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Saturday, April 7, 2012

EL INCREMENTO DE LA CAPACIDAD CREATIVA

La facultad creativa se hace más alerta y receptiva a factores que se originan fuera del subconsciente del individuo, y ello sucede en mayor medida cuanto más se la utiliza, más se basa en ella el individuo y más le plantea exigencias de impulsos para el pensamiento. Esta facultad se puede cultivar y desarrollar sólo a través del uso.

Aquello que conocemos como «conciencia» opera por completo a través de la facultad del sexto sentido. Los grandes artistas, escritores, músicos y poetas llegaron a serlo porque adquirieron la costumbre de confiar en «la pequeña voz silenciosa» que nos habla desde dentro a través de la facultad de la imaginación creativa. Se trata de un hecho bien conocido por las personas que poseen una imaginación «aguda» el que sus mejores ideas proceden de los denominados «presentimientos».
 
Hay un gran orador que no alcanza la grandeza hasta que no cierra los ojos y empieza a confiar por completo en la facultad de la imaginación creativa. Cuando se le preguntó por qué cerraba los ojos justo antes del clímax de su oratoria, contestó: «Lo hago porque entonces hablo a través de ideas que me llegan desde fuera de mí».
 
Uno de los financieros mejor conocidos y de mayor éxito de Estados Unidos tenía el hábito de cerrar los ojos durante dos o tres minutos antes de tomar una decisión. Cuando se le preguntó por qué lo hacía, contestó:

«Con los ojos cerrados soy capaz de usar una fuente de inteligencia superior».

Thursday, January 26, 2012

12.03 Abundancia Divina (Parte III)

 

Para atraer dinero, enfócate en la riqueza. Es imposible atraer más dinero a tu vida cuando te enfocas en la falta del mismo.

Saturday, January 21, 2012

12.02 Abundancia Divina (Parte II)


 

SÍNTOMAS DEL TEMOR A LA POBREZA



Indiferencia. Suele expresarse a través de una falta de ambición; de una predisposición a tolerar la pobreza; de una aceptación, sin protestar, de toda aquella compensación que la vida pueda ofrecer; de una pereza mental y física; de una falta de iniciativa, imaginación, entusiasmo y autocontrol.

Indecisión. El hábito de permitir que los demás piensen por uno. El de mantenerse «al margen».
 
Duda. Expresada generalmente por medio de justificaciones y excusas diseñadas para encubrirse, rechazar con explicaciones, o disculpar los propios errores, lo que a veces se expresa en forma de envidia hacia aquellos que han alcanzado el éxito, o bien se los critica.
 
Preocupación. Suele expresarse por el descubrimiento de faltas en los otros, una tendencia a gastar más de los ingresos propios, un descuido del aspecto personal, la burla y el fruncimiento de cejas; la intemperancia en el uso de las bebidas alcohólicas y, a veces, en el uso de narcóticos; nerviosismo, falta de severidad y de autoconciencia.
 
Precaución excesiva. La costumbre de mirar el lado negativo de toda circunstancia, de pensar y hablar de posible fracaso, en lugar de concentrarse en los medios para alcanzar el éxito. Se conocen todos los caminos que conducen al desastre, pero nunca se buscan los planes precisos para evitarlo. Se espera «el momento adecuado» para empezar a poner en acción ideas y planes, hasta que la espera se transforma en un hábito permanente. Se recuerda a aquellos que han fracasado, y se olvida a los que han tenido éxito. Se ve el agujero del donuts, pero no se ve el donuts. Es el pesimismo, que conduce a la indigestión, al estreñimiento, a la autointoxicación, a la mala respiración y a una mala disposición.
 
Dilación. La costumbre de dejar para mañana aquello que se debería haber hecho el año anterior. Pasarse mucho tiempo buscando justificaciones y excusas para no realizar el trabajo. Este síntoma se halla estrechamente relacionado con el de la precaución excesiva, la duda y la preocupación. La negativa a aceptar la responsabilidad siempre que ésta se pueda evitar. La voluntad de encontrar un compromiso, en lugar de levantarse y luchar a pie firme. El comprometerse con las dificultades, en lugar de dominarlas y utilizarlas como peldaños para seguir subiendo. 

El intentar conseguir gangas de la vida, en lugar de exigir prosperidad, opulencia, riquezas, satisfacción y felicidad. Planificar lo que se ha de hacer sólo cuando se ha producido el fracaso, en lugar de quemar todas las naves y hacer que la retirada sea imposible. La debilidad de la confianza en uno mismo, y, a menudo, la total ausencia de la misma, así como de la definición de propósito, autocontrol, iniciativa, entusiasmo, ambición, frugalidad y una sana habilidad para el razonamiento. El esperar la pobreza, en lugar de exigir la riqueza. El asociarse con aquellos que aceptan la pobreza, y no buscar la compañía de quienes exigen y reciben la riqueza.
 

EL DINERO HABLA


Algunos preguntarán: «¿Por qué ha escrito un libro sobre el dinero? ¿Por qué medir las riquezas en dólares?». Algunos pensarán que hay otras formas de riqueza mucho más deseables que el dinero, y tendrán razón. Sí, hay riquezas que no pueden medirse en términos monetarios, pero millones de personas dirán:

«Dame todo el dinero que necesito, y yo me encargaré de encontrar aquello que deseo».

La razón principal por la que he escrito este libro es porque millones de hombres y mujeres se encuentran paralizados por el temor a la pobreza. Lo que esa clase de temor es capaz de hacerle a uno fue muy bien descrito por Westbrook Pegler:
El dinero no es más que conchas de almejas, o discos de metal o trozos de papel, y hay tesoros del corazón y del alma que el dinero no puede comprar, pero la mayoría de la gente sin dinero es incapaz de tenerlo en cuenta y sostener su espíritu. Cuando un hombre se encuentra en lo más bajo, está en la calle y es incapaz de conseguir trabajo, a su espíritu le sucede algo que se refleja en la caída de sus hombros, la forma de llevar el sombrero, su modo de caminar y su mirada. No puede escapar a una sensación de inferioridad con respecto a la gente que tiene un empleo seguro, aun cuando sepa que esas personas no son sus iguales en carácter, inteligencia o habilidad.

Por su parte, los demás, incluso sus amigos, experimentan una sensación de superioridad y lo consideran una víctima, quizá de una manera in consciente. Tal vez ese hombre pida prestado durante un tiempo, pero no el suficiente como para continuar con la vida a la que está acostumbrado, y tampoco podrá continuar pidiendo durante mucho tiempo. Pero pedir, aun cuando sea para vivir, es una experiencia deprimente y al dinero así obtenido le falta el poder que el dinero ganado con su propio esfuerzo tiene. Evidentemente, nada de esto se aplica a los zánganos y los pordioseros, sino sólo a los hombres con ambiciones normales y que se respetan a sí mismos.

Las mujeres que se encuentran en la misma situación son algo diferentes. De algún modo, no las consideramos como personas marginadas. Raras veces viven en la miseria o piden por las calles, y cuando se encuentran entre la gente, no se las reconoce por las mismas señales que identifican a los hombres mendigos.

Desde luego, no me refiero a las harapientas de la gran ciudad, que son la parte opuesta de los vagabundos masculinos confirmados. Me refiero a mujeres bastante jóvenes, decentes y con inteligencia. Tiene que haber muchas mujeres así, pero su desesperación no resulta tan evidente. Quizá se suiciden.

Cuando un hombre se encuentra sin dinero y desempleado, dispone de tiempo para lamentarse. Es posible que viaje muchos kilómetros para buscar un trabajo y descubra que el puesto ha sido ocupado ya, o que sólo se trata de uno de esos puestos sin salario fijo, con sólo una comisión sobre las ventas de algún cachivache inútil que nadie compraría, excepto por piedad. El hombre vuelve a encontrarse en la calle, sin un sitio al que ir, excepto a cualquier parte. Así que camina, y camina. Contempla los escaparates de las tiendas, observa lujos que no son para él; se siente inferior y deja paso a otras personas que se detienen a mirar con un interés activo. Deambula por la estación, y entra en la biblioteca para descansar los pies y calentarse un poco, pero eso no es lo mismo que buscar un trabajo, de modo que no tarda en reanudar la marcha. Es posible que no lo sepa, pero su falta de objetivo le delatará aunque las líneas de su figura no lo hagan. Es posible que vaya bien vestido, con las ropas que le quedaron de cuando tenía un trabajo estable, pero esas ropas no sirven para ocultar su caída.

Ve a miles de otras personas a su alrededor, todas ellas ocupadas con sus trabajos, y las envidia desde lo más profundo de su alma. Todas tienen su independencia, su autorrespeto y su orgullo, y él no puede convencerse a sí mismo de que también es un buen hombre, por mucho que reflexione y llegue a un veredicto favorable hora tras hora.

Precisamente el dinero es lo que establece esta diferencia en él. Con un poco de dinero, volvería a ser él mismo.

Thursday, January 20, 2011

Los 12 mejores decretos para encontrar y mantener el amor


1. Soy merecedor (a) de tener a mi lado el amor de mi vida.

2. Estoy en proceso de atraer hacia mi a mi alma gemela

3. Irradio amor, magnetismo y seguridad por cada poro de mi cuerpo y hacia cada persona.

4. Mi alma gemela me está buscando como yo a ella; gracias Dios por permitir nuestro encuentro.

5. Doy gracias a la vida por darme la capacidad de amar y ser amado/a

6. Mi cuerpo y mi ser entero son un canal perfecto para la expresión del amor incondicional

7. El amor de mi vida está viniendo hacia mi en este momento

8. Los tiempos de Dios son perfectos, el amor de mi vida llega a mi en el momento divinamente perfecto.

9. Abro las puertas de mi corazón para mantener en mi vida el amor incondicional para siempre.

10. Elijo sentirme una persona digna de amar y ser amada

11. El amor verdadero llega a mi vida para quedarse.

12. Entre más amo incondicionalmente más amor llega a mi vida para quedarse

Thursday, January 13, 2011

Los 12 mejores decretos de salud y bienestar


1. Escucho los mensajes de mi cuerpo con amor.

2. Todos mis órganos funcionan en perfecta armonía en mi cuerpo saludable y funcional.

3. Mi cuerpo es una máquina perfecta creada por un ser perfecto y omnipotente

4. Mi bienestar es mi responsabilidad, por eso cuido mi cuerpo y mi mente con amor verdadero.

5. Yo soy merecedor de salud en cada parte de mi cuerpo

6. Mi cuerpo es un organismo balanceado y trabaja en perfecta armonía

7. De noche cuando duermo mi cuerpo se regenera con fortaleza y sabiduría

8. Por mi cuerpo fluye constantemente un manantial de perfección.

9. Atraigo hacia mi toda la salud y el bienestar que el universo tiene para ofrecerme.

10. Elijo desarrollar sólo actividades que contribuyan a la fortaleza de mi cuerpo y su perfecta salud

11.Tengo dentro de mi un poder sanador natural que se fortalece cada día más.

12. Cada célula de mi cuerpo es perfecta y armoniosa.
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