Un estudio reciente publicado en la revista “Psychological
Science” habla de que cuando piensas en una segunda lengua, tomas
decisiones menos riesgosas y más analíticas. Aquí te cuento detalles de
este curioso estudio que una vez más nos demuestra cómo afecta el
cerebro el hecho de ser bilingüe.
Las personas que hablan más de un idioma, pueden sentir que tienen
múltiples personalidades. Si preguntas por ahí a quienes son bilingües
tal vez te sorprenda saber que es así: muchas personas dicen que al
pensar en francés por ejemplo, se sienten más relajadas; o que pensar en
alemán las hace más racionales; o tal vez que pensar en inglés las hace
sentirse más prácticas. Cualquiera que sea el segundo idioma que se
hable, es cierto que el cerebro se “siente” diferente cuando elige
pensar en ese idioma.
Pero hay mucho más al respecto detrás de esta simple percepción. En
un estudio realizado por unos científicos de la Universidad de Chicago,
en Estados Unidos, la conclusión es clara: al pensar en un segundo
idioma, es posible que tomes decisiones menos riesgosas.
Los psicólogos dicen que el racionamiento humano se basa en dos modos o
sistemas de pensamiento. El primero, intuitivo, rápido y emocional,
excelente para la mayoría de las situaciones, pero más propenso a caer
en trampas cognitivas. El segundo, deliberado y lento; mejor para
razonar analíticamente pero requiere más esfuerzo.
Por supuesto, a la hora de tomar decisiones el cerebro minimiza el
esfuerzo y cuando alguien habla dos idiomas, instintivamente se inclina
por pensar en su lengua nativa, es decir, en usar el primer sistema.
Sin embargo, según este estudio, los problemas que se presentan en la
vida moderna tal vez se resuelvan de una mejor manera si se usa el
segundo sistema de pensamiento, el cual está asociado con la lengua
extranjera.
Para probar esta teoría, los psicólogos dividieron a 121 estudiantes
americanos cuya lengua materna era inglés, pero que también hablaban
japonés en dos grupos. A algunos, se les presentó en inglés la siguiente
hipótesis: que para acabar con una enfermedad que podría cobrar la vida
de 600,000 personas, los médicos podrían:
a) desarrollar un medicamento que salvaría 200,000 vidas o
b) desarrollar un medicamento con 33.3%
de posibilidades de salvar las 600,000 vidas y un 66.6% de
probabilidades de no salvar ninguna vida (todo o nada).
La misma hipótesis se le presentó a la otra mitad de estudiantes,
pero en japonés (es decir su segunda lengua). Los resultados fueron
interesantes: la tendencia a tomar una decisión riesgosa e irracional
fue menor en la lengua extranjera. Es decir, que el papel que juega el
instinto se redujo. Esto indica que las decisiones más “analizadas”
fueron tomadas en la lengua extranjera.
En resumidas cuentas, luego de estos experimentos, los investigadores
consideran que pensar en una lengua distinta a la materna proporciona
una distancia del proceso de pensamiento automático, lo cual promueve
los pensamientos analíticos y reduce las reacciones emocionales.
Esto puede ser beneficioso para tomar decisiones de tipo financiero, dicen los especialistas.
Si tú eres bilingüe, valdría la pena que analizaras si a ti te sucede
lo que indica este estudio. Será divertido evaluar por ti mismo(a) si
es cierto que te distancias más de las situaciones cuando tu cerebro se
tiene que esforzar más pensando en tu segundo idioma.