Todas las formas de prostitución masculina tienen riesgos tanto para el prostituto como para el cliente.
- Riesgos relacionados con la salud, como las enfermedades de transmisión sexual (ETS).
- Ocasionalmente, la prostitución masculina es utilizada como negocio para los narcóticos o mafiosos.
- Posibilidad de abuso sexual (sea por parte del prostituto o por parte del cliente).
- Posibilidad de violencia física por parte de ambos.
- Problemas legales con las autoridades (en muchos sitios del mundo la prostitución es ilegal, muchos prostitutos son menores de edad o el problema legal de proxenetas).
- Estigma social (la identidad del prostituto revelada puede generarle futuros problemas de reinserción social).
- El prostituto puede ser rechazado por su círculo de amigos y familiares, especialmente si es prostitución gay.
- Puede perder su trabajo si se enteran de sus actividades de prostitución.
- Muchos comienzan a vivir una doble vida que los lleva a problemas sentimentales.
- Pueden terminar siendo explotados o abusados.
- Menores de edad que practican la prostitución están aún más en riesgo porque pueden terminar en manos de abusadores y personas violentas.
- Clientes pueden caer en manos de criminales que se presentan como prostitutos y sólo quieren robarles y violentarlos. Muchos pueden terminar siendo extorsionados.
Los estudiosos del tema concluyen que violencia en contra prostitutos
es menor que la violencia ejercida en contra de prostitutas. Los
prostitutos que trabajan en la calle y los más jóvenes (especialmente
adolescentes), son los más vulnerables a ser víctimas de violencia
callejera y abuso.
Clientes que terminan siendo víctimas de falsos prostitutos es menor
de la que se quiere evidenciar, muchas veces creado el pánico por casos
individuales. Prostitutos tienden a prevenir a sus clientes potenciales
de posibles riesgos y generan elementos que permitan su segura
identificación. En tal caso, agencias de prostitutos prueban ser más
seguras.