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Sunday, March 16, 2014

Efectos del alcohol en el cuerpo humano


Son muy diversos los efectos del alcohol a medio y largo plazo y actúan sobre múltiples órganos y sistemas.

En el cerebro y sistema nervioso

  • El consumo de alcohol afecta gradualmente las funciones cerebrales, en primer lugar a las emociones (cambios súbitos de humor), los procesos de pensamiento y el juicio. Si continúa la ingesta de alcohol se altera el control motor, produciendo mala pronunciación al hablar, reacciones más lentas y pérdida del equilibrio.3
  • Altera la acción de los neurotransmisores, y modifica su estructura y función. Ello produce múltiples efectos: disminución de la alerta, retardo de los reflejos, cambios en la visión, pérdida de coordinación muscular, temblores y alucinaciones. Disminuye el autocontrol, afecta a la memoria, la capacidad de concentración y las funciones motoras.
  • La combinación de los anteriores efectos es causa de múltiples accidentes laborales y de circulación, que cuestan la vida cada año a millones de personas en todo el mundo.
  • El alcohol es responsable de más del 73% de los accidentes con víctimas mortales.4
  • El alcohol daña las células cerebrales, así como los nervios periféricos, de forma irreversible.5
  • La disminución de vitamina B1 producida por el alcohol puede llevar a la enfermedad de Wernicke-Korsakoff, que provoca alteraciones de los sentimientos, pensamientos y memoria de la persona. Los afectados confunden la realidad con sus invenciones.
  • Produce trastornos del sueño.
  • Las personas alcohólicas se aíslan de su entorno social, suelen padecer crisis en los ámbitos familiares (discusiones, divorcios, abandonos) y laboral (pérdida del empleo), lo que los conduce a la depresión y, en algunos casos, al suicidio.6
  • Perdida progresiva de la memoria y de otras capacidades mentales.
  • La mayor parte de sus efectos depende del grado de consumo, centros superiores como: el habla o el juicio se deprimen en primera instancia tiempo después centros inferiores como: la respiración y los reflejos espinales.
  • En dosis mayores tanto los mecanismos inhibitorios como excitatorios se ven disminuidos, pudiendo llegar hasta el estado de coma.
  • En fases avanzadas produce alteraciones mentales serias y daño cerebral irreversible.
  • Periodos de amnesia, con alteración profunda de la memoria y la conciencia de diversa duración (minutos, horas o hasta días).

En el corazón y aparato circulatorio

  • Aumenta la actividad cardíaca (aunque un consumo muy moderado mejora la circulación, una dosis superior produce daños).
  • En dosis elevadas aumenta la presión sanguínea (hipertensión) y produce daño en el músculo cardíaco por sus efectos tóxicos.
  • Debilita la musculatura cardíaca y por consiguiente, la capacidad para bombear sangre.
  • Produce vasodilatación periférica, lo que genera enrojecimiento y un aumento de la temperatura superficial de la piel.

En el aparato digestivo: estómago, páncreas, hígado, esófago...

Las molestias gástricas son debidas a erosiones en las mucosas producidas por el etanol. El ardor estomacal será mayor si se han mezclado diferentes bebidas o combinados, ya que la irritación gástrica se deberá a todos los componentes bebidos.
  • Aumenta la producción de ácido gástrico que genera irritación e inflamación en las paredes del estómago por lo que, a largo plazo, pueden aparecer úlceras, hemorragias y perforaciones de la pared gástrica.
  • El cáncer de estómago ha sido relacionado con el abuso del alcohol. También provoca cáncer de laringe, esófago y páncreas.
  • Provoca esofagitis, una inflamación del esófago, varices esofágicas sangrantes y desgarros de Mallory-Weiss.
  • Puede producir pancreatitis aguda, una enfermedad inflamatoria severa del páncreas, con peligro de muerte.
  • Puede provocar pancreatitis crónica, que se caracteriza por un intenso dolor permanente.
  • Otras alteraciones posibles son la diabetes tipo II y peritonitis.
  • El hígado es el órgano encargado de metabolizar el alcohol, que es transformado por las enzimas del hígado primero en acetaldehído y después en acetato y otros compuestos. Este proceso es lento y no está exento de daños (el acetaldehído despolariza las proteínas, oxida los lípidos, consume vitaminas del grupo B y daña los tejidos).
  • Al irritarse la célula hepática es posible que se produzca hepatitis alcohólica, debido a la destrucción celular e inflamación tisular. Con el tiempo, el hígado evoluciona (hígado graso o esteatosis) para adaptarse a la sobrecarga metabólica, pudiendo llegar a hepatitis y más tarde a la cirrosis hepática, producto de la muerte celular y la degeneración del órgano. Esta grave enfermedad puede degenerar finalmente en cáncer de hígado y producir la muerte.
  • Otros signos de alteración hepática son la ictericia, un tono amarillento que adquiere la piel y la esclerótica, y los edemas, acumulación de líquido en las extremidades.
  • Altera la función del riñón, reduciendo los niveles de la hormona antidiurética, provocando deshidratación y tomando agua de otros órganos como el cerebro, lo cual genera dolor de cabeza.
  • El alcohol aporta abundantes calorías (7 kcal por gramo de alcohol) con escaso valor nutritivo. No nutre pero elimina el apetito, sustituye a otros alimentos más completos y a la larga puede generar desnutrición. Esto se agrava pues inhibe la absorción de algunas vitaminas y minerales.

En la sangre

Representación de los efectos del alcohol en la visión.

En los sistemas inmunitario y reproductor

En el embarazo y el feto

  • El abuso del alcohol en el embarazo puede desencadenar el Síndrome alcohólico fetal. Sus síntomas son un retardo del crecimiento, alteración de rasgos cráneo-faciales, malformaciones cardíacas, malformaciones hepáticas, malformaciones renales y malformaciones oculares.
  • El mayor daño se produce en el sistema nervioso central del feto, en el que puede aparecer retraso mental.

Síndrome de dependencia alcohólica (alcoholismo)

Es uno de los problemas más graves asociados al consumo de alcohol por la gran cantidad e importancia de los síntomas que engloba.7


Sunday, September 16, 2012

Grandes combatientes contra el estrés (blogdefarmacia.com)


Hacer volar la tensión no requiere un viaje al balneario o unas vacaciones muy lejanas. Elimina el estrés de manera cotidiana con estos consejos fáciles y útiles trucos sin tener que gastar grandes cantidades de dinero o demasiado esfuerzo.
  • El extracto de suma, también conocido como corang-acu, para tudo, o “el ginseng brasileño”, es una raíz enredadera que crece en la selva tropical de América del Sur y se utiliza como un tónico para regular muchos sistemas del cuerpo. Se trata de una medicina tradicional que actúa como protector del cuerpo a los estresores externos. Equilibra los niveles de azúcar en la sangre para combatir los cambios de humor. La raíz de Suma contiene 19 aminoácidos diferentes, una gran cantidad de electrolitos, minerales, hierro, magnesio, zinc, vitaminas A, B1, B2, E, K, y ácido pantoténico.
  • Una ensalada contra el estrés. Los ingredientes de esta ensalada dan una explosión de reacciones saludables del cuerpo ante el estrés. Los aguacates son ricos en potasio, lo que reduce la presión arterial alta. Las almendras son ricas en magnesio, que trabajan en el sistema nervioso para ayudar contra la ansiedad. El espárrago es rico en el estabilizador del estado de ánimo, el ácido fólico, por lo que ayuda a estar de buen humor.
  • El estrés restringe el flujo sanguíneo, provocando tensión en los músculos y la espalda baja. El estiramiento estimula los receptores del sistema nervioso que disminuye la producción de hormonas del estrés. El secreto consiste en aislar los músculos que acumulan tensión en la espalda baja, hombros y cuello.

Monday, April 16, 2012

Alimentos para aumentar la concentración (consumer.es)


Harina de avena, arándanos, salmón, aguacate, té verde y chocolate negro son los seis alimentos elegidos para mantener una concentración plena durante todo el día

Mantener la mente activa durante las horas lectivas del día no siempre es fácil. Hay momentos en los que se baja la guardia y concentrarse resulta una difícil tarea. Los niveles de estrés actuales pasan factura y el cuerpo no siempre responde al 100%. Hay una relación directa entre las situaciones externas a las que está sometido el cuerpo y la respuesta que da bajo estas circunstancias. Una mala gestión de estas respuestas puede tener repercusiones en el sistema inmunitario, disminuir las defensas y aumentar la vulnerabilidad a contraer enfermedades, tanto físicas como psíquicas. Una buena alimentación es la base para mantener un equilibrio óptimo en el organismo

Saber elegir los alimentos adecuados y seguir una dieta sana es la mejor y casi única opción para estar al 100% durante todo el día. Realizar ejercicio de manera regular también ayuda a mantener este estado óptimo, cuya base siempre es la alimentación. Durante largos periodos de estrés o cansancio, el organismo pierde la capacidad de concentración. Según un estudio realizado por la revista Forbes, la alimentación es clave para evitar esta situación. Según el estudio, seis alimentos consiguen mantener el nivel de concentración en el organismo. La harina de avena, los arándanos, el salmón, el aguacate, el té verde y el chocolate negro son los seis elegidos como alimentos imprescindibles para mantener una concentración plena durante todo el día.

Chocolate y té verde para mejorar la concentración

El chocolate y el té verde son dos alimentos estimulantes
El chocolate y el té verde son estimulantes, lo que supone una inyección de energía para el cuerpo. Se recomienda el consumo de una taza de té verde al día para proporcionar al organismo la cantidad de cafeína necesaria para mantener la concentración en los momentos de baja actividad. Además, el consumo de este alimento proporciona sensación de saciedad, no contiene calorías, elimina la sed, previene la fatiga o evita indigestiones, entre otros. 

El chocolate negro es otro estimulante que, además de ser también natural, satisface el deseo o la necesidad de azúcar en el organismo. Estos factores ayudan al cuerpo a concentrarse o a mantener la concentración. Tiene un estimulante natural, similar a la cafeína, que ayuda a mantener la atención. Los expertos aseguran que la ingesta de una pequeña cantidad diaria ya es suficiente para notar sus efectos en el organismo.

Harina de avena, salmón y aguacate

La avena es un cereal muy completo, rico en proteínas, en grasas y vitaminas, sobre todo la timina (B1), cuya presencia beneficia el funcionamiento del sistema nervioso. La harina de avena destaca por un efecto equilibrante del sistema nervioso, de ahí que su consumo se indique en situaciones de nerviosismo, insomnio o momentos de estrés. Ayuda a mantener fresca la memoria a corto plazo durante todo el día. Otras cualidades son: un gran efecto saciante, baja en calorías, muy digestiva y una ayuda en el control del colesterol en sangre. Se puede consumir en el desayuno, en forma de cereales, o añadirla a los platos que se desee. 

El salmón, por su contenido de ácidos grasos omega 3, es otro de los alimentos esenciales para mejorar la concentración y el funcionamiento del cerebro. Su composición hace que este pescado azul ayude, además, a controlar los niveles de colesterol y disminuye el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas. En esta misma línea, el aguacate es un alimento completo y rico en grasas saludables que, como el salmón, favorece que se mantenga y mejore el nivel de concentración. Es un alimento rico en ácidos grasos omega 3, así como en potasio, fibra y antioxidantes. Puede consumirse crudo o cocinado, aunque siempre es más puro en crudo.

ARÁNDANOS PARA LA MEMORIA

Los arándanos son el último grupo de alimentos que, según el estudio publicado en la revista Forbes, tiene efectos que aumentan la concentración durante todo el día. Es un alimento rico en antioxidantes, que ayudan a activar las enzimas protectoras del celebro y mejoran la memoria, y en potasio, un mineral necesario para la transmisión y la generación del impulso nervioso. Es una fruta con un bajo contenido calórico, ya que su aporte de hidratos de carbono es bajo, rica en vitamina C y una buena fuente de fibra, potasio, hierro y calcio.

Su principal característica es su abundancia en pigmentos naturales, los antocianos y carotenoides, que confieren a este alimento su color característico y su sabor. Algunos estudios consideran a los arándanos preventivos de enfermedades como el Parkinson y que ayudan a fortalecer la memoria a largo plazo.

¿Cómo se pueden consumir? Admiten numerosas formas: frescos, en zumo, mermeladas, jaleas, compotas o de relleno en pasteles o repostería. Son un buen alimento contra las infecciones urinarias, ya que contienen muy buenas acciones bactericidas e inhiben su crecimiento. También son un poderoso remedio para eliminar parásitos intestinales y, si se mezclan con leche, se consigue un gran reconstituyente para el organismo, incluso para los consumidores con una digestión más delicada. Son también una buena opción para curar eccemas cutáneos o para facilitar la cicatrización de heridas, si se empapa su zumo en un paño y se aplica sobre la zona.

Sunday, April 15, 2012

La dieta puede influir en el estado de ánimo (revista.consumer.es)


A pesar de que el cerebro sólo representa el 2-3% del peso corporal total, es responsable del consumo del 20% de la energía que extraemos de los alimentos. Su funcionamiento requiere tan sólo de oxígeno y de glucosa, sin embargo, son necesarios otros nutrientes para el desarrollo de funciones de la mente como la memoria, la concentración, el pensamiento? que tienen su sede en el cerebro. Una alimentación desequilibrada puede producir carencias específicas de vitaminas o minerales que se manifiestan mediante síntomas o sensaciones como apatía, desgana, irritabilidad, nerviosismo, cansancio, falta de atención, fallos de memoria, de concentración e incluso depresión. 

Nutrientes del sistema nervioso

Ciertos componentes de los alimentos desempeñan una labor específica en el funcionamiento del cerebro y de las neuronas (células especializadas del sistema nervioso que producen y trasmiten el impulso nervioso) y el cerebro los requiere en buena cantidad, dado que alberga más del 90% de las neuronas del cuerpo.

Los hidratos de carbono, fuente de glucosa

La glucosa, molécula en la que se descomponen los hidratos de carbono, es el nutriente energético que preferentemente el cerebro utiliza, de ahí que resulte esencial mantener estable su nivel en sangre (conocido como glucemia). Esto se consigue consumiendo con la frecuencia adecuada alimentos ricos en hidratos de carbono complejos -como pan, arroz y otros cereales, pasta, patatas y legumbres- y simples -como frutas, azúcar, miel y alimentos dulces en general-.

Se aconseja que los hidratos de carbono complejos prevalezcan sobre los simples porque permiten que la glucosa se libere paulatinamente y se mantenga estable la glucemia. Además, la distribución de la alimentación en varias tomas, es decir, comer 4 ó 5 veces al día, a horas regulares, y no dejar pasar más de 3-4 horas entre comidas, ayudan a mantener estable la glucemia.

También conviene romper el ayuno nocturno, bien con un buen desayuno bien con un almuerzo equilibrado, y en estas ingestas no pueden faltar los hidratos de carbono. Una hipoglucemia mantenida durante horas puede ser la causa del nerviosismo, la irritabilidad, el cansancio, la falta de concentración o los mareos, entre otros síntomas, que experimentan muchas personas durante la mañana si no se han alimentado bien.

El triptófano

La serotonina, también llamada hormona del humor, es un neurotransmisor (mensajero químico) relacionado con el sueño saludable, el estado de ánimo y el buen humor, y su concentración en el cerebro es directamente proporcional a la concentración de triptófano en el plasma y el cerebro. Los neurotransmisores son compuestos químicos que producen excitación entre las neuronas, lo que hace que éstas se comuniquen entre sí y trasmitan los mensajes. Diversas investigaciones han confirmado que la serotonina es muy abundante en los lugares del cerebro que dirigen el estado de ánimo y el afecto, y por tanto, los cambios en los niveles de serotonina afectan al ánimo. Esta sustancia también actúa como el reloj interno de nuestro cuerpo, y determina nuestros ciclos de sueño y de vigilia. 

El triptófano es un aminoácido esencial, es decir, un componente de las proteínas que ha de ser aportado necesariamente a través de la alimentación. A través de complejos ciclos metabólicos se transforma en serotonina; y en esta conversión participa también la vitamina B6.
Alimentos ricos en triptófano: huevos, lácteos, pescados, carnes, legumbres (soja), frutos secos, frutas (plátano, piña, aguacate).

Vitaminas del grupo B

Las vitaminas del grupo B son las que más influyen en el buen funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso en su conjunto.
  • B1 o tiamina. La tiamina juega un papel fundamental en el metabolismo de los hidratos de carbono, por lo que su carencia afecta sobre todo a los tejidos que dependen mucho de este suministro energético, como el cerebro. Un consumo excesivo de alimentos dulces (azúcar, chocolate, bollería, repostería, pastelería, chucherías?) puede reducir las reservas de vitaminas B1, y esta es una de las razones por la que conviene moderar el consumo de estos alimentos superfluos. La escasez de esta vitamina produce irritabilidad nerviosa, falta de concentración y de memoria, y puede ser causa de depresión. Abunda en: soja fresca, germen de trigo, carnes, pescados, frutos secos (nuez del Brasil, anacardo, pipas?), legumbres o cereales integrales, especialmente en la avena.
  • B6 o piridoxina. Interviene en diversos aspectos del metabolismo y la biosíntesis de diversos neurotransmisores -entre ellos la serotonina a partir de triptófano-, y en la formación de las vainas de mielina de las neuronas, aislamiento necesario para que las neuronas y las fibras nerviosas puedan transmitir correctamente las señales y, por tanto, las órdenes de nuestro cerebro a los músculos del cuerpo. Su aporte deficiente puede causar irritabilidad, nerviosismo, fatiga e incluso depresión.
    Encontramos esta vitamina en: germen de trigo, sesos y vísceras, pescado azul, quesos curados, frutos secos, cereales integrales, legumbres, levadura de cerveza.
  • B12: Interviene en el buen funcionamiento del sistema nervioso, por lo que su deficiencia produce trastornos neurológicos, como neuropatía sensitiva con irritabilidad y depresión. Los alimentos de origen animal son las fuentes dietéticas de esta vitamina, y destacan: hígado y vísceras, pescado azul (sardinas), solomillo, paté de hígado, huevos y queso.

Ácidos grasos esenciales

Los ácidos grasos esenciales, linoleico y linolénico, son necesarios para el desarrollo y funcionamiento del sistema nervioso y del cerebro por su abundancia en la membrana de las neuronas.
Un aporte adecuado de ácidos grasos esenciales se consigue consumiendo aceite de semillas, frutos secos, germen de cereales, aguacate, margarina 100% vegetal, cereales integrales, soja y aceite de hígado de bacalao, o complementos dietéticos como el aceite de onagra y el germen de trigo.

Fosfolípidos

Los fosfolípidos son una mezcla compleja de grasas, ácidos grasos esenciales, ácido fosfórico y dos vitaminas del grupo B como la colina y el inositol.

Estas sustancias forman parte de la membrana de todas las células, incluidas las neuronas, por lo que es preciso una concentración adecuada de estos compuestos en el organismo para el buen funcionamiento celular.

Abundan en: hígado, sesos, corazón y yema de huevo.

Hierro

Las células cerebrales utilizan hierro para su funcionamiento normal a cualquier edad y este mineral interviene en la función y síntesis de neurotransmisores. Por ello, la deficiencia en hierro se relaciona con menor capacidad de concentración, de atención y de memoria y menor rendimiento escolar o laboral.

Los alimentos más ricos en hierro son: almejas, berberechos y similares, levadura, morcilla, vísceras (hígado, riñón), germen de trigo, foie gras, carnes (sobre todo de caballo), pescados, legumbres, frutos secos o cereales integrales. Los alimentos vegetales contienen hierro de menor absorción por el organismo. No obstante, combinándolos con alimentos ricos en vitamina C o en proteínas, aumenta la absorción orgánica de este mineral.

Excitantes y relajantes

Además de los alimentos que nutren y favorecen el funcionamiento normal del sistema nervioso, también hay otros que contienen sustancias excitantes que pueden acelerar su actividad provocando nerviosismo o agravando la excitación. 

El estimulante por excelencia es la cafeína, un alcaloide abundante en el café, el té (teína), las bebidas de cola, el cacao y el chocolate (teobromina). El ginseng también es un potente excitante y se añade a ciertas bebidas estimulantes o se consume como complemento. Asimismo, el alcohol que contienen en mayor o menor cantidad las bebidas alcohólicas altera al sistema nervioso porque es un potente tóxico para las neuronas. 

Las sustancias estimulantes excitan pero no nutren y, aunque momentáneamente pueden proporcionar cierta ayuda, su uso continuado y exagerado acaba produciendo desgaste nervioso, agotamiento y falta de adaptación al estrés.

Para combatir el exceso de nerviosismo, se debe asegurar que el tejido nervioso esté bien nutrido, incluyendo alimentos ricos en los nutrientes descritos (hidratos de carbono, triptófano, vitaminas del grupo BB, hierro y fosfolípidos). 

En estos casos, además de revisar que la dieta sea equilibrada, se aconseja incluir alimentos integrales, cereales como la avena, frutos secos, legumbres, aceite de semillas y complementos dietéticos como la levadura de cerveza, el germen de trigo o la lecitina de soja. También se puede hacer uso (siempre consultando a una persona experta) de plantas que contienen sustancias que ralentizan la función nerviosa y proporcionan al organismo la sensación de relajación esperada. Algunas plantas relajantes: avena, azahar, espino albar, melisa, pasiflora, valeriana, tila.

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