Limerencia (anglicismo proveniente de limerence) es un estado mental involuntario el cual es resultado de una atracción romántica
por parte de una persona hacia otra, combinada con una necesidad
imperante y obsesiva de ser respondido de la misma forma. La psicóloga Dorothy Tennov acuñó el término limerence en 1977, publicándolo en 1979 en su libro Love and Limerence: The Experience of Being in Love
("Amor y limerencia: la experiencia de estar enamorado"). Aquí, se
describe el concepto que resultó de su trabajo durante la década de los
60, al entrevistar a más de 500 personas sobre temas románticos. La
palabra en sí no tiene ninguna etimología concreta y fue elegida
solamente por su sonoridad.1
Posteriormente, la limerencia se ha definido respecto al trastorno obsesivo-compulsivo
como "un estado involuntario interpersonal que involucra pensamientos,
sentimientos y conductas obsesivas, compulsivas e invasivas que están
sujetas a una percibida reciprocidad emocional por parte del objeto de
interés".2
La limerencia puede en algunos casos ser exactamente lo que uno trata
de expresar cuando dice que está "locamente enamorado" (en inglés
"having a crush"), aunque este estado a diferencia de un enamoramiento a
primera vista puede durar meses o años. Se caracteriza por una gran
cantidad de pensamiento intrusivo
y pronunciada sensibilidad a eventos externos que pudieran reflejar la
disposición del objeto limerente hacia el individuo. Puede ser
experimentada como intensa alegría o como extrema desesperación,
pudiendo esto variar dependiendo de la situación respecto de la otra
persona.
Pensamientos intrusivos son los pensamientos no deseados
involuntarios, imágenes o ideas desagradables que pueden convertirse en
obsesiones, son molesto o preocupantes, y puede ser difícil de manejar o
eliminar.1
Cuando ellos están asociados con el trastorno obsesivo-compulsivo
(TOC), la depresión, el trastorno dismórfico del cuerpo (BDD), y algunas
veces el trastorno de hiperactividad y déficit de atención (ADHD), los
pensamientos pueden llegar a ser paralizantes, provocando ansiedad, o
persistentes. Los pensamientos intrusivos también pueden estar asociados
con la memoria episódica, las preocupaciones no deseados o recuerdos de
TOC,2 el trastorno de estrés postraumático, otros trastornos de ansiedad, trastornos de la alimentación, o la psicosis.3
Los pensamientos intrusivos, impulsos, e imágenes son de cosas
inapropiadas en veces inapropiadas, y que pueden dividirse en tres
categorías: "los pensamientos inapropiados agresivos, pensamientos
sexuales inapropiados, o pensamientos religiosos blasfemos".4
Urban legends or scary stories circulating on the Internet, many times revolving around specific videos, pictures or video games.[324]
The term "creepypasta" is a mutation of the term "copypasta": a short,
readily available piece of text that is easily copied and pasted into a
text field. "Copypasta" is derived from "copy/paste", and in its
original sense commonly referred to presumably initially sincere text
(e.g. a blog or forum post) perceived by the copy/paster as undesirable
or otherwise preposterous, which was then copied and pasted to other
sites as a form of trolling.
Ansiedad
- f. Estado de agitación o inquietud del ánimo:
tu llamada le produjo gran ansiedad.
- pat. Estado de angustia y temor que acompaña muchas enfermedades y que no permite el sosiego de quien la padece:
la ansiedad suele ser una secuela de la depresión.
Ansiedad
- desasosiego, intranquilidad, zozobra, angustia, ansia, congoja, desazón, inquietud, preocupación
La risa es una respuesta biológica producida por el organismo como respuesta a determinados estímulos. La sonrisa
se considera una forma suave y silenciosa de risa. Actualmente existen
diversas interpretaciones acerca de su naturaleza. Los estudios más
recientes, de gran repercusión, son los realizados desde 1999 por Robert Provine, neurobiólogo del comportamiento de la Universidad de Maryland, quien sostiene que la risa es un «balbuceo lúdico, instintivo, contagioso, estereotipado y de control subconsciente —o involuntario— que raramente se produce en soledad».1 En los seres humanos, la risa se inicia, en promedio, hacia los cuatro meses de edad, y, según los recientes estudios científicos, constituye una forma de comunicación innata heredada de los primates e íntimamente relacionada con el lenguaje.2
En cambio, para otros autores, como Charles R. Gruner, de la Universidad de Georgia
(1978), la risa es una reminiscencia o sinónimo del grito de triunfo
del luchador tras ganar a su adversario. Asegura que en todas las
manifestaciones de humor
existe un gesto de agresión, incluso en los casos más inocuos. Según
Gruner, «incluso un lactante se ríe, no como manifestación de
agradecimiento, sino porque consiguió lo que deseaba».3 El filósofo John Morreall (1983) sostiene que el origen biológico
de la risa humana pudo estar en una expresión compartida de alivio tras
pasar el peligro; la laxitud que sentimos tras reírnos puede ayudar a
inhibir la respuesta agresiva, convirtiendo la risa en un signo de conducta que indica confianza en los compañeros.4
Popularmente se la considera básicamente una respuesta a momentos o situaciones de humor, como expresión externa de diversión, y relacionada con la alegría y la felicidad, aunque la risa, según numerosos estudios, como los de Robert Provine, está motivada por un estímulo cómico en una minoría de los casos cotidianos.1 Suele aparecer, de forma más o menos simulada, como complemento emocional de los mensajes verbales, así como en situaciones de estrés o en conductas de tipo lúdico como las cosquillas.2