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Monday, December 31, 2012

Cómo controlar el enojo (laguia2000.com)


Enojarse es natural y sano siempre que se pueda controlar, porque cuando esta emoción no se puede manejar afecta a quien padece de este trastorno y a los que la rodean.

Cuando el enojo no se puede controlar, esa forma violenta de reaccionar se relaciona con experiencias infantiles traumáticas con personas significativas, quienes pudieron actuar en forma abusiva o violenta, creando en la víctima resentimiento hacia determinados roles sociales, emoción que tiende a reiterarse cada vez que se encuentran en circunstancias parecidas.

Una buena forma de controlar las emociones es retirarse del escenario de los hechos, salir a caminar o a correr, porque cambiar de aire produce tranquilidad y calma y al volver se puede estar más sereno y pensar diferente.

Cuando se reflexiona se produce un cambio de perspectiva y se puede reconsiderar la propia postura desde otro ángulo.

El hecho de distraerse y alejarse de la persona involucrada, hace que se detengan los pensamientos negativos hacia ella y cambie el estado de ánimo.

Lo importante es no dejarse vencer por los sentimientos hostiles si vuelven a ocupar la mente, porque éstos serán los detonantes que provocarán nuevos enojos.

Las emociones negativas o positivas necesitan ser expresadas, porque si no se las descarga pueden adherirse a la experiencia y volver cada vez que un acontecimiento cualquiera la recuerde.

Las personas introvertidas tienen que aprender a expresar más sus emociones, evaluando los riesgos y los beneficios y atreverse a actuar diferente a como lo hacen habitualmente.

Las personas extrovertidas en cambio tienen que esperar antes de expresar un pensamiento y contenerse hasta que puedan dominar su enojo.

Es bueno expresar los sentimientos de felicidad y de agradecimiento; decirles a los demás cómo se sienten y no tanto lo que piensan.

Los enojos pueden desaparecer practicando técnicas de respiración; como por ejemplo, inspirar contando cuatro; luego mantener la respiración también contando hasta cuatro; exhalar en cuatro segundos y antes de volver a inspirar contar hasta cuatro; repitiendo este modo de respirar cuatro veces.

Se puede ensayar y programarse para tener una actitud calma en las situaciones de crisis que habitualmente producen ira; y luego reflexionar si realmente enojarse vale la pena; tratando de no olvidar las consecuencias que tuvieron otros enojos para uno mismo y también para los otros.

El que no puede controlar sus enojos no acepta que hay cosas que no va a poder cambiar, porque tal vez no tienen solución o porque el cambio puede que no dependa solamente de él; pero lo que sí puede hacer es cambiar él.

Si aceptamos lo que no podemos cambiar podremos ver las opciones que tenemos, o sea alejarnos del problema o cambiar de punto de vista.

El enojo que no se descarga adecuadamente se suele transferir a otra persona que no tiene nada que ver, la cual seguramente se enojará y expresará su enojo a otra y ésta a su vez hará lo mismo con otra, provocándose de esta manera una cadena interminable de enojos difícil de parar. Esto es lo que pasa en las grandes ciudades donde todo el mundo recibe agresiones y luego le devuelve la agresión a otro.

Romper esta cadena exige detenerse a pensar y no engancharse en más discusiones aunque parezca injusto; para luego, con tranquilidad y tacto hablar del problema para resolverlo.
Enojarse sin control no cambia nada, al contrario, empeora todo.

Cada vez que algo nos enoja tenemos que decirnos a nosotros mismos “no hagas caso”, eso es lo que propone Osho, porque es el ego el que reacciona para defenderse cuando se siente agredido o molesto, no el verdadero Ser indestructible y eterno que somos que está más allá de todo.

Friday, June 15, 2012

La Felicidad es un don (laguia2000)


Osho nos dice que la vida es un don y todo lo valioso de la vida también, como el amor, la felicidad, la meditación y lo bello que existe.

Por esta razón hay que estar abierto a ello, porque todo se puede esperar pero no lograr con esfuerzo.

Es inútil esforzarse para amar, ser feliz o meditar, porque es el esfuerzo mismo el que destruye todo y conduce a lo contrario.

Por ejemplo, si no podemos dormir es inútil esforzarse para conciliar el sueño, solamente cuando nos relajamos nos quedamos dormidos.

Si queremos dormir no tenemos que hacer nada, solamente esperamos que el sueño llegue a nosotros sin hacer nada, dejándonos llevar hasta perder el control totalmente; porque es cuando abandonamos el control cuando nos dormimos.

Osho afirma que el 99% de las personas que sufren de insomnio no tienen ningún problema orgánico, son ellas las que crean este problema.

La felicidad no se puede buscar, se logra de manera indirecta, porque la naturaleza no se apura ni se preocupa como nosotros y Dios tampoco, porque Dios tiene una paciencia infinita.

Los bebés necesitan nueve meses para nacer, las flores y los pájaros se toman su tiempo, no tienen prisa alguna.

Ser feliz es estar en armonía con la existencia, es estar vivo, es estar en estado de meditación.

Las personas creen que ser feliz es llegar a la meta, pero cuando la alcanzan no son felices y hasta pierden las esperanzas.

Los pobres no pierden las esperanzas, pero los ricos sí se desesperan; y si no están desesperanzados es porque todavía no son lo suficientemente ricos.

Osho cuenta que conoció un anciano que siempre estaba descontento y de mal humor. Era alguien que se lo pasaba criticando; y sabemos que los críticos siempre sufren porque todo les parece mal. Es que las mentes negativas viven buscando la felicidad y se esfuerzan para estar satisfechos y entonces fracasan.

Este anciano tenía reflejado en su rostro toda la amargura de su vida; pero un día todo cambió repentinamente y comenzó a ser una persona distinta; fue el día de su cumpleaños, cuando cumplió sesenta años.

Nadie lo podía creer, de modo que todos le preguntaban qué es lo que le había pasado.

No le había pasado nada, sólo que se dio cuenta que había intentado durante sesenta años encontrar la felicidad a toda costa y no lo había logrado; y decidió ese mismo día prescindir de ella, no preocuparse más por eso y simplemente vivir; y desde entonces se sentía más feliz que nunca.

La búsqueda de la felicidad genera infelicidad, dice Osho, y cuando te olvidas de ella, de pronto te sorprendes porque te sientes feliz.

La felicidad está al alcance de la mano y no la vemos y el deseo de ser feliz crea tensión. Sólo cuando nos relajamos podemos ser felices.

Cuando estamos relajados somos más sensibles, más flexibles y nos desapegamos de las cosas.

En todas las cosas esenciales no creadas por el hombre hay que estar relajado y no pensar en nada; entonces es cuando todo comienza a ocurrir.

No hay que hacer nada para ser feliz, porque ya hemos hecho demasiado para no serlo.

La actitud de desapego crea bendiciones infinitas y hasta nos puede convertir en budas.

La existencia nos brinda dones que no se pueden conquistar, porque para lograrlos hay que rendirse.

La vida nos da en forma infinita, pero hay que tener una actitud de desapego y no hacer ningún esfuerzo.

Hay que dejar que la vida fluya, no forzarla, porque no se obtiene nada valioso haciéndolo; y si no haces nada, obtienes todo lo bello, lo sagrado, lo divino.

Fuente: “El hombre que amaba las gaviotas y otros relatos”, Osho.
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