El
mecanismo del mercado utiliza los precios de los bienes como señales
para la toma de decisiones de compra por los consumidores. El precio,
por tanto, es una variable fundamental para el estudio de la demanda, y
conviene "aislarla" del resto de variables de la función de demanda.
De esta forma, se puede analizar la relación de la cantidad demandada de un bien con su precio, ceteris paribus,
es decir, manteniendo constantes las otras tres variables: la renta de
los consumidores, el precio de los bienes relacionados y las
preferencias.
¿Qué relación mantiene la demanda de un bien con su precio?
La
Ley de la Utilidad Marginal Decreciente afirma que la satisfacción que
obtiene un consumidor al incrementar sucesivamente las unidades que
consume de un bien es cada vez menor. Este enunciado puede interpretarse
también en términos de valor: el consumidor otorga un valor (medida de
su utilidad) cada vez menor a las unidades adicionales de un bien.
De
la ley se deduce que el precio que está dispuesto a pagar el consumidor
por unidades adicionales del bien, es también decreciente. Por las
primeras unidades del bien está dispuesto a pagar precios altos,
correspondientes a un grado de satisfacción alto; pero cuanta más
cantidad tiene del bien, menor es el grado de utilidad que le aporta,
por lo que el precio que está dispuesto a pagar es menor cada vez.
Se obtiene de esta forma la Ley de la Demanda Decreciente, que asegura una relación inversa entre la cantidad demandada de un bien y su precio:
A menor precio mayor demanda y a mayor precio menor demanda
Supongamos
un consumidor que nos revela sus intenciones de ir al cine mensualmente
en función del precio de la entrada. La gráfica y la tabla siguientes
muestran su elección para varios precios (€):
La curva de demanda resultante de las elecciones del consumidor es convexa y decreciente:
si el precio de la entrada es 10 €, sólo iría al cine una vez al mes;
si el precio baja a 6 € iría tres veces; y si fuera de 2 € acudiría 7
veces cada mes.
Mediante el ejemplo se ha expresado la curva de demanda para un consumidor individual.
Si se tratara de representar a todos los consumidores de un mercado,
por ejemplo, de Estella, la curva de demanda sería el resultado de sumar
horizontalmente las cantidades demandadas por los distintos
consumidores para cada precio. Esta curva de demanda del mercado
tiene la misma forma que la individual, pero en el eje de abscisas
aparecen las sumas de las cantidades demandadas por el conjunto de
consumidores, como se representa en esta otra gráfica:
La
curva en este caso representa la cantidad demandada por todos los
consumidores que forman el mercado para cada uno de los precios: a 10 €,
irían al cine 100 consumidores cada mes, a 6 € la entrada el consumo
aumentaría a 300 visitas, y a 2 € irían 700 personas en un mes.
Observa que cuando cambia el precio también lo hace la cantidad demandada, y nos deslizamos a lo largo de la curva para alcanzar la nueva combinación precio-cantidad.
En
los ejemplos anteriores se han utilizado curvas convexas para
representar la demanda, pero para facilitar su estudio y simplificar la
realidad, se pueden usar funciones lineales y representar la demanda como una recta decreciente en relación al precio:
La expresión matemática de la función de demanda respecto al precio viene dada por la ecuación de la recta:
QD = 850 - 75P ceteris paribus
La lectura de esta ecuación nos informa de los valores extremos de la recta que representa la demanda. Si el precio fuera cero (P=0)
la cantidad demandada por el mercado sería de 850 entradas de cine al
mes. Por otra parte, a un precio de 11,33 € nadie iría al cine (QD=0).