Thursday, November 15, 2012

Algunos Conceptos Sobre El Pensamiento Crítico

   
Claridad
¿Podría ampliar sobre ese asunto?
¿Podría darme un ejemplo?
¿Podría ilustrar lo que quiere decir?

Exactitud
¿Es posible verificar eso?
¿Es posible saber con certeza si eso es cierto?
¿Cómo se puede probar?

Precisión
¿Puede ser más específico?
¿Puede ofrecer más detalles?
¿Puede precisar más?

Relevancia
¿Qué relación tiene con el problema?
¿Cómo afecta eso al problema?
¿Cómo nos ayuda con el asunto?

Profundidad
¿Qué hace de esto un problema particularmente difícil?
¿Cuáles son algunas de las dificultades de esta pregunta?
¿A qué complicaciones habría que enfrentarse?

Amplitud
¿Habría que examinar esto desde otra perspectiva?
¿Habría que considerar otro punto de vista?
¿Habría que estudiar esto de otra forma?

Lógica
¿Tiene esto sentido?
¿Existe una relación entre el primer y el último párrafo?
Eso que dice,¿se desprende de la evidencia?

Importancia
¿Es este el problema más importante que hay que considerar?
¿Es esta la idea central en la que hay que enfocarse?
¿Cuál de estos datos es el más importante?

Justicia
¿Tengo un interés personal en este asunto?
¿Represento los puntos de vista de otros justamente?

Fuente: Una Mini-Guía Para el Pensamiento Crítico. Conceptos Y Herramientas. Richard Paul, Linda Elder.

Aprender a Estudiar (laguia2000.com)

Contrariamente a lo que la mayoría se imagina, estudiar se puede convertir en algo placentero y productivo con menos esfuerzo y mejor resultado, que trasciende la obtención de una nota y que aspira a incorporar y procesar los conocimientos para utilizarlos como base para la creatividad.
 
Se trata de aprender a modificar hábitos de comportamiento nocivos que obstaculizan los propósitos de los estudiantes y atentan contra el rendimiento en sus estudios.

1) Dormir lo necesario. El cuerpo tiene un mejor funcionamiento y la mente está más alerta si se tienen en cuenta sus ritmos biológicos de sueño y vigilia.

2) No ir a clase con el estómago vacío. El cuerpo y la mente necesitan calorías para poder prestar atención y sentirse fuerte.

3) Cuidar la presencia personal. Estar presentable da seguridad y predispone mejor a los profesores

4) Llevar a clase todo lo necesario. No se puede desperdiciar energía ni perder información importante porque están buscando a alguien que les preste lo que necesitan.

5) Conseguir los libros o los apuntes que recomiendan los profesores.

6) Evitar las llegadas tarde y las ausencias a clase. La información que se pierde cuando no estamos en clase nos priva de elementos muy importantes a la hora de los exámenes. Los profesores pretenden principalmente que recuerden lo que dijo en clase.

7) Elegir los primeros asientos. La distancia es inversamente proporcional al interés. Cuanto más lejos del profesor mayores las oportunidades para distraerse. Se ahorrarían horas de estudio si concentraran la atención en la clase, se interesaran en los temas, y se involucraran participando con preguntas y opiniones con fundamente.

8) Tomar buenos apuntes en clase. En el nivel secundario los profesores dictan pero en el terciario no, igualmente se puede tomar buenos apuntes de los conceptos que generalmente son repetidos reiteradas veces.

9) Participar en clase. Existen dos maneras: haciendo preguntas y dando opiniones con fundamento. Hacer una buena pregunta es más difícil que contestarla, porque implica reflexionar y relacionar conceptos, además de requerir estar bien informado. No se puede preguntar sin haber leído sobre el tema. La opinión sin fundamento no tiene ningún valor, es solamente una apreciación subjetiva que no tiene sustento y por lo tanto no es digno de tenerse en cuenta. Una buena opinión exige saber algo sobre el tema.



10) Aceptar las reglas de juego. Las normas, los sistemas educativos, la metodología de enseñanza y los programas de estudio no son perfectos y pueden y deben ser mejorados; mientras tanto lo mejor será aceptar lo vigente porque toda limitación se puede trascender empezando primero por aceptarla.

11) Ser honesto. La confianza, el aprecio y la simpatía que inspira una persona honesta, difícilmente se consigue con otra virtud. No se puede ser medio honesto, hay que elegir una cosa u otra porque no se puede nadar entre dos aguas.

12) Ser coherente. No se puede pensar una cosa y decir otra. Es necesario comprometerse con una postura para poder defender con solvencia las propias convicciones.

13) Respetar la opinión ajena. Conocer otros puntos de vista aunque no se compartan amplía nuestra perspectiva y nos hace más flexibles.

14) Ser positivo, optimista y tener buen sentido del humor. Hay que aprender de los errores. El que apuesta a ganar es probable que lo logre. La tenacidad es una señal de fortaleza de carácter.

15) Ser solidario y comprensivo con los compañeros. El que quiere agradar a todo el mundo termina renunciando a él mismo. El otro merece consideración, no sólo para caerle bien sino para compartir momentos felices.

16) Respetar la propia naturaleza. Cada uno tiene un camino diferente y propio, sólo hay que estar atento y dispuesto.

17) Aprender a relacionar los conocimientos. Existen tres tipos de relaciones: relación de igualdad (dos conceptos pueden tener algo en común), relación de diferencia (dos conceptos difieren en algo que los caracteriza) y relación de influencia (un concepto tiene una influencia sobre otro y por lo tanto se relaciona).

18) Aprender para evolucionar. La ignorancia es causa del estancamiento y la falta de oportunidades. El aprendizaje tiene que estar orientado hacia el desarrollo de la creatividad.

Aprendizaje de conceptos (laguia2000.com)

El aprendizaje de conceptos implica incorporar a la estructura cognitiva, los elementos básicos del proceso de conocimiento, que luego nos llevará a armar proposiciones, relacionándolos.
 
Llamamos conceptos a aquellos objetos, hechos o propiedades, que reúnen características comunes y que por ello son identificados con un nombre particular de tipo convencional. Así surge el concepto de perro, para identificar a todos los animales cuadrúpedos que ladran, o el concepto de hombre que agrupa a todos los animales poseedores de razón.

Formar un concepto sin ver el objeto por él representado, es un proceso complejo de abstracción cuya posibilidad comienza a surgir recién en la adolescencia. En los niños el aprendizaje de conceptos es concreto. Así darán cuenta de la idea de perro cuando los vean ya sea realmente, o por fotos o películas.

La posibilidad de elaborar nuevos conceptos de forma abstracta se basa en la existencia de conocimientos de conceptos previos formados de modo concreto. Así, luego de formar el concepto de perro, gato, hombre, etcétera, de modo concreto, viéndolos, podemos elaborar el concepto de mamíferos, de modo abstracto, utilizando conocimientos preexistentes sobre la alimentación de esos animales.

Por lo tanto los nuevos conceptos se incluirán en la mente humana abstractamente, en su relación con otros conceptos preexistentes elaborados en forma concreta.

Aprender conceptos repetitivamente solo logrará que estén por un tiempo muy corto en la memoria, y luego desaparecerán sin posibilidad alguna de recuperación. Esto ocurre por ejemplo, cuando aprendemos palabras en otro idioma que no sabemos su significado. Eso es lo que hacen los loros que repiten sin entender lo que dicen. Nuestros educandos deben comprender, relacionando el objeto o el evento, con la idea o representación mental, y el nombre asignado socialmente; para luego armar juicios o proposiciones que serán el “qué” del aprendizaje, el objeto de estudio. A este contenido conceptual a aprender se le debe añadir el “como” o contenidos procedimentales, para adquirirlos en forma significativa, y no arbitraria.

Aprendiendo a aprender (laguia200.com)

 
Aprender significa apropiarse de contenidos externos al sujeto e incorporarlos a su estructura cognitiva (aprehenderlos). La ayuda del maestro es inestimable en esta experiencia, pero no es bueno darle todo el conocimiento ya estructurado, procesado, relacionado, analizado, sintetizado, y listo para su adquisición. El alumno en este caso tenderá a repetirlo, y cuando no tenga al maestro que “le sirva” el contenido (conceptual, procesal o actitudinal) no será capaz de obtenerlo por sí mismo.

De eso se trata la expresión “aprendiendo a aprender”, de que el alumno “fabrique” su propio contenido nuevo, por supuesto no de la nada, por invención (siempre el hombre “crea” a partir de lo existente) sino por descubrimiento, indagando en la información existente, cotejándola, valorándola, y preparándola para su comprensión, o sea para que ese material didáctico le resulte significativo en relación a otros conocimientos poseídos.

Significa que el maestro debe enseñar los contenidos conceptuales, los actitudinales (motivación, valoración, espíritu crítico) y sobre todo los procedimentales, que le darán las herramientas con las que construirá el hogar de su saber, que le servirá para siempre, y lo transformará en un ser humano con pensamiento autónomo en el futuro.

No siempre el maestro acompañará a la persona a lo largo de su vida, y sin embargo, en este proceso de aprendizaje continuo, el sujeto deberá incorporar conocimientos nuevos por sí mismo, para lo cual deberá saber hacerlo.

Lo que debe enseñarse son las estrategias de aprendizaje significativo, y fundamentalmente a conocerse a sí mismo. No hay fórmulas infalibles para aprender, sino que conociendo muchas técnicas cada uno las irá a adaptando a sus aptitudes, gustos e intereses. A algunos les resultará más conveniente resumir un texto antes de estudiarlo, a otros hacer un cuadro sinóptico, a otros, grabarlo y luego escucharlo, etcétera. Ninguna técnica es mejor que otra, lo importante es conocerlas, y aprender a realizar un proceso de metacognición para indagar lo que se sabe, lo que se desea aprender, lo que aún falta incorporar y relacionar esos conocimientos de modo sistemático, y no arbitrario.

Aprender a aprender se logra con un estudiante comprometido en su propio proceso de aprendizaje que conozca sus objetivos y cómo lograrlo, un alumno activo y no mero receptor, y un docente guía y no transmisor.

El Rol del Padre (laguia2000.com)


En el año 1977, Emily Dale, psicóloga y catedrática norteamericana, realizó una investigación, a pedido del entonces presidente Jimmy Carter, para conocer en qué medida los padres se ocupaban de sus hijos.

El resultado de este estudio fue que la mayoría les brindaban a sus hijos sólo 38 segundos por día.

Es posible que esa cifra, actualmente sea aún más alarmante; porque el papel de los padres se ha reducido a la tarea, cada vez más difícil, de ganar dinero.

Sin embargo, la presencia del padre en una familia sigue siendo imprescindible, necesaria y útil tanto para la madre como para la identificación, formación y el cuidado de los hijos.

El padre, como parte responsable del acto reproductivo, representa el complemento ideal para la madre, el apoyo para su fortaleza y el uso de la razón, cuando la emoción perturba su discernimiento.

En el mundo animal, el instinto de unión de los padres con sus hijos no se establece a la hora del nacimiento sino más tarde.

En algunas aves, la hembra trata de atraer al macho al nido para que la ayude después que los polluelos rompen el cascarón.

Para conseguirlo lo seduce nuevamente reconstruyendo el nido, que después de los nacimientos queda bastante maltrecho.

En la mayor parte de las aves no existe una forma más eficaz de seducir al macho como la de reconstruir el nido.

Esta conducta de la hembra parece hacerle recordar al macho los tiempos felices pasados con ella e impulsarlo a volver a él.

En el momento en que escucha el sonido del alegre piar de los polluelos, es cuando le surge al macho el instinto de alimentarlos y protegerlos; y también el deseo de permanecer fiel a la hembra.

Se puede inferir, en función de este proceder instintivo, que los hijos afianzan la relación de los padres y contribuyen a unirlos.

En algunas especies de peces, el instinto paternal se despierta rozando con los labios cada uno de los huevos que salen de la madre.

Esto no impide que existan especies animales en las que las hembras se bastan solas para criar a sus hijos y que los padres no tengan oportunidad de sentir ningún instinto paternal.

En estos casos, las hembras, ni bien tienen cría, se ponen agresivas contra los padres superfluos y los echan del nido.

En los cisnes, el padre tiene una tarea de guarda y vigilancia y nada más; pero si la hembra muere, curre algo asombroso, de inmediato el padre se hace cargo de todo y sustituye a la madre en forma perfecta.

Quiere decir que el macho conoce muy bien el trabajo pero que sólo lo practica si es necesario.

Existen especies de aves en que la hembra sólo pone los huevos y el resto del trabajo lo hace el macho, como construir el nido, incubar los huevos, hacer todas las tareas domésticas, y enseñarle a los hijos, mientras las hembras casi no tienen contacto con ellos, y sólo intervienen en su defensa cuando están en peligro.

La distribución de las tareas entre el padre y la madre, desde el punto de vista racional parecería ser más ventajosa para todo el grupo familiar. Pero la naturaleza tiende a priorizar la supervivencia de las especies, de manera que cuando la hembra no se ocupa de nada, se siente impulsada a ir a poner otros huevos en distintos nidos.

Esta conducta se justifica porque los machos suelen ser más numerosos en una colonia, debido a la mayor mortandad que sufren las hembras, víctimas de los depredadores.

Es indiscutible que una madre en la naturaleza, es mucho más difícil de sustituir que un padre.

Tal vez, el origen de la mayor responsabilidad que recae sobre las hembras provenga de remotas épocas, cuando el macho, debido a su mayor tamaño y fuerza se encargaba de las tareas más peligrosas y riesgosas y las hembras, de una constitución más pequeña eran más sedentarias.

La realidad es que en la raza humana, la tendencia femenina se orienta hacia los trabajos hogareños y el cuidado de los niños, y esta característica, aunque parece estar cambiando, es evidente que sigue aún arraigada en la raza humana.

Fuente: “Calor de Hogar”, Vitus B. Dröscher.

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