Aprender significa apropiarse de contenidos externos al sujeto e
incorporarlos a su estructura cognitiva (aprehenderlos). La ayuda del
maestro es inestimable en esta experiencia, pero no es bueno darle todo
el conocimiento ya estructurado, procesado, relacionado, analizado,
sintetizado, y listo para su adquisición. El alumno en este caso tenderá
a repetirlo, y cuando no tenga al maestro que “le sirva” el contenido
(conceptual, procesal o actitudinal) no será capaz de obtenerlo por sí
mismo.
De eso se trata la expresión “aprendiendo a aprender”, de que el
alumno “fabrique” su propio contenido nuevo, por supuesto no de la nada,
por invención (siempre el hombre “crea” a partir de lo existente) sino
por descubrimiento, indagando en la información existente, cotejándola,
valorándola, y preparándola para su comprensión, o sea para que ese
material didáctico le resulte significativo en relación a otros
conocimientos poseídos.
Significa que el maestro debe enseñar los contenidos conceptuales,
los actitudinales (motivación, valoración, espíritu crítico) y sobre todo los
procedimentales,
que le darán las herramientas con las que construirá el hogar de su
saber, que le servirá para siempre, y lo transformará en un ser humano
con pensamiento autónomo en el futuro.
No siempre el maestro acompañará a la persona a lo largo de su vida, y
sin embargo, en este proceso de aprendizaje continuo, el sujeto deberá
incorporar conocimientos nuevos por sí mismo, para lo cual deberá saber
hacerlo.
Lo que debe enseñarse son las
estrategias de aprendizaje significativo,
y fundamentalmente a conocerse a sí mismo. No hay fórmulas infalibles
para aprender, sino que conociendo muchas técnicas cada uno las irá a
adaptando a sus aptitudes, gustos e intereses. A algunos les resultará
más conveniente resumir un texto antes de estudiarlo, a otros hacer un
cuadro sinóptico, a otros, grabarlo y luego escucharlo, etcétera.
Ninguna técnica es mejor que otra, lo importante es conocerlas, y
aprender a realizar un proceso de metacognición para indagar lo que se
sabe, lo que se desea aprender, lo que aún falta incorporar y relacionar
esos conocimientos de modo sistemático, y no arbitrario.
Aprender a aprender se logra con un estudiante comprometido en su
propio proceso de aprendizaje que conozca sus objetivos y cómo lograrlo,
un alumno activo y no mero receptor, y un docente guía y no transmisor.