Un nuevo estudio brinda más pruebas sobre cuán saludable puede
ser el ejercicio en la mediana edad. Lo mejor de todo es que no hace
falta que practiques deportes intensos: caminar a paso ligero, andar en
bicicleta y hasta el trabajo en casa y en el patio son actividades
capaces de reducir la inflamación nociva y mejorar la salud del corazón.
El cuerpo humano no está preparado para permanecer sentado todo el
día. Sin embargo, la vida moderna transcurre la mayor parte del tiempo
sobre algún asiento. ¿Te has puesto a calcular cuánto tiempo te pasas
sin moverte o en plena acción? Dedícate dos minutos a reflexionar sobre
este tema y es posible que te sorprendas.
Una vida sedentaria promueve la obesidad y todas las enfermedades asociadas a ella como el colesterol elevado y la diabetes.
Incluso, aunque no tengas exceso de peso, mantenerte activo te permite
conservar la buena salud, de tu corazón por ejemplo, o la flexibilidad,
para que tu cuerpo pueda responder mejor a las exigencias de la vida
cotidiana, como levantar una caja pesada o jugar con tus nietos durante
el fin de semana, sin lesionarte o “quedarte rígido” mientras lo haces.
Los estudios siguen encontrando y difundiendo numerosos beneficios del ejercicio físico para la salud
tanto para los hombres como para las mujeres de todas las edades.
Ahora, un nuevo estudio se suma a las evidencias y ha comprobado que
mantener un régimen de actividad física en el tiempo libre durante una
década o más podría ayudar a los adultos de mediana edad a mejorar la
salud de su corazón.
Según esta investigación, que fue desarrollada por unos científicos
del Colegio Universitario de Londres, en Inglaterra, las actividades
rutinarias, como caminar energéticamente, andar en bicicleta y hasta
hacer los trabajos de la casa o de jardinería de forma vigorosa pueden,
con el tiempo, reducir los marcadores de inflamación que permiten
explicar la relación entre la actividad física y el riesgo de la
enfermedad cardiaca.
Para llegar a estos resultados, que aparecen en la edición del 13 de agosto de la revista Circulation,
los investigadores encuestaron a más de 4,200 participantes de 49 años
de edad como promedio y les preguntaron acerca de la cantidad de tiempo y
la frecuencia con la que practicaban actividades físicas en su tiempo
libre. Paralelamente, analizaron la denominada proteína C reactiva y la
interleucina 6, dos marcadores claves de inflamación en el cuerpo, al
inicio del estudio y luego de once años.
Así encontraron que los participantes que eran más activos tenían
marcadores de inflamación más bajos que las personas que rara vez hacían
el mínimo recomendado de actividad física por semana, que equivale a
unas 2 ½ horas.
Además, los investigadores hallaron que alrededor del 49 por ciento
de los participantes cumplía con las recomendaciones estándares de
actividad física para mejorar la salud, algo que mejoró luego del
estudio, ya que dicha tasa alcanzó el 83 por ciento, y señalaron que los
participantes que eran inactivos al inicio del estudio y que se
volvieron físicamente activos durante el periodo de análisis también
habían reducido sus marcadores inflamatorios cuando se sometieron a la
evaluación de seguimiento.
Si eres joven, no esperes a que pase el tiempo para comenzar a
disfrutar los beneficios del ejercicio físico. Si ya has pasado la
mediana edad, pues tampoco es motivo para quedarse quieto, ya que la actividad física también puede ayudar a conservar la salud de las personas que ya están en la denominada tercera edad.
En síntesis: no esperes más y conviértete también en un nuevo ejemplo
que dé testimonio sobre las ventajas del ejercicio para la salud, sin
importar cuál es tu fecha de nacimiento.