Una periodista investigó
durante tres años los hábitos de alimentación y ejercicio de las mujeres
de Manhattan. A fines de marzo publicó el libro donde revela sus
secretos.
"La dieta Manhattan. Pierde
peso mientras vives una vida fabulosa" es el atractivo título que Eileen
Daspin eligió para el libro que publicó a fines de marzo y en el que
revela los secretos de las mujeres neoyorquinas para mantenerse
delgadas, tonificadas y siempre verse bien.
La autora, una periodista freelance y esposa de un chef italiano, se dedicó durante los últimos tres años a investigar qué comían y cómo se ejercitaban las habitantes de Manhattan. Su punto de partida fue un artículo que leyó en "The New York Times", en el que se confirmaba que en esa ciudad se concentraba la gente más delgada de todo el estado de Nueva York.
De esta manera, Daspin reclutó a un grupo de 25 mujeres -delgadas, por supuesto-, quienes durante 28 días escribieron detalladamente sobre sus hábitos de alimentación y ejercicio. Luego analizó la información y a partir de ella obtuvo el contenido para su libro de 250 páginas.
La autora ha afirmado en algunas entrevistas que el objetivo de "La dieta Manhattan" no es recomendar o promover una determinada forma de alimentarse, sino que más bien el libro busca ser un retrato periodístico de un estilo de vida que consigue que quienes lo siguen permanezcan delgadas.
Según publicó el New York Post, los pilares de la dieta Manhattan son, entre otros, come bien, pero no en mucha cantidad; camina como una maniática; cocina en tu casa; come comidas completas; elimina cualquier cosa que tenga "diet" en su nombre y el agua es buena.
Otros tips que se dan en el libro, siempre basados en la información que fue entregada por las mujeres que participaron en la investigación, son:
- Come lo que tu cuerpo desea, no te prives de nada.
- Diviértete y elige un ejercicio que te gusta.
- El aceite de oliva es bueno para ti, esto es crucial.
- Siempre deja un poquito de comida en el plato. Puede ser algo pequeño, sólo una miga, pero tienes que estar consciente de que lo estás haciendo y observar cómo se va a la basura.
- Saborea cada mordisco y toma tiempo para ello. Nunca comas mientras estás en movimiento, caminando o dentro de un auto.
- No siempre comas una ensalada a la hora de almuerzo, ya que no te dejará satisfecha. En su lugar, elige un sándwich, ya que con él puedes obtener carbohidratos de una manera controlada y, además, puedes incluir otros nutrientes si, por ejemplo, reemplazas la lechuga por espinaca.
- Las mujeres delgadas de Manhattan no frecuentan restaurantes de comida rápida y mantienen las tentaciones lejos de ellas.
No a todos les gusta
El libro escrito por Eileen Daspin ha sido calificado por muchos como un "terremoto mediático" y se dice que está haciendo furor entre quienes desean adelgazar para el próximo verano en el hemisferio norte.
Sin embargo, hay otros que consideran que "La dieta Manhattan" promueve un estilo de alimentación poco sano y obsesivo basado en estar permanentemente a dieta. También se afirma que las sugerencias que entrega, del tipo "reduce el consumo de refrescos a menos que tengas dolor de garganta", no son ninguna sorpresa.
Asimismo, los más críticos afirman que una mujer promedio de Estados Unidos, que no tiene el sueldo de un habitante de Nueva York, no puede seguir al pie de la letra lo que se establece en el libro debido a limitaciones de tiempo y presupuesto. La autora coincide con esa percepción y ha reconocido que la dieta que llevan las mujeres de Manhattan no es barata.
Los comentarios negativos sobre el texto han llegado a tal nivel que incluso en el sitio chow.com Rebbeca Flint, una periodista experta en temas de comida, aseguró que lo que se estipula en "La dieta Manhattan" es muy similar a lo que se puede hallar en las páginas pro-ana o a favor de la anorexia.
"Ella (Eileen Daspin) comienza el libro admitiendo que ha hecho dietas desde que tenía 12 años y continúa diciendo que sus amigas privilegiadas son mujeres a imitar. Está aquella que derrama agua sobre los restos de su comida para no verse tentada a comerlos, otra que sólo come arroz blanco y frijoles cuando ordena comida china, y otras que renuncian a las tentaciones de Tasti D-Lite (un conocido local de comida de Nueva York) por los placeres más seguros de un Tootsie Roll o Twizzlers (ambos caramelos típicos de Estados Unidos)", describe Rebbeca Flint.
La autora, una periodista freelance y esposa de un chef italiano, se dedicó durante los últimos tres años a investigar qué comían y cómo se ejercitaban las habitantes de Manhattan. Su punto de partida fue un artículo que leyó en "The New York Times", en el que se confirmaba que en esa ciudad se concentraba la gente más delgada de todo el estado de Nueva York.
De esta manera, Daspin reclutó a un grupo de 25 mujeres -delgadas, por supuesto-, quienes durante 28 días escribieron detalladamente sobre sus hábitos de alimentación y ejercicio. Luego analizó la información y a partir de ella obtuvo el contenido para su libro de 250 páginas.
La autora ha afirmado en algunas entrevistas que el objetivo de "La dieta Manhattan" no es recomendar o promover una determinada forma de alimentarse, sino que más bien el libro busca ser un retrato periodístico de un estilo de vida que consigue que quienes lo siguen permanezcan delgadas.
Según publicó el New York Post, los pilares de la dieta Manhattan son, entre otros, come bien, pero no en mucha cantidad; camina como una maniática; cocina en tu casa; come comidas completas; elimina cualquier cosa que tenga "diet" en su nombre y el agua es buena.
Otros tips que se dan en el libro, siempre basados en la información que fue entregada por las mujeres que participaron en la investigación, son:
- Come lo que tu cuerpo desea, no te prives de nada.
- Diviértete y elige un ejercicio que te gusta.
- El aceite de oliva es bueno para ti, esto es crucial.
- Siempre deja un poquito de comida en el plato. Puede ser algo pequeño, sólo una miga, pero tienes que estar consciente de que lo estás haciendo y observar cómo se va a la basura.
- Saborea cada mordisco y toma tiempo para ello. Nunca comas mientras estás en movimiento, caminando o dentro de un auto.
- No siempre comas una ensalada a la hora de almuerzo, ya que no te dejará satisfecha. En su lugar, elige un sándwich, ya que con él puedes obtener carbohidratos de una manera controlada y, además, puedes incluir otros nutrientes si, por ejemplo, reemplazas la lechuga por espinaca.
- Las mujeres delgadas de Manhattan no frecuentan restaurantes de comida rápida y mantienen las tentaciones lejos de ellas.
No a todos les gusta
El libro escrito por Eileen Daspin ha sido calificado por muchos como un "terremoto mediático" y se dice que está haciendo furor entre quienes desean adelgazar para el próximo verano en el hemisferio norte.
Sin embargo, hay otros que consideran que "La dieta Manhattan" promueve un estilo de alimentación poco sano y obsesivo basado en estar permanentemente a dieta. También se afirma que las sugerencias que entrega, del tipo "reduce el consumo de refrescos a menos que tengas dolor de garganta", no son ninguna sorpresa.
Asimismo, los más críticos afirman que una mujer promedio de Estados Unidos, que no tiene el sueldo de un habitante de Nueva York, no puede seguir al pie de la letra lo que se establece en el libro debido a limitaciones de tiempo y presupuesto. La autora coincide con esa percepción y ha reconocido que la dieta que llevan las mujeres de Manhattan no es barata.
Los comentarios negativos sobre el texto han llegado a tal nivel que incluso en el sitio chow.com Rebbeca Flint, una periodista experta en temas de comida, aseguró que lo que se estipula en "La dieta Manhattan" es muy similar a lo que se puede hallar en las páginas pro-ana o a favor de la anorexia.
"Ella (Eileen Daspin) comienza el libro admitiendo que ha hecho dietas desde que tenía 12 años y continúa diciendo que sus amigas privilegiadas son mujeres a imitar. Está aquella que derrama agua sobre los restos de su comida para no verse tentada a comerlos, otra que sólo come arroz blanco y frijoles cuando ordena comida china, y otras que renuncian a las tentaciones de Tasti D-Lite (un conocido local de comida de Nueva York) por los placeres más seguros de un Tootsie Roll o Twizzlers (ambos caramelos típicos de Estados Unidos)", describe Rebbeca Flint.
Y
agrega: "Si este tipo de cosas suenan familiares es porque son
extremadamente similares a los consejos que se pueden encontrar en los
sitios pro-ana que ensucian internet, aquellos que proclaman que la
'anorexia no es una enfermedad, es un estilo de vida'. Aquellos que
entregan consejos como 'cuando sientas el impulso de comer, mastica
chicle sin azúcar', 'bebe té de hierbas' y 'el yogurt congelado toma un
siglo para ser comido de manera que te sientes ocupada por más tiempo'".
Ante
esto, la periodista se atreve a afirmar que el libro es un insulto para
Manhattan, las dietas y las mujeres, y además entrega su propia
respuesta a la pregunta de cómo las neoyorquinas se mantienen tan
delgadas: "Arrastrando coches de niños y mercadería del almacén,
subiendo las escaleras del metro, caminando sin parar y enfrentando el
constante estrés de vivir aquí. Lo último que necesitamos es a alguien
que le diga al resto del mundo que podemos vestir jeans apretados porque
somos unas lunáticas obsesivas y muertas de hambre".