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Wednesday, May 15, 2013

Consejos para evitar engordar en invierno (blogdefarmacia.com)


En el invierno las personas suelen aumentar de peso ya que las bajas temperaturas dan más ganas de comer alimentos calóricos para soportar el frio.


Es importante durante esta época del año tratar de no subir demasiado de peso porque después se hace muy difícil bajar esos kilos al llegar el verano.


Consejos para evitar engordar en invierno


Consejos para evitar engordar en invierno:


-Desayunar es muy importante ya que aporta la energía para comenzar el día pero debe ser saludable el tipo de alimentos que se consumen. Se puede elegir una infusión caliente, tostadas de pan integral con mermelada o galletitas de harina integral, además de un jugo de naranja.


-Para controlar el apetito en el almuerzo se recomienda tomar un plato o taza de sopa antes de la comida.


Los platos pueden tener más calorías porque son necesarias en el invierno pero las porciones deben ser moderadas. No hay que repetir otra ración de comida ya que si no nos excederemos.


-Realizar actividad física aunque haga frio, sino podemos ir a caminar o correr por el clima debemos practicar yoga, aerobic o ir al gimnasio. La actividad física no solo nos ayuda a mantener el peso sino que permite prevenir enfermedades.


-Cuando hace frio da más gana de comer dulce en especial chocolate. Podemos consumir este alimento pero solo una barrita de chocolate amargo al día. El chocolate con leche y azúcar o el resto de las golosinas  engordan mucho y no son saludables. En cambio el chocolate amargo, si es sano y no tiene tantas calorías.


-Es importante seguir consumiendo fruta en invierno ya que ayudara a mantener el peso y a la vez estar sanos. En general se reduce el consumo de frutas en la temporada de frio por que se eligen alimentos o comidas calientes.


-Como snacks sanos podemos comer 3 o 4 nueces o almendras al día ya que son alimentos saciantes y además sanas.


Se puede comer rico y sano en invierno manteniendo el peso adecuado. 


Thursday, January 31, 2013

Cinco causas por las que se reseca la piel

La piel se reseca por el ambiente

El exponerse al sol puede resecar y dañar la piel. Los rayos ultravioleta penetran profundamente y quiebran las fibras de colágeno y elastina. 

Esto hace que la piel se vea arrugada, sin firmeza y parezca reseca. El clima frío y los lugares secos como el desierto también resecan la piel. Es muy importante ponerse bloqueador solar antes de salir y usar un humectante para la piel en climas fríos o lugares muy secos.

Cuando se rompe el manto ácido

El manto ácido es una capa muy fina, ligeramente ácida, en la superficie de la piel que actúa como una barrera a las bacterias, virus y otros contaminantes que podrían penetrar en la piel. El manto ácido es una combinación de sebo (grasa) y sudor que es secretado por la piel para cubrir la superficie y mantener un pH apropiado. 

El pH es la medida de acidez o alcalinidad de cada sustancia. La piel está más del lado ácido que del alcalino. Los jabones y el agua generalmente son alcalinos por lo que cuando nos lavamos la cara se da un desbalance en el pH de la piel. Este desequilibrio del pH causa que el manto ácido se rompa y que la piel se reseque.

Bañarse con agua caliente

Bañarse con agua caliente no sólo causa flacidez en la piel sino que también la reseca. El agua caliente rompe la barrera lipídica y el resultado es una piel seca. Además quedarse mucho rato en una tina con agua o en la ducha lava los aceites naturales de la piel. 

Según la doctora Megan Moore, dermatóloga del Centro Médico Montefiore, en Nueva York, nuestra piel contiene proteínas y grasas especiales que forman una barrera protectora y conservan la humedad para protejernos de ambientes externos. Tomar baños calientes y duchas frecuentes pueden privar a la piel de esta protección natural.

Mala nutrición

Una dieta desbalanceada y sin suficientes líquidos puede dejar la piel reseca y marchita. Alimentos ricos en vitamina E se pueden añadir a la dieta para ayudar a mejorar los síntomas de la piel seca. Buenas fuentes de vitamina E incluyen el brócoli, la espinaca, la col, germen de trigo y las nueces. También se puede aumentar la ingesta de alimentos con alto contenido de agua, como melón, lechuga, pepinos y pimientos.

El aire acondicionado o la calefacción dentro de la casa

Ya sea el aire acondicionado en el verano o la calefacción durante el invierno, los dos pueden ser la causa de que la piel se reseque. El aire seco absorbe la humedad de nuestra piel y tanto el aire acondicionado como la calefacción se conocen por producir aire seco.

Fuente:  http://www.mis-remedios-caseros.com/cinco-causas-piel-seca.htm

Sunday, September 30, 2012

Los alimentos y la hidratación – 7 consejos para mantener un cuerpo bien hidratado (vidaysalud.com)


Un vaso de agua fresca es la forma más rápida y común de calmar la sed e hidratar tu cuerpo, sobre todo durante los calurosos días del verano. Pero no es el único método de hidratación. Algunos alimentos, especialmente las frutas y las verduras, agregan una considerable cantidad de líquido a la dieta. Así, además de contribuir a la porción del total de agua que necesitas, aportan vitaminas, minerales, fibra ¡y mucho sabor! Sigue nuestras ideas para hidratarte más y mejor. 
 
No podemos vivir sin agua. Todos los sistemas del cuerpo la necesitan para funcionar adecuadamente y como la perdemos a través de la orina, el sudor, la respiración y las heces, debemos reponerla continuamente. Para cuando empiezas a sentir la sensación de sed, ya el cuerpo ha empezado a deshidratarse, lo que también puede traducirse en fatiga, cansancio y falta de concentración. Esa es su llamada de alerta para que repongas el líquido que ha perdido ¿Cuánta cantidad necesitamos beber al día para que nuestro cuerpo pueda realizar todas sus funciones adecuadamente? No hay una cifra exacta, ya que depende de varios factores, como el nivel de actividad de la persona, el clima en que vive o incluso, su estado de salud. Pero en términos generales, el Instituto de Medicina ha calculado que el consumo adecuado para los hombres es de unos 3 litros (unas 13 tazas), mientras que para las mujeres es de 2.2 litros (alrededor de 9 tazas) de líquido al día.

Si pensar en toda esa cantidad de líquido que tienes que tomar diariamente se te convierte en una obligación más – o no tienes idea de cómo hacer que la beban los chicos de la familia-  te tenemos una buena noticia: puedes comer parte de esa cantidad incorporando a tus menús más frutas y verduras de alto contenido de agua, ya sea en su forma natural, en licuados o batidos, o como ingrediente principal de platillos deliciosos y nutritivos como sopas y cremas. Aquí ganan todos, ya que estarán recibiendo un enorme aporte de vitaminas, minerales, fibra, ingredientes esenciales de una dieta balanceada.
Los que contienen más H2O (agua) 

Entre las frutas, puedes escoger entre los melones en todas sus variedades (desde la sandía al cantalupo), naranjas, pomelos (toronjas), manzanas, peras, piña (ananás), uvas, fresas (frutillas), que tienen un alto contenido de agua. Aunque en menor proporción que las frutas, no se quedan atrás algunas verduras como el tomate (jitomates), el apio, el pepino, la calabaza (ahuyama), el calabacín (zuchini) y la berenjena.  Te recomendamos:
  • Escoger los que estén en estación o provengan del mercado local para garantizar su frescura.
  • Recordar lavarlos adecuadamente y almacenarlos en un lugar fresco hasta el momento de consumirlos.
  • Después de picados, tápalos y refrigéralos un rato antes de servir, para que estén más fríos y resulten más refrescantes.
  • No los dejes destapados durante mucho tiempo sobre la mesa o la meseta de la cocina para que no se descompongan o contaminen. Guarda en la nevera lo que pueda aprovecharse y desecha el resto.
Incorpóralos a todas las comidas del día:
  1. Ofrécele a toda la familia más jugos (zumos) de fruta natural: el clásico del desayuno es el de naranja. Vale la pena dedicar unos minutos más en la mañana a prepararlo tú misma, así tendrá menos azúcar y otros aditivos que los comerciales. Experimenta con otras frutas, especialmente las favoritas de la familia. Pero si alguien está tomando alguna medicina, evita que la tomen específicamente con jugo (zumo) de toronja (pomelo) o de uva ya que pueden bloquear o interferir con la absorción del medicamento, o aumentar su efecto en el organismo.
  2. Prepara licuados y batidos: vierte trozos de banana (plátano), mango, frutilla (fresa), papaya (fruta bomba), o tu fruta favorita de estación en la licuadora, agrega un poco de hielo y échala a andar para obtener un refrescante licuado, muy oportuno para calmar la sed en cualquier momento del día, especialmente en el verano, con la ventaja de ingerir además minerales y vitaminas tan necesarios para la salud.  En cualquier época del año, puedes agregar a la mezcla un poco de leche baja en grasa, o de yogurt natural para que quede más cremosa, más apetitosa para los chicos, pero con muchas menos calorías. Y no te olvides de la clásica limonada, o de una deliciosa gelatina repleta de trocitos variados de fruta (como pera, albaricoque (chabacano o damasco) o durazno (melocotón), fácil de preparar y un éxito seguro entre los más chicos.
  3. Frescos y siempre mano: trocitos de melón, de piña (ananás), se conservan bien en el refrigerador (nevera) en un recipiente de preferencia de vidrio. Y como siempre estarán bien fríos, serán una buena alternativa a helados, dulces y otras golosinas que no son tan saludables a la hora de la merienda o como aperitivo antes del plato principal. Haz lo mismo con los vegetales: en un plato o fuente, coloca trocitos de apio y palitos de zanahoria bien lavados, acompañados de un aderezo (aliño) ligero a base de crema agria o de yogurt natural bajos en grasa.
  4. Calma el apetito con una súper ensalada: ya sea de frutas o de verduras, combinando sabores y colores de la manera más atractiva posible al paladar y a la vista. Algunos se prestan para picar de antemano, como los pimientos de todos los colores, o los melones, pero otros tendrás que cortarlos justo antes de servirlos para que no se marchiten (se pongan mustios) o cambien de color, como los pepinos, la manzana y la banana (los plátanos).
  5. Úsalos como condimentos y aderezos: aquí brillan el tomate y los pimientos, que bien picaditos y acompañados de trocitos de cebolla y hierbas aromáticas hacen la corona perfecta de carnes, pollo y pescados a la parrilla, o el sabroso y saludable relleno de un omelette. Experimenta un toque exótico y agrega algo dulce, como trocitos de piña y mango y se chuparán los dedos, especialmente sobre las carnes, o los pescados como el salmón con los que contrasta bien el toque agridulce. Anímate a probar esta receta - Filete de Res con Chutney de Pera y Arándano – y tu familia ¡te dará un 100!
  6. ¿Quién quiere sopa? Las sopas frías y ligeras (de tomate o gazpacho, por ejemplo) sirven de primer plato ligero ya sea en el almuerzo y la cena durante el verano al que solamente tendrás que añadir una porción de proteína (carne, pescado o ave) y fruta como postre. Durante el invierno puedes probar sopas más cremosas, como la de calabaza (ahuyama), calabacín (zuchinni), bróculi (brócoli), usando como base un caldo bajo en grasa y sodio. Para espesarla, usa un poco de yogurt o crema agria bajos en grasa. Anímate a probar estos dos platos que aparecen en nuestra sección de Recetas Saludables: la Sopa de Jitomate (Tomate) y Pimiento Morrón y la Sopa de Verduras de Invierno, baja en calorías y rica en minerales, fibra y vitamina C. Prepara una cantidad abundante y congela la mitad para que tengas ya parte de la cena lista otro día.
  7. Más vida a un vaso de agua: Para que un vaso de agua normal y corriente no te resulte tan aburrido, agrégale un chorrito de limón o lima, o un poco de jugo (zumo) de fruta natural (naranja o mandarina, por ejemplo). Resiste la tentación de agregarle azúcar.
Si poco a poco incorporas a tus hábitos algunos de estos consejos estarás logrando dos objetivos: añadirás más frutas y verduras a tu dieta, que es la base de una alimentación saludable, y además, estarás hidratando mejor tu cuerpo, algo que nunca debes olvidar, especialmente si vives en un clima cálido o cuando llegan los días cálidos del verano. Redobla el esfuerzo de beber suficiente líquido si tú o los miembros de la familia participan en actividades al aire libre o practican un deporte. Considera al agua tu mejor amiga, pero si te aburre beber tantos vasos al día, recurre a la enorme variedad de frutas y verduras en tu mercado local y ponlos ahora mismo a trabajar para hidratar mejor tu cuerpo.

Wednesday, August 15, 2012

Flojear o descansar, ¿cuál es la mejor opción para recuperar la energía? (emol.com)

Los días grises son propicios para no querer hacer nada. Pero una cosa es el descanso y otra muy distinta la flojera, con la cual se pierde la voluntad.

Quedarse en cama, dormir hasta tarde y no querer hacer nada, son los deseos que nos embargan en la semana, cuando la rutina y el trabajo agotan nuestra energía.

La añoranza por un momento de calma sin obligaciones se vuelve una súplica. Entonces, apenas se lograr tener un momento en calma, el cuerpo se desploma, literalmente hablando. Esto si se tiene suerte, porque hay quienes ni siquiera lo logran y su "descanso" proviene sólo de las horas de sueño que puedan alcanzar.

Sin embargo, cuando la oportunidad de un tiempo libre se vuelve un comportamiento ilícito y se dejan de lado las obligaciones por esa necesidad imperante que doblega la voluntad, se les llama flojera.

¡Uf!, sí. La pereza está en la lista de los pecados capitales o los males del mundo. Así de grave. ¿Por qué tanto?

Tal vez sea porque la flojera no es una pausa en el camino, ni un estado tan agradable como se suele describir en el lenguaje coloquial. Carolina Diomedi, médico de familia (dradiomedi@gmail.com) lo explica.

"Entras a un estado de inercia, donde te paralizas, congelas y comienzas a generar pensamientos derrotistas y no te mueves, es decir, pierdes la voluntad de hacer lo mejor para ti", señala.

Agrega que la flojera tiene que ver con sentir una cierta incapacidad por mantener el control de la vida, donde la rutina diaria termina por invadir y coartar la energía básica que se tiene para funcionar.

"Hay un desgaste físico acumulado que provoca esa inmovilidad, porque como no hay control, los tiempos de recuperación son insuficientes para descansar", sostiene.

Es decir, se gasta más energía de la que está disponible y el cuerpo termina pasando la cuenta: la persona se estresa, cansa y está expuesta a hundirse en la pereza, donde no respondería a nada ni nadie. Mal.

Otra postura

Para el psicólogo Raúl Carvajal de Clínica Santa María, la flojera es un concepto que tiene mala barra porque no se profundiza en las causas de su aparición.

"Creo que está relacionada con un profundo temor por quedar expuesto a lo que no quiero hacer, a sobreexigencias que no tienen sentido para mí en ese momento y que reacciono frente a ese deber ser", asegura.

Por tanto, la flojera según el psicólogo, sería una vía de escape válida para zafarse del juicio social.

"Hay mucha gente que deja de hacer cosas por el temor de quedar expuesto al fracaso y al sentirse incapaz, prefiere pasar por flojo que por incompetente", afirma.

Pero indica que en esa parálisis, emerge la culpa por no hacer lo que se debería hacer. "Se pasa pésimo porque no estás cumpliendo con lo que se espera de uno y eso molesta. Y ni hablar de cómo entras en conflicto con tu voluntad", sostiene.
Días de invierno

Esta época del año tampoco ayuda cuando la flojera se apodera de los estados de ánimo. Y cómo no, sí el invierno es una época donde el ritmo biológico se altera, ralentizándose. "Hay una necesidad de irse para adentro, bajar el ritmo y crear espacios más lentos, tranquilos", comparte Raúl Carvajal.

Por lo que, querer tiempo para descansar y no hacer nada se vuelve natural, comprensible. Pero, ¿qué se puede hacer para no caer en la flojera ni dañar a los demás con mis inacciones?

De acuerdo a los especialistas, lo que salva la situación es permitirse el espacio para descansar. Hablan de unos minutos al día, un día, el fin de semana.

"La idea e regalarse el tiempo para conscientemente romper con mis contradicciones, dejar de pelear con la flojera y dar el valor al descanso que se merece y te lo permites", señala el psicólogo.

Habla que es sano asumir que hay momentos en que no se puede hacer nada y comenta que el doctor Ernest Lawrence Rossi, médico y psicoterapeuta ericksoniano, aconseja que las personas cada 90 minutos de trabajo, deberían hacer una pausa de 5 minutos y no hacer nada.

"Es que está comprobado que después de una hora y media empezamos a bostezar o nos da hambre, se pierde la concentración y para retenerla se gasta más energía, por eso se recomienda parar y luego seguir", explica.

Advierte que no es una siesta, sino que permitir que la mente y cuerpo se borren, descansen.

Aprender a descansar

En ese sentido, la doctora Diomedi de orientación antroposófica, recomienda no olvidar que el descanso diario debe ser reparador, acorde a las necesidades y proporcional al esfuerzo que se hace.

Agrega que lo importante es conectarse con el cuerpo físico y no solo usar las horas del sueño para recuperarse. Es necesario ir más allá.

"Es bueno complementar con una alimentación que mejore mi vitalidad, por ejemplo, incluyendo verduras verdes, frutas, agua y dejar de lado los hidratos de carbono procesados, el azúcar, las bebidas alcohólicas, que lo único que hacen es intoxicar el cuerpo y al hígado", afirma.

Invita también a comer poco si se va a tomar una siesta para que el cuerpo se regenere y desintoxique con mayor facilidad. Pero ojo, no pasarse en las horas de sueño.

"Respira profundo y detente, regálate unos minutos diarios para llevar la atención al sentir el cuerpo sin distracciones de TV, computador o teléfonos. Y si es posible, date un baño de tina antes de dormir", incita.

Otra opción para no caer en la flojera en estos días grises, es optar por el ocio y verlo como un espacio para la creatividad y recuperación de la chispa que nos da vida. Tomar ese tiempo como el "vacío fértil", donde pueden surgir muchas cosas buenas.

Tal vez lo más importante sea el consejo de ambos de evitar caer en los sobreesfuerzos que tiran para abajo, porque se practica el autocuidado, hay ánimo y energía para desplegar en las labores diarias, donde nada se hace cuesta arriba. Al contrario, la adversidad se mira con otros ojos.

Tuesday, July 31, 2012

Vitaminas y minerales para subir las defensas


Cuando se aproximan los meses de otoño y de invierno, unos meses especialmente fríos en Europa y –por tanto- en nuestro país, muchos son los expertos que recomiendan adoptar una serie de consejos y medidas básicas que ayudan positivamente a aumentar las defensas.

No en vano, como ya vimos en un anterior artículo, uno de los remedios más útiles para subir las defensas los encontramos en la dieta, especialmente porque existen una serie de alimentos para aumentar las defensas.

Es el caso, por ejemplo, del ginseng, el jengibre, la jalea real o el propóleo, alimentos sanos y saludables que no deben faltar en nuestra dieta diaria durante los meses más fríos del año.

Durante estos meses, también es útil optar por una serie de suplementos vitamínicos y de minerales que pueden ayudar positivamente en esta idea.

En este punto, a continuación nos vamos a hacer eco de aquellas vitaminas y minerales para subir las defensas, ya que ayudan precisamente a este fin.
Vitaminas para subir las defensas
  • Vitamina A
    La vitamina A también es conocida como retinol, y se trata de una vitamina que ayuda a subir las defensas. Ayuda igualmente en la formación y el mantenimiento de los dientes, de la piel y de los tejidos blandos y óseos.
    La encontramos principalmente en fuentes animales como la leche, la carne, el queso, los huevos, etc.
  • Vitamina C
    Es la vitamina por excelencia a la hora de aumentar las defensas. Esto es así porque mantiene las barreras contra las infecciones, a la vez que es fundamental para los vasos sanguíneos y para la piel, a la hora de formar el colágeno, y para la cicatrización de heridas. Así como para la reparación y el mantenimiento de los dientes, huesos y cartílagos.
    La encontramos en los cítricos, el melón, la piña, el pimiento, la patata o el tomate.
  • Vitamina E
    Es una potente vitamina antioxidante, que refuerza la inmunidad y aumenta el número de leucocitos, ayudando a prevenir gran parte de las infecciones.
    La encontramos en los vegetales, hígado, yema de huevo, cereales integrales, frutos secos, verdura de hoja verde y germen de cereales.
  • Vitaminas del grupo B
    Son indispensables a la hora de mantener un sistema nervioso saludable.
    Las encontramos en las carnes, los pescados, productos lácteos, huevos, coliflor, cereales integrales, maíz, frutos secos y cereales enriquecidos.
Minerales para subir las defensas
  • Hierro
    Es un mineral que forma parte de las células sanguíneas, y cuya carencia puede contribuir a la debilidad del organismo, propiciando infecciones.
    Eso sí, se debe tener en cuenta que para aumentar su absorción, su consumo debe asociarse junto con la vitamina C.
    Lo encontramos en la carne, atún, salmón, yema de huevo, legumbres, frutos secos, hígado y verduras (aunque de más difícil absorción).
  • Zinc
    Se trata de un oligoelemento que participa en el buen funcionamiento del sistema inmune.
    Lo encontramos en la carne, algunos mariscos y pescados, nueces, espinacas, legumbres, pipas de calabaza, girasol, queso y aceite de germen de trigo.
     

Alimentos buenos para aumentar las defensas


Para aumentar las defensas una de las cuestiones básicas ciertamente fundamentales a tener en cuenta es el cambio de la dieta cuando ésta no se basa en una alimentación sana.

Esto es así porque apostar por una alimentación saludable, a base de frutas, vegetales y verduras crudas es una excelente forma de asegurar el correcto aporte de vitaminas y minerales antioxidantes, las cuales son capaces de luchar contra los radicales libres y de combatir el envejecimiento celular.
Con la llegada del otoño y del invierno, y sobretodo con cada cambio de estación, nuestras defensas suelen debilitarse, motivo por el cual se deben adoptar una serie de medidas que ayuden a subir las defensas.

En esta ocasión vamos a recoger algunos de los alimentos buenos para aumentar las defensas, para que éstos no falten en tu dieta diaria durante estos meses, en los que con la aparición de la nueva gripe casi parece que debemos cuidarnos y proteger nuestra propia salud más que de costumbre.

Alimentos buenos para aumentar las defensas
  • Jalea real
    Como ya te comentamos en el artículo en el que te hablábamos sobre los beneficios de la jalea real, se trata de un alimento de las abejas reinas que contiene vitaminas del grupo B, C, A y E. Además, también aporta minerales como el fósforo, calcio, hierro, selenio y cobre, así como ácidos grasos insaturados.
    Precisamente por todo lo comentado, es ideal para activar el sistema inmune, especialmente en los más pequeños y en ancianos. Además, ayuda a equilibrar el sistema nervioso gracias a sus propiedades tonificantes, a la vez que previene y combate las infecciones.
  • Propóleo
    Es una sustancia resinosa que las abejas utilizan para cubrir la colmena. Es rica en bioflavonoides, oligoelementos, vitaminas, aminoácidos y aceites esenciales.
    Es ideal para problemas respiratorios recurrentes, así como para situaciones en que las defensas estén bajas y nuestro organismo esté algo más vulnerable a contagiarse por infecciones.
    Tienes más información en el artículo en el que te hablamos sobre los beneficios del própolis o propóleo.
  • Eleuterococo
    Muchos son los beneficios del eleuterococo. Es una planta adaptógena que estimula el sistema nervioso central, aumentando la resistencia a las enfermedades y a reducir la frecuencia de los trastornos debidos a la fatiga y al frío.
    Eso sí, debe ser tomada con descansos y bajo supervisión médica.
  • Jengibre
    Al igual que el eleuterococo, también son muchos los beneficios del jengibre, una planta utilizada desde la antigüedad con propósitos curativos.
    Ayuda a prevenir la gripe, los dolores y las infecciones, contribuyendo a la buena salud celular gracias a sus potentes antioxidantes.
  • Ginseng
    Si existe uno de los beneficios del ginseng que destaca claramente por encima de otros, es el de estimular el estado de ánimo y la concentración a la par que mejoran la resistencia al estrés y la fatiga tanto psíquica como física.
    No en vano, en China ha sido muy utilizada desde la Antigüedad por la Medicina Tradicional China, en donde es conocida como ren shen.
  • Alimentos ricos en vitamina C
    Como es sabido, la vitamina C ayuda a aumentar las defensas del organismo, así como para protegernos frente a enfermedades infecciosas propias del otoño y el invierno.

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