Saturday, April 21, 2012

Las ventajas de ser introvertido (emol.com)

Socialmente son rechazados por ser más solitarios, poco conversadores y aparentemente, más lentos. Pero algunos de ellos han sacado la voz para defender su personalidad, asegurar que son necesarios en una sociedad que es hiperactiva, y han querido compartir los rasgos de líder de la introspección.


“Yo soy una persona introvertida. Y, al igual que mis compañeros introvertidos, soy muy poco comprendida”, confiesa la escritora estadounidense, Sophia Dembling.

Que son raros, preocupantemente tímidos, sin voz ni voto y con poco poder de decisión y liderazgo. Los hombres y mujeres introvertidos han debido sufrir durante toda su vida una serie de prejuicios y críticas por ser reservados, poco entusiastas a participar de actividades multitudinarias y con un interés prácticamente nulo en sobresalir con bromas, espontaneidad y una buena historia, como lo haría su antónimo, el extrovertido.

“La introversión es estigmatizada”, continúa Dembling. “Los padres se preocupan si sus hijos prefieren jugar solos en sus piezas, en vez de unirse a los compañeros en el patio. A los adolescentes fanáticos de la lectura se les convence de salir de sus burbujas. Y los adultos son castigados si prefieren trabajar solos en vez de hacerlo como jugadores de un equipo”.

Las declaraciones de Dembling dieron inicio a “The Introvert's Corner” (El rincón del introvertido), en Psychology Today, un espacio dedicado a las personas introvertidas, en el que se les enseña a lidiar con la incomprensión de una sociedad que incentiva el histrionismo social.

“No soy tímida, socialmente torpe y de ninguna manera -que yo sepa- una inepta social. No odio a la gente, no soy antipática, no soy creída, y soy perfectamente capaz de mantener una conversación. Incluso soy capaz de hablar en público y lo hago con bastante frecuencia”, se defiende la escritora en nombre de todos los que comparten su forma de ser y se sienten igualmente incomprendidos.

Lo mismo hizo en enero pasado Susan Cain, una introvertida abogada norteamericana que se convirtió en escritora, justamente, para hablar a favor de los suyos. Es por eso que este año lanzó “Quiet: The power of introverts in a world that can’t stop talking” (Silencio: El poder de los introvertidos en un mundo que no puede parar de hablar).

Allí, no solo defiende a los introvertidos, sino que también justifica lo necesarios que son en la actualidad, como potenciales líderes y un ejemplo de disciplina gracias a sus rasgos naturales.

Ya en varios medios, Cain se ha preocupado de marcar la diferencia entre lo que es la introversión y la timidez, comentando que la primera prefiere ambientes tranquilos y menos estimulantes y la segunda es el temor a recibir un juicio negativo de las otras personas.

Asimismo, en The New York Times, Cain mencionó varios estudios en los que se comprobaba que debido a que destinan menos tiempo a sociabilizar, los introvertidos pasan más rato que el resto aprendiendo y, por ende, manejan más temas. Además, agregó que el aislamiento y la conexión con su yo interno había permitido a varios inventores y artistas a alcanzar el éxito, nombrando a Darwin, Einstein y hasta a la autora de Harry Potter, JK Rowling, como ejemplos.

“En vez de preocuparme por ser demasiado introvertida, me preocupa que nuestra cultura actual no sea lo suficientemente introvertida (donde) subestimamos dramáticamente los aspectos más tranquilos de nuestra naturaleza”, comentó la escritora para The Oprah Magazine.

Allí, Cain entregó seis consejos para potenciar el lado más tranquilo de cada persona y sacarle provecho a esos rasgos introvertidos que todos poseen.

-Habla con profundidad: Los introvertidos, prefieren tener menos conversaciones, pero que éstas profundicen un tema que les interese tanto a ellos como a su interlocutor. “Sigue su ejemplo”, aconseja Cain. “Un estudio del psicólogo de la Universidad de Arizona, Matthias Mehl, concluyó que la gente más feliz tiene más charlas profundas que las menos feliz”, comentó.

-Trabaja solo: “Los científicos han comenzado a reconocer que la soledad es un catalizador del desempeño de los expertos”, señaló la escritora, quien recordó los estudios acerca de la excelencia, realizados por el investigador K. Anders Ericsson.
En ellos, él explicaba que el trabajo en solitario obliga a una persona a realizar todo el esfuerzo para alcanzar una tarea. En cambio, al hacerlo en grupo, apenas hace una y no logra, por lo tanto, derribar  las barreras que le cuestan más superar.

-Lee más: Aunque a primera vista no se note, la lectura es otra forma de relacionarse con la gente, y, según Cain, se transforma en un profundo acto social al trasladar al lector dentro de la mente de otra persona, ya sea a la del personaje o del escritor.

Agrega que la lectura mejora las habilidades sociales y permite aumentar la comprensión de otros seres humanos.

-Aprende a escuchar: “Oír es la clave para un buen liderazgo”, asegura Cain. Estudios señalan que los subordinados de un jefe introvertido respetan más a su líder porque los escucha, les permite tomar la iniciativa y se muestra más dispuesto a considerar las sugerencias de ellos.

-Aléjate: Encuentra un refugio durante tu jornada. El baño, ese rincón poco transitado en tu trabajo, un asiento en la plaza cerca de las flores, cualquier sitio que te otorgue la soledad necesaria para conectarte unos minutos con tus sentimientos y reflexiones. Es importante tener esta instancia para recargarse a través de estos “minibreaks”.

-Usa la discreción para alcanzar tus metas: En vez de discutir, encuentra una manera calmada, que no hiera ni descargue furia y superioridad con gritos, de solucionar los problemas.

No es necesario buscar acuerdos en almuerzos concurridos, cuando puedes plantear tus ideas y proyectos en una charla más privada con alguien.

El profesor preston Ni de Foothill College lo llamó el “poder suave”, aquel que el tímido de Gandhi y la introvertida madre Teresa de Calcuta tenían para comprometer a las personas con su causa y avanzar en sus sueños.

“A largo plazo”, dice Cain, citando al profesor Ni, “si tu idea es buena y la mantienes en tu corazón, existe una ley casi universal: atraerás a personas que quieran compartir tu causa. El ‘poder suave’ es la persistencia discreta”.

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