Cuando estoy enojado estoy inflamado.
La ira que no se expresa y que no se reconoce se acumula y ejerce
presión buscando siempre una salida. Lo mejor en esos casos, si es que
no podemos manifestar el enojo con la persona que corresponde, es
descargar físicamente esa tensión.
Podemos salir a correr, golpear las paredes, romper vajilla, o
llorar, conductas que no tienen consecuencias tan graves, pero lo
importante es no reprimir el disgusto y reconocer la emoción negativa
que nos provoca.
Toda emoción que no se manifiesta tenderá a salir a la luz en algún
momento, principalmente si se produjera una situación similar, que la
actualice.
En Japón, los ejecutivos de las grandes corporaciones disponen de
lugares apropiados para descargar sus tensiones acumuladas, pueden dar
garrotazos, romper vidrios, o aplastar a golpes a maniquíes, a fin de
relajarse y poder así continuar trabajando normalmente.
La ira reprimida se manifiesta en el cuerpo como abscesos, llagas, granos, fiebre, e inflamaciones diversas.
El asma representa un llanto reprimido. Cuando tratamos de evitar
llorar nos ahogamos. También nos ahogan los afectos que no nos dejan
respirar.
Los niños asmáticos tienden a sentirse culpables por los problemas
familiares y algunos necesitan castigarse con un ataque de asma.
Suelen curarse cuando crecen y se van del hogar.
La anorexia y la bulimia representan el odio extremo a si mismo; se
concentra el odio en el propio cuerpo que no se acepta ni se aprueba
hasta llegar a morir de hambre.
Los accidentes parecen casuales, cosas del destino según algunos,
fatalidad opinan otros, pero según Freud la causa de los accidentes son
inconscientes.
Atraemos a los accidentes con nuestra forma de pensar.
Hay mucha gente que es propensa a tener accidentes. Han sido
enyesadas varias veces, han sufrido quemaduras, cortes, ataques en la
calle, y algunos negocios han sido robados más de quince veces,
mientras que otros de la misma cuadra nunca han sufrido asalto alguno.
El pensamiento negativo generalizado puede llegar a hundir a una
nación y hasta puede producir catástrofes, en tanto que los países
optimistas que mantienen alta la autoestima como nación y defienden sus
valores, se revelan como exitosos y prósperos.
El sentimiento de culpa generalizado también puede atraer catástrofes
como la de las torres gemelas ya que vivir una situación de opulencia
económica insensibles a otros menos favorecidos crea resentimientos y
envidias.
La piel es la frontera entre nosotros y el mundo. Si vivimos a la
defensiva nos llenaremos de verrugas y todo tipo de alteraciones
dérmicas para protegernos.
El dolor de rodillas indica una personalidad obstinada poco propensa a
inclinarse o dar la razón y los problemas de espalda son comunes en las
personas agobiadas por responsabilidades que las superan.
Es difícil creer la importancia que tiene el pensamiento sobre el
buen funcionamiento del cuerpo y la calidad de vida; pero más increible
aún es lo sencillo que resulta evitar dolores y enfermedades con sólo
cambiar los patrones de pensamiento.
Se trata de cambiar nuestro modo de ver el mundo y atreverse a pensar
sólo en positivo, siendo optimista, esperando siempre lo mejor y
absteniéndose de hacer pronósticos desfavorables en cualquier orden de
la vida.