Sus canciones preferidas lo ayudan a cambiar
comportamientos y actitudes rutinarias.
En el libro "La lista de reproducción que puede cambiar tu vida", dos
especialistas explican cómo elegir las canciones, y cuándo y cómo
oírlas.
EN UNA semana, todo vuelve a la normalidad. Otra vez los tacos, la
rutina colegio-trabajo, el cansancio... Y la misma lista de reproducción
en el mp3, que porque se esmeró en febrero, de nuevo tiene esa canción
brasilera de moda que ya está odiando y que en marzo no resistirá. Y
eso, aumentará aún más la lata y el agotamiento prematuro.
A menos que -una humilde sugerencia- lea este artículo y descubra
cómo en dos semanas de música dirigida se puede entrenar el cerebro para
que no se estrese y esté enfocado. Suena a "¡lleve ya!", es cierto,
pero esto tiene mucho más de ciencia y menos de comercial de TV de lo
que pudiera llegar a parecer a simple vuelo de pájaro.
Para partir, lo que viene a continuación es el resultado de una
investigación hecha por un neurocientista cognitivo, una neuróloga y un
escritor. Ellos son los autores del libro La Lista de Reproducción que Puede Cambiar tu Vida, de
reciente publicación en ese país, en el que proponen crear listas de
melodías para cada ocasión en que necesitamos cambiar nuestros estados
de ánimo, de esa manera se entrena al cerebro para que vincule el
comportamiento a la música.
Más claro: en su Ipod puede agregar el compilado con el nombre
"manejando hacia el trabajo" para llegar energizado. "Escuche de 7 a 12
minutos su lista antes y después de las tareas específicas, como el
viaje hacia su lugar de trabajo. Su mente irá automáticamente a la
mentalidad específica que usted desea. Los resultados estarán en 14 días
y en tres meses obtendrá resultados completos", dice a La Tercera Joseph Cardillo, uno de los autores del libro.
Si está esperando que estos tres especialistas le digan
específicamente qué canciones poner en su lista, está perdiendo un poco
el tiempo. No hay una lista predeterminada. Depende de los gustos de
cada uno. Pero, sí hay una guía básica para crear un compilado y los
tres aspectos que, según los autores, puede mejorar con sus canciones
favoritas.
1.-Claves para armar su lista de música: Lo primero es buscar
canciones que le gusten mucho, desde las antiguas que apenas recuerda
hasta las que descubrió este verano (incluida la de ese agotador coro
"nossa, nossa"). El segundo paso es reconocer en qué situaciones una
canción sirve más. Así, por ejemplo, le puede gustar una melodía que lo
relaja en un taco, pero le carga escuchar en el trabajo. Selecciónela.
Porque según los autores, la repetición es clave. Por eso, cuando
encuentre que una canción funciona; que lo pone en el estado mental que
quiere, la tiene que oír muchas veces para que quede arraigada en la
memoria y el cerebro lo relacione con el momento.
El siguiente paso es armar las diferentes listas para cada ocasión y
ordenarlas. La jerarquización puede ser de más lenta a más rápida, de
más a menos emocionales; depende de cada cual. Lo que importa es que,
según los autores, las ondas cerebrales que controlan los estados de
alerta y calma, pueden modificarse a través de la música. En esos
términos, si está resolviendo un problema matemático las ondas Beta
-encargadas de mantenernos en alerta- suben y, consecuentemente,
descienden las Alpha y Thetas, asociadas a un estado de calma. La idea
es elegir una canción que ayude a equilibrar estas ondas.
2.- Playlist para aliviar la ansiedad: La dopamina es una
hormona capaz de reducir los niveles de estrés mediante el aumento de la
sensación de placer. En esa línea, obvio, la música placentera libera
más dopamina. Pero aquí hay algunas especificaciones que vale la pena
tener en cuenta. Por ejemplo, para enfocarse en una tarea puede incluir
la composición Sonata para piano en do mayor, de Mozart. "Si no
le gusta la música clásica, para calmarse hay que elegir canciones con
menos de 100 beats (pulsaciones) por minuto", dice Cardillo, sobre una
medida que en música da cuenta de un ritmo acelerado o lento. También
sirven sonidos y melodías que su madre escuchaba cuando estaba
embarazada de usted. Cuando ya tenga la selección de música suave,
considérela para escucharla 20 minutos antes de una reunión estresante.
Inmediatamente después de que termine la reproducción, ponga una canción
que le suba el ánimo. Así estará tranquilo y con energía.
3.-Playlist para estar alerta: Los pulsos o beats por minutos
(bpm) pueden acrecentar nuestra alerta. Así, para aumentar el nivel de
atención, tiene que elegir canciones que tengan más de 100 beats por
minuto. ¿Sugerencias? La canción Lady Madonna, de The Beatles, tiene 110 bpm, y Jailhouse Rock, de Elvis Presley, 171.
Ahora, si a lo que escucha le agrega baile, mejor, porque la
combinación movimiento y sonido hace que se eleven los efectos de la
música en su mente. Por eso, si es de los que salen a trotar, elija
canciones que tengan entre 150 a 175 beats. Lo ideal para mejorar la
alerta es que el primer track tenga 100 (bpm) y después se eleven a 130.
Y ahora, lo mejor es que alterne de siete a 10 minutos música de bajo
bpm con tres minutos de altos beats.
4.-Playlist para mejorar la memoria
Ya sabe que escuchar música y bailar es más eficiente. Lo que no sabe
es que la combinación de ambos es lo más efectivo para traer de vuelta
algunas habilidades de la memoria en pacientes de parkinson, según
expone el libro.
Por eso mismo, a modo de ejercicio elija una canción de buen ritmo y
que le traiga recuerdos placenteros. Escúchela varias veces y repita
esos recuerdos. Cuantas más áreas del cerebro utilice al recordar, mejor
será su habilidad. Por eso es bueno agregar detalles visuales, tacto o
emoción. Además, lea y memorice el texto sin música. Así el cerebro
empezará a recordar más rápidamente.