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Monday, October 12, 2015

Dádiva (Vocabulario)

Dádiva

  1. f. Donativo o regalo desinteresado:
    no sabía cómo agradecer las dádivas de su abuela.

Dádiva

  • donación, obsequio, regalo, presente, donativo, óbolo, limosna, propina

Saturday, June 15, 2013

El Movimiento Slow (laguia2000.com)


Aprender a vivir más despacio requiere tiempo, para disfrutar más del presente y poder adquirir el hábito de saborear cada momento como si fuera el último.

Aunque la lentitud tenga mala prensa y ponga nerviosos a muchos, les propongo la aventura de engrosar las filas de los que se atreven a desafiar a los que se apuran, reduciendo la velocidad de los movimientos y de la marcha en forma consciente y permitirse el lujo de permanecer tranquilos aún en medio del caos más absoluto.

Comiencen por negarse a comer comida rápida y a probar comida lenta hecha en casa, con productos frescos y de estación, más variada y más sabrosa, porque se pueden distinguir cada uno de los sabores y no sabe todo a lo mismo, como la comida chatarra.

Aminoren la velocidad cuando manejan, no compitan con los demás que circulan, recuerden que no tienen nada que probar a nadie y menos a gente que no conocen.

Manejar a la velocidad permitida ahorra combustible, es más seguro y mantiene la serenidad en las calles. No sean como esos que van haciendo zig zag, eludiendo autos como si se tratara de una carrera de obstáculos, solamente para llegar antes al próximo semáforo.

Hablen más despacio y elijan el vocabulario para poder expresar sus ideas con más claridad y de la mejor manera; e intenten escuchar con atención lo que dicen los otros porque se aprende más escuchando que hablando.

No piensen en lo que va a contestar cuando están escuchando a su interlocutor, porque pueden no entender lo que está diciendo y que su contestación no sea pertinente ni relevante.

Piensen antes de hablar, no se apresuren a hacer una crítica sin estar seguros o sin haber reflexionado antes; no contesten su celular cuando están ocupados o cuando están acompañados. Seguramente el que lo está llamando puede esperar o les puede dejar un mensaje grabado.

Sean más observadores, no dejen que la vida pase a su lado sin que ustedes se den cuenta, tómense tiempo para mirar con atención todo lo que los rodea.

No se apuren a juzgar a los demás y traten de recordar antes si ustedes nunca hicieron, pensaron o dijeron alguna vez lo mismo.

Aprendan a observarse antes de discriminar a otros por el color de su piel, su religión, su condición social, su sexualidad o su cultura, porque por fuera pueden ser diferentes pero por dentro somos todos iguales y muchas veces los juicios son la proyección de la propia sombra.
Prendan el televisor para ver un programa que eligieron antes, no pierdan el tiempo haciendo zapping porque será inútil, difícilmente encontrarán algo que les guste y se engancharán con alguna basura barata que los pondrá de mal humor, ansiosos y hasta les puede provocar un ataque de pánico.

No se apresuren a reemplazar un aparato electrónico que todavía funciona, respeten el planeta, no hagan más basura.

Deténganse dos veces al día en algún lugar para meditar, fijando la atención solamente en su respiración, aunque sea sólo quince minutos. Esta práctica hace descender el nivel de la presión arterial, calma los nervios, reduce el estrés y produce beneficios en todo el cuerpo.

La paz está dentro de ustedes mismos, no afuera, resérvense un tiempo para leer algo de calidad, o para jugar con sus hijos o para caminar; no estén todo el día conectados como si fueran aparatos.

No se dejen llevar por lo que hacen los demás, por esos que se precipitan, corren y viven apurados; reflexionen y vayan más despacio sin que les importe lo que los otros piensen.

Vivan el presente, dejen atrás el pasado y no se preocupen por el futuro. Ustedes tienen la capacidad natural como para sobrellevar cualquier contingencia con fortaleza y eficacia, confíen en ustedes mismos, atrévanse a ser diferentes a la mayoría que actúa como autómata.

Texto inspirado en el libro “Elogio de la lentitud”; Carl Honore.

Friday, May 31, 2013

Cómo Cambiar (laguia2000.com)


Básicamente cualquier cambio de conducta puede cambiar a una persona y también brindarle la posibilidad de cambiar su vida, porque después de todo la conducta es casi siempre puro hábito.

¿Por qué es tan difícil cambiar? La mayoría teme perder su personalidad con los cambios y se esfuerza en mantener una imagen aunque esa imagen tenga un alto costo tanto para su salud como para su felicidad.

Sin embargo, cambiar es posible, porque se pueden desaprender conductas que enferman para aprender otras más saludables.

El dominio de uno mismo es fundamental, ya que ninguno puede lograr ser la persona que es si antes no aprende a conquistarse a si mismo, renunciando a las dependencias y a las necesidades de todo tipo.

Pero todo cambio en un aspecto de la personalidad puede repercutir negativamente en otro. Por ejemplo, si una persona comienza a cambiar hábitos alimenticios para regularizar su peso, puede cambiar también su carácter y ponerse agresivo o malhumorado.


Este proceso es normal y significa que se está transitando la senda correcta para el logro de los objetivos.

No siempre el malhumor o la agresividad tienen que ser mal entendidos, porque puede indicar que además de alimentarse mal, esa persona no estaba todo lo cómoda que se imaginaba con sus relaciones y disimulaba sus emociones en lugar de enfrentar los problemas.

A veces pasamos por alto muchas cosas que creemos que nos merecemos, porque nuestra autoestima está baja y nos acostumbramos a las definiciones y al mal trato; y una forma de defenderse es ocultárselo a uno mismo ignorándolo.

Toda esa acumulación de emociones se convierte en resentimiento que a la vez atrae más y más cosas negativas.

La única salida rápida y segura es el perdón a uno mismo y a los demás y la renuncia a la necesidad de las personas generadoras de esas emociones.

Renunciar a la necesidad no significa erradicarlas de nuestra vida, sino transformarlas en personas que no tienen más influencia sobre nosotros; porque la base de los problemas las creamos nosotros mismos con nuestra forma de pensar y de actuar.

Cambiar empieza con la intención, o sea, estando dispuesto a hacerlo. La intención es todo, porque es la que determina la conducta. No importa tanto saber qué es lo que tenemos que hacer, sino tener la intención de hacerlo.

La mente actúa según lo deseamos, porque no es ella la que nos controla sino que somos nosotros los que elegimos los pensamientos y nuestra manera de pensar.

Si prestamos atención nos podemos dar cuenta, en un momento dado, que si nos desprendemos de los viejos pensamientos y de las preocupaciones del futuro en ese preciso instante tendremos la oportunidad de experimentar la verdadera felicidad.

Podemos empezar en este mismo momento aflojando todo el cuerpo, relajándonos y renunciando a toda emoción negativa, para recuperar así la paz con nosotros mismos y con la vida, porque definitivamente sólo en el ahora estamos seguros y a salvo.

El presente es lo único que se puede cambiar, porque el pasado es inmodificable y el futuro una ilusión.

Disfrutemos hoy y despreocupémonos de todo lo viejo que nos ha llevado a adquirir hábitos que nos esclavizan.

Despojemos a los recuerdos de su carga afectiva, porque son solo recuerdos y no significan nada, porque aquí y ahora pueden suceder otras cosas diferentes

El perdón soluciona casi todos los problemas y es el mejor modo de liberarse, porque disuelve el resentimiento y la necesidad de venganza.

Una técnica que ayuda a perdonar es visualizar, en estado de relajación, una escena en la que están las personas que alguna vez nos hicieron algún daño, sucediéndoles acontecimientos muy felices, cosas que deseaban que le ocurriesen y que eran importantes para ellas.

Luego visualícese usted mismo experimentando momentos felices que desea, proyectándose feliz y sonriendo.

Estos ejercicios nos liberan de las cargas emocionales, de la depresión, del sufrimiento, del temor, de la culpa, del odio y del resentimiento.

Fuente: “Usted puede sanar su vida”, Louise L. Hay, Ed.Urano, Argentina, 1992

Tuesday, April 30, 2013

La Preocupación (laguia2000.com)


Estar preocupado es ocuparse de algo que todavía no ha ocurrido que puede o no acontecer en el futuro; es poner el empeño en adelantarse a acontecimientos que tal vez no ocurran nunca.

La preocupación consiste en tener la mente ocupada con pensamientos negativos que tienden a atraer más de lo mismo.

Estar preocupado por el futuro no permite vivir plenamente lo que está pasando en el presente y empaña las experiencias actuales; porque es una condición que dispersa la atención y hace ver las cosas desde una perspectiva pesimista. 

La preocupación es ansiedad, miedo a lo desconocido y al futuro. Para evitar un posible sufrimiento futuro se prefiere sufrir ahora por situaciones improbables que se temen.

Las preocupaciones afectan la salud física y emocional y un exceso de preocupaciones genera estrés y puede estar revelando un trastorno de ansiedad y hasta una depresión oculta.


Preocuparse es tener encendida la alarma del cuerpo antes de que ocurra el siniestro, por las dudas; y si ese sistema de alarma orgánico, que debería funcionar cuando realmente la situación de peligro es inminente, sigue funcionando siempre, genera químicos en el organismo que son nocivos para la salud.

Vivir preocupado es asumir la vida como algo peligroso, sin ninguna otra alternativa que nos permita relajarnos y disfrutar de las cosas.

Cuando nuestro sistema se acostumbra a vivir en estado de permanente situación de peligro, pierde la capacidad de funcionar normalmente y se acciona aunque la amenaza no sea real y no exista motivo de riesgo alguno inmediato, porque no puede reconocer las verdaderas señales de peligro.

Las preocupaciones las generan los conflictos o los problemas, o sea todas las cosas que no podemos enfrentar y resolver y la búsqueda de soluciones ideales; porque una vez que se toma una decisión el estado de preocupación desaparece.

Además del hábito de preocuparse por los asuntos personales, estas personas se preocupan también por sus familiares, por sus hijos, por sus padres, por su pareja, por sus hermanos o por sus amigos. Creen que los demás no serán capaces de resolver solos sus problemas porque en el fondo tienen la omnipotencia de creer que ellos sí pueden porque son superiores. 

También los preocupa su trabajo, su casa, su auto, el gobierno, la política, la economía o su propia seguridad financiera y se desviven por controlar situaciones futuras.

Cada situación particular se vive como un problema para resolver, y hasta la más insignificante obligación los puede hacer sentir preocupados.

La necesidad de control los obliga a exigirse al máximo y les impide hacer una evaluación de cada circunstancia con objetividad.

Las personas que viven en estas condiciones tienen altas expectativas sobre ellos mismos, son implacables, necesitan resultados, actuar con eficacia y perfección y ser reconocidos por sus logros.

Creen firmemente que ellos son lo que hacen y si se equivocan o no pueden cumplir se sienten frustrados y pierden su autoestima.

Es probable que sean muy eficientes pero también es probable que esa actitud se refleje en sus relaciones y las desequilibre.

El problema es la forma en que ven la realidad, el valor que le otorgan a la eficiencia y a la productividad aunque se conviertan en un obstáculo para vivir vínculos sanos.

Es importante comenzar a recapacitar si realmente vale la pena preocuparse por tantas cosas que tal vez tienen una importancia relativa; ser capaces de aprender a jerarquizar las prioridades y a reconocer y renunciar a mandatos internos que los obligan a ocupar la mente inútilmente, dejando de lado experiencias presentes que jamás se repetirán y que pueden ser mucho más importantes.

Agradecer durante 21 días (BBC)

 
MARÍA PILAR BARRETO, oriunda de Puerto Rico, es estudiante de Harvard y se graduará en estudios latinoamericanos en junio.

Asiste a las clases de Psicología Positiva del profesor Tal Ben-Shahar y opina al respecto: "Realmente nos da instrumentos para mejorar nuestra calidad de vida". 


Yo era una de esas personas cínicas que no esperaban nada útil de esta clase.
Pero no se trata de esas fórmulas rápidas de autoayuda. El profesor Ben-Schahar nos da instrumentos para mejorar nuestra calidad de vida. Sin embargo, somos sólo nosotros quienes lo podemos hacer.

María Pilar Barreto, estudiante de Harvard, asiste a las clases de Psicología Positiva
Uno de los ejercicios que más me ha servido es el de agradecer. El padre de la psicología moderna, William James, decía que para crear o romper un hábito uno tiene que hacer algo por 21 días
Uno de los ejercicios que más me ha servido es el de agradecer. El padre de la psicología moderna, William James, quien estuvo en Harvard a principios del siglo pasado, decía que para crear o romper un hábito uno tiene que hacer algo por 21 días, para que se convierta en un acto subconsciente.
Entonces, el ejercicio fue escribir cada día, durante 21 días, cinco cosas por las que damos gracias en nuestra vida. La tarea me gustó, porque mientras lo hacía miraba hacia atrás, a los días pasados, a ver qué cosas había escrito, y me acordaba de eso y sonreía otra vez. Me traía felicidad.
Y si uno tiene un mal día cuando parece que todo es un fracaso, el ejercicio nos obligaba a encontrar cinco cosas por las que dábamos gracias. Cada día tiene sus puntos buenos, a pesar de sus puntos malos.
También recordamos en el curso que debemos vivir más en el presente. En Harvard uno siempre está preocupado por el futuro, por qué trabajo debo conseguir para tener un salario de seis cifras, es muy competitivo, quién pertenece a qué grupo, quién escribe para quién sabe cuantas publicaciones, quién se graduará con honores.
Muchas veces sólo pensamos en cumplir metas en el futuro y siempre estamos haciendo cosas que quizás no nos traigan felicidad para llegar a ese futuro. Al llegar a ese futuro, creemos que vamos a sentir felicidad, pero lo que sentimos es más alivio por tener menos presión que felicidad.

Debemos aceptar que vivimos en el presente (...) debemos tomarnos una pausa y disfrutar de las cosas que en verdad nos hacen feliz
Debemos aceptar que vivimos en el presente, que está bien poder disfrutar el presente. Sí hay que hacer cosas que contribuyan al futuro, pero también debemos tomarnos una pausa y disfrutar de las cosas que en verdad nos hacen feliz.
Nosotros creemos que hay presión de nuestros colegas, pero en realidad somos nosotros mismos que nos estamos presionando. Hay una imagen de lo que deben ser los estudiantes de Harvard y es una imagen falsa. Uno entiende en el curso que mucho de lo que hacemos no es para nosotros sino, para llenar esa imagen falsa.
Tal vez debemos revisar nuestras metas y hacer en el presente cosas que nos traigan felicidad. Hay que disfrutar, además, de lo que hacemos en el proceso para cumplir metas.

También hemos hecho meditaciones en clase. Realmente me siento mucho más positiva respecto al futuro y he aprendido a darle más importancia a vivir en el presente y a nutrir las relaciones humanas. 

Monday, October 15, 2012

Decretando Abundancia


YO SOY ABUNDANCIA Y PROSPERIDAD UNIVERSAL 

DECRETOS PARA LA ABUNDANCIA 


YO SOY, el uso de la ilimitada Opulencia de Dios. Merezco recibir todo lo bueno del Padre, porque su abundancia es ilimitada.

YO SOY, las riquezas de la luz fluyendo para mis manos y buen uso, que nada puede detener.

YO SOY, la mano de Dios cargando, cargando, cargando cada electrón alrededor mío con la energía de la Abundancia, la Prosperidad y todas las cosas buenas.

YO SOY, la Opulencia de Dios hecha visible para su uso correcto en mi presente y por siempre.

YO SOY, la fuerza Magnética en mi vida, AHORA!

Usa estos decretos para establecer una vida abundante en todos los aspectos. Memorízalos y los repites siempre que puedas.

No te quedes, por favor, en la queja, decreta la abundancia en tu vida.Tu la mereces. Convéncete que la mereces y ella se establecerá en tu vida.


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