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Saturday, June 15, 2013

Cinco cosas que es bueno hacer por las mañanas


Ilumínate. Según un estudio del Instituto Politécnico Rensselaer (EE UU), si has dormido mal o menos de 8 horas y te acabas de levantar para ir al colegio o al trabajo, es buena idea exponerte a luz “azul”, ya que contribuye a superar los retos del día y a afrontar mejor el estrés. De acuerdo con los investigadores, el efecto se debe a que la luz azul acelera la respuesta del cortisol al despertar (CAP, por sus siglas en inglés), que nos prepara para abordar cualquier actividad y asumir imprevistos. De esta manera rendimos más, nos deprimimos menos y sufrimos menos accidentes de coche, según concluían los autores en la revista International Journal of Endocrinology.

Quema grasa. Quemamos un 20% más de grasa si hacemos ejercicio físico por la mañana con el estómago vacío que si esperamos a después de desayunar, según un estudio de la Universidad Northumbria publicado la semana pasada en la revista British Journal of Nutrition. Los investigadores aseguran que, después de una noche de descanso y en ayunas, la energía que consumimos practicando deporte procede de la grasa.

Vacúnate. Si tienes que ponerte una vacuna, por ejemplo de la gripe,mejor hazlo por la mañana. Según un estudio publicado en la revista Psychophysiology, a esta hora el cuerpo responde produciendo más anticuerpos. Esto ocurre sobre todo en hombres adultos, cuyo sistema inmune responde con el doble de eficacia a estas horas que por la tarde.

Escucha música relajante. Según un estudio presentado en la reunión de la Sociedad Americana de Hipertensión, escuchar música clásica o celta cada mañana durante 30 minutos reduce la presión arterial y la mantiene en niveles saludables durante el resto del día.

Come proteínas. Si incluyes proteínas en el desayuno (huevo, embutidos, atún…) te sientes más saciado durante todo el día y tu cerebro produce menos señales de “atracción” hacia la comida y controla mejor el apetito, según demostraba un estudio de la Universidad de Missouri (EE UU) basado en neuroimágenes obtenidas con resonancia magnética. Además, según ha demostrado Judith Wurtman, investigadora del Instituto de Tecnología de Massachussetts (MIT), las proteínas aportan al cerebro tirosina, un aminoácido que aumenta la producción de neurotransmisores que mantienen la concentración y la mente alerta, como la noradrenalina.


Tuesday, April 30, 2013

Siete prácticos consejos para no subir y sí bajar de peso en vacaciones (emol.com)


¿Eres de las mujeres que durante los últimos meses de 2012 se inscribió en el gimnasio para sudar la gota gorda y lograr el ansiado "verano sin pareo"? ¿O quizás invertiste una considerable suma de dinero en algún tratamiento estético para eliminar algunos rollitos y así poder lucir el bikini con dignidad?

Si es así, quizás ahora temas que las innumerables tentaciones que tiene la temporada estival te hagan echar por la borda todos tus esfuerzos y termines por recuperar los kilos que tanto te costó bajar.

Sin embargo, debes saber que no necesariamente tiene que ser así y que es posible mantener el peso durante las vacaciones o, incluso, bajarlo. ¿Cuál es la receta?, seguramente te preguntarás. La doctora cubana Yaisy Picrin, especialista en ayudar a adelgazar a quienes lo necesitan, entrega prácticos y sencillos consejos para lograrlo. ¡Toma nota!

1.- Mantener el equilibrio de las hormonas: en especial de las que tienen relación con el peso, es decir, las tiroideas. "Una de las maneras de poder estimular estas hormonas es mediante el consumo de yodo a través de frutos como el mango", afirma. La idea es incluir una o dos unidades de esta fruta en el desayuno, lo cual no implicaría sobrepasar la dosis de azúcar que se recomienda a diario, esto es, un 10% de la dieta total.

Otros productos que contienen yodo son el cochayuyo -que puede incorporarse a las ensaladas-, los mariscos en general, y en menor porcentaje verduras como el brócoli, la zanahoria y las espinacas.  


2.- Disminuir la ingesta de comida en las noches: esto optimiza la liberación de melatonina u hormona del sueño, la cual mueve los depósitos de grasa y permite que ésta se empiece a ocupar. "Durante el sueño tenemos una quema de grasas importante y es por esto que siempre en las mañanas el organismo está con un peso más bajo", sostiene.

Eso sí advierte que para que esto se logre es necesario un buen dormir, es decir, de seis a ocho horas de descanso. "No intermitente, ni despertándose en la noche, ni acordándose de los sueños (…) De sueño profundo, de sueño REM que es el reparador", aclara.

Y, si se trasnocha, la doctora recomienda recuperar las horas necesarias durmiendo hasta más tarde.


3.- Optimizar la función de la insulina: es decir, que la hormona efectivamente tome toda el azúcar y la lleve a la grasa donde se va a metabolizar. "Esto se logra consumiendo pocos alimentos con azúcar, sobre todo los azúcares refinados que son los típicos de los dulces o chocolates", dice Yaisy Picrin.

Pero también existe la opción de que si se va a consumir azúcar, tratar de agregarle algún alimento integral. "Por ejemplo, si se comen esos cereales que son un poco más dulces a la hora del desayuno, se puede incorporar algo de fibra como linaza, chía o incluso arroz integral", recomienda.


4.- Tener una buena digestión: "Una persona que vaya al baño todos los días va a lograr perder peso", asegura. Para lograrlo es importante comer bastante fibra en la mañana, acompañada con jugo de pomelo, naranja o limonada sin azúcar, yogurt sin lactosa y productos con probióticos de última generación.

En el caso de las comidas, aconseja que éstas estén conformadas por un 70% de vegetales y proteínas blancas, como pollo o pescado. Un buen truco -dice- es aliñar las ensaladas con aceite de canola. "Los aceites vegetales son más ricos en Omega 3 y éste tiene una actividad pro-inflamatoria, por lo tanto neutraliza toda la actividad del adiposito, de la célula grasa. Entonces, ahí ayuda a no tener ningún tipo de complicación, mejorar la memoria, es protector neurológico general", sostiene la doctora.


5.- Poner el cuerpo en movimiento: no es necesario convertirse en un deportista de elite durante los meses de verano, si es que el resto del año no se mueve un dedo. Según Yaisy Picrin, "una meta de siete mil a 10 mil pasos diarios es lo que ayuda a realmente ocupar los depósitos de grasas y evitar que se acumule el exceso".

Asimismo, sugiere hacer caminatas a pie pelado sobre la arena, con lo que se logra un "mejor bombeo de los vasos sanguíneos y linfáticos, lo que estimula el metabolismo de los órganos, controlando el peso".

Otra recomendación es hacer 50 abdominales e igual número de sentadillas, pero en ayunas. ¿La razón? "En ayunas es donde más grasa se quema. Como en el sueño ya acabaste con todas las reservas que hay dando vuelta, en ayunas como hay pocos ácidos grasos se busca el que está depositado dentro de la célula y ahí si se quema grasa. La otra gimnasia, la del día, es para compensar calorías", aclara.


6.- Beber dos litros de agua diarios: lo ideal es que ésta no contenga minerales y ¡ojo! advierte que en esa cantidad no están incluidos los jugos de frutas, a los que hay que prestar atención sobre todo en relación al aporte de azúcar que tienen. "Los dos litros de agua se consideran puros, o bien incorporándole verduras como pepino. Pero con otra fruta, no", señala.

7.- Aplicar la dieta del 50%: ¿y qué hacer con las tentaciones veraniegas como las palmeras, el pan de huevo, los cuchuflíes, los helados, los churros rellenos, el pan amasado y un largo etcétera? "Todo eso se puede, pero en pequeñas cantidades. La dieta del 50%: si uno está expuesto a cosas muy calóricas, entonces hay que comerse la mitad para poder disfrutarlo igual", sostiene.

Según Yaisy Picrin, estos consejos pueden ser aplicados por personas de todas las edades. "El dicho 'desayuna como rey, almuerza como príncipe y cena como mendigo' sirve para todos", asegura.


Friday, March 15, 2013

Cinco maneras de regular la hormona del estrés


El cortisol es la principal hormona que el organismo segrega en respuesta al estrés. Además, es la responsable de controlar la presión arterial y las defensas del organismo.

Por esa razón es que cuando se está pasando por situaciones estresantes, es probable que el cuerpo produzca elevados niveles de esta hormona, lo cual puede tener algunos efectos en la salud.

En primer lugar es muy posible que se tengan problemas para dormir, que el sistema inmunológico esté más débil, lo que deja al organismo más vulnerable frente a las infecciones, y que los niveles de glucosa en la sangre aumenten.

Incluso es posible que se genere más tejido adiposo en el abdomen, lo que finalmente perjudicará la autoestima de varios.

La revista estadounidense "Prevention" publica este mes algunos consejos para regular los niveles de cortisol. Se trata de consejos sencillos que se pueden seguir para evitar que el exceso de la hormona del estrés perjudique la salud y el bienestar de las personas.

CONSEJOS
 
De acuerdo a un reciente estudio, cuando a un grupo de voluntarios se les encomendó realizar alguna actividad estresante, los niveles de cortisol de los que regularmente bebían té negro descendieron hasta un 47% una hora después de realizada la tarea. En tanto, quienes no tomaban esta infusión habitualmente sólo registraron un descenso del 27%.

Salir con amigos divertidos también ayudan al momento de regular la cortisona, de hecho, con sólo saber que uno se va a reír es suficiente para disminuir los niveles de cortisol hasta en un 50%. Por lo demás, ir al cine para ver una película cómica o divertida, logra el mismo resultado.

El escoger la música preferida y llevarla consigo también es beneficioso. Según la publicación, la música tiene un efecto tranquilizador para el cerebro, lo que se torna más importante cuando se está frente a alguna situación estresante.

Por esa razón se recomienda oír música relajante antes de ir a la cama o mientras se come para lograr un ambiente más distendido, y para relajarse uno mismo.

RELAJO
 
Repetir el "om" (el mantra universal) y concentrarse también tiene resultados óptimos al controlar la hormona del estrés. Según un estudio realizado en Tailandia, las personas que practicaron meditación (budista) todos los días, a las seis semanas, ya habían reducido tanto su nivel de cortisol como su presión arterial.

Por último, dormir la cantidad de horas necesarias por las noches o, en caso que no se pueda, no saltar la siesta, es beneficioso. El autor del libro "The cortisol connection", Shawn Talbott, señala que la diferencia entre unas 6 u 8 horas de sueño es un 50% más de esta hormona en el flujo sanguíneo.

Por lo que si no se puede lograr dormir por ocho horas, la revista "Prevention" sugiere contrarrestar eso durmiendo siesta durante el día.

Friday, February 15, 2013

El cortisol, la hormona del estrés

 
El cortisol es considerado la hormona del estrés pues el organismo la fabrica ante situaciones de emergencia para ayudarnos a enfrentarnos a los problemas. 
 

En situaciones normales las células de nuestro cuerpo utilizan el 90% de la energía en actividades metabólicas tales como reparación, renovación y formación de nuevos tejidos.
Pero cuando se produce una situación de alarma y estrés nuestro cerebro envía un mensaje a las glándulas adrenales para que liberen cortisol, esta hormona hace que el organismo libere glucosa a la sangre para enviar cantidades masivas de energía a los músculos.

De esta forma todas las funciones anabólicas de recuperación, renovación y creación de tejidos se paralizan y el organismo cambia a metabolismo catabólico para resolver esa situación de alarma.

Cuando la situación de estrés es puntual, una vez superada la emergencia los niveles hormonales y los procesos fisiológicos vuelven a la normalidad, pero cuando el estrés es prolongado, como es muy frecuente hoy en día debido al ritmo de vida que llevamos, se disparan en el organismo los niveles de cortisol, y al ser el único proveedor de glucosa del cerebro tratará de conseguirla por diferentes vías, bien sea destruyendo tejidos, proteínas musculares, ácidos grasos y cerrando la entrada de glucosa a lo otros tejidos.

Los primeros síntomas de niveles elevados de cortisol son

    Cambios del comportamiento
  • Falta de sentido del humor.
  • Irritabilidad constante.
  • Sentimientos de ira.
  • Ganas de llorar.
    Síntomas físicos
  • Cansancio permanente aunque no hagamos nada.
  • Dolores de cabeza.
  • Palpitaciones.
  • Hipertensión.
  • Falta de apetito o gula desmesurada.
  • Problemas digestivos.
  • Orina frecuente, diarrea o estreñimiento.
  • Dolores o calambres musculares.
  • Infertilidad e interrupción de la menstruación.
  • Perdida de memoria debido a que los niveles altos de cortisol daña la conexión entre células cerebrales.
  • Disminución de las defensas.

Pautas para controlar el cortisol

Aunque hoy día resulta un tanto complicado controlar el cortisol, hay varias pautas que nos ayudaran a mantener los niveles adecuados.
  • Dieta: debemos suministrar al organismo todos los nutrientes necesarios para prevenir cualquier deficiencia, proteínas de alta calidad, ácidos grasos esenciales, carbohidratos complejos, vitaminas y minerales. Ya que una disminución en la ingesta calórica es un aumento de los niveles de cortisol.
  • Es aconsejable tomar alimentos: como los huevos, leche, cereales integrales que son ricos en triptófano, un aminoácido que estimula la producción de serotonina, la hormona del bienestar.
  • Evitar: el consumo de bebidas excitantes café, colas y alcohol. También debemos eliminar los edulcorantes artificiales, sobre todo aspartamo que estimula en exceso el funcionamiento de las glándulas suprarrenales.
  • Dormir bien: es muy importante dormir ocho horas por la noche para que nuestro organismo ponga en marcha el mecanismo renovación y recuperación celular.
  • Relajación: practicar con regularidad yoga, tai-chi, ejercicios de relajación, meditación, técnicas de respiración para contrarrestar los periodos de tensión.

Suplementos

  • Fosfatidilserina tiene propiedades supresoras del cortisol.
  • Vitamina C por sus propiedades antioxidantes atenúa transitoriamente los incrementos del cortisol.
  • Vitamina A ayuda a minimizar los niveles de la hormona del estrés.
  • Zinc participa en la producción de hormonas esteroides como el cortisol.
  • Té verde contienen L-teanina mejora la producción de ondas alfa del cerebro.
  • Ginseng actúa sobre el cerebro y las glándulas suprarrenales para que dejen de producir las hormonas del estrés.
  • Regaliz ayuda al buen funcionamiento de las glándulas suprarrenales.
En todos los casos le recomendamos consultar con su médico, terapeuta u otro profesional de la salud competente. La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. 
 

Thursday, November 15, 2012

Todo sobre el sueño


El sueño -o su falta- es probablemente el aspecto más discutido sobre el cuidado del bebé. Los padres primerizos descubren su fundamental importancia durante las primeras semanas y meses de vida del bebé. La calidad y la cantidad del sueño de un lactante afectan al bienestar de toda la familia.

Las peleas que giran alrededor del sueño es muy raro que terminen cuando el niño pasa de la cuna a la cama. Solo cambian de forma. En vez de tener que alimentarlo a las 3 de la madrugada, se pasa a las pesadillas y a las peticiones de agua a media noche.

Entonces, ¿cómo conseguir que su hijo se meta en la cama a pesar de sus llantos, gritos, tácticas de evasión y súplicas? ¿Cómo debe responder cuando su hijo le despierta a media noche? ¿Y cuánto necesitan dormir los niños?

¿Cuánto sueño es suficiente?

Todo depende de la edad el niño. Los gráficos que indican las horas de sueño que suele requerir un lactante o un niño de 2 años pueden generar dudas y preocupaciones en los padres, al no tener en cuenta las diferencias individuales. Estas cifras no son más que simples promedios de grupos extensos de niños de edades concretas.

No existe un número mágico de horas requeridas por todos los niños de un grupo de edad en concreto. Sarah, de dos años, puede dormir de 8:00 de la tarde a 8:00 de la mañana, mientras que Johny, también de dos años, está igual de alerta al día siguiente después de dormir de 9:00 de la noche a 6:00 de la mañana.

De todos modos, el sueño es muy importante para el bienestar de los niños. La relación existente entre la falta de sueño y el comportamiento del niño no siempre es evidente. Cuando un adulto está cansado, puede estar irritable y/o tener muy poca energía, pero un niño puede volverse hiperactivo, antipático y presentar comportamientos extremos.

La mayoría de necesidades de sueño caen dentro de un margen predecible de horas según la edad del niño, pero cada niño es un ser único con sus propias y específicas necesidades de sueño.

He aquí algunas cifras aproximadas de horas de sueño en función de la edad, acompañadas de tácticas para favorecer el sueño adaptadas a cada grupo de edad.

Bebés (hasta los 6 meses)

No existe una fórmula para el sueño en los recién nacidos porque sus relojes internos todavía no están completamente desarrollados. Por lo general, duermen o dormitan de 16 a 20 horas al día, divididas por igual entre el día y la noche.

Los padres deben despertar a sus recién nacidos cada 3 o 4 horas hasta que se estabilice su ganancia de peso, lo que suele ocurrir aproximadamente a las dos semanas del nacimiento. A partir de ese momento, no pasa nada si un bebé duerme durante períodos de tiempo más largos. Pero no se ilusione demasiado pronto: la mayoría de lactantes no duermen durante mucho tiempo seguido porque los despierta el hambre.

Pasadas las dos primeras semanas, los lactantes pueden dormir hasta 4 o 5 horas seguidas; esta es la cantidad aproximada de tiempo que sus pequeños estómagos pueden aguantar sin recibir alimento entre tomas consecutivas. Si un bebé duerme durante mucho tiempo seguido por la noche, probablemente querrá mamar o tomar el biberón más a menudo durante el día.

Justo cuando los padres piensan que dormir toda la noche de un tirón parece un sueño inalcanzable, las horas de sueño del bebé empiezan a concentrarse en mayor medida por la noche. A los 3 meses, un bebé promedio duerme unas 13 horas en cada período de 24 horas (4 o 5 horas de sueño durante el día, repartidas en varias siestas, y de 8 a 9 horas de sueño por la noche, generalmente con una o dos interrupciones). Aproximadamente el 90% de los bebés de esta edad duerme más por la noche, durante períodos de 5 a 6 horas de duración.

Pero es importante saber que los bebés no siempre están despiertos cuando suenan como si lo estuvieran; pueden llorar y hacer todo tipo de ruidos durante el sueño ligero. Incluso, si se despiertan por la noche, es posible que solo pasen unos minutos despiertos antes de volver a conciliar el sueño por sí solos.

Si un bebé de menos de 6 meses sigue llorando, usted deberá atenderlo. Es posible que el bebé esté realmente incómodo: hambriento, mojado, frío o incluso enfermo. Pero el hecho de levantar al bebé por la noche para cambiarlo o alimentarlo debería ser un proceso lo más rápido y silencioso posible. No le aporte ningún estímulo innecesario como hablar, jugar o encender la luz. Fomente la idea de que la noche es para dormir. Es usted quien debe trasmitirle esta disciplina y enseñarle a dormirse solo por la noche, ya que a los bebés nunca les importa qué hora es siempre y cuando se satisfagan sus necesidades.

Idealmente, se debe colocar al bebé en la cuna antes de que se duerma. Y no es demasiado pronto para establecer una rutina sencilla para la hora de dormir. Cualquier actividad relajante llevada a cabo con regularidad y siguiendo el mismo orden cada noche, puede formar parte de la rutina. Su bebé asociará esas actividades con la hora de dormir y le ayudarán a tranquilizarse.

El objetivo consiste en que el bebé sepa dormirse de forma independiente y que aprenda a calmarse y a volverse a dormir en caso de que se despierte a media noche.

De 6 a 12 meses

A los 6 meses, un lactante duerme unas 3 horas durante el día y aproximadamente de 9 a 11 horas por la noche. A esta edad, usted puede empezar a modificar su respuesta cuando el bebé se despierte y llore por la noche.

Puede dejar al bebé un poco más de tiempo para que se calme por sí solo y vuelva a quedarse dormido. Si no lo consigue, tranquilícelo sin levantarlo en brazos (hablándole con suavidad, acariciándole o frotándole la espalda) y luego márchese de la habitación del bebé, a menos que parezca enfermo. Cuando un bebé está enfermo necesita que lo levanten en brazos y lo cuiden. Si el bebé no parece enfermo y continúa llorando, la próxima vez usted podrá esperar un poco más para repetir la breve visita a su habitación.

Entre los 6 y los 12 meses, la ansiedad de separación, una fase normal del desarrollo, entra en juego. Pero las reglas sobre cómo reaccionar ante los despertares nocturnos del pequeño seguirán siendo las mismas cuando su hijo cumpla un año. Intente no levantarlo en brazos, encender la luz, cantarle, hablarle, jugar con él ni alimentarle. Todas estas actividades no permiten que el pequeño aprenda a dormirse solo y fomentan los despertares nocturnos.

De 1 a 3 años

En las edades comprendidas entre el primer y el tercer cumpleaños, la mayoría de los niños duermen un promedio de 10 a 13 horas por la noche. La ansiedad de separación o sencillamente las ganas de estar despierto con papá y mamá (y de no perderse de nada), pueden llevar a un niño a no quererse dormir por la noche. Y lo mismo puede conseguir la tendencia a llevar la contra propia de los niños de esta edad.

Los padres a veces cometen el error de pensar que, si mantienen a su hijo despierto hasta tarde, estará más cansado a la hora de dormir. De hecho, a un niño puede costarle más conciliar el sueño cuando está demasiado cansado. Establezca horarios regulares para la siesta y la hora de acostarse por la noche. Aunque la mayoría de niños de esta edad hacen la siesta durante el día, no debe forzar a su hijo a hacerla. Pero es importante que programe un período de tiempo para que se relaje y repose, aunque su hijo prefiera no dormir.

Establecer una rutina para la hora de acostarse ayuda a los niños a relajarse y prepararse para dormir. Para un niño de 1 a 3 años, la rutina puede durar de 15 a 30 minutos e incluir actividades tranquilizadoras, como leerles un cuento, bañarlos o escuchar música relajante.

Independientemente del ritual nocturno que elija, su hijo probablemente insistirá en que sea el mismo todas las noches. Pero no permita que los rituales se alarguen demasiado ni que sean demasiado complicados. En la medida de lo posible, permita que su hijo escoja entre algunas alternativas de la rutina: qué pijama ponerse, qué muñeco de peluche llevarse a la cama, que música escuchar. Estas decisiones darán a su pequeño la sensación de que controla en cierto modo la rutina.

Pero incluso los niños que duermen mejor pueden despertarse y llamar a sus padres por la noche. La salida de los dientes y los sueños pueden despertar a los niños de esta edad. Los sueños activos empiezan en esta etapa y pueden resultar realmente alarmantes para unos niños tan pequeños. Las pesadillas, en concreto, asustan mucho a los niños de esta edad, que todavía no distinguen entre realidad e imaginación. (Por lo tanto, seleccione atentamente los programas de televisión que ve su hijo antes de acostarse, en el caso de que vea alguno.)

Consuele o tranquilice a su hijo, abrazándolo cuando le despierta un sueño o una pesadilla. Permita que le hable sobre el sueño si quiere hacerlo y permanezca a su lado hasta que se calme. Luego anímele a que vuelva a conciliar el sueño en cuanto sea posible.

Etapa preescolar (de 3 a 5 años)

Los niños en etapa preescolar necesitan aproximadamente de 10 a 12 horas de sueño nocturno. Un niño de esta edad que duerma lo suficiente por la noche, puede no necesitar hacer la siesta durante el día. Esta puede ser sustituida por un período de tranquilidad y reposo.

En la mayoría de guarderías y jardines de infantes se establecen breves períodos de tranquilidad, donde los niños se acuestan en colchonetas o descansan de otro modo. Cuando un niño deja de hacer la siesta, su hora de acostarse por la noche puede adelantarse con respecto a la etapa anterior.

Etapa escolar y preadolescencia

Los niños en edad escolar necesitan de 10 a 12 horas de sueño nocturno. Los problemas para irse a la cama pueden obedecer a diversas razones. Los deberes, la práctica de actividades deportivas extraescolares, la televisión, las computadoras y los juegos de vídeo, así como horarios familiares caóticos pueden contribuir a que los niños no duerman lo suficiente.

La falta de sueño puede desencadenar un comportamiento irritable o hiperactivo e impedir que los niños presten atención en clase. Es importante tener un horario regular para acostarse, sobre todo en los días lectivos. Asegúrese de dejar suficiente tiempo a su hijo para que se tranquilice antes de que apague la luz.

Adolescencia

Los adolescentes necesitan de 8,5 a 9,5 horas de sueño por la noche, pero muchos de ellos no las duermen. Debido a que los centros de estudios empiezan muy pronto y a la sobrecarga de trabajos escolares, deberes y actividades sociales y extraacadémicas, los adolescentes suelen tener una falta de sueño de carácter crónico.

Y la falta de sueño se acumula a los largo del tiempo, de modo que una hora menos de sueño por la noche cada día equivale a una noche entera sin dormir al final de la semana. Entre otras cosas, la falta de sueño puede producir:
  • una reducción de la atención
  • una disminución de la memoria a corto plazo
  • un rendimiento inconsistente
  • retrasos en el tiempo de respuesta
Estos efectos pueden provocar mal carácter, problemas en la escuela, uso de estimulantes y accidentes de tráfico (más de la mitad de los accidentes de coche “por dormirse al volante” están provocados por adolescentes).

Los adolescentes también experimentan un cambio en sus patrones de sueño: sus cuerpos desean permanecer despiertos más tiempo por la noche y despertarse más tarde por la mañana, lo que generalmente hace que intenten recuperar el sueño perdido durante el fin de semana. Esta irregularidad en el horario del sueño puede agravar todavía más el problema, haciendo que acostarse a una hora razonable durante la semana les resulte todavía más difícil.

En el caso ideal, un adolescente debería acostarse a la misma hora todas las noches y levantarse a la misma hora todas las mañanas, durmiendo un mínimo de 8 a 9 horas diarias.

Rutinas para la hora de acostarse

Independientemente de la edad que tenga su hijo, establezca una buena rutina para la hora de acostarse que fomente unos buenos hábitos de sueño. Los siguientes consejos pueden ayudar a los niños a tener un sueño nocturno reparador:
  • Incluya un período para relajarse en la rutina.
  • Establezca y cumpla una hora para acostarse, avisando a su hijo dos veces, con media hora y 10 minutos de antelación.
  • Si su hijo es mayor o adolescente, anímele a que siga y mantenga una hora de acostarse que le permita obtener la cantidad de horas de sueño necesaria para su edad.
Revisado por: Mary L. Gavin, MD
Fecha de revisión: enero de 2011

Monday, September 3, 2012

CAPITULO 64: Trastornos del sueño

Los trastornos del sueño son alteraciones en la conciliación del sueño o durante el mismo, o bien alteraciones relativas a la duración del sueño, o a comportamientos anormales asociados al sueño, como el terror nocturno y el sonambulismo. 


El sueño es algo necesario para sobrevivir y gozar de buena salud, pero todavía no se sabe por qué se necesita el sueño ni exactamente cómo nos beneficia. Las necesidades individuales de sueño varían ampliamente y en los adultos sanos van desde tan sólo 4 horas diarias de sueño hasta incluso 9 horas. En general, las personas duermen de noche aunque muchas lo hacen durante el día debido a sus horarios de trabajo, situación que a menudo ocasiona trastornos del sueño. Muchos de los trastornos del sueño son frecuentes.

Muchos factores, como la excitación o el estrés emocional, pueden determinar las horas de sueño de una persona y cómo se siente al despertar. Los medicamentos también pueden desempeñar un papel, algunos producen somnolencia mientras que otros dificultan el sueño. Incluso ciertos alimentos o aditivos como la cafeína, las especias fuertes y el glutamato monosódico pueden afectar al sueño.

El patrón del sueño no es uniforme sino que tiene varias fases diferenciadas. Durante un sueño nocturno normal hay 5 o 6 ciclos de sueño El sueño empieza por la fase 1 (el grado más superficial, en que la persona se despierta fácilmente) y avanza hasta la fase 4 (el grado de profundidad mayor, en que la persona se despierta con dificultad). En la fase 4, el tono muscular, la presión arterial y la frecuencia cardíaca y respiratoria están disminuidos al máximo. Además de estas 4 fases existe un tipo de sueño acompañado de movimientos oculares rápidos (REM) y de actividad cerebral. La actividad eléctrica en el cerebro es inusualmente alta durante el sueño REM, algo semejante a un estado de vigilia. En un electroencefalograma (EEG) puede registrarse la movilidad ocular y los cambios en las ondas cerebrales que se producen durante el sueño REM. 

En el sueño REM, tanto la frecuencia como la profundidad de las respiraciones están aumentadas, pero el tono muscular está deprimido, incluso en mayor medida que en las fases de máxima profundidad del sueño no-REM. La mayoría de los sueños ocurre durante el sueño REM y en la fase 3 del sueño, mientras que el hablar dormido, los terrores nocturnos y el sonambulismo suelen ocurrir sobre todo durante las fases 3 y 4. Durante un sueño nocturno normal el sueño REM sigue inmediatamente después de cada uno de los 5 o 6 ciclos de la fase 4 del sueño no-REM, pero en realidad el sueño REM puede ocurrir en cualquier fase.

Fases del ciclo del sueño
El sueño atraviesa normalmente fases diferenciadas unas 5 o 6 veces durante la noche.
El tiempo del sueño profundo es relativamente corto (fases 3 y 4). A medida que la noche transcurre se pasa más tiempo en el sueño con movimientos oculares rápidos (REM), pero esta fase es interrumpida por breves regresos al sueño ligero (fase 1). Durante la noche se producen breves despertares.


Insomnio

El insomnio es la dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido, o una alteración en el patrón del sueño que, al despertarse, lleva a la percepción de que el sueño ha sido insuficiente.

El insomnio no es una enfermedad sino un síntoma. Puede ser consecuencia de diversos trastornos emocionales y físicos y del uso de medicamentos. La dificultad para conciliar el sueño es frecuente entre jóvenes y ancianos y a menudo se manifiesta en el curso de alteraciones emocionales como ansiedad, nerviosismo, depresión o temor. Incluso hay personas que tienen dificultades para conciliar el sueño simplemente porque no experimentan cansancio, ni físico ni mental.

Las personas tienden a dormir menos a medida que envejecen y también se producen cambios en las fases del sueño. El sueño de la fase 4 disminuye y con el tiempo desaparece, en tanto que la persona se despierta con más frecuencia durante las demás fases. Aunque normales, estos cambios en el patrón del sueño hacen que la gente mayor piense que no está durmiendo lo suficiente. Sin embargo, no existen pruebas de que las personas sanas de edad avanzada necesiten dormir tanto como los jóvenes ni que requieran medicamentos para dormir con el fin de evitar estos cambios normales asociados con la edad. 


El patrón del insomnio de primera hora de la mañana es más frecuente en las personas de edad avanzada. Algunas personas concilian el sueño normalmente, pero se despiertan varias horas antes de la hora habitual, no pueden volver a dormirse con facilidad y, a veces, tienen un sueño inquieto y poco reparador. A cualquier edad, el hecho de despertarse muy temprano puede ser un síntoma de depresión.

Las personas con una alteración en su patrón de sueño pueden experimentar inversiones en el ritmo del sueño, es decir, concilian el sueño a horas inadecuadas y no pueden dormir cuando deberían hacerlo. Las inversiones en el ritmo del sueño reflejan generalmente un desfase horario por un viaje en avión (especialmente de este a oeste), turnos de trabajo nocturnos irregulares, cambios frecuentes de horarios o el abuso de bebidas alcohólicas. A veces se debe al efecto secundario de un fármaco. El patrón de sueño puede verse alterado por lesiones al reloj interno del cerebro (causadas por una encefalitis, un ictus, o una enfermedad de Alzheimer, por ejemplo).

Diagnóstico

Con el fin de diagnosticar el insomnio, el médico valorará el patrón de sueño de la persona, el uso que ésta haga de medicamentos, alcohol y drogas ilegales, el grado del estrés psicológico, la historia clínica y su nivel de actividad física. Algunas personas necesitan menos sueño que otras y por ello el diagnóstico de insomnio se basará en las necesidades individuales. Los médicos pueden clasificar el insomnio como primario, una alteración del sueño de larga duración que aparentemente no está asociada a factores de estrés ni a vivencias, o como secundario, una alteración causada por dolor, ansiedad, fármacos, depresión o un estrés desmesurado.

Tratamiento

El tratamiento del insomnio se basa en su causa y en el grado de gravedad. Las personas de edad experimentan cambios asociados con el sueño que habitualmente no requieren tratamiento porque se trata de cambios normales. Dado que probablemente el número total de horas de sueño disminuye con la edad, puede ser útil para las personas mayores irse a dormir más tarde o levantarse más temprano. Las personas con insomnio pueden mejorar su estado si permanecen tranquilas y relajadas durante la hora antes de acostarse, procurando crear en sus habitaciones una atmósfera que invite al sueño. Para ello se requiere luz tenue, el mínimo de ruido posible y una temperatura agradable en la habitación.

Si la causa del insomnio se debe al estrés emocional, resultará más útil un tratamiento para aliviar el estrés en lugar de tomar medicamentos para dormir. Cuando el insomnio se manifiesta con depresión se debe acudir al médico, quien hará una valoración global y prescribirá un tratamiento. Ciertos antidepresivos suelen inducir el sueño debido a sus propiedades sedantes.

El uso intermitente de medicamentos para dormir (sedantes e hipnóticos) puede ser útil en caso de que los trastornos del sueño interfieran con las actividades personales y con la sensación de bienestar. 

Hipersomnia

La hipersomnia es un aumento en las horas absolutas de sueño, aproximadamente en un 25 por ciento más del patrón normal de sueño de una persona.

Aunque es menos frecuente que el insomnio, la hipersomnia es un síntoma que a menudo indica la posibilidad de una enfermedad grave. Las personas sanas pueden experimentar una hipersomnia temporal durante algunas noches o días como consecuencia de un período de privación de sueño continuado o debido a un esfuerzo físico inusual. Si la hipersomnia se prolonga más allá de unos días, puede ser síntoma de un trastorno psicológico (ansiedad o depresión grave), o del abuso de hipnóticos, falta de oxígeno y acumulación de anhídrido carbónico en el cuerpo como consecuencia de la apnea durante el sueño, o bien debido a trastornos cerebrales. La hipersomnia crónica que se presenta en una edad temprana puede ser un síntoma de narcolepsia.

Cuando la hipersomnia es de desarrollo reciente y repentino, el médico se informará acerca del estado de ánimo de la persona, acontecimientos actuales y cualquier medicamento que pueda estar tomando. Puesto que la causa podría tratarse de una enfermedad, el médico examinará el corazón, los pulmones y el hígado. Las pruebas de laboratorio pueden confirmar la enfermedad. La hipersomnia reciente que no tiene una explicación fácil como la existencia de una enfermedad o el abuso de fármacos, puede estar causada por un trastorno psiquiátrico (como depresión) o un problema neurológico (como encefalitis, meningitis o un tumor en la cabeza). Una exploración neurológica puede indicar depresión, deterioro de la memoria o síntomas neurológicos anormales. En la persona con síntomas de algún problema neurológico, se realizan pruebas de imágenes como una tomografía computadorizada (TC) o una resonancia magnética (RM) y la persona se remite al neurólogo.

Narcolepsia

La narcolepsia es una alteración poco frecuente del sueño, que se caracteriza por crisis recidivantes de sueño durante las horas normales de vigilia y también de cataplejía, parálisis del sueño y alucinaciones.

Se desconoce la causa, pero el trastorno suele presentarse en personas con antecedentes familiares, lo que sugiere una predisposición genética. Aunque la narcolepsia no tenga consecuencias graves para la salud, puede producir un sentimiento de temor y aumentar el riesgo de accidentes.

Síntomas

Los síntomas suelen iniciarse en la adolescencia o al comienzo de la edad adulta, sin que exista enfermedad previa, y persisten durante toda la vida Una persona con narcolepsia puede tener una crisis de sueño en cualquier momento y el deseo de dormir sólo podrá resistirlo temporalmente. La persona despierta del sueño narcoléptico con igual facilidad que del sueño normal. Pueden producirse una o varias crisis al día y es habitual que cada una de ellas se prolongue durante una hora o menos. Es más probable que las crisis se presenten en situaciones monótonas como las reuniones aburridas o la conducción prolongada por autopistas. La persona puede sentirse bien al despertarse y, sin embargo, puede volver a dormirse a los pocos minutos.

La persona afectada de narcolepsia puede manifestar una parálisis momentánea sin pérdida de la consciencia (un trastorno denominado cataplejía) en respuesta a reacciones emocionales bruscas, como sentimientos de enfado, temor, alegría, gozo, o sorpresa. Dicha persona puede experimentar una debilidad en las extremidades, puede soltar lo que esté sosteniendo en las manos o puede caerse. También pueden producirse episodios esporádicos de parálisis del sueño en los que, al quedarse dormida, o inmediatamente después de despertarse, la persona quiere moverse pero es incapaz de hacerlo. Estos episodios suelen asociarse a un gran sentimiento de terror. Pueden producirse alucinaciones vívidas en que la persona tiene ilusiones visuales o auditivas, al inicio del sueño o, con menor frecuencia, al despertar. Las alucinaciones son semejantes a las de los sueños normales, pero más intensas. Sólo un 10 por ciento de los afectados de narcolepsia manifiesta todos estos síntomas; la mayoría experimenta tan sólo algunos.

Diagnóstico

Aunque el diagnóstico por lo general está basado en los síntomas, no significa necesariamente que síntomas similares indiquen un trastorno narcoléptico. Los fenómenos de cataplejía, parálisis del sueño y alucinaciones se presentan con frecuencia en niños pequeños y a veces en adultos sanos que no manifiestan otros trastornos del sueño Si existen dudas acerca del diagnóstico por parte del médico, la persona podrá ser remitida a un laboratorio de estudio del sueño. El registro de la actividad eléctrica del cerebro mediante un electroencefalograma (EEG) puede mostrar los patrones del sueño REM que se producen cuando la persona concilia el sueño, lo cual es típico de la narcolepsia. No se han observado cambios estructurales en el cerebro ni se han detectado anomalías en los análisis de sangre.

Tratamiento

Para el alivio de la narcolepsia pueden ser útiles los fármacos estimulantes como efedrina, anfetaminas, dextroanfetamina y metilfenidato, pudiendo ser necesario un ajuste de la dosis para prevenir los efectos secundarios como sacudidas, hiperactividad o pérdida de peso. De ahí que los médicos controlen cuidadosamente a los pacientes cuando se inicia el tratamiento farmacológico. La imipramina, un antidepresivo, es el fármaco de elección en el tratamiento de la cataplejía.

Apnea durante el sueño

La apnea durante el sueño es un grupo de trastornos graves en los que la respiración se detiene repetidamente durante el sueño (apnea) un tiempo lo bastante prolongado como para provocar una desoxigena-ción sanguínea y cerebral y aumentar la cantidad de anhídrido carbónico.

La apnea durante el sueño suele ser obstructiva o central. La apnea obstructiva se debe a una obstrucción en la garganta o en las vías respiratorias superiores. La apnea central es consecuencia de una disfunción en la parte del cerebro que controla la respiración. En la apnea obstructiva durante el sueño a veces se presentan una combinación de concentraciones bajas de oxígeno en sangre y altas de anhídrido carbónico de forma prolongada que reducen la sensibilidad del cerebro a tales anomalías, añadiendo un elemento de apnea central al trastorno obstructivo.

Apnea del sueño
Individuo típico con apnea del sueño: obeso, cuello corto y fumador.

En general, la apnea obstructiva durante el sueño se presenta en varones obesos que, en su mayoría, suelen intentar dormir de espaldas. Este trastorno es mucho menos frecuente en mujeres. La obesidad, probablemente como consecuencia del envejecimiento de los tejidos corporales y de otros factores, produce un estrechamiento de las vías aéreas superiores. El riesgo de desarrollar la apnea obstructiva durante el sueño se incrementa debido al tabaquismo, al abuso de bebidas alcohólicas y por enfermedades pulmonares como el enfisema. Puede existir una predisposición hereditaria a la apnea del sueño (estrechamiento de la garganta y de las vías aéreas superiores), afectando en este caso a varios miembros de una misma familia.

Síntomas

Dado que los síntomas aparecen durante el sueño, la descripción debe hacerla alguien que observe al individuo dormido. Los ronquidos son el síntoma más frecuente y están asociados con jadeos, ahogo, pausas en la respiración y despertares bruscos. En los casos graves las personas afectadas tienen repetidas crisis de ahogo obstructivo asociadas al sueño, tanto de noche como de día, y con el tiempo interfieren con el trabajo diurno y aumentan el riesgo de complicaciones. La apnea del sueño grave y prolongada puede producir cefaleas, hipersomnia diurna, actividad mental disminuida y finalmente insuficiencia cardíaca y pulmonar. En esta última fase, los pulmones no son capaces de oxigenar la sangre adecuadamente ni de eliminar el anhídrido carbónico.

Diagnóstico

La apnea del sueño se diagnostica a menudo en sus fases iniciales, basándose en la información aportada por la pareja con quien duerme el afectado; ésta puede describir ronquidos intensos o jadeos y los despertares con grandes sobresaltos, todo ello con ahogo o empeoramiento del cansancio diurno. La confirmación del diagnóstico y la valoración de la gravedad del caso se realiza mejor en un laboratorio de estudio del sueño. Las pruebas realizadas servirán al médico para diferenciar la apnea obstructiva del sueño de la central.
Tratamiento

Para los afectados de apnea obstructiva durante el sueño los primeros pasos son: dejar de fumar, evitar el abuso de bebidas alcohólicas y perder peso. El tratamiento con tranquilizantes, fármacos para dormir u otros sedantes no son recomendables para las personas con ronquidos intensos ni tampoco para las que sufren ahogo durante el sueño. Las personas con apnea central suelen beneficiarse del uso de un instrumento que les ayuda a respirar mientras duermen. También es importante el cambio postural durante el sueño y se recomienda a las personas que roncan que duerman de lado o boca abajo.

Si no fuera posible controlar la apnea del sueño con estos sencillos procedimientos, puede aplicarse una presión positiva continua a las vías aéreas mediante un dispositivo similar a una mascarilla de oxígeno que suministra una mezcla de oxígeno y aire a través de la nariz. El dispositivo en cuestión mantiene la vía aérea abierta y ayuda a regularizar la respiración. La mayoría de las personas se adapta rápidamente a estos aparatos, con excepción de los alcohólicos. Por otro lado, los odontólogos fabrican unos dispositivos bucales que suelen ser útiles para reducir la apnea y los ronquidos en muchos individuos.

Muy raramente, una persona con apnea grave del sueño necesita una traqueostomía. Se trata de un procedimiento quirúrgico que crea una abertura permanente en la tráquea a través del cuello. Para solucionar el problema se recurre a veces a otros procedimientos quirúrgicos para ensanchar la vía aérea superior. No obstante, estas medidas extremas están indicadas en pocas ocasiones y habitualmente las realiza un especialista.

Parasomnias

Las parasomnias son sueños y actividades físicas particularmente vívidas que se presentan durante el sueño.

Durante el sueño pueden ocurrir diversos movimientos inconscientes que en su mayoría no se recuerdan y que son más frecuentes en los niños que en los adultos. Justo antes de conciliar el sueño, prácticamente todas las personas en ocasiones experimentan una sacudida breve e involuntaria de todo el cuerpo. Algunas también tienen parálisis del sueño o breves alucinaciones. Normalmente, durante el sueño las personas tienen sacudidas esporádicas de las piernas; los adultos pueden hacer rechinar los dientes intensamente (bruxismo), tener movimientos periódicos y sufrir pesadillas. Los estados de sonambulismo, los golpes de cabeza, los terrores nocturnos y las pesadillas son más frecuentes en los niños, y causan gran angustia. Las crisis epilépticas pueden manifestarse a cualquier edad.

El síndrome de las piernas inquietas (acatisia) es un trastorno bastante común que suele aparecer justo antes de dormirse, particularmente entre los mayores de 50 años, Sobre todo en situaciones de estrés, las personas con acatisia experimentan un ligero malestar en las piernas, junto con movimientos espontáneos e incontrolables de las mismas. Se desconoce la causa de este trastorno, pero más de un tercio de los afectados tienen antecedentes familiares. A veces puede prevenirse tomando benzodiacepinas antes de acostarse.

Los terrores nocturnos son episodios de temor con gritos y agitación y a menudo se acompañan de sonambulismo. Estos episodios suelen aparecer durante las fases no-REM del ciclo del sueño. Puede ser útil el tratamiento con benzodiacepinas, como el diazepam.

Las pesadillas afectan a niños y adultos y son sueños particularmente vívidos y aterradores, seguidos de un brusco despertar. Las pesadillas se producen durante el sueño REM y son más frecuentes en estados febriles, situaciones de cansancio excesivo o tras la ingesta de bebidas alcohólicas. No existe un tratamiento específico para corregir el trastorno.

El sonambulismo es el acto de caminar de forma semiconsciente durante el sueño sin darse cuenta de ello y es más frecuente al final de la niñez y durante la adolescencia. Las personas no sueñan durante los estados de sonambulismo; de hecho, la actividad cerebral en este período, aunque anormal, se parece más a la de un individuo despierto que a la de un estado de sueño. Los sonámbulos pueden murmurar de forma repetida y algunos se lesionan al tropezar con obstáculos. Por lo general, la mayoría no recuerda el episodio.

No existe un tratamiento específico para corregir el trastorno. La tendencia al sonambulismo puede a veces reducirse dejando una luz encendida en la habitación o en el pasillo. No se recomienda despertar al sonámbulo bruscamente ya que puede reaccionar con violencia. Debería despejarse el camino del sonámbulo retirando los obstáculos u objetos que puedan romperse y también deberían cerrarse con llave las ventanas que sean de fácil acceso. 


Tratamiento del Insomnio (laguia2000.com)


Es un serio trastorno el insomnio

Dormir es una necesidad fisiológica y por lo tanto necesaria, el sueño restaura nuestro cuerpo y nuestra mente y la falta de sueño puede producir trastornos serios.

Más de la mitad de la gente duerme entre seis y ocho horas, por la noche, del resto, la mayoría duerme más horas y apenas el cuatro por ciento duerme menos. No se registra ningún caso de alguien que no haya dormido nunca en su vida.

Las mujeres sufren insomnio más que los hombres y suelen tomar somníferos en mayor proporción.

No solamente necesitamos dormir sino que también nos hace falta soñar. Los sueños y el dormir son funciones que todavía no se han llegado a conocer bien. Se supone que los sueños son los encargados de equilibrar las situaciones que quedaron pendientes durante el día y que son deseos inconscientes que se expresan a través de símbolos, pero aunque existe evidencia en la práctica, son teorías que todavía no han sido comprobadas científicamente.

El sueño posee un ritmo biológico armónico con la naturaleza y es un estado de conciencia que cambia la química del cerebro.

La falta de sueño produce fatiga, irritabilidad y falta de concentración, si perdura en el tiempo ocasiona desde desorientación física y mental hasta ilusiones y alucinaciones, falta de coordinación, debilidad en los músculos, visión defectuosa y trastornos del habla.

Una cuarta parte de la población norteamericana toma pastillas para dormir, a juzgar por las recetas de hipnóticos y sedantes que hacen los médicos.

Las causas más comunes de insomnio son el nerviosismo, la preocupación y la ansiedad y dentro de las psicopatologías el insomnio es uno de los síntomas característicos de la depresión.

Todos los remedios médicos para tratar el insomnio producen tolerancia a la droga, quiere decir que después de un tiempo ya no resultan efectivos.

La realidad es que cuando no podemos dormir es debido a nuestros pensamientos negativos sobre algo que ya ocurrió o por algo que tal vez jamás ocurrirá.

La gente feliz y contenta que puede dar amor, difícilmente sufrirá de insomnio, por lo tanto, como primera medida, si queremos recuperar el sueño deberemos cambiar los patrones de pensamiento que no son sanos y cambiarlos por otros más saludables y positivos.

Los que tienen sentimientos de culpa, tienen resentimientos o rencores o se sienten desdichados, suelen perder el sueño o tener un sueño intranquilo. 

Perdonarse a si mismo y perdonar todo y a todos, asegura un buen dormir.

Las técnicas de relajación y concentración son muy efectivas para el insomnio. Una vez acostados hay que tratar de relajarse de cabeza a pies y luego prestar atención a la propia respiración normal hasta lograr liberarse de todo pensamiento.

No es recomendable tener el televisor en el dormitorio porque puede afectar el sueño; y tampoco es beneficioso acostarse con el estómago lleno ya que se logra un mejor descanso si esperamos para ir a dormir dos horas después de comer.

El biorritmo nos indica que la mejor hora para ir a la cama son las once de la noche; porque entre las 22,30 y 23 horas, el cuerpo se prepara químicamente para dormir; después de esa hora, si no nos hemos acostado, el cerebro segrega sustancias para mantenernos despiertos y recién a las dos de la madrugada vuelve a prepararse el cuerpo para el sueño.

El organismo tiene un sistema de autorregulación que tiende al equilibrio y para mantener el cuerpo saludable, debemos acompañar con nuestra intención la ley natural que rige todos los procesos fisiológicos del organismo.

Las flores de Bach para el insomnio son las siguientes:

Verbain – Para el que se despierta a la madrugada con muchos pensamientos
White Chestnut – Para la rumiación que impide conciliar el sueño
Impatiens – Para el sueño superficial que hace que nos levantemos cansados.
Agrimony – Para el que no se va a dormir porque tiene dificultad para conciliar el sueño.
Tomar 4 gotas de 4 a 6 veces por día.

Sunday, May 6, 2012

¿Cuántas horas de sueño necesito? (kidshealth.org)


La mayoría de los adolescentes necesitan entre ocho horas y media y más de nueve horas de sueño cada noche. Dormir la cantidad adecuada de horas es fundamental para cualquier persona que quiera hacer bien un examen o practicar un deporte sin tropezarse con sus propios pies. Lamentablemente, muchos adolescentes no duermen lo suficiente.

¿Por qué no duermen lo suficiente los adolescentes?

Hasta hace poco, los adolescentes solían tener mala fama por quedarse despiertos hasta tarde, llegar tarde al centro de estudios por haberse quedado dormidos y dormirse en clase. Pero algunos estudios recientes han demostrado que los patrones de sueño de los adolescentes difieren de los que tienen los niños y los adultos.

Estos estudios han permitido constatar que durante la adolescencia el ritmo circadiano de nuestro cuerpo (una especie de reloj biológico interno) experimenta un reajuste temporal, indicándoles a los jóvenes que se duerman y se despierten más tarde. Este cambio en el ritmo circadiano parece deberse al hecho de que la melatonina, una hormona del cerebro, se produce más tarde por la noche en los adolescentes en comparación con los niños y los adultos. Esto puede dificultar que los adolescentes concilien el sueño temprano por las noches.

Estos cambios en el ritmo circadiano coinciden con una etapa en que los adolescentes están más ocupados de lo que lo habían estado en su vida. Para la mayoría de los jóvenes, la presión de rendir en los estudios es mucho mayor que la que tenían durante la infancia y es más difícil aprobar sin estudiar muchas horas. Además los jóvenes también tienen otras ocupaciones que les llevan tiempo: desde las actividades extraacadémicas, deportivas y de otro tipo, hasta los trabajos a media jornada para ahorrar dinero para la universidad.

El hecho de que las clases empiecen muy temprano en la mayoría de centros de enseñanza secundaria también desempeña un papel en la falta de sueño que padecen muchos adolescentes. Los adolescentes que no se duermen hasta después de la medianoche siguen teniendo que levantarse temprano para ir a la escuela, lo que significa que sólo duermen seis o siete horas cada noche. Perder una o dos horas de sueño por noche puede no parecer un gran problema, pero, a la larga, esto puede generar un déficit de sueño importante.

¿Por qué es tan importante dormir?

El déficit de sueño repercute sobre todos los aspectos de la vida de una persona, desde su capacidad de prestar atención en clase hasta su estado de ánimo. Las investigaciones demuestran que más del 20% de los alumnos de la escuela secundaria se quedan dormidos en clase y los expertos han establecido una relación entre la falta de sueño y el hecho de sacar peores notas. La falta de sueño también repercute negativamente sobre el rendimiento deportivo de los adolescentes.

Además, el mayor tiempo de reacción y la falta de concentración provocados por la falta de sueño no sólo repercuten sobre el rendimiento académico o deportivo. Estas consecuencias de la falta de sueño pueden poner en peligro la vida de las personas que conducen. La Administración Nacional de Seguridad y Tráfico en Carreteras de los Estados Unidos calcula que cada año mueren 1.500 personas en accidentes de tráfico provocados por conductores de edades comprendidas entre los 15 y los 24 años que simplemente conducían cansados. (Más de la mitad de las personas que provocan accidentes por quedarse dormidos al volante tienen menos de 26 años).

La falta de sueño también se ha relacionado con problemas emocionales, como los sentimientos de tristeza y depresión. Además, el sueño nos ayuda a mantenernos sanos, al ralentizar lo suficiente nuestros sistemas corporales como para que podamos "recargar baterías" después de las actividades cotidianas.

¿Cómo puedo saber si estoy durmiendo lo suficiente?

Aunque creas que estás durmiendo suficiente, es posible que no sea así. He aquí algunos de los indicadores de que tal vez no estés durmiendo suficiente:
  • te cuesta mucho levantarte por las mañanas,
  • tienes grandes dificultades para concentrarte,
  • te quedas dormido en clase o
  • estás triste o deprimido.

¿Qué puedo hacer para dormir más?

Recientemente, en EE.UU. algunos investigadores, padres y profesores han sugerido que los centros educativos de secundaria empiecen las clases más tarde por la mañana para adaptarse a las necesidades de los jóvenes de dormir más. Algunos centros ya han modificado sus horarios para retrasar la hora de inicio de las clases. Tú, tus amigos, tus padres y los profesores de tu centro de estudios pueden hacer presión para intentar que retrasen las horas de inicio de las clases en tu centro, pero mientras tanto, tendrás que hacer tus propios ajustes.

He aquí algunas de las cosas que te pueden ayudar a dormir mejor:
  • Sigue un horario regular para irte a dormir. Si te acuestas cada día a la misma hora, cuando se acerque esa hora tu cuerpo sabrá que ha llegado el momento de dormir. El hecho de levantarte cada día a la misma hora también te ayudará a establecer un patrón regular de sueño, de modo que intenta ajustarte a ese horario incluso los fines de semana. No retrases más de una hora la hora de acostarte ni la de levantare más de 2 ó 3 horas.

  • Haz ejercicio regularmente. De todos modos, intenta no hacer ejercicio justo antes de acostarte, puesto que eso puede subirte la temperatura corporal y activarte, dificultando que concilies el sueño. Los expertos en sueño consideran que practicar ejercicio 5 ó 6 horas antes de acostarse (a media tarde) puede favorecer el sueño.

  • Evita los estimulantes. No tomes bebidas con cafeína, como refrescos con gas o café, después de las 4 de la tarde. La nicotina también es un estimulante, así que dejar de fumar puede ayudarte a dormir mejor. Y es posible que beber alcohol por la noche te provoque inquietud y te despiertes durante la noche.

  • Relaja la mente. Evita ver películas o programas de televisión violentos, de terror o acción justo antes de acostarte; cualquier cosa que te pueda acelerar la mente o el corazón. Leer libros de suspenso o intriga también puede dificultar que concilies el sueño.

  • "Desconéctate" reduciendo la intensidad de la iluminación. La luz le indica al cerebro que es hora de despertarse. Antes de acostarte, mantente alejado de luces fuertes (¡incluida la pantalla de tu equipo de computación!) y medita o escucha música suave para ayudar a tu cuerpo a relajarse.

  • No hagas siestas demasiado largas. Dormir más de 30 minutos durante el día puede hacer que te resulte más difícil conciliar el sueño por la noche.

  • Evita pasar noches sin dormir para estudiar. No esperes al último día para prepararte para un examen. No dormir la noche anterior al examen puede hacer que rindas menos en el examen de lo que habrías rendido de haber estudiado menos y dormido más.

  • Crea un ambiente adecuado para dormir. Los estudios demuestran que la gente duerme mejor en una habitación oscura y más bien fresca. Baja la persiana o cierra las cortinas (y asegúrate de que éstas sean lo bastante gruesas como para bloquear el paso de la luz) y desconecta la calefacción o baja el termostato de tu habitación (ten preparadas algunas mantas por si acaso o ponte un pijama abrigado si tienes frío). El ruido también dificulta el sueño.

  • Levántate con la primera luz de la mañana. La luz matutina le indica al cuerpo que es hora de levantarse y ponerse en marcha.
Si estás adormilado, no te verás de lo mejor. De modo que considera el "sueño" como un aspecto fundamental de tu agenda diaria para ayudarte a estar creativo y sano.

Revisado por: Mary L. Gavin, MD
Fecha de la revisión: mayo de 2009
Revisado inicialmente por: Mena T. Scavina, DO

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