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Thursday, June 5, 2014

¿Puede uno olvidarse del idioma materno? (BBC)


Bob Bergdahl incluso aprendió a hablar pashto, la lengua de los captores de su hijo, y cuando se confirmó el intercambio del sargento por cinco prisioneros de Guantánamo, Bob envió un mensaje en esa lengua a Bowe y a la gente de Afganistán.


La doctora Monika Schmid, profesora de Lingüística de la Universidad de Essex, en Reino Unido, le dijo a la BBC que algunas personas pasan décadas sin hablar o escuchar su lengua materna, pero conservan la capacidad de hablarla rápidamente si la circunstancia lo exige.


Pero otros pierden la fluidez de entender y comunicarse en su propio idioma.

La profesora de Lingüística sostiene que es muy extraño que alguien pierda completamente el manejo de su lengua, pero reconoció que algunas personas sufren una suerte de "desgaste de su lenguaje", es decir, tienen problemas para recordar algunas palabras o utilizan estructuras gramaticales extrañas o anticuadas.

Cuestión de edad

Una vez que uno pasa la pubertad, indica la doctora Schmid, el idioma de la infancia se ha estabilizado y cualquier efecto que tenga este "desgaste" se puede revertir si la persona vuelve a integrarse en un círculo donde se hable su lengua.

Pero niños de incluso 10 años no necesariamente tienen la capacidad de retener el lenguaje de su infancia.

En un estudio realizado en Francia con personas de 30 años que abandonaron Corea del Sur en su niñez y fueron adoptados por familias francesas, se descubrió que tenían la misma posibilidad de reconocer el idioma coreano que cualquier francés nativo que jamás escuchó el lenguaje de ese país.

Recuerdos para Bowe

Bowe tiene cientos de mensajes -en inglés- esperando por él en EE.UU.

Pero no se trata solo de una cuestión de edad.

La doctora Aneta Pavlenko, de la Universidad de Temple en Filadelfia, Estados Unidos, opina que a medida que nos sumergimos más profundamente en el estudio o el uso de un segundo lenguaje perdemos habilidades de manejar el primero, debido a que nuestras capacidades cognitivas son limitadas.

A pesar de que ella enseña ruso en la universidad estadounidense, recuerda que al regresar a su comunidad ruso parlante en Kiev, Ucrania, se había olvidado de cómo iniciar una conversación en su propio idioma en la oficina de correos.

Situaciones traumáticas

Es conocido que lesiones cerebrales pueden tener un impacto en la pérdida del lenguaje, pero traumas emocionales también pueden tener esta clase de efectos.

La doctora Schmid recuerda que entre los judíos alemanes que abandonaron su país durante el Holocausto, la pérdida del idioma alemán era más dramática cuando el dolor y el sufrimiento era peor.

Días atrás, tras pronunciar su mensaje en pashto, el padre de Bowe Bergdahl volvió a hablar en inglés para referirse justamente al trauma de su hijo.

"La complicada naturaleza de su recuperación nunca va a ser realmente comprendida", manifestó Bob Bergdahl.

Lo que se puede anticipar es que la capacidad de volver a hablar su propio idioma jugará un papel clave en esa recuperación.

Monday, April 15, 2013

Cinco consejos para las resoluciones de Año Nuevo (BBC)


Es la tradición de cada fin de año. Con las fiestas, las copas, los deseos de prosperidad, viene la firme decisión de los más resolutos de voltear la hoja e iniciar una vida más positiva, más saludable a través de un régimen de dieta y ejercicio.

Al lanzarse de lleno a esta resolución, sin embargo, es posible que en lugar de sentirse mejor, se empiecen a sentir peor. La razón podría estar tanto en la nueva actividad física como la alimentación.
Aunque encomendable, iniciar una rutina intensa de ejercicios y una nueva dieta podrían ser menos saludables de lo que se piensa -especialmente para los que sufren de alergias- si no se toman ciertas precauciones, dice un experto a BBC Mundo.

El doctor Richard Weber, presidente del Colegio Estadounidense de Alergias, Asma e Inmunología (ACAAI, por sus siglas en inglés) explica que ejercicios intensos pueden traer complicaciones respiratorias y ciertos organismos y productos alergénicos pueden ser motivos de alergias, salpullidos y otras reacciones.

A continuación, cinco consejos que el doctor Weber ofrece para entender el entorno y los síntomas qué pueden desatar una reacción contraria y cómo abordar una rutina activa pero saludable.

1. Ejercicio: conozca sus límites

Gimnasio
No hay por qué fijarse en lo que los otros hacen. Vaya a su propio ritmo.

Mucha gente se lanza con todo a empezar una rutina de ejercicios sin tomar en cuenta que el camino del sedentarismo a la actividad física intensa debe ser gradual. "Uno de los problemas de ir a un gimnasio es que queremos copiar lo que otros están haciendo -corriendo, pedaleando o saltando- y terminamos en dificultades", señaló el doctor Weber.
La respiración se acelera y el individuo puede quedar sin aliento. La situación se hace peor si se sufre de asma pues puede provocar un ataque severo.

No es que no se recomiende a los asmáticos no hacer ejercicio; un plan gradual puede acondicionar los pulmones para resistir más ejercicio y evitar la sensación de ahogamiento, pero si no ha habido preparación física, con la respiración rápida se pierde calor y humedad en el tracto respiratorio y esa combinación genera secreción de químicos y mediadores que fomentan el ataque asmático.

Siempre es bueno tener entusiasmo pero es mejor no sobrepasarse. Además de las dificultades con la respiración que se pueden presentar, la falta de costumbre a la actividad física causa dolor muscular al día siguiente.

"La gente se desalienta, se da por vencida rápidamente y abandona el ejercicio. Completamente lo opuesto a lo que se propusieron".

2. ¿Dieta?: piense en lo que va a comer

Los excesos con la dieta también pueden tener los mismo resultados negativos. Entre más drástica, más rápido es la tendencia a quebrarla. No hay que olvidar que, si se inicia una dieta al tiempo que una rutina de ejercicios, el cuerpo necesita el combustible apropiado así que no comer no es la clave.

Se trata de consumir alimentos saludables, que implica menos calorías, sustitución de grasas y carbohidratos por productos que son nuevos para el sistema. En ese sentido, el experto en alergias sugiere leer la información nutricional en el empaque con cuidado.
"Muchos productos contienen alimentos alergénicos escondidos. Hay gente que es alérgica a los lácteos, el trigo y los huevos, lo que les puede causar malestares" Doctor Richard Weber, presidente ACAAI
"Muchos productos contienen alimentos alergénicos escondidos", indicó. "Hay gente que es alérgica a los lácteos, el trigo y los huevos, lo que les puede causar malestares".

Lo mismo puede pasar con productos dietéticos o suplementos alimenticios que se encuentran en tiendas especializadas. Las galletas o barras de "energía" también pueden estar repletas de factores alergénicos, incluyendo soya y nueces, que afectan a algunos.

El doctor Weber comenta que hoy en día hay pruebas muy sencillas que se pueden realizar para detectar los alimentos a los que un individuo puede ser alérgico. Estar prevenido puede evitar muchos malestares.

3. Equipos de gimnasio: escójalos con cuidado

Gimnasio
En el gimnasio puede haber elementos de caucho y plástico que irritan la piel.

No hay nada más impactante que entrar a uno de esos gimnasios modernos con luces brillantes, música rítmica y equipos computarizados. Pero tenga cuidado de las máquinas y otros elementos con los que va a ejercitar, advierte el presidente de ACAAI.

Mientras que las poleas, pesas, barras y otros mecanismos de ejercicio en los gimnasios no van a causar congestión nasal ni poner a nadie a estornudar, la cubierta de caucho o plástico de algunas máquinas, así como los balones inflables y colchonetas si podrían irritar tejidos.

Ciertos aparatos están recubiertos de látex que puede casar salpullido, ronchas y dermatitis. "Algunas veces no es el látex el que afecta la piel sino los químicos que han sido utilizados en su manufactura para endurecerlos".

También hay que estar precavido contra los pañuelos desinfectantes y atomizadores con los que frecuentemente se limpian los equipos en los gimnasios. Estos contienen compuestos orgánicos volátiles y químicos como amoniaco que pueden desatar un ataque de asma o irritar la piel.

4. Ropa atlética: mejor cómodo que a la moda

¿Para Navidad le regalaron un juego coordinado de camiseta, pantaloneta, sudadera y zapatillas de marca? No cabe duda que se ve muy bien en ellas. No obstante, espere a ver cómo se siente después de haber sudado un par de horas en el nuevo atuendo.

Si empieza a sentir comezón y ya ha descartado los otros factores que pueden haberlo producido, ese uniforme atlético puede ser el de la culpa. Los materiales sintéticos son utilizados en todo tipo de vestiduras, desde las camisetas hasta los calcetines y pueden irritar la piel.
"Algunas veces no es el látex el que afecta la piel sino los químicos que han sido utilizados en su manufactura para endurecerlos" Doctor Richard Weber, presidente ACAAI
De todos estos materiales el de mejor calidad es lycra que tiene menos probabilidades de irritar la piel. En todo caso, la recomendación siempre es leer cuidadosamente la etiqueta para conocer bien de que está hecha la ropa. 

Cuando haya duda, lo mejor es optar por productos naturales; algodones y linos. Pero, ojo con los elásticos y las zapatillas. Suelen ser de látex y si se es alérgico a éste, llegan las consecuencias.

5. Encerrado vs. al aire libre

Pareja trotando
El ejercicio al aire libre no es lo mejor para los que sufren de alergias de polen.

Uno siempre relaciona el ejercicio y la buena salud con espacios abiertos, respirando el aire libre. Eso no es necesariamente cierto. Hoy en día la contaminación ambiental es una de las causantes de los problemas respiratorios.

El doctor Richard Weber asegura que el incremento en la prevalencia de las alergias se puede rastrear a la revolución industrial y el humo de las fábricas y los motores como uno de los grandes factores.

En las ciudades es difícil encontrar una zona verde o campo abierto donde se pueda respirar aire limpio. Aún así, si se encuentra, para las personas que sufren de fiebre de heno, el polen puede ir en detrimento del ejercicio, así como el césped también puede generar reacciones alérgicas.

Si las bandas caminadoras ni las pistas bajo techo le atraen, asegúrese de tomar sus medicamentos contra las alergias antes de salir al trote y evitar correr entre el medio día y las horas de la tarde, cuando el conteo de polen es más alto.

Al llegar a casa, tome una ducha inmediatamente para eliminar cualquier partícula que haya caído en la ropa o el pelo.

De todas formas, el doctor Weber recomienda un baño para evitar la urticaria que se puede producir cuando se eleva la temperatura de la piel así como para eliminar el sudor que también puede ser un irritante.

Si, después de esto, todavía siente entusiasmo para inscribirse en un gimnasio y seguir disciplinadamente y moderadamente un plan de actividad física y dieta ¡muy bien! La idea es practicar una vida más saludable pero no es necesario alcanzar la meta en un día.

By William Márquez

Friday, November 30, 2012

Acoso escolar cibernético (kidshealth.org)


Los matones del colegio y las alumnas malintencionadas han existido desde siempre, pero la tecnología les ha ofrecido una nueva plataforma para actuar. En calidad de adultos, cada vez nos damos más cuenta de que la frase "a palabras necias, oídos sordos" ha dejado de ser cierta. Los insultos, sean reales o virtuales, pueden tener graves consecuencias emocionales en niños y adolescentes.

No siempre es fácil saber cómo y cuándo intervenir en calidad de padres. Para empezar, nuestros hijos tienden a utilizar la tecnología de una forma diferente a la nuestra. Los niños de hoy en día empiezan a jugar a juegos virtuales y a enviarse mensajes de texto (SMS) con sus móviles desde muy pronto y la mayoría de adolescentes disponen de teléfonos inteligentes que los mantienen conectados constantemente a Internet. Muchos están conectados a Facebook y participan en chats o se envían mensajes de texto durante todo el día. Hasta el hecho de enviar un correo electrónico o de dejar un mensaje de voz en un contestador automático les puede resultar de lo más anticuado. Su conocimiento del mundo digital puede resultar intimidador para un padre, pero si usted se involucra en el mundo virtual de su hijo del mismo modo que en su mundo real, podrá ayudar a protegerlo contra las múltiples amenazas de Internet y del mundo virtual.

Afortunadamente, nuestra creciente conciencia sobre el acoso escolar cibernético o "ciberacoso escolar" nos ha ayudado a aprender a prevenirlo. He aquí algunas recomendaciones sobre qué puede hacer si el acoso escolar se ha convertido en una parte de la vida de su hijo.

¿Qué es el acoso escolar cibernético?

El acoso escolar cibernético consiste en utilizar la tecnología para acosar, amenazar, avergonzar, intimidar o criticar a otra persona. Por definición, se produce entre niños y/o adolescentes. Cuando está implicado un adulto, se adapta a la definición de ciberacoso o ciberacecho, un delito que puede tener consecuencias legales e implicar condenas de cárcel.

A veces el acoso escolar cibernético es fácil de detectar; por ejemplo, su hijo le puede enseñar un mensaje de texto, un mensaje enviado a través de Twitter o una respuesta a una actualización de Facebook que sea violento, cruel o claramente malintencionado. Hay otras formas de acoso que son menos evidentes, como suplantar a alguien a través de Internet o colgar información personal, fotos o vídeos para avergonzar o herir a otras personas. Algunos niños informan de que se pueden crear cuentas, páginas web, o nombres de usuario falsos con la única intención de acosar y acechar a supuestas víctimas.

El ciberacoso escolar también puede ocurrir de forma completamente accidental. El carácter impersonal de los mensajes de texto (MSM), los mensajes instantáneo (MI) y los correos electrónicos puede dificultar la identificación del tono de quien los escribe: un chiste para una persona puede ser un insulto demoledor para otra. De todos modos, cuando se detecta un patrón repetido en una serie de correos electrónicos, mensajes de texto o comentarios publicados en Internet es muy raro que se trate de algo accidental.

Una encuesta realizada en EE.UU. en el año 2006 por la organización, Fight Crime: Invest in Kids (Lucha contra el delito: invierta en los niños), reveló que uno de cada tres adolescentes y uno de cada seis preadolescentes habían sido víctimas del acoso escolar cibernético. Conforme más y más niños vayan accediendo a los ordenadores y los teléfonos móviles, lo más probable que la incidencia del ciberacoso escolar se incremente.

Efectos del acoso escolar cibernético

El acoso escolar ha dejado de limitarse al patio de la escuela y los callejones y ahora puede ocurrir tanto en casa como en la escuela y prácticamente durante las 24 horas del día. Mientras los niños puedan acceder a un teléfono, un ordenador u otro dispositivo informático (como un Tablet), se exponen a ese riesgo.

El acoso cibernético extremo o de carácter crónico puede exponer a las víctimas a un mayor riesgo de desarrollar ansiedad, depresión u otros trastornos relacionados con el estrés. En algunos casos sumamente infrecuentes, pero sobre los que se ha escrito mucho, algunos niños han acabado recurriendo al suicidio.

El castigo de los acosadores escolares cibernético puede incluir la expulsión del centro de estudios o del equipo deportivo. Ciertos tipos de ciberacoso también pueden infringir las normas del centro de estudios o incluso las leyes contra el acoso sexual o contra la discriminación.

Signos del acoso escolar cibernético

Muchos niños y adolescentes que son víctimas del acoso cibernético se resisten a decírselo a sus profesores o padres, a menudo porque se avergüenzan del estigma social que conlleva o porque temen que les retiren el privilegio de utilizar el ordenador en casa.

Los signos de que un niño puede estar recibiendo acoso cibernético varían bastante, aunque hay algunos aspectos en los que se deberían fijar los padres:
  • muestras de angustia emocional mientras el niño utiliza Internet o el teléfono o después de utilizarlos
  • mantener en secreto su vida digital
  • mantenerse apartado de sus amistades y actividades sociales
  • evitar la escuela o las reuniones grupales
  • sacar peores notas y tener ataques de rabia en casa
  • presentar cambios de humor, de comportamiento, de sueño o de apetito

Cómo pueden ayudar los padres

Si averigua que su hijo está siendo víctima del acoso cibernético, hable con él sobre cualquier experiencia similar que usted tuvo cuando era niño. Esto le puede ayudar a no sentirse tan solo. Dígale a su hijo que no es culpa suya y que el acoso dice mucho más sobre el acosador que sobre la víctima. Hablar con los profesores o con el director de la escuela también puede ayudar pero, antes de dar ese paso, permita que su hijo le dé las claves necesarias.

Muchos centros de enseñanza, distritos escolares y centros de actividades extraescolares han establecido protocolos para responder al acoso cibernético; estos protocolos pueden variar entre los distintos distritos y estados. Pero, antes de informar sobre el problema, dígale a su hijo lo que piensa hacer, ya que podrían preocuparle los "cotilleos" y preferir que se resuelva el problema protegiendo su intimidad.
Otras posibles medidas a adoptar son las siguientes:
  • Bloquear al acosador. La mayoría de aparatos electrónicos e informáticos disponen de funciones que permiten bloquear electrónicamente correos electrónicos, SMS e IM procedentes de personas concretas.
  • Limitar el acceso a la tecnología. Por mucho que les duela, muchos niños y chicos que son víctimas del acoso cibernético no pueden resistir a la tentación de entrar en los sitios web o mirar el teléfono para comprobar si han recibido mensajes nuevos. Mantenga el ordenador en un espacio público de la casa (nada de portátiles en la habitación de los niños, por ejemplo) y límite el uso de los móviles y los juegos digitales. Algunas compañías ofrecen la posibilidad de desconectar el servicio de mensajes de texto durante ciertas horas. Y la mayoría de sitios de Internet y de teléfonos permiten instalar controles que permiten a los padres acceder los mensajes de sus hijos y a su vida digital.
  • Conocer el mundo de Internet de su hijo. Compruebe lo que su hijo publica en Internet y las páginas web que visita, y sea consciente de la forma en que pasa el tiempo cuando se conecta a Internet. Hable con él sobre la importancia de la intimidad y sobre por qué no es conveniente compartir información personal en Internet, ni siquiera con sus amigos. Recalque la importancia de guardar de forma segura sus claves de acceso o contraseñas. Establezca acuerdos consensuados con su hijo sobre el uso del teléfono móvil y de las redes sociales que esté dispuesto a cumplir.
  • Informarse en Internet de recursos e información de apoyo sobre el acoso informático.
Si su hijo está de acuerdo, puede acordar una mediación con un terapeuta u orientador escolar que puede trabajar con su hijo y/o con el acosador.

Si el acosador es su hijo

Enterarse de que su hijo es quien está actuando de forma inapropiada puede suponer para usted un gran disgusto y una enorme desilusión. Es importante afrontar el problema de cara en vez de esperar a que desparezca por sí solo.

Hable a su hijo con firmeza sobre su comportamiento y explíquele el efecto negativo que puede tener sobre los demás. Gastar bromas y tomar un poco el pelo a la gente puede parecer divertido, pero es algo que puede herir los sentimientos de la gente y generar problemas. El acoso, independientemente del modo en que se haga, es algo inaceptable; dígale que si prosigue con el acoso, su comportamiento podría acarrearle graves consecuencias (a veces irrevocables) en casa, el centro de estudios y la sociedad.

Recuerde a su hijo que usar móviles y ordenadores es un privilegio. A veces ayuda restringir el uso de estos aparatos hasta que mejore el comportamiento. Si considera que su hijo debe disponer de un teléfono móvil por cuestiones de seguridad, asegúrese de que el teléfono puede utilizarse solamente en casos de emergencia. Si su hijo tiene antecedentes de tomar decisiones impulsivas mientras está conectado, insista en instalar estrictos controles parentales en todos los dispositivos que utiliza.

Para llegar al fondo de la cuestión, a veces puede resultar útil hablar con los profesores, orientadores escolares y otro tipo de personal del centro de estudios de su hijo para identificar situaciones que pueden haber conducido a que se haya convertido en acosador. Si su hijo tiene problemas para controlar el enfado, hable con un terapeuta para que le enseñe estrategias para afrontar el enfado, la ira, el dolor, la frustración y otras emociones intensas de una forma saludable.

Los terapeutas profesionales pueden enseñar a los niños a manejar sus sentimientos y a mejorar su confianza en sí mismos y sus habilidades sociales, lo que a su vez puede reducir el riesgo de implicarse en conductas de acoso. Si usted es un experto en tecnología, haga de modelo a su hijo para enseñarle a entender las ventajas y los riegos de la vida en el mundo digital.

Revisado por: Michelle New, PhD
Fecha de revisión: enero de 2012

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