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Wednesday, February 18, 2015

Estrés (Vocabulario)

Estrés

m. pat. Alteración física o psíquica de un individuo por exigir a su cuerpo un rendimiento superior al normal:
padece de estrés desde que trabaja tanto.
♦ pl. estreses.

Estrés

  • tensión, ansiedad, angustia, fatiga, agotamiento
    • Antónimos: relax


Sunday, August 17, 2014

Período Depresivo (Trastorno Bipolar - Wikipedia)


Las señales y los síntomas del período depresivo en el trastorno bipolar incluyen (pero en ningún sentido se limitan solo a ellos): sentimientos constantes de tristeza, ansiedad, culpa, ira y soledad y/o desesperanza, desórdenes de sueño, apetito, fatiga, pérdida de interés por actividades de las que la persona antes disfrutaba, problemas de concentración, odio hacia uno mismo, apatía o indiferencia, despersonalización, perdida de interés en la actividad sexual, timidez o ansiedad social, irritabilidad, dolor crónico (con o sin causa conocida), falta de motivación, e incluso ideas suicidas.32
Durante la fase depresiva el paciente puede presentar:
  • Pérdida de la autoestima.
  • Desánimos continuos.
  • Ensimismamiento.
  • Sentimientos de desesperanza o minusvalía.
  • Sentimientos de culpabilidad excesivos o inapropiados.
  • Fatiga (cansancio o aburrimiento) que dura semanas o meses.
  • Lentitud exagerada (inercia).
  • Somnolencia diurna persistente.
  • Insomnio.
  • Problemas de concentración, fácil distracción por sucesos sin trascendencia.
  • Dificultad para tomar decisiones y confusión general enfermiza, ejemplos: deciden un cambio repentino de empleo, una mudanza, o abandonar a las personas que más aman como puede ser una pareja o un familiar (cuando el paciente es tratado a tiempo deja de lado las situaciones "alocadas" y regresa a la vida real, para recuperar sus afectos y su vida).
  • Pérdida del apetito.
  • Pérdida involuntaria de peso.
  • Pensamientos anormales sobre la muerte.
  • Pensamientos sobre el suicidio, planificación de suicidio o intentos de suicidio.

Thursday, January 31, 2013

Fatiga mental: cuando el trabajo nos supera

 
"Disminución temporal de la eficiencia funcional mental". Así definen los expertos la fatiga mental. Los efectos en el trabajo son evidentes: pérdida de concentración, peor relación esfuerzo-resultado, menor capacidad de asimilar información y, en consecuencia, aumento de los errores.

A todos nos ha ocurrido en alguna ocasión, pero existen casos en los que la sensación de fatiga llega a ser permanente. Y entonces, las consecuencias para el afectado llegan mucho más allá del trabajo. Entre los síntomas asociados habitualmente a la fatiga mental encontramos trastornos en el sueño, fatiga ocular, sensación continua de cansancio, adormecimiento, mareos, cefaleas, irritabilidad, alteraciones digestivas.

¿Por qué se produce?

La fatiga se produce cuando hay un exceso de carga mental en el trabajo. Es decir, cuando las exigencias de nuestra tarea diaria -esfuerzo requerido, ritmo de trabajo, nivel de atención, tensión emocional - superan nuestra capacidad de respuesta.

Esto puede ocurrir en trabajos que requieren una intensa actividad intelectual o una implicación emocional fuerte. Pero también en trabajos que aún siendo monótonos y repetitivos exigen atención continua. En todo caso, es más frecuente en puestos sedentarios, con poca actividad física.

En una encuesta realizada por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo a finales de 1999, dos de cada tres personas que decían mantener un ritmo alto de trabajo y un nivel elevado de atención durante más de la mitad de la jornada presentaban síntomas claros de fatiga.

En este punto, sin embargo, conviene aclarar dos cosas: primero, que la fatiga no siempre está motivada por el trabajo; segundo, que nunca está motivada sólo por el trabajo. Los hábitos poco saludables en la vida diaria y las circunstancias personales del individuo también influyen.

La fatiga, además, es un síntoma habitual en muchas enfermedades graves, por lo que el afectado no debe confiarse pensando que el problema está causado por el trabajo, la falta de sueño y una dieta poco recomendable. La visita al médico es obligada.

¿Cómo prevenirla?

La sensación de fatiga, sea o no síntoma de otra enfermedad, nos indica la necesidad de descanso. Es un mecanismo regulador del organismo. Cuando aparece, nuestro cuerpo y nuestra mente ponen en marcha sistemas de defensa sin que seamos conscientes de ello: ralentizamos el ritmo de trabajo, hacemos más comprobaciones de las habituales y aplazamos las tareas más críticas. Todo esto ocurre cuando la fatiga ya es una realidad. Pero, ¿cómo evitar que aparezca?

Lo primero que hay que hacer es fortalecer la propia capacidad de resistencia mejorando los hábitos de alimentación, descanso y ejercicio. Son tres factores que, por sí solos, pueden provocar una sensación de cansancio permanente si no se les presta la debida atención.

La organización de las tareas del puesto de trabajo también es clave para prevenir la fatiga. La asignación de funciones a cada trabajador y el establecimiento de timings razonables dependen fundamentalmente de la empresa, pero la persona también puede tomar algunas medidas:
  • Establecer objetivos parciales de trabajo a lo largo del día ayuda a tener una sensación de avance, de "cosas terminadas", que previene la fatiga. El problema de estas metas parciales es que, si no se distribuyen correctamente y resulta imposible alcanzarlas a la hora prevista, originan lo que algunos expertos llaman "agendas calientes" y acaban teniendo un efecto contrario al deseado.
  • Es muy importante poder hacer pausas durante la jornada. Pausas que serán mucho más reparadoras si se cumplen dos condiciones: que el trabajador las pueda distribuir según sus necesidades y que verdaderamente permitan "desconectar". Estar esperando una información o una llamada de teléfono no es hacer una pausa, porque la persona permanece alerta. Sí lo es alejarse del puesto de trabajo y cambiar el foco de atención durante unos minutos.
Las condiciones ambientales en el entorno de trabajo también pueden influir en la aparición de la fatiga. La mala iluminación o el exceso de ruido obligan a hacer un esfuerzo suplementario que provoca más cansancio.

Cada individuo responde de manera diferente a la carga mental en el trabajo. Un trabajador hipermotivado, por ejemplo, puede ser incapaz de percibir su propia fatiga hasta llegar al borde del agotamiento. Una persona muy poco motivada, en cambio, puede notar los primeros síntomas nada más empezar su jornada laboral. 

La fatiga mental

 
¿Qué es la fatiga?

La fatiga, tanto si es mental - es decir originada por el trabajo psíquico o nervioso - como si es corporal - originada por el trabajo físico o muscular es un peculiar estado individual, y se caracteriza por fenómenos conscientes y por fenómenos objetivos. Los primeros constituyen la sensación de fatiga, cansancio o agotamiento, que unida a diversas molestias, integra la llamada fatiga subjetiva; los segundos consisten en una disminución del rendimiento (en cantidad, en calidad, o en ambas formas). 
 
Cuando alguien afirma que se está fatigando, generalmente lo hace porque siente que el esfuerzo que realiza para lograr el trabajo le resulta progresivamente más penoso, y va acompañado de malestares tales como sensaciones dolorosas de tensión, congestión, vacío, etc., en diversas partes del cuerpo.
 
¿Cómo se engendra la fatiga mental?
 
En condiciones normales, cuando nos disponemos a realizar un estudio, hemos de atravesar un período inicial de ajuste, adaptación y concentración, durante el cual se adquiere la actitud de compenetración con el tema y se ponen en marcha, adquiriendo velocidad y aceleración, todos los dispositivos mentales, para la captación del material estudiado.

Sigue un segundo período, de “calentamiento”, durante el cual, vencidas las resistencias o inercias del comienzo, se entra más en el asunto y se absorbe  los datos con creciente facilidad.

En el tercer período, se balancean los efectos del entrenamiento y de la incipiente fatiga, aumentando insensiblemente el esfuerzo de concentración.

Finalmente, el cuarto período, en el cual los efectos de la fatiga privan por sobre los del 
entrenamiento, y a partir de entonces declina progresivamente la curva de aprovechamiento, a la vez que aumenta la molestia del esfuerzo, engendrándose una impresión de cansancio, aburrimiento o desinterés que puede producir sueño.
 
Factores de los que depende la fatiga general
 
Factores intrínsecos:
 
·     Excesivo número de horas de trabajo.
·     Falta de pausas adecuadas durante el mismo.
·     Excesiva velocidad  atropellamiento.
·     Operaciones desagradables durante su ejecución.
·     Textos inadecuados.
·     Postura impropia.
·     Exceso de ruido.
·     Iluminación deficiente o excesiva.
·     Temperatura deficiente o excesiva.
·     Presencia de sustancias anormales en el aire (falta de ventilación, malos olores, etc.).
·     Alteraciones digestivas (hambre, digestión difícil, etc.).
·     Perturbaciones emocionales, originadas por el miedo al fracaso en el trabajo.
·     Actitud personal de antipatía hacia él.
 
Factores extrínsecos:
 
·     Falta de reposo o sueño nocturno.
·     Intemperancia.
·     Retrasos o dificultades en el transporte.
·     Habitación defectuosa.
·     Conflictos familiares.
·     Preocupaciones diversas (económicas, sexuales, etc.)
·     Nutrición deficiente.
·     Falta de intereses compensadores.
·     Enfermedades.

En los estudiantes de ritmo temperamental “diurno” , la fatiga tarda mucho en sobrevenir cuando estudian a la mañana, y en cambio adquiere rápido crecimiento si tratan de estudiar después de cenar ; en cambio sucede lo contrario con los estudiantes de ritmo “vespertino”.
 
Como evitar y combatir la fatiga
 
·     No estudiar nunca más de una hora seguida, es decir, sin pausa.
·     Procure evitar el estudio después de ejercicios físicos pesados, cuando se tiene sueño, hambre, frío, sed, calor excesivo u otras molestias o preocupaciones.
·     Alternar siempre las diversas fases del estudio : lectura de orientación general, lectura concentrada, evocación de datos conocidos, discusión (con algún compañero) de puntos oscuros, ejercicios de práctica de técnicas, formulación de resúmenes, etc.)
·     Procurar cambiar de postura cada diez o quince minutos y descansar la vista medio minuto en los mismos intervalos.
·     Tras una sesión de dos o tres horas, introducir una larga pausa de distracción y reposo, además de las pequeñas pausas 8de uno a cinco minutos) que se habrán introducido antes).
·     Practicar durante las pausas algunas fricciones en la nuca y movimientos rítmicos, para desentumecer las extremidades.
·     El abuso de café o bebidas alcohólicas es perjudicial, en cambio un baño ligeramente tibio, seguido de fricción y masaje, suele mejorar la sensación de cansancio. 


Alimentación contra el cansancio

 
Dejar de hacer gimnasia, dormir más horas, comer el doble, trabajar hasta tardísimo... Descansar y seguir agotado... Y se forma un círculo vicioso que no es fácil de romper.

Pero bueno, algo se puede ir haciendo para salir de esta agotadora cadena de cansancios sucesivos.

En primer lugar, debes saber que hay determinados alimentos que pueden ayudarte para que puedas ir desprendiéndote de la sensación de agotamiento.

La respuesta al cansancio físico y mental se relaciona con la dieta diaria. Tener hábitos alimentarios desordenados, saltearse las comidas o comer a cualquier hora, picotear algo cada 5 minutos, preferir la comida chatarra... Muchos son los motivos “alimentarios” de un cansancio más general.

El cuerpo necesita energía. El azúcar en la sangre comienza a descender después de 4 ó 5 horas de haber comido. 

Consejos Alimenticios contra el Cansancio

Cada 3 horas, comer algo (en pequeñas cantidades), y no pasarse horas enteras sin ingerir nada. Esto mantiene constante el suministro de energía y evita la fatiga, porque no “cae” el valor de la glucemia (azúcar en la sangre).

Hidratos versus fatiga

Los hidratos de carbono son muy indicados para esto, porque se digieren rápidamente. 

Además, aportan azúcar y proveen energía constante. Y la mantienen por mucho tiempo.

¿Dónde están?
  • pastas
  • legumbres
  • cereales
  • pan (si es negro, mejor)
  • arroz
Productos lácteos contra el cansancio

El yogur, la leche cultivada, los quesos descremados, y otros lácteos son otra buena alternativa, que además, tienen bajo contenido graso. Es bueno que, por ejemplo, si estás en el trabajo, te comas un yogur a media mañana. Vas a sentirte mejor.

Alimentos a Evitar

Chocolates, golosinas, gaseosas: no rompen el círculo vicioso del cansancio crónico. Si bien aportan energía, no la mantienen por mucho tiempo. Es preferible “descansar” comiendo otro tipo de alimentos más “sanos”.

Qué es la Fatiga?

La fatiga se define como un conjunto de cambios que experimenta nuestro organismo, cuando se encuentra sometido a condiciones extremas de sobreentrenamiento; o bien cuando no estamos habituados a un tipo de trabajo con una intensidad concreta, e intentamos superar nuestro propio límite de esfuerzo.

Ello nos llevaría a tener posteriormente una menor capacidad de respuesta ante el entrenamiento siguiente. Cuando aparece el cansancio o la fatiga, se manifiestan síntomas físicos, psicológicos, a ambos a la vez.

Tipos de Fatiga

Diferenciamos dos tipos o clases de fatiga: aguda o fisiológica y crónica o general. 

Fatiga aguda o fisiológica: aparece en un momento puntual y afecta principalmente a nuestro rendimiento físico, con una disminución de respuesta ante distintos tipos de estímulos. Se produce generalmente debido a sobreentrenamiento o como reacción ante una situación desfavorable.

La recuperación suele realizarse mediante reposo deportivo. Se comprueba mediante analíticas de sangre y orina, si alguno de los parámetros analizados está por debajo de los límites establecidos como normales (hematíes, ferropenia, glucosa, urea, creatinina, etc.).

Fatiga crónica o general: en este estado aparecen combinadas afectaciones físicas (fatiga aguda o fisiológica) y psicológicas. 

Además de encontrarnos mal físicamente, en este estado disminuye también la atención, la percepción, la sensibilidad, la emotividad y la capacidad de razonar ágilmente (agilidad mental). Esto puede deberse a un exceso de actividad física, problemas personales no resueltos, falta de motivación o fatigas agudas repetitivas.

Causas Generales de la Aparicion de Fatiga

Se pueden enumerar varias causas por las que aparece la fatiga o cansancio:
  • No dejar recuperar al organismo convenientemente después de un trabajo intenso y prolongado (sobreentrenamiento)
  • Trastornos del sistema endocrino
  • Trastornos del sistema nervioso
  • Descenso del metabolismo de los hidratos de carbono y de las proteínas, no existiendo una asimilación adecuada de los mismos
  • Descenso en la proporción de iones (sodio, potasio, ...) y agua en el organismo
  • Descenso del nivel de oxígeno celular, con el consiguiente descenso en la proporción de oxígeno en el músculo
  • Hipoglucemia (bajo nivel de glucosa en sangre), que favorece más la aparición de fatiga psíquica
  • Esfuerzos realizados en altitud (cuando aún no se ha habituado el organismo)
  • Alimentación deficiente (escasa en hidratos de carbono o proteínas)
  • No reponer las sales minerales perdidas por el ejercicio físico
  • Consumo de tabaco y alcohol
  • Vida poco ordenada (trasnochar, sin dejar al cuerpo que realice un sueño reparador conveniente)
Síntomas Generales 

Cuando estamos fatigados podemos encontrarnos con alguno de los siguientes síntomas:
  • Cansancio que va influyendo progresivamente en una proporción mayor de musculatura afectada
  • Agujetas, calambres, rigidez muscular y articular
  • Astenia (pérdida de fuerza y disminución del tono muscular)
  • Sensación de vagancia
  • Aumenta el consumo de energía al realizar cualquier esfuerzo
  • Disminuye la coordinación y precisión en los movimientos
  • Aumenta la respiración
  • Sube la presión arterial y el pulso basal
  • Disminuyen los niveles de hemoglobina, hematíes, potasio
  • Aumenta el nivel de urea
  • Disminuye el apetito y se producen alteraciones del sueño
  • Disminuye la atención, concentración, percepción (más en las fatiga crónica)
Recuperación de la Fatiga

Es preciso tomar una serie de medidas lo antes posible para atajar el problema. Procuraremos:
  • Descender el ritmo e intensidad de los entrenamientos, durante al menos 6 u 8 días
  • Tomar un complejo vitamínico compensatorio
  • Alimentación rica en proteínas e hidratos de carbono
  • Reponer sales minerales
  • Sueño suficientemente reparador de 8 a 10 horas diarias
  • Masaje recuperador para ayudar a eliminar del cuerpo el exceso de toxinas
  • Técnicas de relajación y musicoterapia
  • Abandonar el consumo de tabaco y alcohol
  • Realizarse pruebas analíticas de sangre y orina, por si es necesario tomar medidas en función de los resultados obtenidos
  • Asistencia psicológica en caso de aparición de síntomas depresivos o de no superación de conflictos personales
Los tres Nutrientes que aportan Energia

Hay tres nutrientes que pueden garantizarte la energía que ncesitas para estar en plena forma todo el día: la vitamina C, el calcio y el hierro.
 
Vitamina C: necesitas un mínimo diario de 80 mg. Alcanzarás esta dosis tomando sistemáticamente al levantarte, un zumo de naranja y, a otras horas del día alguna de estas frutas: naranja, mandarina, pomelo, kiwi o papaya.
Además de ayudar al organismo a luchar contra las infecciones, la vitamina C es un buen remedio contra el cansancio y la fatiga crónica y es la vitamina del tono y la vitalidad por excelencia.
 
Calcio: 900 mg diarios. El 60 por ciento de esta cantidad debe proceder de los productos lácteos ya que su calcio es mejor asimilado por el organismo. Toma al menos tres veces al día, una porción de los siguientes alimentos:
  • un vaso de leche, un yogur, un postre lácteo, 150 g de queso blanco, 25 g de queso holandés, gruyere o manchego, ó 50 g de queso tipo camembert.
Una falta de calcio, además de las conocidos riesgos de osteoporosis, provoca a menudo un estado de fatiga y de excitabilidad.
Hierro: 10 mg al día. Las mujeres en edad premenopáusica necesitan unos 18 mg de hierro al día. Para garantizar el aporte de este mineral que tanto influye en nuestro estado de ánimo, y por supuesto en nuestra energía, hay que tomar:
  • Cuatro o cinco veces a la semana un plato de verduras frescas ricas en hierro (todas las de color verde oscuro como las espinacas, la col o las acelgas).
  • Una vez cada 15 días, hígado de ternera.
  • Una vez cada 15 días legumbres secas como lentejas o habas.
  • De vez en cuando, para darle gusto al paladar, se pueden tomar frutos secos ricos en hierro como los orejenos, pasas y dátiles, o un poco chocolate negro Muy rico en hierro).
Dos menús equilibrados y energéticos

Contienen alimentos energetizantes y no llevan calorías superfulas

Primer menú
 
Desayuno
  • un zumo de naranja
30 minutos después:
  • una taza de té o de otra infusión
  • 2 tostadas de pan integral con un poco de aceite de oliva
  • 20 g de queso gruyere
Comida
  • ensalada verde aliñada con aceite de oliva y vinagre de manzana
  • bistec a la plancha
  • judías verdes al vapor
  • 40 g de queso manchego semi
  • una rodaja de pan integral
  • natillas
Cena
  • Ensalada verde
  • Potage de lentejas con verduras (sin tozino ni chorizo)
  • Una loncha de jamón serrano desgrasado
  • Un yogur
Segundo menú
Desayuno
  • un zumo de naranja
30 minutos después:
  • una taza de té o de otra infusión
  • un bol grande de muesli o de cereales inflados
  • una taza de leche semidescremada
Comida
  • ensalada verde aliñada con aceite de oliva y vinagre de manzana
  • merluza u otro pescado a la plancha o al vapor
  • brocoli al vapor aliñado con aceite de oliva
  • una rodaja de pan integral
  • un yogur con fibra y cereales
Cena
  • Ensalada verde
  • Puré de verduras: patatas, puerros, zanahorias y col.
  • Hígado salteado con cebolla
  • 40 g de queso camembert.

Friday, August 31, 2012

Propiedades de la avena


La avena es un cereal que al igual que el resto de los cereales pertenecientes a la familia de las gramíneas, es rico en almidón, una clase de hidrato de carbono muy importante para la alimentación humana.

Pero las propiedades de la avena se diferencian de las del resto de los cereales por ser uno de los más ricos en proteínas vegetales, grasas insaturadas y vitaminas del grupo B. Además contiene calcio, magnesio, fósforo, manganeso, acido fólico, silicio y una gran cantidad de fibras vegetales.

Entre las propiedades de la avena para la salud encontramos que actúa como antioxidante, tiene un efecto laxante leve y actua favorablemente contra el colesterol. Estimula la función digestiva y el sistema nervioso y es muy bueno para los huesos y los tejidos conjuntivos.

Los carbohidratos de la avena son de fácil asimilación y de absorción lenta por lo que resulta un alimento saludable y recomendable para los diabéticos, ya que no provoca cambios bruscos en los niveles de insulina.

La avena tiene un alto contenido proteico, superior al resto de los cereales. Acompañado con leche de soja o algún producto lácteo se transforma en un alimento completo en proteínas y muy saludable. Es una fuente de energía excelente, especialmente aconsejable para consumir antes de una exigencia física o para incluir en dietas para deportistas.

Dietas en base a avena están especialmente indicadas para afecciones del sistema nervioso, posee un efecto tonificante y regulador del mismo por lo que es útil en casos de nerviosismo, fatiga, insomnio y estrés.

También se recomienda el consumo de avena en casos de trastornos digestivos gracias a las fibras que la hacen efectiva para mejorar la gastritis, úlceras y otras afecciones digestivas.

Por sus características nutricionales, es recomendable para todas las personas, para los deportistas, los que sufren de estrés, los que gozan de buena salud, con problemas de sobrepeso o pasando por una enfermedad. Es un alimento ideal para incluir en la dieta de todos los días, también se pueden preparar muchos platos con avena y puede ser consumido de muchas formas distintas.

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