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Sunday, February 9, 2014

¿De qué factores dependen la oferta y la demanda?

Continuamos nuestra serie de Conceptos de Economía. Hace un tiempo, Javier nos explicaba en qué consistían los conceptos de oferta y demanda. Con la intención de complementar ese post trataremos de explicar en este artículo cuáles son los factores de los que dependen tanto la oferta como la demanda. Analizaremos, por tanto, cuáles son los factores que condicionan los movimientos o desplazamientos de las curvas de oferta y demanda. 

Factores condicionantes de la demanda

Podríamos definir la demanda como la cantidad de un bien o servicio que están dispuestos a adquirir los demandantes a un precio determinado y condicionado por una serie de factores: el precio del bien en cuestión, el precio de los bienes relacionados, la renta disponible y los gustos o preferencias.

1. El precio del bien en cuestión: como es lógico, cuánto más caro sea un producto, normalmente menor será su demanda, mientras que cuánto más barato sea, mayor será la cantidad que los consumidores están dispuestos a adquirir.

2. El precio de los bienes relacionados. Distinguimos dos tipos de bienes:

  • Bienes complementarios: son bienes que se consumen conjuntamente, es decir, no es posible consumir uno sin consumir también el otro. Ejemplos de ellos son los coches y la gasolina, las zapatillas y los cordones o las lámparas y las bombillas. Al aumentar el precio de alguno de estos bienes, disminuye la demanda del mismo, pero también disminuye la demanda de su bien complementario. Así, si aumenta el precio de las bombillas, por ejemplo, disminuiría la demanda de este bien, pero también podría hacerlo la de las lámparas.

  • Bienes sustitutivos: son aquellos cuyo consumo es excluyente entre sí, es decir, consumir uno implica no consumir el otro, ya que ambos satisfacen la misma necesidad. Por ejemplo, el azúcar y la sacarina, la mantequilla y la margarina o el té y el café. Al aumentar el precio de uno de estos bienes, disminuye la demanda del mismo, pero aumenta la de su bien sustitutivo. Por ejemplo, si aumenta el precio de la mantequilla, disminuye la demanda de este bien y aumenta la de la margarina, su bien sustitutivo.

3. La renta disponible: la relación entre los cambios en la renta disponible y las variaciones de la demanda permite clasificar los bienes en:

  • Inferiores: son aquellas cuya demanda disminuye al aumentar la renta disponible. Por ejemplo, el transporte público, el tabaco de liar y las marcas blancas.
  • Normales: son aquellos cuya demanda aumenta en la misma proporción que la renta de los demandantes. Casi todos los bienes son normales.
  • De lujo: son aquellos cuya demanda aumenta sustancialmente al incrementarse la renta disponible. Por ejemplo, las joyas, los coches deportivos y las segundas residencias.

4. Las preferencias del consumidor: los gustos, las preferencias y la moda determinan el comportamiento de los demandantes con independencia de los precios o de la renta.


Factores condicionantes de la oferta

La oferta es la cantidad de un bien o servicio que las empresas están dispuestas a producir a un precio determinado y condicionado por una serie de factores: el precio del bien en cuestión, los costes de producción y los objetivos empresariales.

1. El precio del bien en cuestión. Normalmente, cuanto más caro sea un bien mayor será la cantidad del mismo que las empresas estén dispuestas a ofertar; del mismo modo, cuánto más barato sea, menor será su oferta.


2. Los costes de producción, que a su vez dependen de:

  • Los costes de los factores de producción: el beneficio empresarial se calcula como la diferencia entre los ingresos totales y los costes totales. Si aumentan los costes totales, disminuye el beneficio empresarial, por lo que la empresa podría optar por reducir su oferta para gastar menos. Si por el contrario disminuyen los costes, el beneficio aumentaría y con él también lo haría la oferta.

  • La tecnología: cuánto más eficiente sea una tecnología, mayores beneficios empresariales para la empresa, con lo que esta podría incrementar su oferta.

3. Los objetivos empresariales: no es lo mismo producir para un mercado con grandes expectativas de crecimiento que para otro en el que las expectativas sean reducidas. Cuánto mayores sean las expectativas, mayor será la oferta por parte de las empresas.


Wednesday, May 15, 2013

La dulzura que domina el mundo (BBC)


Estamos inundados por el azúcar. Nadamos en azúcar. El azúcar se ha metido en todos los aspectos de nuestra dieta diaria, desde los dulces con los que nos consentimos hasta productos esenciales, como el pan procesado.

Sabemos que mucha azúcar es mala para nosotros. Pero estamos enganchados: el azúcar es algo tan común que es difícil creer que alguna vez no lo fuera.
Descubierta originalmente cuando crecía en forma silvestre en el Pacífico Sur alrededor del siglo VIII a.C., viajeros y comerciantes ayudaron a propagarla por todo el planeta.

Durante siglos fue tomada como un símbolo de estatus, demasiado costosa para consumirla en grandes cantidades.

El idilio amoroso con el azúcar de Reino Unido -que eventualmente tendría el monopolio del comercio mundial del producto- comenzó en el Siglo XVII. Colonos en la isla de Barbados descubrieron que la caña crecía en el suelo pedregoso de la isla, donde el algodón y el tabaco no prosperaban.

Con sus tres cosechas al año, el cultivo del azúcar se convirtió en un negocio lucrativo. El descubrimiento generó una "fiebre del azúcar" que atrajo a cientos de colonos hacia Barbados, ansiosa de capitalizar la riqueza que había creado.

La producción masiva de azúcar hizo rica a Gran Bretaña y la ayudó a construir su imperio.

Azúcar en números

  • El principal exportador de azúcar en el mundo es Brasil, seguido de India, Tailandia, China y Pakistán. El gigante sudamericano da cuenta de aproximadamente el 25% de la producción mundial.
  • Según estadísticas del grupo francés Sucres and Denrés, el mundo consume unos 165.000.000 de toneladas de azúcar por año, lo que significa un promedio de 23 kilos por persona.
  • La zona del mundo que más consume azúcar es el Lejano Oriente. Según estadísticas de la FAO (años 2005-2006), daba cuenta de un tercio del consumo mundial. América Latina consumía un quinto del total en el mismo período.
Era una tarea muy física. Al principio, hombres "duros" provenientes de Escocia e Irlanda hacían el trabajo pesado, pero pronto fueron reemplazados por una opción más barata: esclavos del occidente de África.

Fue un período oscuro de la historia británica, dice el profesor de Historia Económica de la Universidad de Hull, David Richardson.

"No creo que se pueda subestimar la importancia del azúcar en la esclavitud trasatlántica. Seis millones de africanos esclavizados fueron depositados en las Indias Occidentales, y cuando se mira la cifra de quienes fueron liberados, ésta es mucho menor. La razón: el azúcar mata esclavos en el proceso de cultivo y refinación", explica.

Los esclavos estaban a merced de los dueños de las plantaciones y de los capataces, a quienes poco importaba su bienestar. Incluso mujeres embarazadas eran puestas a trabajar en los campos, y a los esclavos no se les garantizaba una nutrición adecuada.

Dibujo de esclavos africanos en una plantación colonial
La historia del azúcar no puede desvincularse de la esclavitud.

"Éstas son personas que estaban ahí para hacer dinero e irse. El objetivo del sistema era producir azúcar, no dar una vida sencilla y tranquila a los esclavos. Siempre y cuando tuvieras acceso a más esclavos", añade el especialista.

Monopolio

Gran Bretaña tuvo el monopolio del comercio de caña de azúcar por más de un siglo. Durante las guerras napoleónicas de principios del Siglo XIX, los británicos bloquearon las rutas comerciales de los franceses en el Caribe, lo que disminuyó significativamente el suministro del dulce producto en esa nación europea.

Ansioso de encontrar una solución, Napoleón invirtió mucho dinero en la producción de la remolacha azucarera, un descubrimiento relativamente nuevo. Francia abrió unas 40 fábricas de azúcar proveniente de la remolacha y el país tuvo su dosis de azúcar garantizada otra vez.

No pasó mucho tiempo antes de que el azúcar proveniente de la remolacha inundara el mercado británico. El precio se desplomó y para 1850 se había convertido en un producto asequible.

El público parecía no saciarse nunca. Desde el té azucarado en el lugar de trabajo hasta las comidas en la mesa familiar, el azúcar se tornó indispensable.

Lejos de ser considerado algo poco saludable, pasó a jugar un papel importante en los hábitos alimenticios, según señala la historiadora Annie Gray.

"Era una cuestión de '¿acaso tus niños se van a comer ese pedazo de pan seco?' No. Si le pones un poco de mermelada, ¿lograrás que se lo coman? Sí".
"La gente puede sacar algo de azúcar de su dieta y poco a poco llegar a un punto en el que comen menos de éste, pero seguir disfrutando de lo que comen. En cierta forma estarían reprogramando su paladar" - Naveed Sattar, escuela de Medicina de la Universidad de Glasgow
No pasó mucho tiempo antes de que el azúcar se convirtiera en un favorito de las despensas familiares.

"Si te fijas en la dieta de la clase trabajadora a principios del Siglo XIX, verás papas, pan, queso y mantequilla si tienes suerte, quizás un poco de grasa de tocineta", refiere la doctora Gray.

"Al final del siglo tenemos pan, mantequilla o margarina, mermelada y pastel".

Tan adictos eran los británicos a este nuevo sabor, que a principios del Siglo XIX consumían unos 5 kilos de azúcar por persona al año. Al final de siglo la cifra había subido a unos 21 kilos.

Excesos

Pero este nuevo placer tenía un precio.

"Gran parte del contenido calórico de los pobres en el Siglo XIX provenía del azúcar, y el problema con eso es que podrían haberlo obtenido de otras fuentes que también contuvieran nutrientes. La malnutrición de la época era terrible", precisa Gray.

Ésta no es la única consecuencia negativa de consumir azúcar en exceso. También está asociado a las caries, la obesidad y la alta presión arterial. Las dos últimas pueden conducir asimismon a enfermedades del corazón y a diabetes tipo 2.

Con todo, el azúcar está tan metido en nuestra dieta que parece un hábito difícil de romper.
Pero para el profesor Naveed Sattar, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Glasgow, hay esperanzas.

Azúcar y cucharilla
Favorito de las despensas familiares.

"La gente puede sacar algo de azúcar de su dieta y poco a poco llegar a un punto en el que comen menos dulce, pero seguir disfrutando lo que comen. En cierta forma estarían reprogramando su paladar", afirma.

Romper con un paradigma de siglos de sabores azucarados podría requerir de mucha fuerza de voluntad, aunque Sattar está seguro de que es posible.

"Reprogramar el paladar puede tomar un par de meses, pero puede lograrse", dice.


Monday, April 15, 2013

La cantidad demandada y los precios de bienes relacionados



La cantidad demandada de un bien también depende de cuáles sean los precios de otros bienes con los que tiene relación. Así, no es indiferente el precio de la gasolina en el consumo de coches; o el precio de los vuelos en avión en el uso del tren de alta velocidad.


A continuación se analiza el efecto de los precios de los bienes relacionados (sustitutivos y complementarios) en la cantidad demandada de un bien o servicio. 



1. Bienes sustitutivos



Los bienes sustitutivos son los que satisfacen la misma necesidad. Muchos de los bienes o servicios que consumimos tienen sustitutivos más o menos cercanos, aunque la forma de satisfacer la necesidad no sea idéntica: podemos viajar en coche o en tren, comer una fruta u otra, comprar un armario de madera maciza o de madera contrachapada, etc.


¿Qué ocurre si aumenta el precio de un bien que es sustitutivo del que estamos considerando?


Por ejemplo, un incremento en el precio de los cigarrillos, ¿cómo afectará a la demanda de tabaco de liar? Se puede esperar que una parte de los consumidores abandonen el consumo de cigarrillos y pase a consumir picadura por lo que aumentará la demanda de éste, desplazándose toda la curva hacia la derecha.


Es lo que se llama "efecto sustitución", del que podemos ver el ejemplo del tabaco en esta noticia.


Cuando el precio de un bien sustitutivo disminuye, sucede justo lo contrario: una parte de los consumidores abandonarán la compra del bien considerado y pasarán a consumir el bien cuyo precio ha bajado. Ello dará lugar a una disminución de la demanda del bien, desplazando la curva hacia la izquierda. 


2. Bienes complementarios



Los bienes complementarios se consumen conjuntamente, como el coche y la gasolina, las lentillas y el líquido de conservación, o la pintura y el pincel. 



Si tomamos como ejemplo la demanda de coches, ¿qué sucede si aumenta el precio de la gasolina? el efecto en este caso será un menor consumo no sólo de gasolina, sino también de coches, por lo que la demanda se desplazará hacia la izquierda, indicando una menor cantidad demandada para cada precio. Lo contrario ocurrirá ante una bajada del precio de la gasolina, que hará que la demanda de coches se desplace hacia la derecha, recogiendo el aumento en la cantidad demandada para cada precio.

2. La función de demanda

Se denomina demanda a la cantidad de un bien o servicio que un consumidor está dispuesto a comprar en un período de tiempo. Observa que lo que se trata de medir es la "disposición a comprar" de los consumidores, y no sus compras reales.

Y ¿de qué depende la demanda de un bien, la cantidad que queremos comprar de ese bien?, o dicho de otra forma, ¿cuál es la función de demanda?

La observación de la realidad ha llevado a los economistas a concretar una serie de factores que inciden en la demanda de un bien o servicio: 

    • El precio del bien
    • La renta de los consumidores
    • Los precios de bienes sustitutivos y complementarios
    • Las preferencias o gustos de los consumidores
    • El tamaño del mercado (población con poder adquisitivo)
    • Las condiciones climatológicas
    • La legislación
    • Las expectativas sobre el futuro
    • Etcétera.

La lista de variables es larga y compleja, por lo que conviene simplificar. La teoría económica considera cuatro factores esenciales que influyen en la demanda de cualquier bien: su precio (P), la renta (R), el precio de bienes relacionados (P') y las preferencias del consumidor (G). El resto de variables, salvo situaciones especiales, no se consideran, de forma que la función de demanda viene dada por la expresión:
QD = f (P, R, P', G)

La cantidad demandada de un bien (QD)    "depende de"    P, R, P' y G


Trabajar simultáneamente con las cuatro variables que definen la función de demanda es complicado, y para simplificar la situación la teoría económica analiza de forma sucesiva la relación entre la cantidad demandada y cada uno de los factores que la determinan, considerando que el resto permanece invariable según la condición ceteris paribus. A continuación se estudia separadamente la relación de la demanda con cada una de esas variables que la determinan.


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