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Thursday, May 8, 2014

Principles of Pilates (Wikipedia)


Philip Friedman and Gail Eisen, two students of Romana Kryzanowska, published the first modern book on Pilates, The Pilates Method of Physical and Mental Conditioning, in 1980 and in it they outlined six "principles of Pilates".[9] These have been widely adopted—and adapted—by the wider community. The original six principles were concentration, control, center, flow, precision, and breathing.

Concentration

Pilates demands intense focus: "You have to concentrate on what you're doing all the time. And you must concentrate on your entire body for smooth movements."[10] This is not easy, but in Pilates the way that exercises are done is more important than the exercises themselves.[10] In 2006 at the Parkinson Center of the Oregon Health and Science University in Portland, Oregon, the concentration factor of the Pilates method was being studied in providing relief from the degenerative symptoms of Parkinson's disease.[11]

Control

"Contrology" was Joseph Pilates' preferred name for his method and it is based on the idea of muscle control. "Nothing about the Pilates Method is haphazard. The reason you need to concentrate so thoroughly is so you can be in control of every aspect of every moment."[12] All exercises are done with control with the muscles working to lift against gravity and the resistance of the springs and thereby control the movement of the body and the apparatus. "The Pilates Method teaches you to be in control of your body and not at its mercy."[13]

Centering

For practitioners to control their bodies, they must have a starting place: the center. The center is the focal point of the Pilates Method.[14] Many Pilates teachers refer to the group of muscles in the center of the body—encompassing the abdomen, lower and upper back, hips, buttocks, and inner thighs—as the "powerhouse". All movement in Pilates should begin from the powerhouse and flow outward to the limbs.

Flow or efficiency of movement

Pilates aims for elegant sufficiency of movement, creating flow through the use of appropriate transitions. Once precision has been achieved, the exercises are intended to flow within and into each other in order to build strength and stamina. In other words, the Pilates technique asserts that physical energy exerted from the center should coordinate movements of the extremities: Pilates is flowing movement outward from a strong core.[15]

Precision

Precision is essential to correct Pilates: "concentrate on the correct movements each time you exercise, lest you do them improperly and thus lose all the vital benefits of their value".[16] The focus is on doing one precise and perfect movement, rather than many halfhearted ones. Pilates is here reflecting common physical culture wisdom: "You will gain more strength from a few energetic, concentrated efforts than from a thousand listless, sluggish movements".[17] The goal is for this precision to eventually become second nature, and carry over into everyday life as grace and economy of movement.[18]

Breathing

Breathing is important in the Pilates method. In Return to Life, Pilates devotes a section of his introduction specifically to breathing "bodily house-cleaning with blood circulation".[19] He saw considerable value in increasing the intake of oxygen and the circulation of this oxygenated blood to every part of the body. This he saw as cleansing and invigorating. Proper full inhalation and complete exhalation were key to this. "Pilates saw forced exhalation as the key to full inhalation."[20] He advised people to squeeze out the lungs as they would wring a wet towel dry.[21] In Pilates exercises, the practitioner breathes out with the effort and in on the return.[22] In order to keep the lower abdominals close to the spine; the breathing needs to be directed laterally, into the lower rib cage. Pilates breathing is described as a posterior lateral breathing, meaning that the practitioner is instructed to breathe deep into the back and sides of his or her rib cage. When practitioners exhale, they are instructed to note the engagement of their deep abdominal and pelvic floor muscles and maintain this engagement as they inhale. Pilates attempts to properly coordinate this breathing practice with movement, including breathing instructions with every exercise. “Above all, learn to breathe correctly.”[23]

Sunday, March 23, 2014

Introducción – Parte Uno (La Llave Maestra)


Tengo el privilegio de incluir aquí la parte uno del sistema de la llave maestra.

¿Le gustaría traer a su vida más poder? Obtenga la consciencia de poder. ¿Más salud? Obtenga la conciencia de salud. ¿Más felicidad? Obtenga la consciencia de felicidad. Viva la esencia de estas cosas hasta que lleguen a ser suyas por derecho propio. Entonces será imposible separarlas de Usted. Las cosas del mundo fluyen del poder interno del hombre, con el cual él las rige.

Usted no necesita adquirir este poder. Usted ya lo tiene. Pero quiere entenderlo; quiere utilizarlo; quiere controlarlo; usted quiere impregnarse con el, a fin de poder avanzar y traer el mundo ante usted.

¡Día a día mientras usted avanza y avanza, usted gana fuerza, su inspiración se profundiza,
sus planes cristalizan, gana entendimiento, usted se dará cuenta de que este mundo no es montón de piedras y madera muertos, que es un ser vivo! Esta hecho de los corazones palpitantes de la humanidad. Es vida y belleza.

Es evidente que se requiere entendimiento para trabajar con el material de esta descripción, pero aquellos que llegan a este entendimiento, son inspirados por una nueva luz, una nueva fuerza, ellos adquieren confianza y mayor poder cada día, ellos realizan sus esperanzas y sus sueños se vuelven realidad, su vida tiene un significado más profundo, completo y claro que antes. Y, ahora, la parte Uno.

Monday, February 3, 2014

La Culpa (laguia2000)


El sentimiento de culpa participa activamente en el desarrollo de la mayoría de las enfermedades porque se trata, de un sentimiento negativo que exige reparación.

Una persona se siente culpable cuando no pudo actuar según sus expectativas y sus propios valores y por esa razón se siente en falta e imposibilitada de continuar con su vida y seguir creciendo.

Sienten culpa y necesitan castigo porque se ven como las peores personas empeñadas en sufrir por lo que han hecho, han omitido o han dicho, sin la capacidad de evaluar objetivamente las situaciones; y sin darse cuenta que todo aquello por lo que se culpan fue lo único que pudieron hacer en ese momento de sus vidas.

¿Quién es el dueño de la verdad que nunca se equivoca y hace siempre lo correcto? ¿Quién es el que está libre de toda culpa? Ninguno, sin embargo los que pueden seguir viviendo normalmente sus vidas después de creer que se han equivocado aceptan que no son perfectos, que a veces sólo hacen lo que pueden, y no lo que creen que deberían haber hecho, porque es lo único que pudieron hacer en esas circunstancias.


Todo ser humano tiene que amarse y respetarse a si mismo para poder amar y respetar a los demás. Por esta razón tiene el derecho de satisfacer sus necesidades físicas, emocionales, intelectuales y espirituales primero.

Todo aquello que atente contra la libertad de ejercer estos derechos producirá conflictos difíciles de resolver que producirán culpa y el deseo de proyectarla en los demás, para evitar asumir que no somos perfectos.

El que es responsable de sus acciones y no necesita muletas ocasionales para tomar decisiones, se acepta como es y se perdona y perdona también a los demás que lo manipularon como un objeto,

La culpa nos permite justificarnos de nuestra inoperancia, porque si asumimos el papel de víctima nos liberamos de esas cadenas transfiriéndosela a otros.

Los demás hacen lo mismo con nosotros y nos transfieren sus propias culpas y su falta de responsabilidad para hacerse cargo de sus propias vidas.

Las culpas ajenas pueden ser producto de la actitud demandante de los familiares, que nunca están satisfechos y siempre están exigiendo algo más, como el pago de un tributo por existir gracias a ellos.

Si tomamos el control de nuestras vidas, ya no habrá culpas, porque podremos discriminar hasta dónde llega nuestra responsabilidad y donde comienza la de los demás, y no quedar atados a influencias emocionales ajenas.

La felicidad se logra cuando sentimos que estamos cumpliendo nuestros objetivos, pero si nos pasamos la vida tratando de quedar bien con los demás asumiendo sus responsabilidades nos sentiremos muy desdichados.

Los que se abusan de nosotros emocionalmente, nos hacen sentir culpables por ser felices.
Eso fue lo que me pasó con una persona que creía que era mi amiga; que cuando le dije que estaba mejor que nunca me preguntó ; cómo podía sentirme así con la situación grave que vive el país y los problemas que tiene la gente pobre en estos días.

En el fondo lo que desea este tipo de gente es el sometimiento y lo que siente por el que no se somete y se atreve a vivir su propia vida es envidia, por no poder hacer lo mismo.

No es que sean malos, son buenas personas, pero han quedado condicionados por mandatos antiguos y programados para ser desdichados.

Lo peor de todo es que hagan lo que hagan nunca estarán satisfecha porque nadie ha sufrido como ellos.

La abnegación mal entendida es creer que los demás se merecen más que nosotros, y eso no es verdad, los otros son nuestros iguales y tenemos sus mismos derechos.

Ser un mártir no nos garantiza entrar por la puerta grande al cielo, porque son los últimos, los que son fieles con ellos mismos, los que entrarán primero.

Tuesday, January 14, 2014

Los Apurados

 
Los apurados son los que viven a mil kilómetros por hora tratando de ganarle la carrera al reloj y lograr tachar todo lo que tienen anotado en la agenda.  Incluso, aunque no tengan tareas urgentes que hacer, se inventan ocupaciones porque lo que les sucede realmente es que no pueden disfrutar del relax, de los espacios vacíos de actividades ni de las relaciones personales.

Estas personas siempre están cansadas presionadas e intranquilas; suelen sufrir de dolores articulares crónicos, de problemas digestivos, alta presión arterial y alto nivel de colesterol, están siempre pensando en el futuro, no prestan atención a lo que está ocurriendo en el presente y su premura los pone agresivos y hostiles.

La filosofía de occidente exige ser eficaz, productivo y rápido en el trabajo y apurarse también en el hogar para no perder el control, haciendo que el momento presente no se disfrute porque siempre se está pensando en otra cosa.

De este modo, la vida de los apurados pasa a su lado casi sin darse cuenta y sin poder relajarse ni saborear los buenos momentos.

Vivimos en una sociedad que prioriza el hacer más que el ser y en donde la gente se enorgullece de hacer dos o tres cosas al mismo tiempo.

Se desarrolla así la personalidad tipo “A”, que se caracteriza por la hiperactividad y el comportamiento acelerado para todo, para comer, para trabajar, para caminar, para pensar, para hacer el amor y hasta para dormir porque tienden a levantarse temprano y acostarse muy tarde.

Para la persona hiperactiva,  toda actividad no productiva no tiene valor, porque es ambiciosa y necesita conseguir resultados.  Todo lo que tiene que hacer es urgente porque no puede esperar, es impaciente, perfeccionista y tiende a controlar a los demás.  Sus movimientos y su andar son rápidos y hasta su metabolismo es acelerado.

Su eficacia hace que asuma más responsabilidades de las que le competen, sobrecargándose de trabajo y de obligaciones que la mantienen ocupada todo el tiempo.

Las personas veloces e hiperactivas hablan rápido pero prestan poca atención a lo que dicen los demás, suelen interrumpir las conversaciones para dar su opinión y si no pueden intervenir pierden el interés y piensan en otra cosa.  Evitan el descanso, alargan la jornada laboral varias horas, se llevan trabajo a casa y por lo general no tienen tiempo para tomarse vacaciones.

Están cansados pero no se dan cuenta porque no prestan atención a las señales de agotamiento o cansancio.

Las personas aceleradas son competitivas y para ellas, toda actividad representa un desafío.  Se anticipan a los acontecimientos y tratan de prevenir todos los posibles contratiempos. Se alteran fácilmente, principalmente con las personas que  no se apuran, son intolerantes, impacientes y muy exigentes.

Tienen sus agendas repletas pero no pueden delegar ninguna tarea porque no confían en nadie.  Cuando manejan, se irritan con los problemas del tránsito y tocan bocina aunque sea obvio que nadie pueda avanzar.  Nunca pueden dejar de pensar en su trabajo, se sienten culpables cuando descansan, tienden a planificar más tareas de las que pueden realizar y se sienten frustrados si no las cumplen.

Estas personas hiperactivas tienen hasta tres veces más probabilidades de sufrir un ataque cardiaco, de padecer enfermedades psicosomáticas, ataques de ansiedad y fobias.
Se puede revertir este modo de ser dejando de actuar en forma automática y tomando conciencia de la forma en que se comportan, apagando el celular en las horas de descanso, aprendiendo a disfrutar del tiempo libre, haciendo meditación y dejando de competir con los otros, porque la verdadera competencia es con uno mismo, 

Malena
 

Sunday, June 30, 2013

Controle su salud a través de las cifras (blogdefarmacia.com)


Para tener una idea de las cifras que son indicadoras de una buena salud, resumimos los valores más analizados a la hora de identificar irregularidades.



Ácido úrico

Indicadores normales: 3,5 – 7,2 mg/dL

Por encima del margen se trata de gota, una enfermedad de alto porcentaje en hombres.

Prevención: Hay que controlar el consumo de alcohol y la dieta.



Masa corporal

Indicador normal: 18 – 24

Se obtiene con el cociente entre el peso en kg. y el cuadrado de la altura en metros.

A partir de 25 se considera sobrepeso.

Hay que revisar la alimentación y hacer ejercicio.



Azúcar

Indicadores normales: 70 mg / dL

Por encima de 125 se trata de hiperglucemia. Peligroso

Puede tratarse de diabetes. Deficiencia de insulina

Hay que vigilar el estrés, que puede causar una subida.




Indicadores normales TSH: 0,4 – 4 mlU/L

Valor de la hormona estimulante de la tiroides

Por encima de estas cifras se sufre hipertiroidismo

Precisa tratamiento farmacológico



Presión arterial

Indicadores normales: 12 – 8

El primer número indica la tensión sistólica y el segundo la diastólica.

La hipertensión se previene con una alimentación equilibrada.




Indicadores normales: 60 mg/dL

Se trata del colesteros bueno.

Este número o mayor, previene el riesgo de enfermedades cardíacas.

Para conservarlo hay que tomar cinco raciones de fruta y verdura y restringir las grasas hidrogenadas.



Colesterol LDL

Indicadores normales: 160 mg/dL

Por encima de esta cifra se trata de colesterol malo

Puede ser causa de enfermedades cardiovasculares

Conviene prescindir de embutidos y quesos grasos.




Indicadores normales: 60 – 170 mcg/dL

Por debajo de estos niveles se padece anemia con síntomas de cansancio y debilidad

Hay que reforzar la dieta con carne roja, legumbres y suplementos férricos.


Tuesday, April 30, 2013

La Preocupación (laguia2000.com)


Estar preocupado es ocuparse de algo que todavía no ha ocurrido que puede o no acontecer en el futuro; es poner el empeño en adelantarse a acontecimientos que tal vez no ocurran nunca.

La preocupación consiste en tener la mente ocupada con pensamientos negativos que tienden a atraer más de lo mismo.

Estar preocupado por el futuro no permite vivir plenamente lo que está pasando en el presente y empaña las experiencias actuales; porque es una condición que dispersa la atención y hace ver las cosas desde una perspectiva pesimista. 

La preocupación es ansiedad, miedo a lo desconocido y al futuro. Para evitar un posible sufrimiento futuro se prefiere sufrir ahora por situaciones improbables que se temen.

Las preocupaciones afectan la salud física y emocional y un exceso de preocupaciones genera estrés y puede estar revelando un trastorno de ansiedad y hasta una depresión oculta.


Preocuparse es tener encendida la alarma del cuerpo antes de que ocurra el siniestro, por las dudas; y si ese sistema de alarma orgánico, que debería funcionar cuando realmente la situación de peligro es inminente, sigue funcionando siempre, genera químicos en el organismo que son nocivos para la salud.

Vivir preocupado es asumir la vida como algo peligroso, sin ninguna otra alternativa que nos permita relajarnos y disfrutar de las cosas.

Cuando nuestro sistema se acostumbra a vivir en estado de permanente situación de peligro, pierde la capacidad de funcionar normalmente y se acciona aunque la amenaza no sea real y no exista motivo de riesgo alguno inmediato, porque no puede reconocer las verdaderas señales de peligro.

Las preocupaciones las generan los conflictos o los problemas, o sea todas las cosas que no podemos enfrentar y resolver y la búsqueda de soluciones ideales; porque una vez que se toma una decisión el estado de preocupación desaparece.

Además del hábito de preocuparse por los asuntos personales, estas personas se preocupan también por sus familiares, por sus hijos, por sus padres, por su pareja, por sus hermanos o por sus amigos. Creen que los demás no serán capaces de resolver solos sus problemas porque en el fondo tienen la omnipotencia de creer que ellos sí pueden porque son superiores. 

También los preocupa su trabajo, su casa, su auto, el gobierno, la política, la economía o su propia seguridad financiera y se desviven por controlar situaciones futuras.

Cada situación particular se vive como un problema para resolver, y hasta la más insignificante obligación los puede hacer sentir preocupados.

La necesidad de control los obliga a exigirse al máximo y les impide hacer una evaluación de cada circunstancia con objetividad.

Las personas que viven en estas condiciones tienen altas expectativas sobre ellos mismos, son implacables, necesitan resultados, actuar con eficacia y perfección y ser reconocidos por sus logros.

Creen firmemente que ellos son lo que hacen y si se equivocan o no pueden cumplir se sienten frustrados y pierden su autoestima.

Es probable que sean muy eficientes pero también es probable que esa actitud se refleje en sus relaciones y las desequilibre.

El problema es la forma en que ven la realidad, el valor que le otorgan a la eficiencia y a la productividad aunque se conviertan en un obstáculo para vivir vínculos sanos.

Es importante comenzar a recapacitar si realmente vale la pena preocuparse por tantas cosas que tal vez tienen una importancia relativa; ser capaces de aprender a jerarquizar las prioridades y a reconocer y renunciar a mandatos internos que los obligan a ocupar la mente inútilmente, dejando de lado experiencias presentes que jamás se repetirán y que pueden ser mucho más importantes.

Thursday, January 31, 2013

La Obsesión por la Limpieza (laguia2000.com)


El trastorno obsesivo compulsivo por la limpieza, es una de las afecciones irracionales de tipo neurótico que padecen en su mayoría las mujeres y que en particular provoca problemas emocionales, como miedos, inseguridad, fobias y complejos; y síntomas psicofísicos como fatiga, estrés, insomnio, problemas en las articulaciones, depresión accidentes, sobrepeso, sedentarismo, falta de apetito sexual, irritabilidad, cefaleas, hipertensión y problemas vasculares.

Desarrollar un extremo sentido de la limpieza es contrario a la buena salud y el bienestar, aunque la higiene esté asociada con la prevención y el desarrollo de enfermedades.

Las causas de este trastorno se atribuyen a las características de la personalidad perfeccionista, obsesionada por el control y la disciplina; a la falta de atención o de afecto, al estrés, a factores culturales aprendidos y al tipo de trabajo rutinario de una casa, que no se ve ni se valora y que no deja mucho margen para la creatividad.

Esta actividad representa un conjunto de rituales y manías para hacer las tareas hogareñas diarias, que se repiten todos los días casi sin variantes; y que se transforman en la razón de vivir.

El pensamiento que predomina en estas personas es repetitivo, y el sentimiento es de preocupación inquietud y angustia; pero esa actividad obsesiva compulsiva lea sirve sólo para calmarse por breve tiempo, porque ni bien llegan a reparar en algún leve desorden o atisbo de suciedad, se produce un círculo vicioso y vuelven a sentir la misma sensación de malestar que antes, que las obliga a reiniciar los rituales de limpieza.
Existen cinco rituales compulsivos vinculados con las obsesiones:
 
Los de repetición: (como por ejemplo, contar los escalones).
 
Los de comprobación: (como comprobar varias veces si cerraron la puerta con llave o si apagaron el gas).
 
Los de acumulación: (como guardar objetos innecesarios).
 
Los de orden :(como no tolerar los cambios de lugar o de posición de los objetos del hogar).
 
Los de limpieza: (como la preocupación exagerada por la limpieza del hogar y personal).
La obsesión por la limpieza puede provocar, además de adicciones, estrés y conflictos familiares y de pareja y obligar a la persona a realizar una rutina diaria rigurosa que si no puede cumplir le producirá malestar e irritación.

La fórmula para lograr limpiar la mente y controlar estas compulsiones es:
 
1) Tomar conciencia del trastorno
2) Tratar de disminuir la auto exigencia
3) No seguir pautas fijas para actuar
4) Tener otras actividades más placenteras
5) Salir de la casa y tratar de realizarse como persona individual desarrollando nuevos intereses.
6) Hacer programa para el tiempo libre
7) Hablar con los familiares del paciente
8) Aprender a disfrutar de la casa y de los familiares.

Cierto nivel de orden y rigor en la conducta y el deseo de hacer las cosas bien, son rasgos ventajosos que pueden ser útiles en algunas circunstancias, pero cuando es tan exagerado que interviene en la actividad normal de una persona, es un signo de patología.

El tratamiento de una terapia cognitiva consiste en aplicar técnicas de control de la ansiedad, la práctica de la relajación para reducir el estrés y la posibilidad de evaluar la alternativa de un nuevo proyecto de vida.

Tuesday, January 15, 2013

As A Man Thinketh

VII

“As A Man Thinketh”

"Our remedies in ourselves do lie
 Which we ascribe to heaven."
                          —Shakespeare.
In our great-grandfather's day, when witches flew around by night and cast their spell upon all unlucky enough to cross them, men thought that the power of sickness or health, of good fortune or ill, resided outside themselves.
We laugh today at such benighted superstition. But even in this day and age there are few who realize that the things they see are but effects. Fewer still who have any idea of the causes by which those effects are brought about.

Every human experience is an effect.

You laugh, you weep, you joy, you sorrow, you suffer or you are happy. Each of these is an effect, the cause of which can be easily traced.

But all the experiences of life are not so easily traceable to their primary causes. We save money for our old age. We put it into a bank or into safe bonds—and the bank breaks or the railroad or corporation goes into a receivership. We stay at home on a holiday to avoid risk of accident, and fall off a stepladder or down the stairs and break a limb. We drive slowly for fear of danger, and a speeding car comes from behind and knocks us into a ditch. A man goes over Niagara Falls in a barrel without harm, and then slips on a banana peel, breaks his leg, and dies of it.

What is the cause back of it all? If we can find it and control it, we can control the effect. We shall no longer then be the football of fate. We shall be able to rise above the conception of life in which matter is our master.

There is but one answer. The world without is a reflection of the world within. We image thoughts of disaster upon our subconscious minds and the Genie-of-our-Mind finds ways of bringing them into effect—even though we stay at home, even though we take every possible precaution. The mental image is what counts, be it for good or ill. It is a devastating or a beneficent force, just as we choose to make it. To paraphrase Thackeray—"The world is a looking-glass, and gives back to every man the reflection of his own thought."

For matter is not real substance. Material science today shows that matter has no natural eternal existence. Dr. Willis

 R. Whitney, in an address before the American Chemical Society on August 8th, 1925, discussing "Matter—Is There Anything In It?" stated that "the most we know about matter is that it is almost entirely space. It is as empty as the sky. It is almost as empty as a perfect vacuum, although it usually contains a lot of energy." Thought is the only force. Just as polarity controls the electron, gravitation the planets, tropism the plants and lower animals—just so thought controls the action and the environment of man. And thought is subject wholly to the control of mind. Its direction rests with us.
 
Walt Whitman had the right of it when he said—"Nothing external to me has any power over me."

The happenings that occur in the material world are in themselves neither cheerful nor sorrowful, just as outside of the eye that observes them colors are neither green nor red. It is our thoughts that make them so. And we can color those thoughts according to our own fancy. We can make the world without but a reflection of the world within. We can make matter a force subject entirely to the control of our mind. For matter is merely our wrong view of what Universal Mind sees rightly.

We cannot change the past experience, but we can determine what the new ones shall be like. We can make the coming day just what we want it to be. We can be tomorrow what we think today. For the thoughts are causes and the conditions are the effects.

What is the reason for most failures in life? The fact that they first thought failure. They allowed competition, hard times, fear and worry to undermine their confidence. Instead of working aggressively ahead, spending money to make more money, they stopped every possible outlay, tried to "play safe," but expected others to continue spending with them. War is not the only place where "The best defensive is a strong offensive."

The law of compensation is always at work. Man is not at the caprice of fate. He is his own fate. "As a man thinketh in This heart, so is he." We are our own past thoughts, with the things that these thoughts have attracted to us added on.

The successful man has no time to think of failure. He is too busy thinking up new ways to succeed. You can't pour water into a vessel already full.

All about you is energy—electronic energy, exactly like that which makes up the solid objects you possess. The only difference is that the Loose energy round about is unappropriated. It is still virgin gold—undiscovered, unclaimed. You can think it into anything you wish—into gold or dross, into health or sickness, into strength or weakness, into success or failure. Which shall it be? "There is nothing either good or bad," said Shakespeare, "but thinking makes it so." The understanding of that law will enable you to control every other law that exists. In it is to be found the panacea for all ills, the satisfaction of all want, all desire. It is Creative Mind's own provision for man's freedom.

Have you ever read Basil King's "Conquest of Fear"? If you haven't, do so by all means. Here is the way he visions the future:

“Taking Him ( Jesus) as our standard we shall work out, I venture to think, to the following points of progress:

a. The control of matter in furnishing ourselves with food and drink by means more direct than at present employed, as He turned water into wine and fed the multitudes with the loaves and fishes.
b. The control of matter by putting away from ourselves, by methods more sure and less roundabout than those of today, sickness, blindness, infirmity, and deformity.
c. The control of matter by regulating our atmospheric conditions as He stilled the tempest.
d. The control of matter by restoring to this phase of existence those who have passed out of it before their time, or who can ill be spared from it, as He 'raised' three young people from 'the dead' and Peter and Paul followed His example.
e. The control of matter in putting it off and on at will, as He in His death and resurrection.
f. The control of matter in passing altogether out of it, as He in what we call His Ascension into Heaven.”

Mortals are healthy or unhealthy, happy or unhappy, strong or weak, alive or dead, in the proportion that they think thoughts of health or illness, strength or weakness. Your body, like all other material things, manifests only what your mind entertains in belief. In a general way you have often noticed this yourself. A man with an ugly disposition (which is a mental state) will have harsh, unlovely features. One with a gentle disposition will have a smiling and serene countenance. All the other organs of the human body are equally responsive to thought. Who has not seen the face become red with rage or white with fear?

Who has not known of people who became desperately ill following an outburst of temper? Physicians declare that just as fear, irritability and hate distort the features, they likewise distort the heart, stomach and liver.
 
Experiments conducted on a cat shortly after a meal showed that when it was purring contentedly, its digestive organs functioned perfectly. But when a dog was brought into the room and the cat drew back in fear and anger, the X-ray showed that its digestive organs were so contorted as to be almost tied up in a knot!

Each of us makes his own world—and he makes it through mind. It is a commonplace fact that no two people see the same thing alike. "A primrose by a river's brim, a yellow primrose was to him, and it was nothing more."

Thoughts are the causes. Conditions are merely effects. We can mould ourselves and our surroundings by resolutely directing our thoughts towards the goal we have in mind.

Ordinary animal life is very definitely controlled by temperature, by climate, by seasonal conditions. Man alone can ad-just himself to any reasonable temperature or condition. Man alone has been able to free himself to a great extent from the control of natural forces through his understanding of the relation of cause and effect. And now man is beginning to get a glimpse of the final freedom that shall be his from all material causes when he shall acquire the complete understanding that mind is the only cause and that effects are what he sees.

"We moderns are unaccustomed," says one talented writer, "to the mastery over our own inner thoughts and feelings. That a man should be a prey to any thought that chances to take possession of his mind, is commonly among us assumed as unavoidable. It may be a matter of regret that he should be kept awake all night from anxiety as to the issue of a lawsuit on the morrow, but that he should have the power of determining whether he be kept awake or not seems an extravagant demand. The image of an impending calamity is no doubt odious, but its very odiousness (we say) makes it haunt the mind all the more pertinaciously, and it is useless to expel it. Yet this is an absurd position for man, the heir of all the ages, to be in: Hag-ridden by the flimsy creatures of his own brain. If a pebble in our boot torments us, we expel it. We take off the boot and shake it out. And once the matter is fairly understood, it is just as easy to expel an intruding and obnoxious thought from the mind. About this there ought to be no mistake, no two opinions. The thing is obvious, clear and unmistakable. It should be as easy to expel an obnoxious thought from the mind as to shake a stone out of your shoe; and until a man can do that, it is just nonsense to talk about his ascendency over nature, and all the rest of it. He is a mere slave, and a prey to the bat-winged phantoms that flit through the corridors of his own brain. Yet the weary and careworn faces that we meet by thousands, even among the affluent classes of civilization, testify only too clearly how seldom this mastery is obtained. How rare indeed to find a man! How common rather to discover a creature hounded on by tyrant thoughts (or cares, or desires), cowering, wincing under the lash.

"It is one of the prominent doctrines of some of the oriental schools of practical psychology that the power of expelling thoughts, or if need be, killing them dead on the spot, must be attained. Naturally the art requires practice, but like other arts, when once acquired there is no mystery or difficulty about it. It is worth practice. It may be fairly said that life only begins when this art has been acquired. For obviously when, instead of being ruled by individual thoughts, the whole flock of them in their immense multitude and variety and capacity is ours to direct and despatch and employ where we list, life becomes a thing so vast and grand, compared to what it was before, that its former condition may well appear almost ante-natal. If you can kill a thought dead, for the time being, you can do anything else with it that you please. And therefore it is that this power is so valuable. And it not only frees a man from mental torment (which is nine-tenths at least of the torment of life), but it gives him a concentrated power of handling mental work absolutely unknown to him before. The two are correlative to each other."

There is no intelligence in matter—whether that matter be electronic energy made up in the form of stone, or iron, or wood, or flesh. It all consists of Energy, the universal substance from which Mind forms all material things. Mind is the only intelligence. It alone is eternal. It alone is supreme in the universe.

When we reach that understanding, we will no longer have cause for fear, because we will realize that Universal Mind is the creator of life only; that death is not an actuality—it is merely the absence of life—and life will be ever-present. Remember the old fairy story of how the Sun was listening to a lot of earthly creatures talking of a very dark place they had found? A place of Stygian blackness. Each told how terrifically dark it had seemed. The Sun went and looked for it. He went to the exact spot they had described. He searched everywhere. But he could find not even a tiny dark spot. And he came back and told the earth-creatures he did not believe there was any dark place.

When the sun of understanding shines on all the dark spots in our lives, we will realize that there is no cause, no creator, no power, except good; evil is not an entity—it is merely the absence of good.

And there can be no ill effects without an evil cause. Since there is no evil cause, only good can have reality or power.

 There is no beginning or end to good. From it there can be nothing but blessing for the whole race. In it is found no trouble. If God (or Good—the two are synonymous) is the only cause, then the only effect must be like the cause. "All things were made by Him; and without Him was not anything made that was made."

Don't be content with passively reading this. Use it! Practice it! Exercise is far more necessary to mental development that it is to physical. Practice the. "daily dozen" of right thinking. Stretch your mind to realize how infinitely far it can reach out, what boundless vision it can have. Breathe out all the old thoughts of sickness, discouragement, failure, worry and fear. Breathe in deep, long breaths (thoughts) of unlimited health and strength, unlimited happiness and success. Practice looking forward—always looking forward to something better—better health, finer physique, greater happiness, bigger success. Take these mental breathing exercises every day. See how easily you will control your thoughts. How quickly you will see the good effects. You've got to think all the time. Your mind will do that anyway. And the thoughts are constantly building—for good or ill. So be sure to exhale all the thoughts of fear and worry and disease and lack that have been troubling you, and inhale only those you want to see realized.


Saturday, December 15, 2012

LA RECETA PARA EL ESTRÉS: Emociones y estrés - Dra. Sonia Lupien y Eduard Punset


ENTREVISTA DE EDUARD PUNSET a la Dra. Sonia Lupien, en su programa de REDES en TVE.
 
Eduard Punset:Es curioso, pero, una vez más, nos encontramos en una situación en la que la gente en general tiende a creer que el estrés lo provoca el exceso de trabajo y la falta de tiempo. Y luego, cuando empezamos a escarbar lo que le pasa a la gente por dentro, descubrimos que ésa no es la razón, que las razones del estrés son otras. Lo van a ver en Redes esta noche. Sonia, según dices, lo que sucede en nuestro cuerpo cuando un mamut lanudo está a punto de comernos y cuando estamos hartos de estar al volante y nos ponemos de los nervios en un atasco de tráfico es muy similar.
Sonia Lupien:Lo que quiero decir es que el cerebro es un detector de amenazas, de información amenazante. Y cada vez que nuestro cerebro detecta algo que supone una amenaza, ya sea para nuestro tiempo o para nuestra vida (como en el caso del mamut) generará hormonas del estrés para aportarnos la energía necesaria.
Eduard Punset:
Ante exactamente los mismos motivos, algunas personas se estresan más que otras. Y no me resultaba fácil entenderlo, hasta que tú explicaste el porqué. ¿Por qué no nos lo cuentas o nos lo recuerdas?
Sonia Lupien:
Creo que es un error colosal pensar que a todos nos estresan las mismas situaciones. Eso es totalmente imposible. Y lo sabemos porque hemos descubierto, tras 30 años de investigación científica, que hay cuatro características de una situación que provocan estrés. ¡Y no es necesario que estén presentes las cuatro! Cuantas más se cumplan, mayor será el estrés. Las cuatro características de una situación de estrés son las siguientes:
la primera es la novedad (lo que nos pasa tiene que ser nuevo),
la segunda es la impredecibilidad (tiene que ser impredecible),
la tercera es la sensación de que no controlamos en absoluto la situación
y la cuarta es que debe representar una amenaza para nuestra persona; por ejemplo, cuando alguien se cuestiona nuestra capacidad para realizar correctamente nuestro trabajo, o algo así.
Si eso sucede, lo que experimentaremos será una respuesta de estrés.
Eduard Punset:No resulta sorprendente que, en épocas de crisis, las personas tiendan a sentirse más estresadas, ¿no? Es una situación nueva, es una situación impredecible…
Sonia Lupien: Sí.
Eduard Punset: Y el caso es que la gente controla mucho menos la situación. Por eso, en épocas de crisis, las personas se estresan más. ¿Pero cómo se lucha contra el estrés? ¿Se puede evitar?
Sonia Lupien: Lo primero que hay que hacer es entenderlo. Tras 20 años investigando el estrés, ¡no creo que la gente sepa lo que es! Todo el mundo cree saberlo. Pero el caso es que no tienen ni idea de qué es. Una vez hice un sondeo entre mil personas. Les pedí que me dijeran qué era el estrés para ellos, y la mayoría lo definió como presión por falta de tiempo.
Según eso, nos estresamos cuando no tenemos tiempo para hacer todo lo que querríamos hacer en el período que nos hemos reservado para ello. Por culpa de esta definición, la mayoría me dijo que los niños y las personas mayores no padecen estrés.
Eduard Punset:…no se estresan.
Sonia Lupien: Porque las personas mayores están jubiladas y tienen todo el tiempo del mundo, así que no es posible que se estresen. Y los niños no tienen una montaña de facturas por pagar, y cosas de ese estilo, así que también se libran del estrés. ¡Es un error garrafal! Hoy en día sabemos que los niños y las personas mayores son mucho más vulnerables al estrés. Su cerebro es más vulnerable: en el caso de los niños, porque todavía se está desarrollando; en el caso de las personas mayores, por el proceso de envejecimiento. Por eso, si empezamos a contarle a la gente lo que es el estrés, podrán empezar a entender cómo abordarlo, porque la mejor manera
de afrontar el estrés es conocer sus cuatro características y encontrar un «plan B», como yo lo llamo. Hay que preguntarse: «¿qué puedo hacer para que esto que me pasa sea menos nuevo, menos impredecible…?» y luego buscar una estrategia para hacer frente a los factores estresantes de la vida.
Eduard Punset: ¿Investigar sobre el estrés te ha enseñado algo sobre la felicidad, o sobre por qué las personas tienden a ser infelices, o cuándo podrían ser felices? Si estás estresado tienes miedo, probablemente, que es la negación de la felicidad… así que las personas estresadas son infelices…
Sonia Lupien: Pues no sé yo si estudiar el estrés durante 20 años me ha enseñado algo sobre la felicidad… lo que sí sé (y de eso estoy segura) es que la felicidad no consiste en la ausencia de estrés. ¿Sabes? Una vez leí un libro cuyo título decía algo así como Libérese del estrés para siempre. Pues bien, si te liberas completamente del estrés, estás muerto; vamos, que en esta vida necesitas un poco de estrés. Cuando hablas con personas felices, verás que siempre se marcan pequeños retos que desean conseguir, pero la diferencia es que conocen, por así decirlo, su resistencia al estrés, y cuando el estrés es excesivo, frenan.
Eduard Punset: ¿Y qué hay de los distintos tipos de estrés? Me refiero a que está el estrés absoluto (un tsunami o algo así, ante lo que no se puede hacer nada, absolutamente nada) y está el estrés relativo. ¿Es posible? ¿O el estrés siempre es igual?
Sonia Lupien: No, ahora establecemos una diferencia entre factores estresantes absolutos y relativos. Un factor estresante absoluto supone una amenaza para tu supervivencia. El problema que tenemos ahora (si es que puede considerarse un problema) es que ya no hay muchos factores estresantes absolutos en nuestras vidas: ¡ya no hay mamuts! Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud predice que, en el año 2020, la depresión relacionada con el estrés crónico será la segunda causa de invalidez en el mundo. Y si ya no hay mamuts, ¿por qué pasa eso? Creemos que es porque ahora los factores estresantes son relativos, lo que significa que generamos una respuesta de estrés si estamos expuestos a situaciones nuevas, impredecibles, que no controlamos, etcétera, y esas sí que abundan ahora. ¿Te has fijado alguna vez en los titulares de los periódicos? Está todo lleno de información amenazante. Siempre se mencionan cócteles explosivos y demás peligros, y ahora creemos que cuando el cerebro lee ese titular negativo y amenazador, tal vez genere una respuesta de estrés simplemente por haber leído el periódico. Así que hoy en día estamos rodeados de información que el cerebro puede procesar como si fuera la amenaza de un mamut, y sufrimos respuestas de estrés todo el rato.
Eduard Punset: ¿Cómo puedo saber si soy una víctima del estrés crónico? ¿Cómo saber si es crónico?
Sonia Lupien: Yo siempre lo divido en tres fases para que la gente pueda hacerse una idea de cómo funciona.
La primera fase es cuando el estrés empieza a cronificarse. La digestión cambia. Cuando empiezas a tener problemillas con la digestión y debes tomarte pastillas cada dos por tres es cuando tienes el primer signo de que algo va mal. Con los niños es la primera señal. Se quejarán de dolor abdominal, pero es el estrés. Y luego sigues adelante. Sigues y sigues y sigues… Además de problemas digestivos, pronto empiezas a tener algunas pistas que deberían ayudarte a reconocer que algo va mal. En algún
momento, el cerebro te pedirá algo bueno. Es como si te dijera: «he trabajado muchísimo estos días, necesito algo bueno».
En este punto beberás más alcohol. Fumarás más. Y si no bebes ni fumas, qué sé yo, tal vez empieces a tomar más helados... cualquier cosa que te guste… empezarás a tomarla más, porque el cerebro necesita algo para calmarse. Ésta sería la segunda fase.
En la tercera fase es cuando enfermas. Ahora tienes problemas de memoria, cambios en la personalidad. Te enojas más rápidamente. Aquí es cuando puede aparecer la sensación de estar quemado y la depresión.
Eduard Punset: Cuando alguien se disgusta o altera muy a menudo, ¿qué significa?
Sonia Lupien: La explicación la encontramos en la investigación con animales. Creemos que sucede lo siguiente: si se experimenta con una rata a la que se estresa de modo crónico con el mismo factor estresante en todo momento, la respuesta de estrés de la rata disminuirá, se habituará. Pero lo que se ha demostrado es que la rata se habituará a ese factor concreto de estrés, pero se volverá más reactiva de lo normal ante cualquier otro factor estresante, por lo que estará hipersensible. Lo que vemos en personas con estrés crónico es que pueden habituarse a un factor estresante crónico: pongamos que estás pasando por un divorcio muy, muy difícil, y cada día tienes una respuesta de estrés. Logras sobreponerte, pero de repente sucede algo en el
trabajo, alguien te dice algo (que no es tan grave) y explotas. Cuando alguien se enoja con facilidad, se trata de un signo de que padece estrés crónico, de que está intentando abordar un factor estresante, pero se ha vuelto excesivamente reactivo a los demás.
Eduard Punset: Hay algo que me fascina de todo esto, Sonia, y es que afirmas, después de haber hablado tan mal sobre el estrés, dices: «oye, necesitáis un poco, es necesario un poco de estrés para mantener la memoria». ¿A qué te refieres?
Sonia Lupien: Sí, y aquí hay que distinguir entre el estrés agudo y el estrés crónico. Hay que evitar el estrés crónico. Pero el estrés agudo es siempre muy bueno para la supervivencia, como he dicho antes. Y lo que hemos descubierto es que la relación entre la memoria y el estrés es una función con forma de U invertida. Un poquito de estrés aumenta la memoria.
(...) Pero cuando es excesivo, entonces disminuye totalmente la memoria. La razón es que el estrés, las hormonas del estrés, te ponen en guardia. Se trata del «subidón» que busca la gente cuando está trabajando y quiere terminar un proyecto. Pero si es excesivo, en algún momento el cerebro empieza a confundir todo lo que hay que memorizar y, por culpa del estrés, el rendimiento de la memoria disminuye.
Eduard Punset: ¿Sería correcto decir que un poco de estrés tal vez agudice la memoria a corto plazo y, sin embargo, algo irá mal si intentas atender a diferentes cosas a la vez, si prestas atención a dos o tres cosas simultáneamente, porque entonces probablemente te estresarás? ¿Es así?
Sonia Lupien: Existe la idea de que la multitarea es algo nuevo. ¡Pero al cerebro le encanta la multitarea! Si el cerebro solamente hiciera una cosa cada vez, ¡seguiríamos persiguiendo mamuts! Lo que pasa es que cuando aparece el estrés, añade otra tarea que va por encima de todo lo que estás haciendo. ¿Y por qué? Como he dicho antes, el cerebro es un detector de amenazas, y está ahí para ayudarte a detectar la información amenazante y hacer algo al respecto. Imagina que intentas hacer 2 ó 3 cosas a la vez y que estás pasando por un divorcio muy complicado. ¿Qué crees que pensarás mientras estás aquí hablando conmigo? A la vez estarás preguntándote si podrás hacerlo, si podrás hacer eso y aquello con tu esposa… Es otra tarea que persiste en tu mente todo el rato, se vuelve difícil de procesar y perjudica el resto de tareas. Y esto es lo que hace el estrés: siempre que hay una información estresante, porque amenaza tu ego o tu supervivencia, o lo que sea, el cerebro la procesa primero, y todo lo demás se vuelve irrelevante.
Eduard Punset: Teniendo en cuenta tu investigación sobre el estrés, ¿has llegado a algunas conclusiones sobre si los distintos sexos se comportan de un modo diferente ante el estrés?
Sonia Lupien: Lo que sabemos hasta ahora sobre el estrés es que, si se somete a mujeres y hombres a estrés en el laboratorio, los hombres son tres veces más reactivos, producen más hormonas del estrés que las mujeres. Al principio, los científicos dijeron que por este motivo los hombres tenían más problemas cardiovasculares, pero luego alguien apuntó que sí, pero que las mujeres también padecían más depresión, así que no tenía sentido. Y hay muchos, muchísimos estudios que intentan analizar qué puede provocarlo. Se han estudiado los efectos del apoyo social en la reactividad al estrés, porque la mejor protección contra el estrés es el apoyo social: cuando te rodeas de personas con las que hablar, eso es muy bueno contra el estrés. No obstante, se ha demostrado que, si les pides a los hombres que traigan a sus parejas para que les brinden apoyo antes de verse sometidos a estrés, y les pides a las mujeres que también lo hagan y luego las sometes a estrés, sucede lo contrario.(...)
Sí, resulta que los hombres sufren menos estrés cuando tienen a sus parejas consigo, pero las mujeres se estresan más. ¡No me preguntes por qué!
Eduard Punset: ¡No me extraña!
Sonia Lupien: No se sabe por qué… Primero dijimos que era una diferencia entre sexos, porque se trataba de hombres y mujeres. Y entonces se rehizo el estudio, y se les pidió a los hombres que trajeran a su mejor amigo (un hombre) para que les diera apoyo social antes de ser sometidos a estrés. Las mujeres debían traer a una amiga. Entonces, tras someter a ambos grupos a estrés, la cosa volvió al principio: ahora eran los hombres los que estaban más estresados. ¿Qué nos dice esto? Nos dice que los hombres y las mujeres no se benefician de las mismas personas en momentos de estrés. A los hombres les va muy bien estar con su pareja, mientras que a las mujeres parece que les va muy bien estar con las amigas. ¿Será porque en la prehistoria los
hombres perseguían mamuts mientras las mujeres recolectaban frutas? No lo sabemos, pero se trata de algo que va quedando bastante claro: no nos beneficiamos de las mismas personas. Una vez que lo sabes, puedes hacer algo al respecto…
Eduard Punset: ¿Sabes? Mientras escuchaba lo que decías, pensaba que a la gente le va muy bien que le digan (un centenar de veces, si es necesario) que el cerebro no está ahí para buscar la verdad, sino que está ahí para protegernos…
Sonia Lupien: Para sobrevivir.
Eduard Punset: Para enseñarnos a sobrevivir. ¡Y es increíble ver que tantas personas pasan tanto tiempo supuestamente buscando la verdad (sea lo que sea lo que signifique) y tan poco tiempo cuidándose y cuidando a la gente que tienen a su lado!
 
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