
hombres perseguían mamuts mientras las mujeres recolectaban frutas? No lo sabemos, pero se trata de algo que va quedando bastante claro: no nos beneficiamos de las mismas personas. Una vez que lo sabes, puedes hacer algo al respecto…
Eduard Punset: ¿Sabes? Mientras escuchaba lo que decías, pensaba que a la gente le va muy bien que le digan (un centenar de veces, si es necesario) que el cerebro no está ahí para buscar la verdad, sino que está ahí para protegernos…
Sonia Lupien: Para sobrevivir.
Eduard Punset: Para enseñarnos a sobrevivir. ¡Y es increíble ver que tantas personas pasan tanto tiempo supuestamente buscando la verdad (sea lo que sea lo que signifique) y tan poco tiempo cuidándose y cuidando a la gente que tienen a su lado!
 
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