Sunday, March 27, 2011

LECCION 27ª Regalos


El regalo debe ser una manifestación sincera del cariño y del aprecio hacia otra persona por lo que exige dedicación en su elección.

Hay todo un arte de regalar y ser regalado.

La persona que regala debe tener presente:

El regalo debe ser algo que vaya a gustar a la persona que lo recibe, por lo que hay que preocuparse por conocer sus gustos, sus aficiones, etc.

Lo más valorable de un regalo no es el valor del mismo sino la dedicación que se ha puesto en su elección.

Los regalos muy personales (colonia, ropa, etc.) sólo deben hacerse a familiares y amigos muy allegados.

Un regalo que siempre será agradecido son las flores y los libros.

El valor del regalo debe ser apropiado a la ocasión, ni demasiado discreto ni demasiado costoso, ya que podríamos poner a la persona que lo recibe en una posición incómoda.

Hay que evitar regalos poco originales, demasiado "típicos" (por ejemplo, regalar a los novios marcos, bandejas, etc.) demuestran muy poco esfuerzo en su elección.

No se debe regalar de lista de boda.

Hay ocasiones especiales en las que hay que regalar y no hacerlo demostraría una falta de atención inexcusable: cumpleaños, nacimientos, bodas, etc.

En todo caso, no hay nada que se agradezca más que recibir un regalo en una fecha cualquiera.

Por su parte, se deben evitar las fechas comerciales, como "el día de los enamorados" (el día del padre y de la madre están ya tan arraigados que son ocasiones inexcusables de regalo).

Hay que regalar en el momento oportuno: antes de la boda, el día del cumpleaños, cuando se visita al recién nacido, etc.

Un regalo tardío pierde aliciente y demuestra falta de atención.

Si nos invitan a comer o a cenar hay que llevar un detalle, como flores, bombones, etc.

Hay que cuidar la presentación del regalo, su envoltorio (no se puede entregar un regalo en una bolsa de plástico cualquiera).
Por supuesto, no hace falta decir que el regalo no puede llevar el precio (por muy elevado que éste sea).

La persona que recibe el regalo:

Debe agradecerlo sinceramente: hay que valorar la dedicación que ha puesto la persona que nos regala, con independencia de que el regalo nos guste o no.

El regalo se abrirá en presencia de la persona que no regala.

Si el regalo fuera una caja de bombones se ofrecerá a los postres, si fuera una botella de vino se servirá en la comida.

El regalo se mostrará al resto de los invitados y luego se guardará cuidadosamente, evitando que el regalo quede "arrumbado" en un rincón del salón.

Si fueran flores se pondrán en un jarrón y se colocarán en un lugar bien visible del salón, del hall, etc.

Hay que ser delicado si algunos invitados nos regalan y otros no: hay que evitar que estos últimos se puedan sentir incómodos.

Cuando se marche la persona que nos ha regalado se le volverá a dar las gracias.

Los regalos no deben cambiarse, sólo en casos muy concretos como, por ejemplo, un libro o música que ya tenemos.

Friday, March 25, 2011

LECCION 25ª Cómo vestir (II)


Hay normas de elegancia generalmente aceptadas, si bien comenzamos a entrar en un terreno muy subjetivo.

El tema es tan amplio que sólo vamos a comentar algunos patrones generalmente aceptados de la vestimenta masculina, ya que en el caso de la mujer la creatividad no tiene límite, siendo lo más importante el conseguir crear un estilo personal propio.

El hombre debe tener presente:

Con traje azul marino se debe llevar zapato negro (de cordones, aunque también son aceptables los mocasines) y calcetín azul marino o negro.

Con traje gris, el zapato debe ser marrón o burdeo y el calcetín del mismo color.

Traje beige o verde-caqui: zapato y calcetín burdeo.

Conviene recordar que el calcetín siempre debe ser más oscuro que el traje.

Las camisas más elegantes son las de doble puño, para llevar pasadores (discretos) y por supuesto sin bolsillo. Es opinable si deben llevar las iniciales grabadas (particularmente entendemos que no). El color de la camisa debe combinar con el del traje: hay miles de opciones, pero entre las más tradicionales podemos destacar:

Traje azul marino: camisas lisas de color celeste o blanco; camisas blancas con rayas finas de color azul marino.

Traje gris: camisas lisas de color celeste, blanco, beige claro, rosa pálido; camisas blancas con rayas finas de color burdeo.

Traje beige: camisas lisas de color celeste o beige claro.

Traje verde-caqui: camisas lisas de color beige claro o rosa pálido.

En todo caso, hay que tener presente que la camisa siempre debe ser de color más claro que el traje.

La corbata es el elemento más personal de la vestimenta masculina y donde uno se puede permitir un cierto toque de atrevimiento. En todo caso, debe combinar con el color del traje y el de la camisa.

Hay que ir renovando la colección de corbata y ésta debe estar inmaculadamente limpia, especialmente su nudo que tiende a ensuciarse.

La corbata debe llegar hasta el cinturón, queda un tanto ridículo que cuelgue en exceso o que se quede corta.

El pisa corbata está ya pasado de moda.

En todo caso, tanto con traje como con prendas informales, hay que respetar tres máximas:

No llamar la atención.

Evitar excentricidades (hay que ser un auténtico experto en el vestir para poder permitírselas).

No ser presuntuoso.

Por último, basar el vestuario exclusivamente en grandes marcas (Hermes, Lotusse, Rolex, etc.) sólo denota una ausencia preocupante de iniciativa y de personalidad.

Thursday, March 24, 2011

LECCION 24ª Cómo vestir (I)


El saber vestir distingue definitivamente a la persona elegante:

La elegancia es sobria: hay que ir elegante sin llamar la atención. Tan censurable es ir fachoso como sobrecargado ("overdressing").

Le elegancia es pulcra: ante todo hay que ir bien aseado, bien afeitado, bien peinado, dientes cepillados, uñas limpias, etc.

Ropa limpia, bien planchada, zapatos relucientes.

La elegancia es práctica: hay que vestir según la ocasión: a una fiesta hay que ir arreglado y al campo hay que ir informal (tan malo es ir a una cena en vaqueros, como al campo con chaqueta y corbata).

La elegancia es pudorosa: si es usted grueso no vaya con ropa señalada, trate de disimular su tripa, si tiene varices no vaya con minifalda, evite que se le señale la ropa interior, en la playa no vaya marcando sus atributos (por muy orgulloso que se pueda sentir).

La elegancia tiene personalidad: tenga su propio estilo personal, no se deje llevar permanentemente por los dictados de la moda.

Saber vestir es complicado y sólo el buen gusto, el sentido común y la experiencia nos permiten ir avanzando en el conocimiento de este difícil arte.

Las reglas del buen vestir son variadísimas, pero hay unos estándares mínimos que toda persona debería conocer y respetar:

El chándal se utiliza exclusivamente para hacer deporte: ir en chándal por la ciudad no es apropiado.

Los calcetines blancos se utilizan para jugar al tenis, y nada más. Tampoco calcetines pastelosos (color celeste, cremoso, grisaceo y otras variedades).

Las camisas interiores de tirantes tan sólo la utilizan ya personas mayores. Entre la gente joven han quedado totalmente desfasadas.

Los zapatos de rejilla no son especialmente estéticos.

Sandalias de hombre (¡¡ glubbb !!) y además con calcetines (peor).

No se debe llevar el manojo de llaves asomando por el bolsillo.

Los hombres sólo deben llevar la alianza, ningún otro anillo es admisible y menos "pulseritas" con el nombre de la novia (¡¡ Por Dios !!).

Bolsos de hombres, vulgarmente conocidos como "mariconeras": hay que evitarlos.

Móvil colgando del cinturón (abstenerse).

Gafas de sol en días de invierno con un cielo plomizo (sin comentarios).

Peluquines: no son aceptables. La calvicie hay que aceptarla con elegancia.

Las mujeres no debe ir exageradamente perfumadas, puede que el perfume que utiliza no sea del agrado general.

Wednesday, March 23, 2011

LECCION 23ª Funeral


El fallecimiento de un familiar es la experiencia más dolorosa que puede vivir una persona. En este trance tan difícil, los amigos y familiares tratarán de arropar lo más posible a la familia del difunto.

En estos momentos, también hay unas reglas de conducta que conviene observar:

La familia del fallecido deberá comunicar a los más allegados la muerte del familiar. Como los familiares más cercanos pueden estar muy afectados, algún otro pariente debe encargarse de ello.

La familia más cercana vestirá de luto, siendo aceptable colores oscuros o una combinación de blanco y negro, no siendo indispensable el negro riguroso.

Los familiares y amigos más allegados acompañarán a la familia del difunto antes del entierro. Las personas menos allegadas enviarán cartas o telegramas de condolencia (mejor que llamadas de teléfono).

Estas personas menos allegadas pueden no asistir al entierro, pero la asistencia al funeral es inexcusable: uno puede no asistir a una boda o a una fiesta, pero nunca es admisible no asistir a un funeral.

La puntualidad debe ser exquisita: a un funeral no se puede llegar tarde.

Se debe ir vestido con traje oscuro: no son admisibles colores claros o brillantes, joyas exageradas, etc.

En el funeral hay que mantener una actitud de máxima seriedad y respeto.

No hay una imagen más terrible que una familia destrozada y a pocos metros dos supuestos amigos de la familia saludándose efusivamente y conversando animadamente.

Se esperará al final de la ceremonia religiosa para dar el pésame a la familia del difunto:

El pésame debe ser sencillo, corto y digno: por ejemplo, "estamos muy apenados", "mucho ánimo", etc. Hay que evitar frases tópicas del tipo "con lo bueno que era", "siempre se van los mejores", "que tragedia, si ayer se le veía tan lleno de vida", y, por supuesto, nada de empezar a relatar anécdotas vividas con el difunto.

Si la familia del difunto estuviera muy afectada no se le molestará, siendo más conveniente llamarles o visitarles unos días después.

Tuesday, March 22, 2011

LECCION 22ª Visitas


Cuando se realiza una visita a una casa ajena hay una serie de normas que conviene observar:

Hay que avisar por teléfono de nuestra visita con cierta antelación, no son admisibles visitas sorpresas, con el padre en la ducha, la madre en bata, la casa sin hacer, etc.

Hay ciertos horarios que hay que respetar escrupulosamente:

Por la mañana, no se debe visitar una casa antes de las 11 (las 12 los fines de semana) y hay que marcharse antes de las 1,30.

Por la tarde, no se debe visitar antes de las 5 y hay que marcharse antes de las 8,30.

En principio, el Domingo o los días de fiesta no son días de visita.

Las visitas no deben alargarse en exceso (nada de visitas interminables que obliguen a los anfitriones a tener que llamar a la policía).

Los anfitriones recibirán a la visita en el hall y cuando se marche también la acompañarán a la puerta.

Los hijos de la familia saldrán a saludar y luego se retirarán a sus habitaciones.

Se ofrecerá a la visita un refresco o café, acompañado de algún aperitivo o pastas.

Los anfitriones apagarán la televisión, aunque estén retransmitiendo la final del campeonato de fútbol.

Por cierto, hay que evitar visitar una casa ajena en momentos señalados: finales de liga, retransmisiones deportivas de máximo interés, etc.

Cuando se visita una casa no se llevarán niños pequeños ni animales y, por su parte, los anfitriones también mantendrán a sus hijos pequeños y mascotas, si tuvieran, en otra habitación.

Los anfitriones se mostrarán animados e interesados en su conversación con la visita, por aburrida que ésta pueda resultar (es deber de la visita no resultar aburrida).

La iniciativa de marcharse debe partir de la visita, los anfitriones le pedirán que no se marche todavía, que aún es pronto, pero ésta debe entender que este ruego es simplemente una fórmula de cortesía.

Sólo si la visita se alarga demasiado los anfitriones podrán tomar la iniciativa con formulas diversas donde prime la educación, por ejemplo, mirar de reojo el reloj, hacer una referencia sobre los baños de los niños o algo parecido. No es correcto bostezar, ponerse el pijama o hacer algún comentario sobre la gente pesada.
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