El británico promedio duerme seis horas y media cada noche, de acuerdo con el Sleep Council
de Reino Unido, una organización dedicada a mejorar la experiencia de
sueño con financiamiento de la industria de fabricantes de camas. El
periodista científico de la BBC Michael Mosley participó en un
experimento inusual para averiguar si esto es suficiente.
Hace tiempo se sabe que el número de horas de sueño de que disfrutan las personas declina con la edad.
Esto sucede por varias razones, entre
ellas que vivimos en una cultura que propicia la creencia de que dormir
es un lujo, algo que fácilmente puede recortarse si hace falta. Después
de todo, para eso es la cafeína: para despertarte de un sacudón. Pero
mientras el promedio de sueño que obtenemos ha caído, las tasas de
obesidad y diabetes se han disparado. ¿Es posible que haya una conexión
entre estos hechos?
Queríamos averiguar qué efecto tendría
incrementar sólo 60 minutos el promedio de horas de sueño. Así que le
pedimos a siete voluntarios, quienes normalmente duermen entre 6 y 9
horas, que se prestaran para un estudio en el Centro de Investigación de
Sueño de la Universidad de Surrey, en el Reino Unido.
Los voluntarios fueron distribuidos
aleatoriamente en dos grupos. A uno se le pidió dormir seis horas y
media; al otro, siete horas y media. Una semana después, los
investigadores tomaron muestras de sangre e intercambiaron los grupos:
se le otorgó una hora más de sueño a los que durmieron menos y
viceversa.
Mientras esperábamos ver qué efecto tendría
esto, fui al hospital John Radcliffe de la ciudad de Oxford para
aprender qué pasa realmente cuando dormimos.
En el Centro de Sueño me conectaron a un
electroencefalograma portátil, un aparato que mide la actividad
cerebral. Entonces, sintiéndome ligeramente ridículo, fui a casa y dormí
mis siete horas y media.
Trabajo de archivo
Al día siguiente fui a la oficina de la doctora
Katharina Wulff para discutir que había pasado dentro de mi cabeza
aquella noche.
Mosley cayó profundo; pero eso no significa que descansó.
Lo primero que notó es que había caído
rápidamente en un estado de sueño profundo. Puede parecer que descansé
mucho, pero durante el sueño profundo nuestros cerebros en realidad
trabajan muy duro.
Una de las principales cosas que hace el cerebro
es pasar recuerdos del archivo temporal al archivo de largo plazo, de
manera que tengamos más espacio para recuerdos de corto plazo al día
siguiente. Si no duermes en forma adecuada, estos recuerdos se pierden.
Usted podría pensar: "Voy a dormir menos entre
semana y recupero el sueño el fin de semana". Desafortunadamente, no
funciona así, porque los recuerdos deben ser consolidados en un plazo de
24 horas.
En virtud de esto, es importante que si usted
está estudiando o va a rendir un examen, se asegure de que duerma en
forma razonable. En un estudio, quienes no lo hicieron tuvieron
resultados inferiores al de sus contemporáneos en un 40%.
El sueño profundo sólo dura unas horas. Los
resultados de mi electrodo mostraron que durante la noche mi cerebro
pasó por múltiples fases de otro tipo de actividad, llamada sueño MOR, o
de Movimientos Oculares Rápidos (REM, por sus siglas en inglés).
"El
mensaje claro de este experimento es que si usted está durmiendo menos
de siete horas cada noche y puede alterar sus hábitos de sueño, así sea
sólo un poco, podría repercutir positivamente en su salud. Duerma hasta
tarde, le hará bien"
"Esta es la fase en que generalmente estás
paralizado, no te puedes mover", me explicó Wulff. Pero los músculos de
los ojos no están paralizados; de ahí que se le llame sueño MOR.
Durante el sueño MOR suceden cosas
extraordinarias. Uno de los químicos relacionados con el estrés, la
noradrenalida, se apaga. Es el único momento, en el día o en la noche,
en que esto pasa. Nos permite permanecer calmados mientras el cerebro
reprocesa las experiencias del día y nos ayuda a manejar eventos
emocionales particularmente difíciles.
Obtenemos más sueño MOR en la última mitad de la
noche. Lo que significa que si a uno lo despiertan de manera
inesperada, puede que el cerebro no haya manejado todas las emociones,
lo cual puede dejar una estela de estrés y ansiedad. Tomar alcohol tarde
en la noche no es una buena idea porque reduce el sueño MOR mientras el
cuerpo lo procesa.
Cientos de genes afectados
De regreso en la Universidad de Surrey, nuestros
voluntarios habían completado la segunda semana del experimento.
Queríamos conocer el efecto de cambiar de un patrón de seis horas y
media de sueño a uno de siete horas y media, y al revés.
Pequeños cambios en el patrón de sueño pueden producir una enorme diferencia.
Las pruebas de computadora revelaron que la
mayoría encontraron difíciles las tareas que requerían agilidad mental
si habían dormido menos, pero los resultados más destacados salieron de
los exámenes de sangre.
El doctor Simon Archer y su equipo en la
Universidad de Surrey estaban particularmente interesados en identificar
qué genes se "apagaban" o "prendían" en nuestros voluntarios como
resultado de cambios en su patrón de sueño.
"Encontramos que unos 500 genes estaban afectados", explica Archer. "Algunos iban hacia arriba y otros hacia abajo".
Lo que descubrieron fue que cuando los
voluntarios dormían una hora menos, los genes asociados con procesos
como inflamación, respuesta inmune y respuesta al estrés se volvían
menos activos. El equipo también notó un incremento en la actividad de
los genes asociados con la diabetes y el riesgo de cáncer. Lo contrario
ocurría cuando se añadía una hora de sueño.
Así que el mensaje claro de este experimento es
que si usted está durmiendo menos de siete horas cada noche y puede
alterar sus hábitos de sueño, así sea sólo un poco, esto podría
repercutir positivamente en su salud. "Duerma hasta tarde, le hará
bien", es la clase de mensaje en materia de salud que no se producen muy
frecuentemente.