El tiempo en el aprendizaje es muy importante en muchos sentidos. Por
un lado hay que respetar los tiempos de cada alumno. Tal vez alguno
necesite más tiempo que otro para aprehender algún contenido o hacer una
tarea. Por eso es importante dar varias fechas para cumplimentarlas. Lo
importante es lograr que el alumno aprenda. Si lo hace unos días más
tarde no es significativo, pero sí será un fracaso, si el alumno no
logra el objetivo por fijar pautas temporales rígidas, y muchas veces
esto puede desembocar en deserción del sistema escolar.
Por supuesto, con límites, y estímulos para los que las efectúan en
tiempo y forma, para aprender el sentido de la responsabilidad.
Por otro lado también es importante enseñar a manejar los tiempos.
Por ejemplo en un examen es fundamental que el alumno sepa el tiempo del
que dispone y programe las respuestas de acuerdo a ello. Si son muchas
preguntas y el tiempo es escaso, deberá darse cuenta que debe sintetizar
las respuestas para que el tiempo le alcance, o si tiene que estudiar
una cantidad considerable de contenidos, y tiene para hacerlo una
semana, lo mejor será que lo distribuya en cada día de la semana y no
trate de estudiar todo junto a último momento. Planificar el tiempo debe
ser parte de los contenidos a enseñar.
Los maestros también deben tomar en cuenta el tiempo para preparar
sus clases, pues no pueden dar a sus alumnos tareas que no alcancen a
terminar en la hora de clase, si al dar las consignas se dijo que debían
concluirlas en ese lapso; ni tampoco que sobre demasiado tiempo, pues
cuando los educandos se aburren sobreviene la indisciplina. Programar el
tiempo brinda eficacia al aprendizaje, pues lo hace productivo.