El sentido estético se puede llegar a aprender pero forma parte de nuestras habilidades innatas.
Se podría llegar a desarrollar la percepción de la armonía, pero en
general cuando se da esta condición en forma natural no exige esfuerzo
alguno y esto es lo indicado para dedicar la vida a profesiones u
oficios que necesitan de esta aptitud.
La pintura, la escultura, la decoración, la arquitectura, el diseño
industrial, el dibujo, la música, la poesía, son actividades ideales
para las personas que tienen sentido estético.
Representa la búsqueda de la belleza y las condiciones que hacen
posible que los objetos luzcan bellos. Aunque no se persigue la
belleza como patrón convencional sino su estética, es decir su
significado, su relación con las cosas, su armonía y su orden.
La naturaleza tiene esas características y el hombre tiene la
capacidad de recrearla y reproducirla a través de la manifestación
artística.
En cada época existieron ciertas normas estéticas que todo artista se
empeña en respetar, porque de algún modo manifiestan el momento
histórico, hasta que surge un genio que da por tierra con esas pautas
existentes y es en ese momento en que nace un nuevo movimiento que
expresa el inicio de una nueva era.
El arte es una forma de conocimiento. Todo artista percibe la
realidad de una manera diferente al común de la gente y es una forma de
conexión con lo trascendente.
Para algunos filósofos idealistas, el arte es la manifestación de la
idea. Los notables artistas del Renacimiento expresaban con la pureza
formal su identificación con la naturaleza tratando de captar la
perfección que subyace en ella.
Posteriormente, el sentido estético en el arte expresó los valores,
los significados, las intuiciones, las revoluciones sociales, lo
realista, lo formal y lo abstracto, expresando el desarrollo de la
historia.
Los críticos de arte se basan principalmente en el análisis del
cumplimiento o no, por parte del autor, de las normas existentes, para
evaluar las producciones artísticas, además de su significado, la
armonía, los colores, y la capacidad de la obra de conmover a los
observadores. Pero también existe un mecanismo de comercialización que
se maneja con las mismas reglas de mercado como cualquier otro producto.
El sentido estético busca la buena forma, en términos de la teoría de
la Gestalt, completa lo incompleto, perfecciona lo imperfecto y ve la
belleza en cada manifestación de la realidad aunque se trate de
fenómenos dolorosos.
Un esteta ve el orden en el desorden lo esencial de lo aparente y trata de descubrir las verdaderas formas del caos.
Miguel Angel señalaba que sus esculturas ya estaban presentes en el mármol y él sólo las descubría.
La producción artística adquiere valor cuando el artista logra
expresar con fidelidad su cosmovisión imprimiendo su estilo a sus obras,
logrando la identificación con su obra.
Un cuento para pensar
Criptograma literario – (Ejercicio literario respetando el orden alfabético)
(Cuento distinguido como el mejor cuento de la semana, por el Foro de Cuentos del Diario La Nación.)
El Pintor de Cuadros
Alberto Vivaldi alquilaba una pieza en una casa de Valparaíso.
Bajaba a la playa todos los veranos para vender sus cuadros.
Cuando esa mañana empezó a llover, se refugió en una casa de remates.
Detrás de un mostrador dejó sus pinturas. Encontró asiento en la última fila. Fue el mejor lugar para quedarse dormido.
Gente que vociferaba lo despertó. Había ocurrido algo inesperado. Increíblemente estaban rematando sus cuadros.
Justo cuando abrió los ojos, vio como se vendía el primero en dos mil dólares.
Kilómetros había tenido que caminar para venderlos a cincuenta pesos.
La gente parecía muy interesada. Mágicamente se vendieron todos en corto tiempo.
Ninguno lo molestó con preguntas. Ñandubay se llamaba la empresa que le pagó en total treinta mil dólares.
Olía a tierra mojada cuando salió. Parecía que todo no había sido más que un sueño.
Quiso poner el dinero en lugar seguro. Rápidamente se encaminó hacia un banco.
Salió de allí con una tarjeta de crédito en un bolsillo y dinero en efectivo en el otro.
Tomó un taxi. Ubicó un hotel cinco estrellas. Ventanales con vista al mar y terraza con jacuzzi tenía su habitación.
Walter sería desde ahora su nombre. Xamandú su apellido.
Ya no tendría que bajar a la playa para vender sus trabajos. Zambrano, el rematador, se encargaría de todo.
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