Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos.
Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces entonces estás peor que antes.
Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber.
Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla.
Debes tener siempre fría la cabeza, caliente el corazón y larga la mano.
¿Me preguntas por qué compro arroz y flores? Compro arroz para vivir y flores para tener algo por lo que vivir.
Una casa será fuerte e indestructible cuando esté sostenida por estas cuatro columnas: padre valiente, madre prudente, hijo obediente, hermano complaciente.
Los vicios vienen como pasajeros, nos visitan como huéspedes y se quedan como amos.
Por muy lejos que el espiritu vaya, nunca irá más lejos que el corazón.
Es más fácil apoderarse del comandante en jefe de un ejército que despojar a un miserable de su libertad.
Donde hay educación no hay distinción de clases.
Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro.
Sólo los sabios más excelentes, y los necios más acabados, son incomprensibles.
El silencio es el único amigo que jamás traiciona.
Se puede quitar a un general su ejército, pero no a un hombre su voluntad.
Es posible conseguir algo luego de tres horas de pelea, pero es seguro que se podrá conseguir con apenas tres palabras impregnadas de afecto.
Si no estamos en paz con nosotros mismos, no podemos guiar a otros en la búsqueda de la paz.
Un hombre sin virtud no puede morar mucho tiempo en la adversidad, ni tampoco en la felicidad; pero el hombre virtuoso descansa en la virtud, y el hombre sabio la ambiciona.
El hombre que ha cometido un error y no lo corrige comete otro error mayor.
Sin no conoces todavía la vida, ¿cómo puede ser posible conocer la muerte?
La ignorancia es la noche de la mente: pero una noche sin luna y sin estrellas.
Si no se respeta lo sagrado, no se tiene nada en que fijar la conducta.
El más elevado tipo de hombre es el que obra antes de hablar, y practica lo que profesa.
Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida.
Trabaja en impedir delitos para no necesitar castigos.
Algún dinero evita preocupaciones; mucho, las atrae.
Quien volviendo a hacer el camino viejo aprende el nuevo, puede considerarse un maestro.
Lo que no quieras que los otros te hagan a ti, no lo hagas a los otros.
Un hombre de virtuosas palabras no es siempre un hombre virtuoso.
Aprender sin pensar es inútil. Pensar sin aprender, peligroso.
La naturaleza hace que los hombres nos parezcamos unos a otros y nos juntemos; la educación hace que seamos diferentes y que nos alejemos.
Cuando veáis a un hombre sabio, pensad en igualar sus virtudes. Cuando veáis un hombre desprovisto de virtud, examinaos vosotros mismos.
El tipo más noble de hombre tiene una mente amplia y sin prejuicios. El hombre inferior es prejuiciado y carece de una mente amplia.
¿Uno que no sepa gobernarse a sí mismo, cómo sabrá gobernar a los demás?.
El sabio sabe que ignora.
No pretendas apagar con fuego un incendio, ni remediar con agua una inundación.
Una voz fuerte no puede competir con una voz clara, aunque esta sea un simple murmullo.
Entristécete no porque los hombres no te conozcan, sino porque tú no conoces a los hombres.
Los defectos de un hombre se adecuan siempre a su tipo de mente. Observa sus defectos y conocerás sus virtudes.
El mal no está en tener faltas, sino en no tratar de enmendarlas.
Oír o leer sin reflexionar es una ocupación inútil.
Un caballero se avergüenza de que sus palabras sean mejores que sus actos.
Aprende a vivir y sabrás morir bien.
La sabiduría se preocupa de ser lenta en sus discursos y diligente en sus acciones.
Lo que quiere el sabio, lo busca en sí mismo; el vulgo, lo busca en los demás.
Yo no procuro conocer las preguntas; procuro conocer las respuestas.
No debes quejarte de la nieve en el tejado de tu vecino cuando también cubre el umbral de tu casa.
Aprender sin reflexionar es malgastar la energía.
Sólo el virtuoso es competente para amar u odiar a los hombres.
El lenguaje artificioso y la conducta aduladora rara vez acompañan a la virtud.
La naturaleza humana es buena y la maldad es esencialmente antinatural.
Los hombres se distinguen menos por sus cualidades naturales que por la cultura que ellos mismos se proporcionan. Los únicos que no cambian son los sabios de primer orden y los completamente idiotas.
Arréglese al estado como se conduce a la familia, con autoridad, competencia y buen ejemplo.
Aquel que gobierna por medio de su excelencia moral puede compararse a la estrella polar, que permanece en su sitio en tanto todas las demás estrellas se inclinan ante ella.
El hombre superior es persistente en el camino cierto y no sólo persistente.
El que conoce la verdad no es igual al que la ama.
Los cautos rara vez se equivocan.
Mejor que el hombre que sabe lo que es justo es el hombre que ama lo justo.
Un erudito que no sea serio no inspirará respeto, y su sabiduría, por lo tanto, carecerá de estabilidad.
Nunca hagas apuestas. Si sabes que has de ganar, eres un pícaro; y si no lo sabes, eres tonto.
La virtud no habita en la soledad: debe tener vecinos.
Gobernar es rectificar.
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