Friday, January 21, 2011

El Secreto, segunda parte


Rhonda Byrne escribió en 2007 “El Secreto” y con ello revolucionó los caminos de miles de personas que se convirtieron en ferviente seguidores.

Hoy, la autora lanza su segundo libro, “El Poder”, de Urano, donde reitera que la vida está marcada por dos componentes: las cosas positivas y las cosas negativas.

También recuerda que cada persona es un imán, fundamento en el que se basa la ley de la atracción y que declara infalible porque todas y cada una de las cosas que se reciben van de acuerdo con las que uno da.

En esta nueva obra, Rhonda Byrne entrega una especie de decálogo sobre lo que denomina ‘los puntos de poder’. Estos son:

- El amor no es débil, frágil o blando. ¡El amor es la fuerza positiva de la vida! El amor es la causa de todo lo bueno y positivo.

- Todo lo que quieres ser, hacer o tener procede del amor.

- La fuerza positiva del amor puede crear cualquier cosa buena, aumentar lo positivo y cambiar cualquier aspecto negativo de tu vida.

- En cada momento del día tienes que elegir entre amar y utilizar la fuerza positiva, o no hacerlo.

- La ley de la atracción es la ley del amor, y es la poderosa ley que rige la vida.

- Todo lo que en la vida vuelve a ti. Da positividad y recibirás positividad, da negatividad y recibirás negatividad.

- La vida no pasa simplemente por tu lado, todo lo que recibes en tu vida va en función de lo que has dado.

- Tus pensamientos y sentimientos, buenos o malos, los estás transmitiendo y volverán a ti automáticamente y con toda precisión, como el eco.

- ¡Las personas que gozan de grandes vidas piensan más en y hablan más de lo que les gusta que lo que no les gusta!

- Habla de las noticias buenas del día. Habla de lo que te gusta. Y atrae lo que te gusta a tu vida.

- Tienes una capacidad ilimitada para pensar en y hablar de lo que te gusta, ¡y, por lo tanto, tienes una capacidad ilimitada para atraer todo lo bueno a tu vida!

- Ama, porque cuando amas estás utilizando el poder más grande del universo.

14 buenas acciones para un buen karma


Según su ley somos los únicos responsables de todo aquello que nos ocurre en esta vida o en otra.

El karma no es el destino ni tampoco una suerte de cuenta de ahorro de buenas acciones con las que podamos justificar alguna mala.

El karma según el hinduismo es la ley de acción-reacción, es decir, sería algo parecido a lo que aparece en la Biblia del ‘ojo por ojo, diente por diente’, que en definitiva apunta a que todo lo que se hace tiene una consecuencia.

Si bien el karma se entiende dentro de una filosofía de vida que cree en la reencarnación –porque sino no tendría importancia la consecuencia- es cierto que su sentido puede guiar la vida de quienes no practican creencias orientales.

La Ley del Karma entonces tendría una conexión con lo que podemos denominar la Ley de Causalidad, o sea, toda acción tiene una causa y además con la Ley de la Atracción, o sea, que los pensamientos positivos atraen lo positivo.

Según señala Josep López en el libro “Buen Karma, 77 buenas acciones” de editorial Océano-Ambar, la ley de karma está emparentada de alguna forma con la idea de pecado-castigo de la religión católica, tal como señala el dicho popular ‘se recoge lo que se siembra’.

Según lo expuesto queda claro que según la ley del Karma somos los únicos responsables de todo aquello que nos ocurra en esta vida o en otra y de ahí que López entregue un listado de acciones para tener un buen karma.

Algunas de las 77 son:

- Responsabilízate de tus acciones.
- Date a los demás sin esperar nada a cambio.
- Meditar como camino a la compasión.
- Aprende a dar con autenticidad.
- Libérate de los pensamientos egoístas.
- Respeta tu cuerpo físico.
- Escucha tu cuerpo emocional.
- Controla tu cuerpo mental.
- Alimenta tu cuerpo espiritual.
- Respeta a los demás.
- No juzgues.
- Aprovecha las lecciones de la vida.
- Autocontrol.
- Reconoce tus errores.

¿Es el hombre indicado para casarse?


Por más de 40 años, el padre Pat Connor ha orientado matrimonios en crisis y ha oficiado más de 200 enlaces. Es por eso que desde su largo currículum con los conflictos y uniones conyugales, decidió entregar a las mujeres algunas pistas para reconocer si efectivamente el hombre con el que están a punto de dar el gran paso de sus vidas las hará realmente felices.

Antes de casarse, antes de dar el sí o siquiera posar ese brillante anillo que promete una vida matrimonial feliz, hay que pedirle al corazón que se calme un poco y mirar detalladamente al futuro marido, pero con los ojos muy abiertos, aconsejan.

Aunque es consciente que por su voto de celibato no conoce en la práctica los complicados laberintos en los que a veces puede entrar una relación amorosa, el padre Pat Connor sí tiene mucha propiedad para dar cátedra sobre los principales conflictos que ataca a un matrimonio y para poder dar consejos a las mujeres sobre “Con quién no casarte” (Ediciones B), tal como llamó a su libro.

Ha oficiado más de doscientas bodas y lleva más de cuarenta años dando cursos de orientación matrimonial. Es por esto, y dado su largo historial de parejas conocidas, algunas separadas y otras que lograron con éxito superar los conflictos, que el padre Connor quiso dirigir su libro a las mujeres, para que identifiquen a quienes son dignos de ser sus maridos y puedan ser felices.

“Según mi experiencia, son ellas las que suelen tomar la iniciativa cuando se trata de hablar de relaciones, de igual manera que suele ser la mujer quien toma la iniciativa de acudir a un consejero matrimonial cuando un matrimonio empieza a hacer agua”, dice Connor, antes de comentar que la mejor manera de saber si el hombre con el que se está a punto de dar este trascendental paso es el indicado, es simplemente siendo honesta contigo misma y comprender que no basta estar enamorada para tener una familia feliz.

“Alguna gente piensa en el compromiso como un período para planear la boda. Yo prefiero pensar en ello como el tiempo para planear el matrimonio. Usa este período como algo más que una oportunidad de exhibir tu anillo o elegir el pastel ideal. Tómate la oportunidad de conocer -de conocer de verdad- a tu futuro marido”.

“Nunca te cases con un hombre que no te halaga”, aconseja entonces el padre Connor y a esto se le suma una lista de datos que su experiencia le ha indicado quiénes no suelen ser los mejores maridos para una mujer, como alguien que no controle sus celos, que no sepa pedir perdón, que hace bromas a costa tuya, que sea pomposo (despreciará a los demás y, tal vez, también a ti), que sea tan egoísta que no pueda hacer lo que él mismo te pide a ti que hagas, que trate de controlarte, o que tú puedas controlar y dirigir tanto que nunca te contradiga, o que no te atraiga físicamente. Sobretodo, “nunca te cases con un hombre que es cruel contigo, física o emocionalmente. (En ese caso no hay excepciones)”, dice.

Asimismo, el autor realizó una lista de situaciones que denomina “sirenas” de alerta para frenar el impulso de vestir de novia antes de que sea demasiado tarde:

-¿Cómo te trata? Habla de amor y compromiso y que eres lo más importante en su vida, pero ni si quiera mantiene las promesas que hace. “Las acciones rara vez mienten”, comenta Connor.

-¿Cómo te presenta a otras personas? Para el resto de la sociedad, ¿eres su novia o su andante, saliente, amiga especial? De ser así, “puede que no esté preparado para el matrimonio”.

-¿Cómo se lleva con tus amigos y familia? “Un matrimonio no es sólo una unión de finanzas y muebles, es la fusión de dos vidas y de todas las personas que forman parte de ellas”. Si no se muestra muy interesado en unir ambos mundos, puede que no sea el indicado para llegar con él hasta el altar.

Junto con esto, reunió otros avisos que ha reconocido por los cientos de casos que ha visto en su larga carrera con los matrimonios:

-“Fue grosero con el camarero”.

-“Me llamó Laurie (me llamo Louise)”.

-“Apareció en nuestra segunda cita con una camiseta que decía: ‘Gordas no’”.

-“Canceló nuestra cita para visitar a una ex que estaba ‘pasando un mal momento’”.

-“Perdió los estribos con el tipo que teníamos delante en el cine. (Un simple ‘shh’ habría funcionado igual de bien)”.

-“Contó un chiste racista”.

-“Es evasivo” y no es capaz de decir “te quiero”.

-“Llega tarde a las reuniones familiares, sobre todo cuando se trata de tu familia”.

-“Miente”.

-“Culpa a todos los demás de sus problemas”, a lo que se suma que no pueda mantener un puesto de trabajo.

-“Nunca perdona y nunca olvida”.

-“Depende demasiado de ti” o de su madre.

-“Tu quieres hijos; él no: ¡No te cases con él!”.

-Bebe en exceso. “Él podría prometer conseguir ayuda para su abuso del alcohol pero es mejor que lo haga antes de la boda, y no unas semanas antes (...) Si va en serio con vuestra relación, se asegurará de estar sobrio un año entero antes de la boda”, dice el padre.

¿Dices que sí cuando quieres decir no?


Rechazar una invitación, propuesta o solicitud puede resultar difícil dependiendo del tipo de relación que uno tiene con la otra persona. Aprende algunos tips que te ayudarán a decir no.

Es un monosílabo, es un adverbio, pero muchas veces cuesta pronunciarlo. El diccionario lo define así: una negación utilizada para expresar disidencia, negación o rechazo como respuesta a una pregunta o solicitud. Entonces, ¿por qué es tan difícil decirle no a la amiga que te pide prestada tu polera nueva que todavía no te has puesto? ¿Por qué prefieres cancelar un compromiso antes de decirle no a tu jefe?

¿Te ha pasado que dices sí a todo lo que te gustaría decir no? En culturas milenarias como la japonesa, decir no de manera tajante es visto de mal gusto por lo que existen frases predeterminadas para rechazar una invitación. En esta parte del mundo, las cosas no son del todo diferentes. "Tiene mucho que ver con la cultura. A los chilenos también les cuesta decir no", dice el psicólogo Salomón Magendzo.

Más allá del lugar donde naciste y creciste, todas las personas se han encontrado en situaciones donde resulta complicado negar una propuesta o una invitación. Magendzo enfatiza que todo depende del tipo de relación que tenemos con la persona. "Cuando el otro individuo representa una imagen de poder, decir que no resulta muy difícil porque se ponen en juego muchas cosas. Por ejemplo, un puesto de trabajo, una relación afectiva o problemas de dinero", dice.

Según la psicóloga estadounidense Linda D. Tillman, existen varios tipos de "no": el "no" poco asertivo, el "no" agresivo y el "no" asertivo. El "no" poco asertivo es cuando lo acompañamos con una excusa débil. Esto ocurre cuando una persona carece de confianza, y siente la necesidad de fundamentar el "no" para convencer al otro.

El "no" agresivo suele ser pronunciado con desprecio. A veces, decir "no" de manera agresiva puede terminar siendo insultante. "Hay personas que dicen que no, pero ellos sienten que están actuando de manera agresiva. Por la personalidad de la persona, no sabe cómo manejar este tipo de situaciones. En estos casos, hay que trabajar el tema de la agresión", añade Magendzo.

El "no" asertivo es directo y sencillo. Tan fácil como decir: "No voy a poder ayudarte". En caso que la persona sienta la necesidad de dar una explicación, no debería ser muy elaborada. Se podría decir: "No te podré ayudar porque ya tengo otro compromiso ese día".

El problema de decir "sí" todo el tiempo es que quedas bien con la otra persona, pero disconforme contigo misma. "La persona se siente diminuida, rebajada, porque no está haciendo lo que realmente quiere. Como existe una relación de desequilibrio en cuanto al poder, no hay cómo evitarlo al menos que se quiera correr algún riesgo", agrega el psicólogo Salomón Magendzo.

Algunos tips de la psicóloga Linda D. Tillman para decir no:

- Cuando alguien te haga una solicitud, pide tiempo para pensarlo.
- Utiliza el lenguaje no verbal para recalcar tu respuesta. Mueve la cabeza para que se entienda que estás diciendo “no”.
- Asegúrate que tu voz sea firme y directa. Mira directamente a los ojos de la persona y di "no".
- Recuerda que decir "no" es una respuesta válida. Si te incómoda decir sí, rechazar una solicitud es una respuesta auténtica.
- Comienza tu oración con la palabra “no”. Es más fácil que mantengas convicción en tu respuesta si lo primero que sale de tu boca es la palabra "no".


La próxima vez que te invite a cenar un hombre que no te atrae, no le aceptes la invitación y no te sientas mal.

Thursday, January 20, 2011

Confucio (www.proverbia.net)


Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos.

Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces entonces estás peor que antes.

Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber.

Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla.

Debes tener siempre fría la cabeza, caliente el corazón y larga la mano.

¿Me preguntas por qué compro arroz y flores? Compro arroz para vivir y flores para tener algo por lo que vivir.

Una casa será fuerte e indestructible cuando esté sostenida por estas cuatro columnas: padre valiente, madre prudente, hijo obediente, hermano complaciente.

Los vicios vienen como pasajeros, nos visitan como huéspedes y se quedan como amos.

Por muy lejos que el espiritu vaya, nunca irá más lejos que el corazón.

Es más fácil apoderarse del comandante en jefe de un ejército que despojar a un miserable de su libertad.

Donde hay educación no hay distinción de clases.

Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro.

Sólo los sabios más excelentes, y los necios más acabados, son incomprensibles.

El silencio es el único amigo que jamás traiciona.

Se puede quitar a un general su ejército, pero no a un hombre su voluntad.

Es posible conseguir algo luego de tres horas de pelea, pero es seguro que se podrá conseguir con apenas tres palabras impregnadas de afecto.

Si no estamos en paz con nosotros mismos, no podemos guiar a otros en la búsqueda de la paz.

Un hombre sin virtud no puede morar mucho tiempo en la adversidad, ni tampoco en la felicidad; pero el hombre virtuoso descansa en la virtud, y el hombre sabio la ambiciona.

El hombre que ha cometido un error y no lo corrige comete otro error mayor.

Sin no conoces todavía la vida, ¿cómo puede ser posible conocer la muerte?
La ignorancia es la noche de la mente: pero una noche sin luna y sin estrellas.

Si no se respeta lo sagrado, no se tiene nada en que fijar la conducta.

El más elevado tipo de hombre es el que obra antes de hablar, y practica lo que profesa.

Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida.

Trabaja en impedir delitos para no necesitar castigos.

Algún dinero evita preocupaciones; mucho, las atrae.

Quien volviendo a hacer el camino viejo aprende el nuevo, puede considerarse un maestro.

Lo que no quieras que los otros te hagan a ti, no lo hagas a los otros.

Un hombre de virtuosas palabras no es siempre un hombre virtuoso.

Aprender sin pensar es inútil. Pensar sin aprender, peligroso.

La naturaleza hace que los hombres nos parezcamos unos a otros y nos juntemos; la educación hace que seamos diferentes y que nos alejemos.

Cuando veáis a un hombre sabio, pensad en igualar sus virtudes. Cuando veáis un hombre desprovisto de virtud, examinaos vosotros mismos.

El tipo más noble de hombre tiene una mente amplia y sin prejuicios. El hombre inferior es prejuiciado y carece de una mente amplia.

¿Uno que no sepa gobernarse a sí mismo, cómo sabrá gobernar a los demás?.

El sabio sabe que ignora.

No pretendas apagar con fuego un incendio, ni remediar con agua una inundación.

Una voz fuerte no puede competir con una voz clara, aunque esta sea un simple murmullo.

Entristécete no porque los hombres no te conozcan, sino porque tú no conoces a los hombres.

Los defectos de un hombre se adecuan siempre a su tipo de mente. Observa sus defectos y conocerás sus virtudes.

El mal no está en tener faltas, sino en no tratar de enmendarlas.

Oír o leer sin reflexionar es una ocupación inútil.

Un caballero se avergüenza de que sus palabras sean mejores que sus actos.

Aprende a vivir y sabrás morir bien.

La sabiduría se preocupa de ser lenta en sus discursos y diligente en sus acciones.

Lo que quiere el sabio, lo busca en sí mismo; el vulgo, lo busca en los demás.

Yo no procuro conocer las preguntas; procuro conocer las respuestas.

No debes quejarte de la nieve en el tejado de tu vecino cuando también cubre el umbral de tu casa.

Aprender sin reflexionar es malgastar la energía.

Sólo el virtuoso es competente para amar u odiar a los hombres.

El lenguaje artificioso y la conducta aduladora rara vez acompañan a la virtud.

La naturaleza humana es buena y la maldad es esencialmente antinatural.

Los hombres se distinguen menos por sus cualidades naturales que por la cultura que ellos mismos se proporcionan. Los únicos que no cambian son los sabios de primer orden y los completamente idiotas.

Arréglese al estado como se conduce a la familia, con autoridad, competencia y buen ejemplo.

Aquel que gobierna por medio de su excelencia moral puede compararse a la estrella polar, que permanece en su sitio en tanto todas las demás estrellas se inclinan ante ella.

El hombre superior es persistente en el camino cierto y no sólo persistente.

El que conoce la verdad no es igual al que la ama.

Los cautos rara vez se equivocan.

Mejor que el hombre que sabe lo que es justo es el hombre que ama lo justo.

Un erudito que no sea serio no inspirará respeto, y su sabiduría, por lo tanto, carecerá de estabilidad.

Nunca hagas apuestas. Si sabes que has de ganar, eres un pícaro; y si no lo sabes, eres tonto.

La virtud no habita en la soledad: debe tener vecinos.

Gobernar es rectificar.

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