Thursday, January 31, 2013

Remedios naturales para combatir la ansiedad


Preocuparse antes de tener una entrevista de trabajo, un exámen en la escuela o por caminar en una calle oscura a altas horas de la noche es una reacción normal del ser humano. 

Sin embargo, cuando la ansiedad es extrema y continúa aún cuando la persona no sabe por qué está preocupada, es necesario hacer un alto y buscar maneras de relajarse.

Usted sabe que su ansiedad es extrema cuando los síntomas interfieren con su capacidad para dormir o realizar otro tipo de funciones. 

Los síntomas de la ansiedad incluyen:
  • Sudor
  • Estómago revuelto
  • Pensamientos pesimistas
  • Pulso acelerado
  • Mal genio
  • Falta de concentración
Si usted sufre de ansiedad, tranquilísese, hay varios remedios caseros que lo pueden ayudar a relajarse.

Cómo aliviar la ansiedad de manera natural

Un baño caliente ayuda a controlar la ansiedad
Un baño caliente es relajante y agradable por lo tanto puede ayudar a reducir la ansiedad. Para un efecto mas relajador añada aceite o flores secas de lavanda al agua caliente de la tina. Si no puede darse un baño de tina, masajéese las sienes y la frente con el aceite de lavanda. Según la aromaterapia, el aceite de lavanda reduce el estrés y promueve la tranquilidad

Reduzca la cafeína y el alcohol para reducir el nerviosismo
La cafeína y el acohol provocan síntomas de ansiedad. Aunque parezca que estas sustancias le ayudan a calmarse, es necesario eliminarlas de su dieta si usted padece de ansiedad. Si le queda muy difícil eliminarlas, trate de tomar las sodas, el té y el café sin cafeína o por lo menos reducir el consumo de estas bebidas.
Si tiene un problema con el alcohol, busque ayuda profesional. Yo sé que es fácil decirlo y difícil de ponerlo en práctica pero la verdad es que nosotros somos los únicos responsables de tomar control de nuestra vida y hacer todo lo posible por vencer todo aquello que nos afecta. Más sobre problemas con el alcohol

La valeriana es un sedante natural
Aunque el olor no sea muy agradable que digamos, la valeriana tiene ingredientes activos que actúan igual que los ingedientes en las pastillas valium. Además también ayuda a conciliar el sueño y aliviar el insomnio causado por la ansiedad. mis-remedios-caseros.com Se ha dicho que la valeriana influye positivamente en la producción del cuerpo de GABA – un neurotransmisor que afecta la farmacología de la ansiedad. Tómese una pastilla de Valeriana de 250mg dos veces al día después de haberlo consultado con su médico. 


Los suplemento de vitamina B y magnesio ayudan a controlar la ansiedad
Muchas personas que tienen deficiencia de vitaminas del grupo B o de magnesio, experimentan ansiedad. Hable con su médico para ver si éste es su caso y para que le recomiende un buen suplemento. 


Pensamientos positivos para sentir menos preocupaciones
Trate de mantener siempre una mente positiva. En lugar de esperar que pase lo peor, espere lo mejor. Repítase a sí mismo afirmaciones de éxito, optimismo y felicidad. Importancia del pensamiento positivo


Cebolla y apio para reducir el estrés
Según un artículo publicado en el "New York Times", el apio contiene ftalidas, un fitonutriente que reduce hormonas del estrés. Por otro lado, la cebolla contiene compuestos fenólicos. Estudios preliminares han encontrado que estos compuestos podrían ser beneficiosos para aliviar la ansiedad. Incluya 2 tazas de apio o cebolla a su dieta diaria por una semana.


La hierba San Juan es muy buena para combatir la ansiedad
Esta hierba es muy mencionada en remedios para la ansiedad y la depresión. En el libro "Prescription for Natural Cures" se recomienda tomar 300mg tres veces al día cuando la ansiedad está acompañada de depresión. Es muy importante consultar con su doctor antes de empezar a tomar hierba San Juan ya que este suplemento puede causar interacciones serias con otros medicamentos.


Acidos grasos Omega 3
Los ácidos grasos Omega 3, en especial el EPA y el DHA, son importantes para el tratamiento de la ansiedad a largo plazo. La cantidad recomendada es de 2000mg de EPA y DHA combinados todos los días. Los Omega 3 se pueden conseguir en cápsulas de aceite de pescado en tiendas donde vendan vitaminas. 


Ejercicio
El ejercicio es un remedio tan fácil para la ansiedad que muchas personas no le dan importancia. El dar una caminata alrededor del vecindario todos los días mientras respira profundamente el aire fresco podría ser lo que usted necesita para reducir su ansiedad.


Avena como calmante natural
La avena es un alimento muy recomendado para calmar el sistema nervioso. Según la Clínica de Mayo, los carbohidratos aumentan niveles de serotonina en el cerebro. La serotonina es la hormona responsable de que la persona se sienta bien, con paz y felicidad. La avena es un carbohidrato complejo por lo que no le dará una sensación de euforia temporal como lo hace el azúcar y los carbohidratos simples. Un desayuno con avena, leche y frutas es una manera muy positiva de empezar su día.

Acupresión para aliviar la ansiedad

  • Para calmar la ansiedad rápido, aplique presión en el punto Lu1
  • El punto P6 es otro buen punto para aliviar tensión nerviosa
  • Cuando la ansiedad es causada por miedo, se recomienda el punto B23

Posición de yoga que ayuda a tranquilizarse

Acuéstese sobre su espalda con una toalla enrollada debajo de sus rodillas. Ponga sus brazos a los lados con las palmas para arriba. Cierre sus ojos y relájese. Respire profundo desde su diafragma. Mientras está en esta posición, imagínese que su cuerpo es como una esponja y que cada célula está absorbiendo energía.
Curiosidades: Dicen que la salvia ayuda a olvidar los problemas emocionales, alivia el agotamiento mental y reduce la preocupación.
 Fuente:  http://www.mis-remedios-caseros.com/ansiedad.htm

How to think in a foreign language (it does NOT “just happen”)


This is a guest post by the author of Life by Experimentation, Zane, who quantifies the path to self-improvement.  He creates real-life experiments to assess everything from sleeping less to traveling cheaply in order to live a more productive and skillful life. He speaks Mandarin Chinese, Spanish, French and Arabic with varying degrees of fluency.

Recently a friend asked me how long it would take before she started thinking in French.  My response was “a week or so.”  She was shocked (and understandably so).  We worked on it together and within a week we were both thinking in the language despite it still being quite new to us.

Thinking in a foreign language is an important goal that brings you one giant step closer to becoming fluent.  There is also the fact that language and culture are intertwined, and thinking in your target language is an essential part of being able to connect with the people you are trying to get to know.

It is not necessarily easy to think in a new language (especially if you’ve never done it before) but it is still simple – there is no magic here.  First time language learners often believe that if they study long enough and hard enough they will eventually just start thinking in the target language, as if a switch had been flipped.  This is how I approached it the first time around and it did work… eventually… kind of.

Now I know better.  There are two essential parts of thinking in a language: context and conditioning.  If you’re learning your first foreign language you may want to consider learning Esperanto first, as Benny suggests, in order to become accustomed to thinking in a foreign language.  Once you decide to take the plunge, here are some things to keep in mind:

Context

Where you are mentally makes an enormous difference.  Just a few hours ago I was having a conversation in French and the famous surrealist painter Salvador Dalí came up.  I began to talk about the Dalí museum in northern Spain and before I even realized it I was halfway though a sentence in Spanish.  The act of thinking about that place even for a moment, with all the signs and people communicating in Spanish, was enough to shift my mental context.

There are countless examples like this, and not just in foreign languages.  In this video in the Economist a man reverts to the accent of his youth when thinking about his childhood without even realizing it.  Our brains are pattern-matching machines and one of the major cues they draw upon is that of context.  If you interrupt me while I am doing my Mandarin flashcards, no matter what language you speak to me in my brain’s first reaction will be to reach for Chinese – at least until it shifts contexts.

This is exactly why polyglots associate gestures and other cultural emblems with their language learning. The more context that is associated with the knowledge the stronger your recollection will be. One of my hobbies is following the field of neuroscience, but instead of boring you with all the data let me simply refer to the Wikipedia page on context-based learning and cite two important bits.

1) Context-based memory is the reason retracing your steps is useful when you lose something.

2) From the scientific literature it is concluded, “when a person is studying, he/she should match the context as best as possible to the testing context.”

The first and foremost way we can leverage context is to create a language bubble (even if you’re learning from home where nobody speaks your language).  The goal is to be surrounded by the language as much as possible so it actually becomes inconvenient to think in your native language.  Reading news and listening to music in this way allows you to begin to develop a contextual world to live in where everything is tied to your target language.  A language is much more than words, after all.

Conditioning

Thinking in a new language is a decision you can make.  If you know even a few dozen key grammar words you can begin to think in your target language thanks largely to the 80/20 rule in language learning.  It is easier than speaking in the language because you will not be embarrassed (unless you have a malicious alter-ego).  It requires less confidence but more motivation than speaking.

During the early stages you may be using more of your native language than your target language, and that is fine.  You will also probably be translating at first rather than “thinking fluently,” and that is fine, too.  What is important is that you make a conscious effort to use the target language in your thoughts, not just in your conversations.

To keep up motivation, I highly suggest a journal (digital or analog) that you keep with you at all times.  When you don’t know how to say (ahem, think) a key word just write it down.  At the end of the day look up the words, or even better, ask a native.  You now have a list of practical vocabulary to learn (instead of studying “shoelaces” and “aardvark” from a book)!  For extra credit, date each entry – you’ll begin to notice how much smaller your daily lists get (and how much more esoteric).  That’s progress you can see!

If you are ready to put aside your shame (and have understanding roommates or family members) it is also quite useful to talk to yourself. Aside from being quite liberating and useful in organizing your thoughts, it also allows you to practice pronunciation. Sometimes I even have conversations with myself, acting out different personas which each speak a different language, in order to practice switching between languages. I may get strange looks in the street, but this habit has also been the start of some interesting conversations.

I can promise one thing: if you make a conscious and continuous effort to think everything you can in your target language, you will begin to surprise yourself.  One day you will hear yourself think “a mi me encanta” instead of “I like,” and you will not even know where it came from.  The context of thinking in the language will also mean that you pick up new words that you are exposed to without even realizing it.  A couple times a week now I use a word in a sentence that I don’t remember studying, yet I am sure I have heard other people say.

Thinking Fluently

The biggest challenge with thinking in the language is the frustration that comes with not being able to fully express yourself inside your own head.  As I’ve said, it is fine to substitute your native language where needed at first – but the key to thinking fluently is your frame of mind.  You can choose to become frustrated, succumbing to perfection paralysis, or you can choose to see each unknown word as one more key piece in the fluency puzzle.  One day you will wake up from a dream and not even register that it was not in your native language.

Visualization

Thinking in a foreign language is essentially a form of visualization or rehearsal that prepares you for the real deal (an actual conversation). With visualization we can go through the steps of making an attempt, to identifying a mistake, to correcting it in a very short period of time. In other words, the feedback loop is very tight. As researcher Kathryn Schulz points out in this TED video, being wrong is quite normal and perhaps even good – as long as you become aware of your mistakes and correct them when possible.

I love discussing all the benefits of visualization. The most astonishing thing is that the brain cannot fundamentally tell the difference between real and imagined action. One study has shown that the brain sends identical impulses to the legs when imagining running. In another study, participants who imagined playing the piano showed nearly identical development in the motor cortex of the brain as those who actually played the piano. In short, the brain treats visualization like the real deal.

What does all this mean for us? Well, for one, it means that thinking in a language is much more relevant than we may have previously believed. Every thought that passes though your brain has the potential to act as a mini-exercise in your target language, not just as passive rehearsal but also as an active exercise. When you add up all the thoughts you have in a day, the potential for change is quite impressive.

Have you managed to think in a foreign language?  Was your process similar?  Let us know below.

La Obsesión por la Limpieza (laguia2000.com)


El trastorno obsesivo compulsivo por la limpieza, es una de las afecciones irracionales de tipo neurótico que padecen en su mayoría las mujeres y que en particular provoca problemas emocionales, como miedos, inseguridad, fobias y complejos; y síntomas psicofísicos como fatiga, estrés, insomnio, problemas en las articulaciones, depresión accidentes, sobrepeso, sedentarismo, falta de apetito sexual, irritabilidad, cefaleas, hipertensión y problemas vasculares.

Desarrollar un extremo sentido de la limpieza es contrario a la buena salud y el bienestar, aunque la higiene esté asociada con la prevención y el desarrollo de enfermedades.

Las causas de este trastorno se atribuyen a las características de la personalidad perfeccionista, obsesionada por el control y la disciplina; a la falta de atención o de afecto, al estrés, a factores culturales aprendidos y al tipo de trabajo rutinario de una casa, que no se ve ni se valora y que no deja mucho margen para la creatividad.

Esta actividad representa un conjunto de rituales y manías para hacer las tareas hogareñas diarias, que se repiten todos los días casi sin variantes; y que se transforman en la razón de vivir.

El pensamiento que predomina en estas personas es repetitivo, y el sentimiento es de preocupación inquietud y angustia; pero esa actividad obsesiva compulsiva lea sirve sólo para calmarse por breve tiempo, porque ni bien llegan a reparar en algún leve desorden o atisbo de suciedad, se produce un círculo vicioso y vuelven a sentir la misma sensación de malestar que antes, que las obliga a reiniciar los rituales de limpieza.
Existen cinco rituales compulsivos vinculados con las obsesiones:
 
Los de repetición: (como por ejemplo, contar los escalones).
 
Los de comprobación: (como comprobar varias veces si cerraron la puerta con llave o si apagaron el gas).
 
Los de acumulación: (como guardar objetos innecesarios).
 
Los de orden :(como no tolerar los cambios de lugar o de posición de los objetos del hogar).
 
Los de limpieza: (como la preocupación exagerada por la limpieza del hogar y personal).
La obsesión por la limpieza puede provocar, además de adicciones, estrés y conflictos familiares y de pareja y obligar a la persona a realizar una rutina diaria rigurosa que si no puede cumplir le producirá malestar e irritación.

La fórmula para lograr limpiar la mente y controlar estas compulsiones es:
 
1) Tomar conciencia del trastorno
2) Tratar de disminuir la auto exigencia
3) No seguir pautas fijas para actuar
4) Tener otras actividades más placenteras
5) Salir de la casa y tratar de realizarse como persona individual desarrollando nuevos intereses.
6) Hacer programa para el tiempo libre
7) Hablar con los familiares del paciente
8) Aprender a disfrutar de la casa y de los familiares.

Cierto nivel de orden y rigor en la conducta y el deseo de hacer las cosas bien, son rasgos ventajosos que pueden ser útiles en algunas circunstancias, pero cuando es tan exagerado que interviene en la actividad normal de una persona, es un signo de patología.

El tratamiento de una terapia cognitiva consiste en aplicar técnicas de control de la ansiedad, la práctica de la relajación para reducir el estrés y la posibilidad de evaluar la alternativa de un nuevo proyecto de vida.

Cinco causas por las que se reseca la piel

La piel se reseca por el ambiente

El exponerse al sol puede resecar y dañar la piel. Los rayos ultravioleta penetran profundamente y quiebran las fibras de colágeno y elastina. 

Esto hace que la piel se vea arrugada, sin firmeza y parezca reseca. El clima frío y los lugares secos como el desierto también resecan la piel. Es muy importante ponerse bloqueador solar antes de salir y usar un humectante para la piel en climas fríos o lugares muy secos.

Cuando se rompe el manto ácido

El manto ácido es una capa muy fina, ligeramente ácida, en la superficie de la piel que actúa como una barrera a las bacterias, virus y otros contaminantes que podrían penetrar en la piel. El manto ácido es una combinación de sebo (grasa) y sudor que es secretado por la piel para cubrir la superficie y mantener un pH apropiado. 

El pH es la medida de acidez o alcalinidad de cada sustancia. La piel está más del lado ácido que del alcalino. Los jabones y el agua generalmente son alcalinos por lo que cuando nos lavamos la cara se da un desbalance en el pH de la piel. Este desequilibrio del pH causa que el manto ácido se rompa y que la piel se reseque.

Bañarse con agua caliente

Bañarse con agua caliente no sólo causa flacidez en la piel sino que también la reseca. El agua caliente rompe la barrera lipídica y el resultado es una piel seca. Además quedarse mucho rato en una tina con agua o en la ducha lava los aceites naturales de la piel. 

Según la doctora Megan Moore, dermatóloga del Centro Médico Montefiore, en Nueva York, nuestra piel contiene proteínas y grasas especiales que forman una barrera protectora y conservan la humedad para protejernos de ambientes externos. Tomar baños calientes y duchas frecuentes pueden privar a la piel de esta protección natural.

Mala nutrición

Una dieta desbalanceada y sin suficientes líquidos puede dejar la piel reseca y marchita. Alimentos ricos en vitamina E se pueden añadir a la dieta para ayudar a mejorar los síntomas de la piel seca. Buenas fuentes de vitamina E incluyen el brócoli, la espinaca, la col, germen de trigo y las nueces. También se puede aumentar la ingesta de alimentos con alto contenido de agua, como melón, lechuga, pepinos y pimientos.

El aire acondicionado o la calefacción dentro de la casa

Ya sea el aire acondicionado en el verano o la calefacción durante el invierno, los dos pueden ser la causa de que la piel se reseque. El aire seco absorbe la humedad de nuestra piel y tanto el aire acondicionado como la calefacción se conocen por producir aire seco.

Fuente:  http://www.mis-remedios-caseros.com/cinco-causas-piel-seca.htm

Thinking in a Foreign Language Makes Decisions More Rational


To judge a risk more clearly, it may help to consider it in a foreign language.

A series of experiments on more than 300 people from the U.S. and Korea found that thinking in a second language reduced deep-seated, misleading biases that unduly influence how risks and benefits are perceived.

“Would you make the same decisions in a foreign language as you would in your native tongue?” asked psychologists led by Boaz Keysar of the University of Chicago in an April 18 Psychological Science study.

“It may be intuitive that people would make the same choices regardless of the language they are using, or that the difficulty of using a foreign language would make decisions less systematic. We discovered, however, that the opposite is true: Using a foreign language reduces decision-making biases,” wrote Keysar’s team.

Psychologists say human reasoning is shaped by two distinct modes of thought: one that’s systematic, analytical and cognition-intensive, and another that’s fast, unconscious and emotionally charged.

'Would you make the same decisions in a foreign language?'
 
In light of this, it’s plausible that the cognitive demands of thinking in a non-native, non-automatic language would leave people with little leftover mental horsepower, ultimately increasing their reliance on quick-and-dirty cogitation.

Equally plausible, however, is that communicating in a learned language forces people to be deliberate, reducing the role of potentially unreliable instinct. Research also shows that immediate emotional reactions to emotively charged words are muted in non-native languages, further hinting at deliberation.

To investigate these possibilities, Keysar’s team developed several tests based on scenarios originally proposed by psychologist Daniel Kahneman, who in 2002 won a Nobel Prize in economics for his work on prospect theory, which describes how people intuitively perceive risk.

In one famous example, Kahneman showed that, given the hypothetical option of saving 200 out of 600 lives, or taking a chance that would either save all 600 lives or none at all, people prefer to save the 200 — yet when the problem is framed in terms of losing lives, many more people prefer the all-or-nothing chance rather than accept a guaranteed loss of 400 lives.

People are, in a nutshell, instinctively risk-averse when considering gain and risk-taking when faced with loss, even when the essential decision is the same. It’s a gut-level human predisposition, and if second-language thinking made people think less systematically, Keysar’s team supposed the tendency would be magnified. Conversely, if second-language thinking promoted deliberation, the tendency would be diminished.

The first experiment involved 121 American students who learned Japanese as a second language. Some were presented in English with a hypothetical choice: To fight a disease that would kill 600,000 people, doctors could either develop a medicine that saved 200,000 lives, or a medicine with a 33.3 percent chance of saving 600,000 lives and a 66.6 percent chance of saving no lives at all.
 

Results of two tests of foreign-language effects on framing biases. In each, people were given the choice between sure savings or an all-or-nothing bet. Bars show how many people preferred sure savings when the choice was framed in terms of gains (black) or losses (gray) and considered in their native language (left pair) or second language (right pair). Image: Keysar et al./Psychological Science

Nearly 80 percent of the students chose the safe option. When the problem was framed in terms of losing rather than saving lives, the safe-option number dropped to 47 percent. When considering the same situation in Japanese, however, the safe-option number hovered around 40 percent, regardless of how choices were framed. The role of instinct appeared reduced.

Two subsequent experiments in which the hypothetical situation involved job loss rather than death, administered to 144 native Korean speakers from Korea’s Chung Nam National University and 103 English speakers studying abroad in Paris, found the same pattern of enhanced deliberation. “Using a foreign language diminishes the framing effect,” wrote Keysar’s team.

The researchers next tested how language affected decisions on matters of direct personal import. According to prospect theory, the possibility of small losses outweigh the promise of larger gains, a phenomenon called myopic risk aversion and rooted in emotional reactions to the idea of loss.

The same group of Korean students was presented with a series of hypothetical low-loss, high-gain bets. When offered bets in Korean, just 57 percent took them. When offered in English, that number rose to 67 percent, again suggesting heightened deliberation in a second language.

To see if the effect held up in real-world betting, Keysar’s team recruited 54 University of Chicago students who spoke Spanish as a second language. Each received $15 in $1 bills, each of which could be kept or bet on a coin toss. If they lost a toss, they’d lose the dollar, but winning returned the dollar and another $1.50 — a proposition that, over multiple bets, would likely be profitable.

When the proceedings were conducted in English, just 54 percent of students took the bets, a number that rose to 71 percent when betting in Spanish. “They take more bets in a foreign language because they expect to gain in the long run, and are less affected by the typically exaggerated aversion to losses,” wrote Keysar and colleagues.

The researchers believe a second language provides a useful cognitive distance from automatic processes, promoting analytical thought and reducing unthinking, emotional reaction.

“Given that more and more people use a foreign language on a daily basis, our discovery could have far-reaching implications,” they wrote, suggesting that people who speak a second language might use it when considering financial decisions. “Over a long time horizon, this might very well be beneficial.”

Citation: “The Foreign-Language Effect: Thinking in a Foreign Tongue Reduces Decision Biases.” By Boaz Keysar, Sayuri L. Hayakawa and Sun Gyu An. Psychological Science, published online 18 April 2012.
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