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Sunday, April 13, 2014

Genero y Sexualidad (Resumen)


1. El término "sexo" es ambiguo. Según se utiliza normalmente, indica las diferencias físicas y culturales que existen entre hombres y mujeres (el "sexo masculino" y el "sexo femenino"), así como el acto sexual en sí mismo. Es útil distinguir entre sexo, en el sentido fisiológico o biológico del término, y género, que es un constructo cultural (un conjunto de pautas de comportamiento aprendidas).

2. Algunas personas sostienen que las diferencias de comportamiento entre los sexos están genéticamente determinadas, pero no existen pruebas concluyentes.

3. La socialización en el género comienza tan pronto como nace el bebé. Incluso los padres que creen que tratan a sus hijos exactamente igual, tienden a reaccionar de un modo diferente ante los niños y las niñas. Estas diferencias se ven reforzadas por otras muchas influencias culturales.

4. Las dos teorías principales sobre el desarrollo de la identidad de género son las de Sigmund Freud y Nancy Chodorow. Según Freud, la presencia o ausencia del pene, símbolos, respectivamente, de la masculinidad y de la feminidad, son cruciales para la identificación del niño con el padre y de la niña con la madre. Chodorow subraya la importancia de la madre. Tanto las niñas como los niños se identifican primero con la madre, pero éstos se apartan de ella para afirmar su masculinidad, mientras que las niñas permanecen vinculadas a ella durante más tiempo. Chodorow da la vuelta a Freud: la masculinidad, no la feminidad, se define en función de una pérdida, la del vínculo continuo e íntimo con la madre. Esto explica la inexpresividad masculina: dificultad que encuentran los hombres a la hora de expresar sussentimientos.

5. El género no viene dado. Es algo que todos debemos "practicar" en nuestra actividad cotidiana. La experiencia de los transexuales -aquellos que se someten a un tratamiento médico para cambiar sus atributos sexuales físicos- pone de manifiesto hasta qué punto es difícil pasar de un género a otro.

6. En Occidente, el cristianismo ha sido muy importante a la hora de configurar las actitudes sexuales. En las sociedades en las que los códigos sexuales son rígidos es habitual la hipocresía y la existencia de una doble moral. La distancia que separa las normas de la práctica real puedeser enorme, como han demostrado los estudios de comportamiento sexual. Las prácticas sexuales varían mucho de una cultura a otra y dentro de un mismo contexto cultural. En Occidente, las actitudes represivas hacia la sexualidad dejaron paso, en los años sesenta, a puntos de vista más permisivos, cuyos efectos todavía hoy son patentes.

7. La identidad sexual es un asunto complejo. Algunos autores han señalado que hay hasta diez identidades sexuales diferentes, incluyendo a los heterosexuales, homosexuales, bisexuales y transexuales.

8. Parece que la homosexualidad existe en todas las culturas, aunque el concepto de "un/una homosexual" es una idea relativamente reciente. Ha sido en los últimos cien años cuando ha empezado a considerarse que la actividad homosexual es algo que cierto tipo de personas realiza: una categoría de anormalidad y desviación construida por oposición a la categoría del "heterosexual normal".

La prostitución es la prestación de favores sexuales a cambio de un cierto pago. En las sociedades modernas existen diferentes tipos de prostitución, incluyendo la masculina y la infantil. La prostitución permitida legalmente es aceptada por los gobiernos nacionales o regionales en algunos países pero en la mayoría las prostitutas operan al margen de la ley.

Fuente: Manual de Sociología, Giddens

Friday, May 31, 2013

La Sublimación (laguia2000.com)


Freud utiliza esta palabra para explicar las actividades humanas relacionadas con el trabajo y la cultura, como el arte y la intelectualidad, que parecerían no tener relación con la sexualidad pero que él considera podrían utilizar la energía de las pulsiones sexuales cuando son sublimadas.

La sublimación de una pulsión sexual según este autor, consiste en derivar la energía sexual, no hacia un fin sexual, sino hacia fines socialmente aceptables, valorados por la sociedad. Es a esa particularidad de la fuerza sexual de reemplazar el fin sexual por otro, la que Freud denomina sublimación.

Sublimación deriva del término sublime, que significa en el arte, grandeza, majestuosidad, elevados pensamientos, mientras en el ámbito de la química representa el proceso en el cual un cuerpo sólido pasa al estado gaseoso.

Es cuando el deseo sexual no manifiesto se transforma en la posibilidad de la realización de una obra artística, en un estudio científico, un descubrimiento o cualquier otra actividad considerada de gran valor para la sociedad.

El impulso sexual concede a la cultura su enorme poder en función de su singular capacidad de desplazar su fin específico hacia otra función con la misma intensidad.

Freud no explica claramente si la energía aportada por la sexualidad puede ser desplazada a todas las demás tareas humanas de adaptación, como un trabajo común, cualquier pensamiento, la recreación o el ocio, o si el impulso sexual es capaz de derivar su fuerza solamente hacia tareas artísticas o intelectuales valoradas socialmente.

La sublimación afecta principalmente a aquellos impulsos sexuales que no llegan a integrarse definitivamente a la genitalidad adulta, ya que es de la represión de los elementos perversos del sexo de donde proviene la fuerza para el trabajo cultural.

Para explicar el mecanismo de la sublimación, Freud parte de dos supuestos: el primero es la teoría del apoyo de los impulsos sexuales sobre los impulsos de autoconservación.

De la misma manera en que los trastornos funcionales de la alimentación, de la visión, etc. pueden vincularse con la sexualidad, esas mismas vías deberían ser útiles al individuo normal; para sublimar la energía de su impulso sexual hacia objetivos elevados no sexuales.

En el estudio realizado por Sigmund Freud sobre Leonardo da Vinci, se halla implícita esta hipótesis.

Luego de introducir en su doctrina el concepto de narcisismo, Freud propone el segundo supuesto: para que la actividad sexual sea desplazada hacia otra actividad, necesita tiempo para que la líbido se retire del yo, se desexualice y pueda ser susceptible de ser desplazada hacia actividades no sexuales. Esta líbido desexualizada es la que se transforma en sublimada.

Melanie Klein observa que la sublimación tiene la tendencia de reparación del objeto que ha sido deshecho por los impulsos destructivos.

Freud consideraba muy importante para el resultado del tratamiento de un sujeto, su capacidad de sublimación, pero no aclaró concretamente cómo interviene.

También habló sobre la posibilidad de sublimación de las pulsiones agresivas, tema al que posteriormente le dedicó atención.

Aunque el concepto de sublimación es utilizado frecuentemente en la literatura psicoanalítica y constatado en la práctica clínica, no existe una teoría coherente aún que lo sustente.

Fuente: “Diccionario de Psicoanálisis”, Laplanche y Pontalís, Editorial Labor, 1971

Los Sueños y su Relación con el Inconsciente (laguia2000.com)

La teoría de los sueños ocupa en la historia del Psicoanálisis un lugar especial, constituyendo el procedimiento más característico y singular de esta ciencia.

Algunos de los conceptos más importantes sobre este tema se refieren a la distinción fundamental entre el contenido manifiesto del sueño y las ideas latentes del mismo.

El relato textual del sueño es el sueño manifiesto y lo que presumimos detrás del sueño se designa como ideas latentes del sueño. Es decir, que la tarea tanto del terapeuta como del paciente consiste en transformar el sueño manifiesto en el sueño latente e indicar cómo se produjo esta transformación.

El modo de interpretar el sueño deja en parte de lado el contenido total del sueño manifiesto para centrarse en cada una de sus partes y en las asociaciones que efectúa el soñante sobre esas particularidades.


Se deberían excluir los restos de las experiencias vividas durante el día y los de mucho tiempo atrás, y luego continuar con aquellos elementos que más le han impresionado al sujeto que deberemos interpretar como símbolos de algo distinto.

El terapeuta puede traducir esos símbolos pero el paciente no, por lo tanto, al hacerle conocer al sujeto el contenido simbólico de algún elemento del sueño puede hacer la asociación correspondiente y sacar a la luz algún enigma oculto.

Algunos sueños no pueden interpretarse por las resistencias que opone el soñante, pero la mayoría sí, de manera que la implementación de este método se considera de mucha utilidad, dentro del encuadre psicoanalítico.

Las resistencias y los olvidos suelen tener valor interpretativo, porque precisamente se suele olvidar u omitir el contenido que produce mayor perturbación al paciente.

La resistencia es signo inequívoco de un conflicto, porque existe una fuerza que quiere expresar algo y otra que se resiste a consentir tal expresión.

Aún en el sueño existe censura que se observa en la forma mitigada, deformada e irreconocible del contenido latente que aparece en el sueño manifiesto.

La censura no es privativa del estado de sueño, ya que también existe entre lo reprimido inconsciente y lo consciente durante nuestra vida psíquica en estado de vigilia

La vida onírica es, como ya Aristóteles lo dijo, la manera en que nuestra alma trabaja mientras dormimos.

Estas transformaciones simbólicas durante el sueño tienen una función útil, asegurar la perduración de un buen dormir. El hecho de despertar a veces angustiados por un mal sueño significa que la censura que vigila, considera demasiado peligrosa la situación y no cree ya poder dominarla.

Bibliografía: “Obras Completas de Sigmund Freud” Tomo I, Capítulo XVII, “La Interpretación de los Sueños”, Editorial Biblioteca Nueva, Madrid, España, año 1973

Monday, April 15, 2013

Sueños Sexuales (laguia2000.com)


Interpretar un sueño en la labor analítica consiste en deducir el sentido latente a partir del contenido del sueño manifiesto.

Los sueños se manifiestan en forma simbólica y la interpretación se basa en el significado de esos símbolos; o sea, todos los elementos que aparecen, incluso los detalles, independientemente de su significado general.

Esta interpretación revela el conflicto defensivo y expresan los deseos inconscientes, los miedos, las ansiedades y los posibles traumas del pasado.

Cuando un paciente logra acceder al sentido latente de sus sueños, hace consciente lo inconsciente y dentro de la práctica psicoanalítica puede resolver su conflicto.

El conocimiento del significado de los símbolos es lo que el terapeuta transmite a su paciente; y lo mejor es que sea el mismo paciente el que pueda aplicar esos símbolos a su situación personal al tomar conciencia de su significado.

Los símbolos son arquetipos que existen en el inconsciente colectivo, formados a lo largo de la historia de la humanidad, y sugieren significados comunes para todos; lo que difiere es el significado individual que adquieren según la circunstancia que esté atravesando cada uno.

Por ejemplo, una araña simboliza una madre posesiva y también alguien significativo con esas mismas características.

El mar puede significar el útero materno pero también el nacimiento y la muerte y la iglesia también significa la madre, pero no posesiva sino protectora.

Los símbolos sexuales son muchos, se puede afirmar que soñar con objetos largos con punta que se clavan, para una mujer significa el miembro masculino, como cuchillos, espadas, lanzas, revólveres, escopetas, etc.

Ciertas mujeres muy recatadas en su vida personal suelen soñar que son prostitutas.

Es evidente que este sueño está revelando necesidades sexuales en esos casos, que no están suficientemente canalizadas.

Pero también puede interpretarse como la necesidad de ser libre sexualmente o como sentimiento de culpa o falta de confianza en si misma.

En cambio para un hombre, soñar con prostitutas, que significa tener que pagar para tener una relación sexual, lo que evidencia es baja autoestima y falta de seguridad en si mismo relacionada con su rendimiento sexual.

Soñar el acto sexual con la propia pareja confirma la atracción sexual por ella; pero si es con otra persona, expresa insatisfacción sexual inconsciente con la persona habitual.

Soñar con la práctica del incesto puede indicar distintas cuestiones; como inmadurez, haber vivido ciertas experiencias infantiles de abuso no necesariamente sexuales propiamente dichas, nostalgia por el origen de esa persona, deseos de volver al pasado, de volver a nacer, o la búsqueda personal para afianzar la propia identidad.

Los sueños de infidelidad pueden significar para ambos sexos, el temor a envejecer, a declinar sexualmente, la necesidad de mantenerse jóvenes y activos, de ser atractivos siempre; y también puede interpretarse como temor al compromiso en vísperas de asumirlo.

La infidelidad es una forma de liberación de una relación que resulta poco excitante cuando las hormonas comienzan a decaer y el deseo de establecer una relación con alguien que represente un mayor estímulo.

Soñar con relaciones homosexuales es común y no suele tener gran valor terapéutico, porque el inconsciente es libre, no tiene moral ni prejuicios y puede dar rienda suelta a su erotismo para satisfacer su curiosidad; o bien el paciente puede estar atravesando una etapa de cambios que está comprometiendo su identidad y su futuro.

Por otro lado, también el estrés ayuda a producir esos desequilibrios.

Pero no hay que olvidar que la mayoría de los sueños se relacionan solamente con lo ocurrido durante el día y no necesariamente tienen que tener significado terapéutico.

Fuente: “Obras Completas de Sigmund Freud”, Libro III, “Nuevas Lecciones Introductorias al Psicoanálisis”, “Revisión de la teoría de los sueños” y “Diccionario de Psicoanálisis” de Laplanche y Pontalis.

Friday, March 15, 2013

Sueños e inconsciente (laguia2000.com)


En la segunda parte de la tercer Conferencia sobre psicoanálisis Freud se propone demostrar el inconsciente, su descubrimiento.

Y decía a ese público americano que Freud consideraba “ávido de saber”, que para conocer el inconsciente teníamos una manera fundamental de abordarlo,  a partir del arte de interpretar los sueños.

Es que él les decía a aquellos que querían hacerse psicoanalistas, que tenían que estudiar sus sueños y ser capaces de aceptar lo que la vida onírica proponía a su interpretación.

Y esto considerando la particularidad de lo onírico de ser a la vez, semejante a las alucinaciones de los enfermos mentales, y similar a lo que soñamos en la vida de vigilia…esas ensoñaciones en las que solemos sumergirnos aún estando despiertos.

Pero claro, estando despiertos solemos desprendernos de tales “ilusiones” y las desestimamos tal como el paciente en tratamiento trata a algunas de sus ocurrencias: las quita, las sacude como polvo del abrigo, por ser a veces vergonzosas…

Pero Freud advierte -y es bueno subrayarlo, por las desviaciones que se han producido a partir de esta teoría freudiana de interpretación de los sueños- confiesa que no recurrirá al misticismo para llenar lagunas de su teoría, ya que nunca comprobó que los sueños contengan algo profético. Que eso se trata de algo de otra índole que nada tiene que ver con su propuesta.

Esta propuesta freudiana, la tenemos en esta conferencia de una manera bien sintetizada.
Por un lado, Freud nos conduce a diferenciar el contenido manifiesto del sueño (lo que recordamos al despertar) del contenido latente, que Freud lo asimila al inconsciente. Y le da así al sueño el mismo lugar que el síntoma, si tenemos en cuenta su constitución: es decir, opera la represión. Y aduce una “desfiguración onírica” como resultado del juego de fuerzas opuestas. Así, lo manifiesto del sueño no es más que el sustituto (desfigurado por la represión) de deseos reprimidos, inconsciente.

Tenemos entonces que “los pensamientos inconscientes” son desfigurados por este proceso de “trabajo del sueño”, como resultado de la “escisión”, de la división del aparato psíquico en consciente e inconsciente.

En este trabajo que hace el sueño, podemos estudiar, nos dice Freud allí, los procesos psíquicos inconscientes de “condensación” y “desplazamiento”. Mecanismos que tiene el inconsciente para hacer de ese contenido latente, lo que luego aparece del sueño en nuestra conciencia.

Es demás, en el análisis de los sueños, donde podremos verificar la impronta que han tenido ciertas vivencias de la infancia.

De ahí que exista el prejuicio de los “candidatos” a pacientes de que si visitan a un analista tienen que hablar de su infancia (algo que muchas veces opera como “resistencia” justamente)

Bueno, es que todos los prejuicios que existen sobre el psicoanálisis, parecen resistenciales… ¿lo son?

Será por eso que decimos que no todos tienen que analizarse… Solo aquellos que quieran saber sobre sus síntomas, sobre una causa particular, y poder hacer un recorrido propio para poder hacer con eso.

Como dice Lacan, el pscioanálisis no es una terapia más, un emplasto más; de hecho, dice que si eso fuera, habría que preguntarse por qué hay que imponérselo a alguien, si es de todos los emplastos el más insoportable…

Monday, December 31, 2012

La Sugestión (laguia2000.com)

En toda acción influye la sugestión.
La sugestión es un estado psíquico provocado en el cual el individuo experimenta las sensaciones e ideas que le son sugeridas y deja de experimentar las que se le indica que no sienta. Por esta razón se comenzó a utilizar como tratamiento terapéutico.

Existen diversos métodos para conseguir este estado en una persona:

la sugestión directa
: que se obtiene mediante la autoridad ejercida sobre una persona que se somete a ella;
 
la sugestión hipnótica : que se consigue mediante la hipnosis, estado de influencia magnética, por fascinación por influjo personal o por aparatos adecuados.

la sugestión indirecta:
a través de la insinuación de ideas que los sujetos aceptan como verdaderas y propias.

La hipnosis fue la primera de las técnicas psicoterápicas y aún es utilizada en algunos países de Europa y Rusia.

Esta técnica que varía según el experimentador, utiliza la fijación de la atención y una estimulación generalmente verbal que provoca el trance o comunicación hipnótica, fenómeno que se estima corresponde a un cierto modo de transferencia que se da entre el hipnotizado y el hipnotizador.

Como técnica psicoterapéutica, la hipnosis puede ser utilizada: como método de sugestión directa, con el fin de eliminar ciertos síntomas; como catarsis, o método de descarga emocional; y como hipno-análisis, combinada con la psicoterapia de toma de conciencia.

Existen otras modalidades terapéuticas derivadas de la sugestión como el “ensueño vigil” que consiste en la sugestión de un ensueño orientado por una imagen de partida. El sujeto es puesto en estado de relajación y después invitado a que describa la imagen sugerida. El terapeuta sigue entonces las asociaciones del paciente y las interpreta según la simbología que utiliza Freud y Jung.

Este método tiene una eficacia limitada y los que lo utilizan suelen completar el tratamiento con otros métodos más modernos.

Todas las personas ejercen alguna influencia sobre otras. Algunas tienen una capacidad mayor de persuasión y pueden llegar a convencer con sus argumentos aunque su interlocutor piense lo contrario.

Los vendedores son adiestrados para convencer a los clientes sobre la conveniencia de comprar sus productos, los cuales tratan de adecuar a las necesidades de cada uno para que sean considerados imprescindibles.

Recién cuando nos evadimos del influjo de esa persona y podemos liberarnos de su magnetismo, nos damos cuenta que sus afirmaciones eran puramente interesadas y orientadas hacia el solo objetivo de vender.

La publicidad también utiliza el poder de la sugestión para los mismos fines. Las promesas publicitarias, a pesar de ser difíciles de creer, son aceptadas por el público y convencen a la mayoría.

¿Quién puede sustraerse a la fascinación que ejerce un nuevo perfume que promete ser infalible para la seducción, un shampoo que nos asegura una cabellera sedosa, un suplemento dietético que nos hará adelgazar en pocos días o un aparato que reduce el volumen del abdomen para lograr parecernos un poco al modelo que lo promociona?

Ninguno de nosotros es capaz de hacerlo porque esas campañas publicitarias dan magníficos resultados, o sea, la mayoría les creemos.

La publicidad televisiva mueve la decisión de millones de personas que apenas les prestan atención, porque la visualización de un logotipo tiene efectos hipnóticos y a la hora de comprar esos símbolos se recuerdan.

Enamorarse es un estado hipnótico y vemos sólo lo que queremos ver; y el lavado de cerebro es la técnica que consiste en modificar la forma de pensar de un sujeto borrándole todo vestigio de su visión anterior.

Y existe también la autosugestión. Si somos sugestionables, podemos crear nosotros mismos enfermedades imaginarias y también reales, pero también por sugestión podemos llegar a curarnos.

Saturday, December 15, 2012

La Vida Ociosa (laguia2000.com)


En todas las épocas existieron personas que pertenecieron a una clase social privilegiada sin la exigencia de tener que trabajar para poder vivir.

Esta condición puede anhelarla quien tiene la obligación de hacer grandes sacrificios para ganar su sustento y al mismo tiempo atender su casa y su familia.

Sin embargo, el privilegio de vivir en la opulencia no es sinónimo de felicidad, porque se convierte en un factor que induce a la vida cómoda y vacía de contenido y limita muchas veces la realización personal.

El ocio bien entendido es disfrutar del descanso después de haber desarrollado una tarea constructiva, que puede o no ser productiva económicamente según la circunstancia de cada uno, pero que reporta la satisfacción de la participación activa y necesaria que toda persona debería tener la oportunidad de realizar.

Si tenemos la convicción de que cada uno nace con un potencial diferente para desarrollar, tanto para su propia satisfacción como para colaborar en su medio, se hace necesario canalizar toda la energía en esa dirección y dedicarse a la profesión u oficio que le indica su vocación.

Sin embargo hay gente que por distintas razones no se atreven a intentar ser ellos mismos, eligiendo la vida cómoda y ociosa.

Algunos pueden aceptar esta situación con resignación, como un destino contra el cual no pueden luchar y dejarse llevar actuando según los roles que le impone la sociedad.

Otros se rebelan y se atreven a abandonar una posición de privilegio para sentirse libres de realizarse según sus propósitos.

Y también están los que viven amargados, quejándose de no poder hacer lo que quieren y despreciándose a si mismos por no tener el coraje de desprenderse de sus propias cadenas.

Este es el tema que trata la película “El Sr. y la Sra. Bridges”, magníficamente interpretada por el famoso actor Paul Newman(ya fallecido) y Joan Woodward, que estuvieron casados en la vida real.

En la década de los años treinta del siglo pasado, antes de la guerra, comenzaron los grandes cambios en la sociedad norteamericana.

Aunque todavía se vivía con los valores de la cultura victoriana y muchas mujeres tenían como objetivo último y principal conseguir un esposo de buena posición social, casarse y tener hijos, comenzaban a surgir señales de cambio.

La revolución industrial estaba produciendo una transformación, modificando valores y costumbres; y muchas mujeres aportaban su fuerza de trabajo colaborando con el desarrollo económico.

Sigmund Freud exponía su teoría del inconsciente y la clase privilegiada tenía acceso al psicoanálisis, una psicoterapia que orientaba hacia el autoconocimiento y la liberación de las dependencias; haciendo consciente lo inconsciente, o sea, darnos cuenta de lo que no queremos saber, sin dejarnos llevar por lo que indica el “establishment”.

Esta película es un impecable retrato costumbrista sobre el estilo de vida de los hombres y las mujeres norteamericanos de esa época, de clase media alta, antes de la guerra.

Aunque la guerra aún no había comenzado, la juventud no se adaptaba al estilo de vida de sus padres y actuaban por oposición, intentando de vivir una vida diferente.

La señora Bridges, es el personaje de una mujer que se ha adaptado a su rol de esposa de un prominente abogado y que ha renunciado a sus propias necesidades. Apenas acusa ciertas inquietudes fomentadas por amigas más superadas que son fagocitadas por el marido con astucia, para alejarla de una posible rebelión.

Es una mujer sin brillo, sedienta de afecto, viviendo la experiencia amarga de la soledad en compañía, donde las cosas se ocultan y no se hablan, encargándose solamente de mantener tradicionalmente el equilibrio y considerándose una privilegiada; convencida de tener todo lo que hay que tener y ser quien hay que ser.

El Sr. Bridges, mientras tanto, es un hombre serio, reprimido y rígido que aunque utiliza los servicios de una mujer de color como doméstica, no ve con buenos ojos que los negros vayan a la Universidad de Harvard, institución que considera reservada supuestamente para la raza blanca.

Sin embargo, no todos pueden silenciar sus conciencias en ese ambiente social y cuando a alguien le fallan los mecanismos neuróticos de defensa se puede producir la tragedia.


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