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Sunday, May 18, 2014

Psicología y Enfermedad-Parte III (laguia2000)

Cuando estoy enojado estoy inflamado.

La ira que no se expresa y que no se reconoce se acumula y ejerce presión buscando siempre una salida. Lo mejor en esos casos, si es que no podemos manifestar el enojo con la persona que corresponde, es descargar físicamente esa tensión.

Podemos salir a correr, golpear las paredes, romper vajilla, o llorar, conductas que no tienen consecuencias tan graves, pero lo importante es no reprimir el disgusto y reconocer la emoción negativa que nos provoca. 


Toda emoción que no se manifiesta tenderá a salir a la luz en algún momento, principalmente si se produjera una situación similar, que la actualice.

En Japón, los ejecutivos de las grandes corporaciones disponen de lugares apropiados para descargar sus tensiones acumuladas, pueden dar garrotazos, romper vidrios, o aplastar a golpes a maniquíes, a fin de relajarse y poder así continuar trabajando normalmente.

La ira reprimida se manifiesta en el cuerpo como abscesos, llagas, granos, fiebre, e inflamaciones diversas.

El asma representa un llanto reprimido. Cuando tratamos de evitar llorar nos ahogamos. También nos ahogan los afectos que no nos dejan respirar. 

Los niños asmáticos tienden a sentirse culpables por los problemas familiares y algunos necesitan castigarse con un ataque de asma. Suelen curarse cuando crecen y se van del hogar.

La anorexia y la bulimia representan el odio extremo a si mismo; se concentra el odio en el propio cuerpo que no se acepta ni se aprueba hasta llegar a morir de hambre.

Los accidentes parecen casuales, cosas del destino según algunos, fatalidad opinan otros, pero según Freud la causa de los accidentes son inconscientes.

Atraemos a los accidentes con nuestra forma de pensar.
Hay mucha gente que es propensa a tener accidentes. Han sido enyesadas varias veces, han sufrido quemaduras, cortes, ataques en la calle, y algunos negocios han sido robados más de quince veces, mientras que otros de la misma cuadra nunca han sufrido asalto alguno.

El pensamiento negativo generalizado puede llegar a hundir a una nación y hasta puede producir catástrofes, en tanto que los países optimistas que mantienen alta la autoestima como nación y defienden sus valores, se revelan como exitosos y prósperos.

El sentimiento de culpa generalizado también puede atraer catástrofes como la de las torres gemelas ya que vivir una situación de opulencia económica insensibles a otros menos favorecidos crea resentimientos y envidias.

La piel es la frontera entre nosotros y el mundo. Si vivimos a la defensiva nos llenaremos de verrugas y todo tipo de alteraciones dérmicas para protegernos. 

El dolor de rodillas indica una personalidad obstinada poco propensa a inclinarse o dar la razón y los problemas de espalda son comunes en las personas agobiadas por responsabilidades que las superan.

Es difícil creer la importancia que tiene el pensamiento sobre el buen funcionamiento del cuerpo y la calidad de vida; pero más increible aún es lo sencillo que resulta evitar dolores y enfermedades con sólo cambiar los patrones de pensamiento.

Se trata de cambiar nuestro modo de ver el mundo y atreverse a pensar sólo en positivo, siendo optimista, esperando siempre lo mejor y absteniéndose de hacer pronósticos desfavorables en cualquier orden de la vida.

Wednesday, January 29, 2014

10 enemigos de la FELICIDAD (vidaysalud.com)


Por Becky Krinsky de Recetas Para la Vida

La ironía de hoy en día es que el ser feliz se ha convertido en un reto que no se logra fácilmente.  La razón radica en que la mayoría de las personas insisten que la felicidad es una meta exclusiva que solo algunos afortunados tienen la posibilidad de alcanzar.
La felicidad es un estado mental, una manera de vivir y una condición que desarrolla un entorno que le pertenece a todo ser humano.

Ser feliz implica sentir satisfacción por lo que es, por lo que se tiene y por lo que se ha logrado, es tener una sensación de estar completo; Es un estado de paz interna que se logra cuando uno se acepta a sí mismo, sin descartar la posibilidad y la apertura para todo lo nuevo que pueda llegar.
Para sentir felicidad, es necesario confrontar sin miedo a los enemigos que la roban sin piedad, dejando un sentimiento de vacío, dolor o tristeza que son tan difíciles de combatir.

¿Reconoces alguno de estos culpables?


  1. Las tentaciones, ganas de querer más, nunca poder conformarse; Siempre hay algo nuevo, algo mejor algo distinto. La felicidad se pierde cuando se siente el vacío al saber que nada es suficiente porque el consumismo nutre la ansiedad y la insatisfacción.
  2. La soledad creada por la independencia. Finalmente llegamos al punto que se puede ser completamente autónomo, se ha disuelto la estructura familiar, los divorcios son comunes, no hay gran necesidad de la pareja, todos independientes… ser dependiente implica ser débil, no tener recursos para valerse por sí mismo.
  3. La falta de tiempo y los múltiples compromisos. Vivimos en una sociedad cronometrada por los segundos, todo es urgente, nada puede esperar, como resultado se olvida lo que es verdaderamente importante. Lo urgente, nunca puede esperar ni modo lo importante será después.
  4. El enojo; La necedad de controlar la realidad personal y no poder aceptar el desarrollo natural de la vida y  consecuencias. Buscar el responsable, el culpable o el causante de todo lo que sucede, con el fin de creer tener el control del destino personal, es quizá uno de los enemigos más grandes.
  5. La falta de aprecio; La prisa y las carencias, nublan la visión. El aprecio no es una acción natural, es una habilidad que se tiene que aprender a desarrollar.
  6. El aburrimiento; El terrible estado donde se siente enfrascado, un lugar donde no pasa, ni se mueve nada  y no hay lugar para moverse tampoco. Todo esta ausente hasta el sentimiento de felicidad. No hay retos, no hay aspiraciones, ni tampoco complicaciones, solo se respira, se sobrevive sin ton ni son día tras día…
  7. Las mentiras y el incumplimiento; Evadir o mentir a otros es mentirse más a uno mismo, no cumplir, es retroalimentar la baja autoestima y la falta de compromiso personal, no hay enemigo más mortal.
  8. La depresión; Creada por la falta de sentido en la vida, la búsqueda por el éxito, la fama y el reconocimiento en una sociedad que valora lo material y lo cuantificable, crea gran desventaja y angustia, un enemigo difícil de combatir.
  9. El orgullo; La prepotencia y la falta de sensibilidad, la resistencia a cambiar y a sentir humildad. El sentimiento de ser el mejor, el único impenetrable y totalmente lejano de toda relación sensible y sincera.
  10. El miedo; La impotencia a expresar y actuar, la sensación que paraliza el pensamiento y llena de frustración y resentimiento, definitivamente el enemigo de los enemigos, ¿Cómo se puede sentir alegría, felicidad y paz cuando internamente se tiene la lucha interna que quita el placer de vivir?
La felicidad llega cuando la persona esta dispuesta a confrontar y resolver sus problemas. Es un trabajo continuo y personal. Surge cuando se aprende a apreciar, agradecer y reconocer el valor de las personas que le rodean y de la vida misma.

Cuando se puede descubrir la oportunidad de disfrutar y agradecer cada acción, palabra y situación, es cuando se vive en plenitud y se encuentran los ingredientes que conjuntan una vida feliz.

Tuesday, January 15, 2013

Ríete del estrés (vidaysalud.com)


Durante años se ha hablado de que la risa es el mejor alivio para el estrés. Más allá de mover los músculos de la cara y el cuerpo, la sonrisa de alguien provoca un efecto positivo en su organismo y también en los demás. Por eso, si quieres eliminar el estrés de tu vida, intenta hacerlo con una sonrisa. Verás que te sientes mejor y más feliz.
 
Que levante la mano el que no ha sentido los efectos positivos de una sonrisa o de una buena carcajada. En el día más estresante de la vida, la risa se siente como un bálsamo que viene a suavizar cualquier situación que te produzca ansiedad. ¿No es cierto? Piensa en ese momento en el que estabas atorado en el tráfico y de repente un chiste en la radio te hizo reír. O cuando llegaste a casa cansado(a) y estresado(a) de tanto trabajo y te relajaste viendo una película cómica. Quizás cuando tu hijo(a) pequeño(a) te sacó una risa por alguna de sus ocurrencias. Te apuesto a que esa noche dormiste como un bebé.

Carcajada, risa o sonrisa. De cualquier modo, cuando te ríes, estás aligerando el estrés y otras molestias. Entre los efectos positivos de la risa, se cuentan varios (a corto y a largo plazo):
  • Estimula muchos órganos como el corazón, los pulmones y los músculos gracias al oxígeno que recibes al soltar una carcajada. Además, se liberan las endorfinas, que son responsables de la sensación de bienestar y felicidad.
  • Activa y alivia tu respuesta al estrés: una buena carcajada te acelera el corazón y aumenta tu presión sanguínea. Después, hace que bajes la guardia y sientas la esperada relajación.
  • La risa estimula la circulación y la relajación muscular, lo cual hace que se reduzca la tensión del estrés que se acumula en tus músculos. En pocas palabras ¡alivia el dolor!
  • Mejora el funcionamiento del sistema inmunológico (de defensa): los pensamientos positivos acompañados de la risa luchan contra el estrés y ponen a raya a las enfermedades.
  • Aumenta la sensación de satisfacción personal y te ayuda a que te conectes con otras personas. Por algo dicen que la risa es contagiosa.
Para que no quede duda de los efectos de la risa para combatir el estrés, un estudio reciente realizado por unos psicólogos de la Universidad de Kansas, en Estados Unidos, también lo confirma.

Para comprobarlo, sometieron a 169 estudiantes universitarios a que hicieran tareas estresantes como por ejemplo, que dibujaran una estrella con su mano no dominante mientras veían a la estrella reflejada en el espejo; o que sumergieran las manos en agua helada. A los estudiantes se les dividió en grupos y se les dieron diferentes instrucciones: que sonrieran mientras realizaban la tarea, que forzaran la risa (con palitos chinos sosteniendo la sonrisa) y que mantuvieran la cara neutra.

Al finalizar la prueba, se demostró que quienes realizaron las actividades estresantes sonriendo, sin importar si era de manera espontánea o forzada, tuvieron menos estrés que quienes estuvieron serios o con la cara neutra. Esto significa que no importa si sonríes de forma forzada en una situación estresante o desagradable. Incluso de esa manera se reduce el estrés, aunque no te sientas verdaderamente feliz.

Por eso, la próxima vez que te enfrentes a una tarea o situación que te produzca ansiedad, estrés, enojo o cualquier otra emoción negativa, trata de forzar una sonrisa y verás que te sentirás más relajado(a) y de paso, le estarás dando una inyección de salud a tu organismo.
Así que de ahora en adelante, nada de estrés y ¡a reír en serio!

Monday, December 31, 2012

Cómo controlar el enojo (laguia2000.com)


Enojarse es natural y sano siempre que se pueda controlar, porque cuando esta emoción no se puede manejar afecta a quien padece de este trastorno y a los que la rodean.

Cuando el enojo no se puede controlar, esa forma violenta de reaccionar se relaciona con experiencias infantiles traumáticas con personas significativas, quienes pudieron actuar en forma abusiva o violenta, creando en la víctima resentimiento hacia determinados roles sociales, emoción que tiende a reiterarse cada vez que se encuentran en circunstancias parecidas.

Una buena forma de controlar las emociones es retirarse del escenario de los hechos, salir a caminar o a correr, porque cambiar de aire produce tranquilidad y calma y al volver se puede estar más sereno y pensar diferente.

Cuando se reflexiona se produce un cambio de perspectiva y se puede reconsiderar la propia postura desde otro ángulo.

El hecho de distraerse y alejarse de la persona involucrada, hace que se detengan los pensamientos negativos hacia ella y cambie el estado de ánimo.

Lo importante es no dejarse vencer por los sentimientos hostiles si vuelven a ocupar la mente, porque éstos serán los detonantes que provocarán nuevos enojos.

Las emociones negativas o positivas necesitan ser expresadas, porque si no se las descarga pueden adherirse a la experiencia y volver cada vez que un acontecimiento cualquiera la recuerde.

Las personas introvertidas tienen que aprender a expresar más sus emociones, evaluando los riesgos y los beneficios y atreverse a actuar diferente a como lo hacen habitualmente.

Las personas extrovertidas en cambio tienen que esperar antes de expresar un pensamiento y contenerse hasta que puedan dominar su enojo.

Es bueno expresar los sentimientos de felicidad y de agradecimiento; decirles a los demás cómo se sienten y no tanto lo que piensan.

Los enojos pueden desaparecer practicando técnicas de respiración; como por ejemplo, inspirar contando cuatro; luego mantener la respiración también contando hasta cuatro; exhalar en cuatro segundos y antes de volver a inspirar contar hasta cuatro; repitiendo este modo de respirar cuatro veces.

Se puede ensayar y programarse para tener una actitud calma en las situaciones de crisis que habitualmente producen ira; y luego reflexionar si realmente enojarse vale la pena; tratando de no olvidar las consecuencias que tuvieron otros enojos para uno mismo y también para los otros.

El que no puede controlar sus enojos no acepta que hay cosas que no va a poder cambiar, porque tal vez no tienen solución o porque el cambio puede que no dependa solamente de él; pero lo que sí puede hacer es cambiar él.

Si aceptamos lo que no podemos cambiar podremos ver las opciones que tenemos, o sea alejarnos del problema o cambiar de punto de vista.

El enojo que no se descarga adecuadamente se suele transferir a otra persona que no tiene nada que ver, la cual seguramente se enojará y expresará su enojo a otra y ésta a su vez hará lo mismo con otra, provocándose de esta manera una cadena interminable de enojos difícil de parar. Esto es lo que pasa en las grandes ciudades donde todo el mundo recibe agresiones y luego le devuelve la agresión a otro.

Romper esta cadena exige detenerse a pensar y no engancharse en más discusiones aunque parezca injusto; para luego, con tranquilidad y tacto hablar del problema para resolverlo.
Enojarse sin control no cambia nada, al contrario, empeora todo.

Cada vez que algo nos enoja tenemos que decirnos a nosotros mismos “no hagas caso”, eso es lo que propone Osho, porque es el ego el que reacciona para defenderse cuando se siente agredido o molesto, no el verdadero Ser indestructible y eterno que somos que está más allá de todo.

El Manejo del Enojo (laguia2000.com)


Estar enojado es lo habitual en las personas de carácter colérico, que son hipersensibles a la crítica, y que están en permanente oposición al curso natural de los hechos.

Estas personas tienen dificultades para adaptarse, no pueden renunciar a que las situaciones y las personas sean como son y pretenden cambiarlo todo.

Su actitud es de permanente lucha y siempre están dispuestas al ataque, están tensas, amargadas, tristes, pueden sufrir de distintas dolencias crónicas y por lo general viven frustradas por defender utopías inalcanzables.

El enojo también es una forma de manipular, cuando las personas que las rodean no hacen lo que ellas dicen o las contrarían en algo.

Estar enojado produce alteraciones en el funcionamiento del cuerpo; eleva la tensión arterial, el índice de cortisol en sangre y los radicales libres, que son los responsables del deterioro de los órganos y del envejecimiento.

El que se enoja está manifestando su desagrado, su incomodidad y su intención de dominar a las personas y a las situaciones.

Cada estallido de cólera desencadena un proceso en el cuerpo que puede producir serios trastornos de salud, inclusive ataques cerebro vasculares e infartos.

El carácter colérico es típico de la personalidad tipo A, que son las competitivas, las que desean destacarse, las hiperactivas, las que viven en forma acelerada, atropellan y no pueden disfrutar de cada momento.

Sus relaciones están basadas en el temor no en el afecto, o sea en el miedo a que se enojen y hagan un escándalo.

Existen técnicas psicológicas para revertir el hábito de tener reacciones iracundas y aprender a ser más tolerante, accesible y paciente; pero también hay que tener en cuenta que la base de la personalidad iracunda es orgánica, o sea forma parte del temperamento básico que por lo general se caracteriza por tener un nivel demasiado bajo de percepción de los estímulos y por un alto grado de irritabilidad y de sensibilidad.

Son personas que no pueden controlar sus emociones y descargan el cien por ciento de su bronca cuando sienten que las situaciones o las conductas de las personas los superan, cuando no se ajustan a sus expectativas.

Enojarse es posible y también saludable, cuando se puede controlar y no se convierte en una catarata de reacciones con el objetivo de hacer justicia.

La clave es el control, hasta qué punto me tengo que enojar sin que mi cuerpo sufra perturbación alguna y la situación se adueñe de mí y pueda malograr mi equilibrio.

Cuando nos enojamos la sangre fluye al rostro, el corazón late más aprisa, nos agitamos, la respiración se acelera y podemos sentir taquicardia o arritmias cardiacas. Todas estas manifestaciones físicas las podemos detectar sin mayor esfuerzo desde el primer momento, de modo que ni bien comenzamos a sentir los efectos del enojo hay que intentar detener este proceso, reflexionar y darse cuenta hasta qué punto ese gran enojo, que puede llegar a matar a una persona, realmente vale la pena.

De esa forma podremos comprobar que la mayoría de las veces, enojarse no es ninguna solución, al contrario, el enojo complejiza los problemas y crea otros aún peores.

Tomar las cosas con serenidad y tener la fortaleza de pensar antes de actuar para poder darle el valor que merece cada experiencia, es una actitud que se puede aprender rápidamente: siendo capaz de responder una sola vez en forma diferente y tener la oportunidad de ver los resultados.

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