Monday, July 16, 2012

Genética


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CAPITULO 2

Genética

El núcleo de cada una de las células del organismo contiene el denominado material genético, es decir las espirales de ADN (ácido desoxirribonucleico) dispuestas de manera compleja para formar los cromosomas. Las células humanas contienen 23 pares de cromosomas (46 en total), incluidos un par de cromosomas sexuales.


Estructura del ADN
El ADN (ácido desoxirribonucleico) es el material genético de la célula y aparece en forma de filamentos débilmente entrelazados a modo de ovillo, denominados cromatina, en el núcleo de cada célula. Justo antes de que la célula se divida, la cromatina se espiraliza y se forman los cromosomas. La molécula de ADN es una larga doble hélice enrollada sobre sí misma, semejante a una escalera de caracol. En ella, dos ramales compuestos de moléculas de azúcar (desoxirribosa) y fosfatos, se conectan gracias al apareamiento de cuatro moléculas denominadas bases, que forman los eslabones de la escalera. En los eslabones, la adenina se aparea con la timina y la guanina con la citosina. Así mismo, cada par de bases está unido por un enlace de hidrógeno. Un gen es un segmento de ADN que tiene una determinada función y está constituido por una secuencia específica de bases.
La molécula de ADN es una hélice larga y doble, semejante a una escalera de caracol. Los eslabones de esta cadena, que determinan el código genético de cada individuo, se componen de pares de cuatro tipos de moléculas denominadas bases (adenina, timina, guanina y citosina). La adenina se empareja con la timina y la guanina con la citosina. El código genético está escrito en tripletes, de manera que cada grupo de tres eslabones de la cadena codifica la producción de uno de los aminoácidos, los cuales son los componentes que constituirán las proteínas.


La hélice de ADN se abre longitudinalmente cuando una parte de esta molécula controla activamente alguna función de la célula. Una rama de la hélice abierta queda inactiva mientras que la otra actúa como patrón para formar una rama complementaria de ARN (ácido ribonucleico). Las bases del ARN se ordenan en la misma secuencia que las bases de la rama inactiva del ADN, con la diferencia de que el ARN, en vez de timina, contiene una base denominada uracilo. La copia de ARN, llamada ARN mensajero (ARNm), se separa del ADN, abandona el núcleo, pasa al citoplasma de la célula y se une a los ribosomas, donde tiene lugar la biosíntesis de las proteínas. El ARNm transmite al ribosoma la información sobre la secuencia de aminoácidos que se necesitan para construir una proteína específica y el ARN transportador (ARNt), un tipo de ARN mucho más pequeño, conduce los aminoácidos al ribosoma. Cada molécula de este ARNt transporta e incorpora un aminoácido a la cadena de proteína que se está sintetizando.

Un gen contiene la información necesaria para construir una proteína. Los genes varían de tamaño según el tamaño de la proteína y se ordenan en una secuencia específica en los cromosomas. Se denomina "locus" a la localización de cada gen en particular.

Los dos cromosomas sexuales determinan el sexo del feto. El varón tiene un cromosoma sexual X y uno Y; la mujer tiene dos cromosomas X, de los cuales sólo uno es activo. El cromosoma Y contiene relativamente pocos genes pero uno de ellos determina el sexo. En los varones se expresan casi todos los genes del cromosoma X, ya sean dominantes o recesivos. Los genes del cromosoma X se denominan genes ligados al sexo o al cromosoma X.

Inactivación del cromosoma X

Dado que la mujer tiene dos cromosomas X, posee el doble de genes de cromosomas X que un varón. En principio este hecho debería provocar un exceso de algunos genes. De todas formas, se cree que uno de los dos cromosomas X de cada célula femenina se inactiva al principio de la vida del feto, exceptuando los cromosomas de los óvulos en los ovarios. El cromosoma X inactivo (cuerpo de Barr) se observa al microscopio como una protuberancia densa en el núcleo de la célula.

La inactivación del cromosoma X explica ciertas constataciones, como, por ejemplo, que el exceso de cromosomas X cause muchas menos anomalías del desarrollo que el exceso de cromosomas no sexuales (autosómicos). Al parecer, esto se debe a que sólo queda un cromosoma X activo, cualquiera que sea la dotación de cromosomas X de un individuo. En la mujer con tres cromosomas X (síndrome de triple X) con frecuencia no se manifiestan alteraciones físicas ni psicológicas. Por el contrario, un cromosoma autosómico adicional (trisomía) puede ser mortal durante la primera fase del desarrollo fetal. Un bebé nacido con un cromosoma autosómico adicional presenta graves trastornos físicos y mentales. De la misma manera, la ausencia de un cromosoma autosómico siempre es mortal para el feto pero la ausencia de un cromosoma X en general provoca trastornos menos graves (síndrome de Turner).

Anomalías de los genes

Son bastante frecuentes las anomalías de uno o más genes, sobre todo de los recesivos. Cada individuo tiene de seis a ocho genes recesivos anormales, los cuales provocarán un funcionamiento anormal de las células sólo si existen dos similares. Las probabilidades de que eso ocurra son escasas en la población general; no obstante, aumentan en niños de padres con parentesco cercano, al igual que en aquellos grupos cerrados que se casan entre sí, como lo demuestran los estudios adelantados con los miembros de las comunidades religiosas Amish y Menonitas.

Se denomina genotipo a la dotación genética o a la información hereditaria de una persona. La expresión individual del genotipo se denomina fenotipo.

Todas las características diferenciales hereditarias (rasgos) están codificadas por los genes. Algunas, como el color del cabello, simplemente diferencian a una persona de otra y no se consideran anormales. Sin embargo, una enfermedad hereditaria puede ser el resultado de características anormales que aparecen como expresión de un gen anormal.

Anomalías provocadas por un solo gen

Los efectos producidos por un gen anormal dependerán de su carácter dominante o recesivo y de su posible localización en un cromosoma X. Como cada gen controla la producción de una proteína en particular, un gen anormal produciría una proteína anormal o bien una cantidad anormal de la misma, lo cual podría causar anomalías en el funcionamiento de la célula y, en definitiva, en la apariencia física o en las funciones corporales.

Genes no ligados al cromosoma X

 


Herencia de genes anormales recesivos
Algunas enfermedades tienen su origen en un gen anormal recesivo. Para que se transmita la enfermedad, el individuo afectado debe recibir dos genes enfermos, uno de cada progenitor. Si cada uno de los progenitores tiene un gen anormal y otro normal, no padecen el trastorno pero pueden transmitir el gen anormal a sus hijos. Cada hijo tiene un 25 por ciento de probabilidades de heredar dos genes anormales (y, por lo tanto, de desarrollar la enfermedad), un 25 por ciento de heredar dos genes normales y un 50 por ciento de heredar uno normal y otro anormal (lo que les convierte en portadores de la enfermedad; igual que sus padres).
El efecto (rasgo) de un gen anormal dominante en un cromosoma autosómico puede ser una deformidad, una enfermedad, o una tendencia a desarrollar ciertas enfermedades.

En general, los siguientes principios se aplican a la expresión de rasgos determinados por un gen dominante :
· Los individuos con un rasgo determinado tienen como mínimo un progenitor con ese rasgo, a menos que éste sea producto de una nueva mutación.
· Con frecuencia la causa de los rasgos genéticos anormales se debe más a nuevas mutaciones genéticas que a la herencia de los padres.
· Cuando uno de los progenitores tiene un rasgo anormal que el otro no tiene, cada descendiente tendrá un 50 por ciento de probabilidades de heredarlo y un 50 por ciento de no hacerlo. Sin embargo, todos sus hijos lo tendrán si el progenitor con el rasgo anormal tiene dos copias del gen anormal, aunque esta circunstancia es muy poco frecuente.
· Un individuo que no tiene el rasgo anormal no es portador del gen y, aunque sus hermanos sí lo tengan, no puede transmitirlo a su descendencia.
· Tanto los varones como las mujeres tienen la misma probabilidad de resultar afectados.
· La anomalía puede aparecer, y de hecho habitualmente lo hace, en todas las generaciones.

Los siguientes principios se aplican a rasgos determinados por un gen recesivo:
· Prácticamente en todos los individuos con el rasgo se encontrará que ambos progenitores tienen el gen, aunque no tengan el rasgo.
· Las mutaciones son responsables de la expresión del rasgo sólo en muy raras ocasiones.
· Cuando uno de los progenitores posee el rasgo y el otro tiene un gen recesivo pero no tiene el rasgo, es probable que la mitad de sus hijos tenga el rasgo; los demás serán portadores con un gen recesivo. Si el progenitor sin el rasgo no tiene el gen recesivo anormal, ninguno de sus hijos tendrá el rasgo pero todos sus hijos heredarán un gen anormal que podrán transmitir a su descendencia.
· Es probable que un individuo cuyos hermanos tengan el rasgo anormal sea portador de un gen anormal, aunque él mismo no tenga tal rasgo.
· Tanto los varones como las mujeres tienen la misma probabilidad de resultar afectados.
· En general la anormalidad no aparece en todas las generaciones, a menos que ambos progenitores tengan el rasgo.

Los genes dominantes que causan enfermedades graves son raros y tienden a desaparecer porque los portadores, con frecuencia, están demasiado enfermos para tener hijos. No obstante hay excepciones, como la corea de Huntington, que causa un grave deterioro de las funciones cerebrales y que comienza por lo general después de los 35 años. Debido a esta peculiaridad, la aparición de los síntomas puede ser posterior al nacimiento de los hijos.

Es importante tener en cuenta que los genes recesivos sólo se expresan visiblemente cuando se tienen dos de ellos. Un individuo con un gen recesivo no tiene el rasgo aunque sea portador del mismo y pueda transmitirlo a sus hijos.


Genes ligados al cromosoma X

La escasez de genes del cromosoma Y en los varones hace que los genes del cromosoma X (ligados al X o ligados al sexo), sean éstos dominantes o recesivos, estén casi siempre sin pareja y que por lo tanto se expresen. Pero en las mujeres, debido a que tienen dos cromosomas X, se aplican los mismos principios a los genes ligados al cromosoma X que a los genes de cromosomas autosómicos; es decir, a menos que los dos genes de un par sean recesivos, sólo se expresarán los genes dominantes.

En el caso de que un gen anormal ligado al cromosoma X sea dominante, los varones con esta afección transmitirán la anomalía a todas sus hijas pero a ninguno de sus hijos porque éstos reciben el cromosoma Y, que no posee el gen anormal. Por el contrario, las mujeres afectadas con un solo gen anormal transmitirán la anomalía a la mitad de sus hijos, tanto varones como mujeres.

Si un gen anormal ligado al cromosoma X es recesivo, casi todos los que posean el rasgo serán varones. Los varones sólo transmiten el gen anormal a sus hijas, las cuales se convierten en portadoras. En cambio, las madres portadoras no poseen el rasgo pero transmiten el gen a la mitad de sus hijos varones, que generalmente lo tendrán. Aunque ninguna de sus hijas tenga el rasgo, la mitad de ellas serán portadoras.

El daltonismo o incapacidad de percibir los colores rojo y verde, trastorno causado por un gen recesivo ligado al cromosoma X, afecta a un 10 por ciento de los varones pero es poco habitual entre las mujeres.

En los varones, el gen que provoca el daltonismo proviene de una madre con el mismo trastorno o que tiene una visión normal pero es portadora del gen que lo provoca. Por ello, nunca proviene del padre, que es quien proporciona el cromosoma Y. Es poco frecuente que las hijas de padres daltónicos tengan este trastorno, aunque siempre sean portadoras del gen del daltonismo.


Herencia codominante


Herencia de genes anormales recesivos vinculados al cromosoma X
Si un gen está ligado al cromosoma X, aparece en el cromosoma X y no en el cromosoma Y. La enfermedad resultante de un gen recesivo anormal ligado al cromosoma X se desarrolla por lo general en los varones, ya que éstos tienen un solo cromo-soma X. Las mujeres tienen dos cromosomas X; por lo tanto, reciben un gen normal en el segundo cromosoma X. Como el gen normal es dominante, las mujeres no desarrollan la enfermedad. Si el padre tiene un gen recesivo anormal en su cromosoma X y la madre tiene dos genes normales, todas sus hijas reciben un gen anormal y otro normal, haciéndolas portadoras. En cambio ninguno de los hijos varones recibe el gen anormal. Si la madre es portadora y el padre tiene el gen normal, cada hijo varón tiene un 50 por ciento de probabilidades de recibir el gen anormal de la madre. Cada hija tiene un 50 por ciento de probabilidades de recibir un gen anormal y otro normal (convirtiéndose en portadoras) o de recibir dos genes normales.

La herencia codominante se caracteriza por la expresión de ambos genes. En la anemia drepanocítica, por ejemplo, si el individuo tiene un gen normal y otro anormal, produce un pigmento normal y otro anómalo en los glóbulos rojos (hemoglobina).

Genes mitocondriales anormales

Dentro de cada una de las células se hallan las mitocondrias, minúsculas estructuras que proporcionan energía a la célula y que contienen un cromosoma circular. Varias enfermedades poco frecuentes se deben a la transmisión de genes anormales que contiene dicho cromosoma mitocondrial.

Cuando un óvulo es fertilizado, sólo las mitocondrias del óvulo forman parte del feto en desarrollo, por lo que todas las mitocondrias del esperma son eliminadas.

En consecuencia, las enfermedades causadas por los genes mitocondriales anormales se transmiten por la madre; el padre no puede transmitirlas aunque tenga genes mitocondriales anormales.


Genes que provocan cáncer

Las células cancerígenas pueden contener oncogenes, o sea, genes que provocan el cáncer (genes tumorales). En ocasiones se trata de versiones anormales de los genes responsables del crecimiento y del desarrollo que están presentes sólo en el feto y que en general se desactivan de forma permanente después del nacimiento. Si estos oncogenes se reactivan más adelante, en cualquier momento de la vida, pueden, como consecuencia, causar cáncer. Se desconoce la causa de la reactivación de estos oncogenes.

Tecnología genética

La detección de enfermedades genéticas, antes o después del nacimiento, se está perfeccionando gracias a los adelantos tecnológicos; el avance es especialmente rápido en el campo relacionado con el ADN.El Proyecto del genoma humano, actualmente en marcha, tiene por objetivo la identificación y el trazado del mapa de todos los genes de los cromosomas humanos. El genoma es el conjunto genético de un individuo. En cada locus de cada uno de los cromosomas se encuentra un gen y la función de un cierto locus, como el determinar el color de los ojos, es la misma en todos los individuos. Sin embargo, el gen específico que está en ese lugar varía y confiere a cada uno sus características individuales.

Diversos procedimientos se emplean para obtener las copias necesarias de un gen para su estudio. La clonación es el método que permite lograr reproducciones de un gen humano en el laboratorio. Habitualmente, el gen que se copia se une al ADN del interior de una bacteria y, cada vez que ésta se reproduce, realiza una copia exacta de todo su ADN, incluyendo el gen añadido. Como las bacterias se multiplican muy rápidamente, en poco tiempo se producen millones de copias del original.Otra técnica para copiar el ADN utiliza la reacción en cadena de la polimerasa (PCR). Un segmento específico de ADN que contiene un gen específico puede ser copiado (amplificado) más de 200 000 veces en el laboratorio, en cuestión de horas. El ADN de una sola célula es suficiente para iniciar una reacción en cadena de la polimerasa.

Para localizar un gen específico en un cromosoma determinado se utiliza una sonda de ADN, que es un gen clonado o copiado al que se agrega un átomo radiactivo. La sonda marcada selecciona un segmento de ADN complementario y se une a dicho segmento; la sonda en cuestión se puede detectar entonces mediante sofisticadas técnicas de fotografía. Con este procedimiento se diagnostica un buen número de enfermedades antes del nacimiento o después del mismo. En el futuro es probable que las sondas genéticas sean capaces de examinar a los individuos y detectar la presencia de enfermedades genéticas graves, aunque no todos los portadores del gen de una enfermedad la desarrollen.

Una técnica habitual para identificar el ADN es la prueba de Southern blot, que consiste en la extracción del ADN de la célula del individuo y su división en fragmentos exactos con una enzima denominada endonucleasa de restricción. Los fragmentos se separan en un gel por electroforesis, se colocan en un filtro de papel y se cubren con una sonda previamente marcada. La identificación del fragmento de ADN correspondiente se logra debido a que la sonda se une solamente a su imagen complementaria.

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Anatomía


SECCION 1 > FUNDAMENTOS
CAPITULO 1

Anatomía

La biología es la ciencia que trata de los seres vivos e incluye la anatomía y la fisiología. La anatomía estudia las estructuras del organismo y la fisiología estudia sus funciones. Dado que la estructura de los seres vivos es muy compleja, la anatomía abarca desde los componentes más pequeños de las células hasta los órganos más grandes, así como la relación de éstos con otros órganos. La anatomía general estudia los órganos tal como aparecen durante una inspección visual o una disección. Por otra parte, la anatomía celular estudia las células y sus componentes mediante el uso de instrumental específico como los microscopios; también utiliza otras técnicas especiales para su observación.


Interior del cuerpo

Células

A pesar de que las células se consideran como la unidad más pequeña de los organismos vivos, están constituidas por elementos aun menores, cada uno de ellos dotado de una función propia. El tamaño de las células humanas es variable aunque es siempre microscópico; un óvulo fecundado es la célula más grande, y sin embargo resulta tan pequeña que no es perceptible por el ojo humano. Las células humanas están envueltas por una membrana que las mantiene unidas; no se trata de una simple envoltura ya que esta membrana tiene unos receptores que permiten a las diversas células identificarse entre sí. Además, estos receptores son capaces de reaccionar ante sustancias producidas por el organismo así como ante los fármacos introducidos en él y debido a esta característica pueden seleccionar las sustancias o los medicamentos que entran en la célula o salen de ella. Las reacciones que tienen lugar en los receptores a menudo alteran y controlan las funciones celulares. Dentro de la membrana celular existen dos componentes principales: el citoplasma y el núcleo. El primero contiene estructuras que consumen y transforman la energía y dirigen las funciones de la célula; el segundo contiene el material genético de la célula y las estructuras que controlan su división y reproducción. Son muchas y muy diversas las células que constituyen el organismo y cada una está dotada de estructura y vida propias. Algunas, como los glóbulos blancos, se mueven libremente sin adherirse a otras células; en cambio las células musculares están firmemente unidas entre sí. Las de la piel se dividen y reproducen con rapidez; las nerviosas, por el contrario, no se reproducen en absoluto. Así mismo determinadas células, sobre todo las glandulares, tienen como función principal la producción de sustancias complejas como hormonas o enzimas. Por ejemplo, las células de las mamas producen leche; las del páncreas, insulina; las del revestimiento de los pulmones, mucosidad y las de la boca, saliva. Por último, existen otras células cuya función primordial no es la producción de sustancias, como las células que se encargan de la contracción, tanto de los músculos como del corazón. También es el caso de las células nerviosas que conducen impulsos eléctricos y permiten la comunicación entre el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) y el resto del organismo.

Tejidos y órganos
Se denomina tejido a una agrupación de células relacionadas entre sí, aunque no idénticas, que forman un conjunto para llevar a cabo funciones específicas. Cuando se analiza al microscopio una muestra de tejido (biopsia), se observan diversos tipos de células, aunque el interés del médico se centre en un tipo determinado.

El tejido conectivo, resistente y frecuentemente fibroso, tiene la función de mantener la estructura corporal unida y darle soporte. Se encuentra en casi todos los órganos aunque la mayor parte se halla en la piel, los tendones y los músculos. Las características del tejido conectivo y de los tipos de células que contiene varían según su localización.

Los órganos desempeñan las funciones del organismo y cada órgano está provisto de una estructura diferenciada capaz de desarrollar funciones específicas. Es el caso del corazón, los pulmones, el hígado, los ojos y el estómago. Distintos tejidos y, por lo tanto diversas células, intervienen en la constitución de un órgano. El corazón está formado por tejido muscular que al contraerse produce la circulación de la sangre; también está constituido por tejido fibroso que forma las válvulas y por células especiales que controlan la frecuencia y el ritmo cardíacos. El globo ocular está formado por células musculares que abren o contraen la pupila, por células transparentes que constituyen el cristalino y la córnea, y por otras que producen fluidos que ocupan el espacio entre la córnea y el cristalino. También está formado por células fotosensibles y células nerviosas que llevan los impulsos al cerebro. Incluso un órgano tan simple en apariencia como la vesícula biliar contiene distintas células. Unas son las células de revestimiento interior resistentes a los efectos irritantes de la bilis, otras son las musculares, que se contraen para expulsar la bilis, y otras las que forman la pared externa fibrosa que contiene la vésicula.
Interior de la célula
Si bien existen distintos tipos de células, la mayoría posee los mismos componentes. Una célula consta de un núcleo, un citoplasma y la membrana celular; ésta constituye su límite y regula los intercambios con el exterior. El núcleo controla la producción de proteínas y contiene cromosomas, el material genético de la célula, y un nucléolo que produce ribosomas. El citoplasma es un material fluido con organelas, las cuales se consideran los órganos de la célula. Por su parte, el retículo endoplasmático transporta materiales en el interior de la célula. Los ribosomas producen proteínas, que son agrupadas por el aparato de Golgi a fin de que abandonen la célula. Las mitocondrias generan la energía necesaria para las actividades celulares. Los lisosomas contienen enzimas que pueden descomponer las partículas que entran en la célula. Por ejemplo, ciertos glóbulos blancos (una variedad de las células de la sangre) ingieren las bacterias que luego destruyen las enzimas lisosómicas. Por último, los centríolos participan en la división de la célula.
Sistemas orgánicos

Aunque un órgano en particular desempeñe funciones específicas, hay órganos que funcionan como parte de un grupo denominado sistema; es la unidad de organización en que se basa el estudio de la medicina, la clasificación de las enfermedades y la planificación de los tratamientos. En este Manual la exposición de los temas está organizada en unidades didácticas alrededor de este concepto.

El aparato cardiovascular es un ejemplo de un sistema. Está compuesto por el corazón (cardio) y por los vasos sanguíneos (vascular). Este sistema es el encargado de la circulación de la sangre. Otro ejemplo es el aparato digestivo que se extiende desde la boca hasta el ano; recibe los alimentos, los digiere y elimina los residuos en las heces. Está formado por el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso, que movilizan los alimentos. También incluye órganos como el páncreas, el hígado y la vesícula biliar, los cuales producen enzimas digestivas, eliminan sustancias tóxicas y almacenan las sustancias necesarias para la digestión. El sistema musculosquelético está formado por huesos, músculos, ligamentos, tendones y articulaciones que, en su conjunto, sostienen y dan movilidad al cuerpo.

La función de un sistema está relacionada con la de otros sistemas. A modo de ejemplo, el aparato digestivo necesita más sangre para realizar sus funciones cuando se ingiere una comida abundante y para ello recurrirá a los sistemas cardiovascular y nervioso. En este caso, los vasos sanguíneos del aparato digestivo se dilatan para transportar más sangre, al tiempo que el cerebro recibe impulsos nerviosos indicándole que hay un aumento de trabajo. Es más, el aparato digestivo estimula de forma directa el corazón mediante impulsos nerviosos y sustancias químicas liberadas en el flujo sanguíneo. El corazón responde con una mayor irrigación sanguínea; el cerebro, por su parte, reduce la sensación de apetito, aumenta la de saciedad y disminuye el interés por realizar actividades que supongan un gasto energético.

La comunicación entre órganos y sistemas es fundamental ya que permite regular el funcionamiento de cada órgano de acuerdo con las necesidades generales del organismo. El corazón debe saber si el cuerpo está en reposo para reducir el ritmo cardíaco y aumentarlo cuando los órganos requieran más sangre. Los riñones necesitan saber si existe un exceso o un defecto de líquido en el organismo, para proceder a su eliminación en la orina o a su conservación cuando el cuerpo está deshidratado.

Las constantes biológicas se mantienen gracias a la comunicación. Gracias a este equilibrio, que se denomina homeostasis, no existe ni exceso ni defecto en el funcionamiento de los órganos y cada uno facilita las funciones de los demás.

La comunicación necesaria para la homeostasis se produce a través del sistema nervioso o mediante estímulos de sustancias químicas. La compleja red de comunicación que regula las funciones corporales está controlada, en su mayoría, por el sistema nervioso autónomo. Este sistema funciona sin que la persona tenga consciencia de ello y sin que se perciba una señal evidente de que está actuando.

Se denominan transmisores a las sustancias químicas utilizadas en la comunicación. Las hormonas son transmisores producidos por un órgano, que viajan hacia otros órganos a través de la sangre. Los transmisores que conducen los mensajes a distintas partes del sistema nervioso se denominan neurotransmisores.

La hormona adrenalina es uno de los transmisores más conocidos. Cuando alguien se encuentra de manera repentina ante una situación de estrés o de miedo, el cerebro envía un mensaje a las glándulas suprarrenales para que de inmediato liberen la adrenalina; esta sustancia química pone rápidamente al organismo en estado de alerta para que pueda reaccionar de manera adecuada al estímulo. El corazón late más rápido y con más intensidad, las pupilas se dilatan para recibir más luz, la respiración se acelera y la actividad del aparato digestivo disminuye para permitir que llegue más sangre a los músculos. El efecto es rápido e intenso.

Otras comunicaciones químicas son menos espectaculares pero igual de efectivas. A este respecto, cuando el cuerpo se deshidrata y por lo tanto necesita más agua, decrece el volumen de sangre que circula por el sistema cardiovascular. Esta disminución la perciben los receptores de las arterias del cuello que responden enviando impulsos a través de los nervios hacia la hipófisis, una glándula situada en la base del cerebro, que produce entonces la hormona antidiurética, la que a su vez estimula al riñón para que disminuya la producción de orina y retenga más agua. Simultáneamente, la sensación de sed que se percibe en el cerebro estimula la ingestión de líquidos.

El cuerpo además está dotado de un grupo de órganos, el sistema endocrino, cuya función principal es la de producir hormonas que regulen el funcionamiento de los demás órganos. La glándula tiroides produce la hormona tiroidea que controla el ritmo metabólico (velocidad de las funciones químicas del cuerpo), el páncreas produce la insulina, que controla el consumo de azúcares, y las glándulas suprarrenales producen la adrenalina, que estimula a varios órganos y prepara al organismo para afrontar el estrés.

Barreras externas e internas

Por extraño que parezca, no es fácil definir qué es lo que está dentro o fuera del cuerpo ya que éste tiene varias superficies. La piel como tal es en realidad un sistema que forma una barrera que impide la entrada de sustancias nocivas en el organismo. Aunque lo cubra una fina capa de piel, el canal auditivo se considera como una parte interior del cuerpo porque penetra en la profundidad de la cabeza. El aparato digestivo es un largo tubo que comienza en la boca, serpentea a lo largo del cuerpo y desemboca en el ano; no es fácil determinar si los alimentos que se absorben parcialmente a medida que pasan por este tubo se encuentran dentro o fuera del cuerpo. De hecho, los nutrientes y líquidos no están en el interior del organismo hasta el momento en que son absorbidos y entran en el flujo sanguíneo.

El aire entra por la nariz y la garganta pasando por la tráquea hasta las extensas ramificaciones de las vías respiratorias pulmonares (bronquios). Podríamos preguntarnos en qué punto este sistema de conducción deja de ser exterior para convertirse en interior, puesto que el oxígeno que está dentro de los pulmones no es útil para el cuerpo hasta que no pasa al flujo sanguíneo. Para ello, el oxígeno debe atravesar una fina capa de células que recubren los pulmones y que actúan como barrera contra los virus y las bacterias que contiene el aire inspirado, como los gérmenes de la tuberculosis. Sin embargo, estos microorganismos no producen trastornos a menos que penetren en las células o en el flujo sanguíneo. La mayoría de los organismos infecciosos no causan enfermedades gracias a varios mecanismos de protección que tienen los pulmones, como los anticuerpos que combaten las infecciones y las células ciliadas que expulsan los desechos de las vías respiratorias.


Además de separar el exterior del interior, las superficies del cuerpo mantienen en su lugar las sustancias y estructuras del cuerpo, haciendo que funcionen correctamente. Es evidente que los órganos internos no flotan en un charco de sangre, sino que ésta circula normalmente dentro de los vasos sanguíneos. Si la sangre sale de los vasos sanguíneos hacia otras partes del cuerpo (hemorragia), se pueden producir lesiones graves, y no sólo porque deja de llevar oxígeno y nutrientes a los tejidos. A modo de ejemplo, una hemorragia muy pequeña en el cerebro destruye parte del tejido cerebral ya que no puede extenderse más allá de los límites del cráneo; en cambio, una cantidad similar de sangre en el abdomen no destruye los tejidos.

La saliva es importante en la boca, pero puede causar daños significativos si es aspirada por los pulmones. El ácido clorhídrico producido por el estómago rara vez produce daños en este órgano pero puede quemar y lesionar el esófago si fluye en dirección contraria. También puede dañar otros órganos si se escapa a través de la pared del estómago. Por último, las heces, la parte no digerida de los alimentos que se expulsa por el ano, pueden causar infecciones peligrosas cuando pasan a través de la pared del intestino hacia el interior de la cavidad abdominal.

Anatomía y enfermedad

El diseño del cuerpo humano es admirable. La mayoría de sus órganos dispone de una buena capacidad adicional o de reserva; de hecho funcionan de forma adecuada aunque estén deteriorados. Por ejemplo, se tendrían que destruir más de dos tercios del hígado antes de que se produjeran consecuencias graves. Una persona puede sobrevivir a la extirpación quirúrgica de un pulmón, siempre que el funcionamiento del otro sea normal. Sin embargo, otros órganos no pueden funcionar adecuadamente si llegan a sufrir leves trastornos. Si un ictus destruye una pequeña cantidad del tejido nervioso en determinadas regiones del cerebro, la persona puede quedar incapacitada para hablar, mover una extremidad o mantener el equilibrio. Un infarto de miocardio destruye el tejido cardíaco y puede causar un leve deterioro en su capacidad para bombear la sangre; puede también causar la muerte.

Si bien es cierto que las enfermedades afectan a la anatomía del organismo, también los cambios en la anatomía pueden causar enfermedades. Tumores como el cáncer destruyen directamente el tejido sano o lo comprimen hasta que acaban destruyéndolo. Si se obstruye o interrumpe el flujo de sangre hacia un tejido, éste se destruye (infarto), como en un ataque cardíaco (infarto de miocardio) o un ictus (infarto cerebral).

Dada la estrecha relación entre la enfermedad y sus repercusiones anatómicas, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades se apoyan principalmente en los métodos para observar el interior del cuerpo. Los rayos X fueron el primer descubrimiento importante que permitió observar el interior del cuerpo y examinar los órganos sin necesidad de una intervención quirúrgica. La tomografía computadorizada (TC) es otro importante adelanto que asocia los rayos X con el computador. Una TC produce imágenes detalladas y bidimensionales de las estructuras internas.

Entre los métodos para observar las estructuras internas a través de la imagen también cabría destacar la ecografía, basada en la utilización de ondas sonoras (ultrasonidos); la resonancia magnética (RM), que se basa en el movimiento de los átomos dentro de un campo magnético; la gammagrafía o las imágenes que proporciona ésta gracias a la utilización de isótopos radiactivos (para ello se inyectan en el cuerpo elementos químicos radiactivos). Todas estas técnicas permiten observar el interior del cuerpo y, a diferencia de la cirugía, no son procedimientos invasivos.

La anatomía en este Manual

Dada la importancia de la anatomía en medicina, casi todas las secciones de este Manual empiezan por describir la anatomía de un sistema determinado. Las ilustraciones se centran en aquella parte de la anatomía que se esté tratando.

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Sunday, July 15, 2012

Belleza (Vocabulario)

Belleza

  1. f. Armonía y perfección que inspira admiración y deleite:
    las puestas de Sol en el mar son una belleza.
  2. Persona muy hermosa:
    Lucía es una belleza.

Belleza

  • hermosura, preciosidad, lindeza, lindura, guapura, delicadeza, divinidad, encanto, atractivo, esplendor, finura, gracia, graciosidad, magnificencia, perfección, sublimidad, gallardía, primor
    • Antónimos: fealdad, deformidad, antiestética

Improve Brain Health Now: Easy Steps


We can sum­ma­rize a lot of research by say­ing that there are four essen­tial pil­lars to main­tain­ing a healthy brain that func­tions bet­ter now and lasts longer. Those pil­lars are:
  • 1) Phys­i­cal Exercise
  • 2) Men­tal Exercise
  • 3) Good Nutrition
  • 4) Stress Management
Great … now what?! How do you develop a healthy lifestyle that includes all four pil­lars? Let’s look at each one.

1. Phys­i­cal Exer­cise
  • - Start by talk­ing to your doc­tor, espe­cially if you are not cur­rently phys­i­cally active, have spe­cial health con­cerns, or are mak­ing sig­nif­i­cant changes to your cur­rent program.
  • - Set a goal that you can achieve. Do some­thing you enjoy for even just 15 min­utes a day. You can always add more time and activ­i­ties later.
  • - Sched­ule exer­cise into your daily rou­tine. It will be become a habit faster if you do.
  • - If you can only do one thing, do some­thing car­dio­vas­cu­lar, mean­ing some­thing that gets your heart beat­ing faster. This includes walk­ing, run­ning, ski­ing, swim­ming, bik­ing, hik­ing, ten­nis, bas­ket­ball, play­ing tag, ulti­mate Fris­bee, and other sim­i­lar sports/activities.
2. Men­tal Exer­cise
  • - Be curi­ous! Get to know your local library and com­mu­nity col­lege, look for local orga­ni­za­tions or churches that offer classes or workshops
  • - Do a vari­ety of things, includ­ing things you aren’t good at (if you like to sing, try paint­ing too)
  • - Work puz­zles like cross­words and sudoku or play games like chess and bridge
  • - Try a com­put­er­ized brain fit­ness pro­gram for a cus­tomized workout
  • - If you can only do one thing, learn some­thing new every day
3. Good Nutri­tion
  • - Eat a vari­ety of foods of dif­fer­ent col­ors with­out a lot of added ingre­di­ents or processes
  • - Plan your meals around your veg­eta­bles, and then add fruit, pro­tein, dairy, and/or grains
  • - Add some cold-water fish to your diet (tuna, salmon, mack­erel, hal­ibut, sar­dines, and her­ring) which con­tain omega-3 fatty acids
  • - Learn what a portion-size is, so you don’t overeat
  • - Try to eat more foods low on the Glycemic Index
  • - If you can only do one thing, eat more veg­eta­bles, par­tic­u­larly leafy green ones
4. Stress Man­age­ment
  • - Get reg­u­lar car­dio­vas­cu­lar exercise
  • - Try to get enough sleep each night
  • - Keep con­nected with your friends and family
  • - Prac­tice med­i­ta­tion, yoga, or some other calm­ing activ­ity as way to take a relax­ing time-out (maybe a bath)
  • - Try train­ing with a heart rate vari­abil­ity sen­sor, like the one in emWave (for­merly known as Freeze-Framer)
  • - If you can only do one thing, set aside 5–10 min­utes to just breathe deeply and recharge

Aladdin & Company

"But the feeble hands and helpless,
 Groping blindly in the darkness,
 Touch God's right hand in that darkness,
 And are lifted up and strengthened."
                          —Longfellow.
It is not always the man who struggles hardest who gets on in the world. It is the direction as well as the energy of struggle that counts in making progress. To get ahead—you must swim with the tide. Men prosper and succeed who work in accord with natural forces. A given amount of effort with these forces carries a man faster and farther than much more effort used against the current. Those who work blindly, regardless of these forces, make life difficult for themselves and rarely prosper.
It has been estimated by wise observers that on the average something like 90 per cent of the factors producing success or failure lie outside a man's conscious efforts—separate from his daily round of details. To the extent that he cooperates with the wisdom and power of Universal Mind he is successful, well and happy. To the extent that he fails to cooperate, he is unsuccessful, sick and miserable.

All down the ages some have been enabled to "taste and see that the Lord is good." Prophets and Seers being blessed with the loving kindness of God, have proclaimed a God of universal goodness, saying: "The earth is full of the goodness of the Lord"; "Thou wilt show me the path of life; in Thy presence is fullness of joy."

Now we know that this Infinite Good is not more available to one than it is to all. We know that the only limit to it is in our capacity to receive. If you had a problem in mathematics to work out, you would hardly gather together the necessary figures and leave them to arrange themselves in their proper sequence. You would know that while the method for solving every problem has been figured out, you have got to work it. The principles are there, but you have got to apply them.

The first essential is to understand the principle—to learn how it works—how to use it. The second—and even more important part—is to APPLY that understanding to the problem in hand.

In the same way, the Principle of Infinite Energy, Infinite Supply, is ever available. But that Energy, that Supply,is static. You've got to make it dynamic. You've got to understand the law. You've got to apply your understanding in order to solve your problems of poverty, discord, disease.

Science shows that it is possible to accomplish any good thing. But distrust of your ability to reach the goal desired often holds you back and failure is the inevitable result.

Only by understanding that there is but one power—and that this power is Mind, not circumstances or environment—is it possible to bring your real abilities to the surface and put them to work.

Few deny that intelligence governs the universe. It matters not whether you call this intelligence Universal Mind or Providence or God or merely Nature. All admit Its directing power. All admit that It is a force for good, for progress.

But few realize that our own minds are a part of this Universal Mind in just the same way that the rays of the sun are part of the sun.

If we will work in harmony with It, we can draw upon Universal Mind for all power, all intelligence, in the same way that the sun's rays draw upon their source for the heat and light they bring the earth.

It is not enough to know that you have this power. You must put it into practice—not once, or twice, but every hour and every day. Don't be discouraged if at first it doesn't always work. When you first studied arithmetic, your problems did not always work out correctly, did they? Yet you did not on that account doubt the principle of mathematics. You knew that the fault was with your methods, not with the principle. It is the same in this. The power is there. Correctly used, it can do anything.

All will agree that the Mind which first brought the Life Principle to this earth—which imaged the earth itself and the trees and the plants and the animals—is all-powerful. All will agree that to solve any problem, to meet any need, Mind has but to realize the need and it will be met. What most of us do not understand or realize is that we ourselves, being part of Universal Mind, have this same power. Just as the drop of water from the ocean has all the properties of the great bulk of the water in the ocean. Just as the spark of electricity has all the properties of the thunderbolt. And having that power, we have only to realize it and use it to get from life any good we may desire.

In the beginning all was void—space—nothingness. How did Universal Mind construct the planets, the firmaments, the earth and all things on and in it from this formless void? By first making a mental image on which to build.

That is what you, too, must do. You control your destiny, your fortune, your happiness to the exact extent to which you can think them out, VIZUALIZE them, SEE them, and allow no vagrant thought of fear or worry to mar their completion and beauty. The quality of your thought is the measure of your power. Clear, forceful thought has the power of attracting to itself everything it may need for the fruition of those thoughts. As W. D. Wattles puts it in his "Science of Getting Rich":

"There is a thinking stuff from which all things are made and which, in its original state, permeates, penetrates, and fills the interspaces of the universe. A thought in this substance produces the thing that is imagined by the thought. Man can form things in his thought, and, by impressing his thought upon formless substance, can cause the thing he thinks about to be created."

The connecting link between your conscious mind and the Universal is thought, and every thought that is in harmony with progress and good, every thought that is freighted with the right idea, can penetrate to Universal Mind. And penetrating to it, it comes back with the power of Universal Mind to accomplish it. You don't need to originate the ways and means. The Universal Mind knows how to bring about any necessary results. There is but one right way to solve any given problem. When your human judgment is unable to decide what that one right way is, turn to Universal Mind for guidance.

You need never fear the outcome, for if you heed its advice you cannot go wrong.

Always remember—your mind is but a conductor—good or poor as you make it—for the power of Universal Mind. And thought is the connecting energy. Use that conductor, and you will improve its conductivity. Demand much, and you will receive the more. The Universal is not a niggard in any of its gifts. "Ask and ye shall receive, seek and ye shall find, knock and it shall be opened unto you."

That is the law of life. And the destiny of man lies not in poverty and hardship, but in living up to his high estate in unity with Universal Mind, with the power that governs the universe.

To look upon poverty and sickness as sent by God and therefore inevitable, is the way of the weakling. God never sent us anything but good. What is more, He has never yet failed to give to those who would use them the means to overcome any condition not of His making. Sickness and poverty are not of His making. They are not evidences of virtue, but of weakness. God gave us everything in abundance, and he expects us to manifest that abundance. If you had a son you loved very much, and you surrounded him with good things which he had only to exert himself in order to reach, you wouldn't like it if he showed himself to the world half-starved, ill-kempt and clothed in rags, merely because he was unwilling to exert himself enough to reach for the good things you had provided. No more, in my humble opinion, does God.

Man's principal business in life, as I see it, is to establish a contact with UniversalMind. It is to acquire an understanding of this power that is in him. "With all thy getting, get understanding," said Solomon. 

"Happy is the man that findeth wisdom,
 And the man that getteth understanding.
 For the gaining of it is better than the gaining of silver.
 And the profit thereof than fine gold.
 She is more precious than rubies:
 And none of the things thou canst desire are to be compared unto her.
 Length of days is in her right hand:
 In her left hand are riches and honor.
 Her ways are ways of pleasantness,
 And all her paths are peace.
 She is a tree of life to them that lay hold upon her.
 And happy is every one that retaineth her."
                                        —Proverbs.
When you become conscious, even to a limited degree, of your one-ness with Universal Mind, your ability to call upon It at will for anything you may need, it makes a different man of you. Gone are the fears, gone are the worries. You know that your success, your health, your happiness will be measured only by the degree to which you can impress, the fruition of your desires upon mind.

The toil and worry, the wearisome grind and the back-breaking work, will go in the future as in the past to those who will not use their minds. The less they use them, the more they will sweat. And the more they work only from the neck down, the less they will be paid and the more hopeless their lot will become. It is Mind that rules the world.

But to use your mind to the best advantage doesn't mean to toil along with the mere conscious part of it. It means hitching up your conscious mind with the Man Inside You, with the little "Mental Brownies," as Robert Louis Stevenson called them, and then working together or a definite end. "My Brownies! God bless them!" said Stevenson, "Who do one-half of my work for me when I am fast asleep, and in all human likelihood do the rest for me as well when I am wide awake and foolishly suppose that I do it myself. I had long been wanting to write a book on man's double being. For two days I went about racking my brains for a plot of any sort, and on the second night I dreamt the scene in Dr. Jekyll and Mr. Hyde at the window; and a scene, afterward split in two, in which Hyde, pursued, took the powder and underwent the change in the presence of his pursuer."

Many another famous writer has spoken in similar strain, and every man who has problems to solve has had like experiences. You know how, after you have studied a problem from all angles, it sometimes seems worse jumbled than when you started on it. Leave it then for a while—forget it—and when you go back to it, you find your thoughts clarified, the line of reasoning worked out, your problem solved for you. It is your little "Mental Brownies" who have done the work for you!

The flash of genius does not originate in your own brain. Through intense concentration you've established a circuit through your subconscious mind with the Universal, and it is from It that the inspiration comes. All genius, all progress, is from the same source. It lies with you merely to learn how to establish this circuit at will so that you can call upon It at need. It can be done.

“In the Inner Consciousness of each of us,” quotes Dumont in "The Master Mind,” “there are forces which act much the same as would countless tiny mental brownies or helpers who are anxious and willing to assist us in our mental work, if we will but have confidence and trust in them. This is a psychological truth expressed in the terms of the old fairy tales. The process of calling into service these Inner Consciousness helpers is similar to that which we constantly employ to recall some forgotten fact or name. We find that we cannot recollect some desired fact, date, or name, and instead of racking our brains with an increased effort, we (if we have learned the secret) pass on the matter to the Inner Consciousness with a silent command, 'Recollect this name for me,' and then go on with our ordinary work. After a few minutes—or it may be hours—all of a sudden, pop! will come the missing name or fact before us — flashed from the planes of the Inner Consciousness, by the help of the kindly workers or 'brownies' of those planes. The experience is so common that we have ceased to wonder at it, and yet it is a wonderful manifestation of the Inner Consciousness' workings of the mind. Stop and think a moment, and you will see that the missing word does not present itself accidentally, or 'just because.' There are mental processes at work for your benefit, and when they have worked out the problem for you they gleefully push it up from their plane on to the plane of the outer consciousness where you may use it.

“We know of no better way of illustrating the matter than by this fanciful figure of the 'mental brownies,' in, connection with the illustration of the 'subconscious storehouse.' If you would learn to take advantage of the work of these Subconscious Brownies, we advise you to form a mental picture of the Subconscious Storehouse in which is stored all sorts of knowledge that you have placed there during your lifetime, as well as the impressions that you have acquired by race inheritance—racial memory, in fact. The information stored away has often been placed in the storage rooms without any regard for systematic storing, or arrangement, and when you wish to find something that has been stored away there a long time ago, the exact place being forgotten, you are compelled to call to your assistance the little brownies of the mind, which perform faithfully your mental command, 'Recollect this for me!' These brownies are the same little chaps that you charge with the task of waking you at four o'clock tomorrow morning when you wish to catch an early train—and they obey you well in this work of the mental alarm-clock. These same little chaps will also flash into your consciousness the report, 'I have an engagement at two o'clock with Jones'—when looking at your watch you will see that it is just a quarter before the hour of two, the time of your engagement.

“Well then, if you will examine carefully into a subject which you wish to master, and will pass along the results of your observations to these Subconscious Brownies, you will find that they will work the raw materials of thought into shape for you in a comparatively short time. They will analyze, systematize, collate, and arrange in consecutive order the various details of information which you have passed on to them, and will add thereto the articles of similar information that they will find stored away in the recesses of your memory. In this way they will group together various scattered bits of knowledge that you have forgotten. And, right here, let us say to you that you never absolutely forget anything that you have placed in your mind. You may be unable to recollect certain things, but they are not lost—sometime later some associative connection will be made with some other fact, and lo I the missing idea will be found fitted nicely into its place in the larger idea—the work of our little brownies. Remember Thompson's statement: 'In view of having to wait for the results of these unconscious processes, I have proved the habit of getting together material in advance, and then leaving the mass to digest itself until I am ready to write about it.' This subconscious 'digestion' is really the work of our little mental brownies.

“There are many ways of setting the brownies to work. Nearly everyone has had some experience, more or less, in the matter, although often it is produced almost unconsciously, and without purpose and intent. Perhaps the best way for the average person—or rather the majority of persons—to get the desired results is for one to get as clear an idea of what one really wants to know—as clear an idea or mental image of the question you wish answered. Then after rolling it around in your mind—mentally chewing it, as it were—giving it a high degree of voluntary attention, you can pass it on to your Subconscious Mentality with the mental command: 'Attend to this for me—work out the answer!' or some similar order. This command may be given silently, or else spoken aloud—either will do. Speak to the Subconscious Mentality—or its little workers—just as you would speak to persons in your employ, kindly but firmly. Talk to the little workers, and firmly command them to do your work. And then forget all about the matter—throw it off your conscious mind, and attend to your other tasks. Then in due time will come your answer—flashed into your consciousness—perhaps not until the very minute that you must decide upon the matter, or need the information. You may give your brownies orders to report at such and such a time—just as you do when you tell them to awaken you at a certain time in the morning so as to catch the early train, or just as they remind you of the hour of your appointment, if you have them all well trained.”

Have you ever read the story by Richard Harding Davis of "The Man Who Could Not Lose?" In it the hero is intensely interested in racing. He has studied records and "dope" sheets until he knows the history of every horse back-ward and forward.

The day before the big race he is reclining in an easy chair, thinking of the morrow's race, and he drops off to sleep with that thought on his mind. Naturally, his subconscious mind takes it up, with the result that he dreams the exact outcome of the race.

That was mere fiction, of course, but if races were run solely on the speed and stamina of the horses, it would be entirely possible to work out the results in just that way. Unfortunately, other factors frequently enter into every betting game.

But the idea behind Davis’ story is entirely right. The way to contact with your subconscious mind, the way to get the help of the "Man Inside You" in working out any problem is:

First, fill your mind with every bit of information regarding that problem that you can lay your hands on.

Second, pick out a chair or lounge or bed where you can recline in perfect comfort, where you can forget your body entirely.

Third, let your mind dwell upon the problem for a moment, not worrying, not fretting, but placidly, and then turn it over to the "Man Inside You." Say to him—"This is your problem. You can do anything. You know the answer to everything. Work this out for me!" And utterly relax. Drop off to sleep, if you can. At least, drop into one of those half-sleepy, half-wakeful reveries that keep other thoughts from obtruding upon your consciousness. Do as Aladdin did—summon your Genie, give him your Orders, then forget the matter, secure in the knowledge that he will attend to it for you. When you waken, you will have the answer!

For whatever thought, whatever problem you can get across to your subconscious mind at the moment of dropping off to sleep, that "Man Inside You," that Genie-of-your-Mind will work out for you.

Of course, not everyone can succeed in getting the right thought across to the subconscious at the first or the second attempt. It requires understanding and faith, just as the working out of problems in mathematics requires an understanding of and faith in the principles of mathematics. But keep on trying, and you WILL do it. And when you do, the results are sure.

If it is something that you want, VISUALIZE it first in your mind's eye, see it in every possible detail, see yourself going through every move it will be necessary for you to go through when your wish comes into being. Build up a complete story, step by step, just as though you were acting it all out. Get from it every ounce of pleasure and satisfaction that you can. Be thankful for this gift that has come to you. Then relax; go on to sleep if you can; give the "Man Inside You" a chance to work out the consummation of your wish without interference.

When you waken, hold it all pleasurably in thought again for a few moments. Don't let doubts and fears creep in, but go ahead, confidently, knowing that your wish is working itself out. Know this, believe it—and if there is nothing harmful in it, IT WILL WORK OUT!
For somewhere in Universal Mind there exists the correct solution of every problem. It matters not how stupendous and complicated, nor how simple a problem may appear to be. There always exists the right solution in Universal Mind. And because this solution does exist, there also exists the ability to ascertain and to prove what that solution is. You can know, and you can do, every right thing. Whatever it is necessary for you to know, whatever it is necessary for you to do, you can know and you can do, if you will but seek the help of Universal Mind and be governed by its suggestions.

Try this method every night for a little while, and the problem does not exist that you cannot solve.


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