Friday, May 31, 2013

Cómo Cambiar (laguia2000.com)


Básicamente cualquier cambio de conducta puede cambiar a una persona y también brindarle la posibilidad de cambiar su vida, porque después de todo la conducta es casi siempre puro hábito.

¿Por qué es tan difícil cambiar? La mayoría teme perder su personalidad con los cambios y se esfuerza en mantener una imagen aunque esa imagen tenga un alto costo tanto para su salud como para su felicidad.

Sin embargo, cambiar es posible, porque se pueden desaprender conductas que enferman para aprender otras más saludables.

El dominio de uno mismo es fundamental, ya que ninguno puede lograr ser la persona que es si antes no aprende a conquistarse a si mismo, renunciando a las dependencias y a las necesidades de todo tipo.

Pero todo cambio en un aspecto de la personalidad puede repercutir negativamente en otro. Por ejemplo, si una persona comienza a cambiar hábitos alimenticios para regularizar su peso, puede cambiar también su carácter y ponerse agresivo o malhumorado.


Este proceso es normal y significa que se está transitando la senda correcta para el logro de los objetivos.

No siempre el malhumor o la agresividad tienen que ser mal entendidos, porque puede indicar que además de alimentarse mal, esa persona no estaba todo lo cómoda que se imaginaba con sus relaciones y disimulaba sus emociones en lugar de enfrentar los problemas.

A veces pasamos por alto muchas cosas que creemos que nos merecemos, porque nuestra autoestima está baja y nos acostumbramos a las definiciones y al mal trato; y una forma de defenderse es ocultárselo a uno mismo ignorándolo.

Toda esa acumulación de emociones se convierte en resentimiento que a la vez atrae más y más cosas negativas.

La única salida rápida y segura es el perdón a uno mismo y a los demás y la renuncia a la necesidad de las personas generadoras de esas emociones.

Renunciar a la necesidad no significa erradicarlas de nuestra vida, sino transformarlas en personas que no tienen más influencia sobre nosotros; porque la base de los problemas las creamos nosotros mismos con nuestra forma de pensar y de actuar.

Cambiar empieza con la intención, o sea, estando dispuesto a hacerlo. La intención es todo, porque es la que determina la conducta. No importa tanto saber qué es lo que tenemos que hacer, sino tener la intención de hacerlo.

La mente actúa según lo deseamos, porque no es ella la que nos controla sino que somos nosotros los que elegimos los pensamientos y nuestra manera de pensar.

Si prestamos atención nos podemos dar cuenta, en un momento dado, que si nos desprendemos de los viejos pensamientos y de las preocupaciones del futuro en ese preciso instante tendremos la oportunidad de experimentar la verdadera felicidad.

Podemos empezar en este mismo momento aflojando todo el cuerpo, relajándonos y renunciando a toda emoción negativa, para recuperar así la paz con nosotros mismos y con la vida, porque definitivamente sólo en el ahora estamos seguros y a salvo.

El presente es lo único que se puede cambiar, porque el pasado es inmodificable y el futuro una ilusión.

Disfrutemos hoy y despreocupémonos de todo lo viejo que nos ha llevado a adquirir hábitos que nos esclavizan.

Despojemos a los recuerdos de su carga afectiva, porque son solo recuerdos y no significan nada, porque aquí y ahora pueden suceder otras cosas diferentes

El perdón soluciona casi todos los problemas y es el mejor modo de liberarse, porque disuelve el resentimiento y la necesidad de venganza.

Una técnica que ayuda a perdonar es visualizar, en estado de relajación, una escena en la que están las personas que alguna vez nos hicieron algún daño, sucediéndoles acontecimientos muy felices, cosas que deseaban que le ocurriesen y que eran importantes para ellas.

Luego visualícese usted mismo experimentando momentos felices que desea, proyectándose feliz y sonriendo.

Estos ejercicios nos liberan de las cargas emocionales, de la depresión, del sufrimiento, del temor, de la culpa, del odio y del resentimiento.

Fuente: “Usted puede sanar su vida”, Louise L. Hay, Ed.Urano, Argentina, 1992

Cómo Cambiar el Estado de Ánimo (laguia2000.com)


Es un poder tiránico el estado de ánimo


Algunos días la gente se levanta de la cama con “la depre”; ese lamentable estado de ánimo que todos llegamos alguna vez a experimentar que hace que todo el día nos vaya mal.

El estado de ánimo depende de la mente, es decir lo que piensa y siente una persona y su funcionamiento físico.

La conexión mente cuerpo permite que los pensamientos y emociones se expresen con el cuerpo.

La mente tiene la capacidad de cambiar de un estado a otro en forma inmediata y cuando eso sucede, todo alrededor también cambia.

La mente guía al cuerpo y éste la acompaña y las emociones de preocupación, miedo, dolor, desesperanza, odio, resentimiento, etc. se reflejan en el rostro.

Si nos levantamos con el pie izquierdo, las experiencias placenteras del pasado nos pueden ayudar en el presente a recuperar el estado de ánimo normal porque representan un recurso para levantar el ánimo.

Ponerse en un estado de más recursos es una forma de salir de estados emocionales negativos y recobrar un estado normal.

El método de Programación Neurolingüística llama libertad emocional a la posibilidad de cambiar de estado de ánimo voluntariamente; y las personas que lo logran pueden experimentar los vaivenes de su existencia pero sin quedarse fijados al sufrimiento.

No sólo podemos reaccionar frente a lo que nos pasa sino que además podemos influir en nuestros estados de ánimo y cambiarlos, porque todo depende de nuestra interioridad.

Las emociones se pueden inducir haciendo que una persona las recuerde. 

Por ejemplo, se puede volver a sentir miedo recordando una situación de peligro, odio evocando a alguien que nos ha dañado y alegría recordando un momento feliz.

Todos podemos evaluar cómo está el otro con sólo mirarlo detenidamente y conversar algunas palabras con él, porque la mala onda se puede extender hasta el interlocutor y hasta contagiarlo.

Una persona expresa con todo el cuerpo cuando está enojada, deprimida o alegre y hasta cuando está mintiendo. No se necesita ser psicólogo para darse cuenta, si se presta algo de atención a las señales que emite el cuerpo.

En las relaciones interpersonales, saber interpretar estas señales, puede mejorar notablemente los vínculos.

Los estados emocionales influyen en el comportamiento y controlar esos estados es la clave.

Tenemos que aprender a desconectarnos de estados de ánimos negativos que nos provocan ciertas actividades, que nos condicionan y nos perturban todas las áreas de la existencia.

Por ejemplo, si se desea no contaminar la vida familiar con problemas del trabajo.

La Programación Neurolingüística nos dice que para controlar los estados de ánimo hay que tener equilibrio y cordura.

Si asociamos un estímulo a un estado psicológico deseado, ese estímulo solo, es el “ancla” que traerá consigo el recuerdo de ese estado.

Esto sucede continuamente, cuando suena el despertador hay que levantarse, cuando un olor particular remite a una experiencia de la infancia, o cuando una melodía recuerda un romance.

Un ancla es cualquier cosa que atrae consigo un estado emocional en forma espontánea.

Pero podemos crear anclas voluntariamente repitiendo la asociación del ancla con el estado emocional deseado; o sin necesidad de repetirla, de una sola vez si la emoción es lo suficientemente fuerte y se enlaza al ancla en el momento adecuado.

Las palabras pueden utilizarse como anclas pero también algunos sitios, como por ejemplo los lugares cerrados que suelen convertirse en anclas para las personas que sufren claustrofobia, porque evocan la emoción de pánico

Revertir esa asociación puede controlar el efecto de los lugares displacenteros para los fóbicos, por ejemplo, evocando recuerdos de emociones intensas de libertad al aire libre cuando están en un ascensor.

Se pueden elegir las asociaciones que se deseen para enfrentar cualquier situación de la vida que resulte rechazante, eligiendo el estado emocional deseado y luego asociándolo con un ancla para poder traerlo a la mente cuando se desee.

El ancla puede ser cualquier cosa, el chasquido de los dedos, una palabra, un amuleto, una oración, etc.

Cuando se logra cambiar de forma de actuar, los demás alrededor también cambiarán y toda la situación será diferente.
 

Los Sueños y su Relación con el Inconsciente (laguia2000.com)

La teoría de los sueños ocupa en la historia del Psicoanálisis un lugar especial, constituyendo el procedimiento más característico y singular de esta ciencia.

Algunos de los conceptos más importantes sobre este tema se refieren a la distinción fundamental entre el contenido manifiesto del sueño y las ideas latentes del mismo.

El relato textual del sueño es el sueño manifiesto y lo que presumimos detrás del sueño se designa como ideas latentes del sueño. Es decir, que la tarea tanto del terapeuta como del paciente consiste en transformar el sueño manifiesto en el sueño latente e indicar cómo se produjo esta transformación.

El modo de interpretar el sueño deja en parte de lado el contenido total del sueño manifiesto para centrarse en cada una de sus partes y en las asociaciones que efectúa el soñante sobre esas particularidades.


Se deberían excluir los restos de las experiencias vividas durante el día y los de mucho tiempo atrás, y luego continuar con aquellos elementos que más le han impresionado al sujeto que deberemos interpretar como símbolos de algo distinto.

El terapeuta puede traducir esos símbolos pero el paciente no, por lo tanto, al hacerle conocer al sujeto el contenido simbólico de algún elemento del sueño puede hacer la asociación correspondiente y sacar a la luz algún enigma oculto.

Algunos sueños no pueden interpretarse por las resistencias que opone el soñante, pero la mayoría sí, de manera que la implementación de este método se considera de mucha utilidad, dentro del encuadre psicoanalítico.

Las resistencias y los olvidos suelen tener valor interpretativo, porque precisamente se suele olvidar u omitir el contenido que produce mayor perturbación al paciente.

La resistencia es signo inequívoco de un conflicto, porque existe una fuerza que quiere expresar algo y otra que se resiste a consentir tal expresión.

Aún en el sueño existe censura que se observa en la forma mitigada, deformada e irreconocible del contenido latente que aparece en el sueño manifiesto.

La censura no es privativa del estado de sueño, ya que también existe entre lo reprimido inconsciente y lo consciente durante nuestra vida psíquica en estado de vigilia

La vida onírica es, como ya Aristóteles lo dijo, la manera en que nuestra alma trabaja mientras dormimos.

Estas transformaciones simbólicas durante el sueño tienen una función útil, asegurar la perduración de un buen dormir. El hecho de despertar a veces angustiados por un mal sueño significa que la censura que vigila, considera demasiado peligrosa la situación y no cree ya poder dominarla.

Bibliografía: “Obras Completas de Sigmund Freud” Tomo I, Capítulo XVII, “La Interpretación de los Sueños”, Editorial Biblioteca Nueva, Madrid, España, año 1973

La relajación mental y muscular (laguia2000.com)

La relajación física es más difícil de lograr que la relajación mental, ya que la vida moderna nos obliga a mantenernos en tensión y a estar siempre apurados.

La relajación mental consiste en la concentración de la atención en algo. Puede ser en la propia respiración normal, o en una imagen cualquiera que sugiera paz y tranquilidad.

Con la práctica de la concentración se puede llegar a aquietar la mente e incluso lograr dejar de pensar. 

Sabemos que nuestros pensamientos nos invaden y saltan de un tema a otro continuamente contaminando nuestra mente con preocupaciones y recuerdos de experiencias anteriores, restándole claridad a nuestro cerebro que queda condicionado por las imágenes que crea en forma anticipatoria, impidiéndonos ver la realidad tal cual es.

Los estados mentales de relajación otorgan un mayor poder intelectual, despierta nuestras potencialidades y nos permite desarrollar nuestra capacidad de intuición e imaginación, fuente de toda creatividad.

La relajación física y la concentración psíquica nos introducen en una experiencia trascendente que es la meditación.

Practicar la relajación del cuerpo tres veces por día durante quince minutos cada vez, de cabeza a pies, tratando de concentrarse en cada parte del cuerpo hasta sentirlo, ayuda a mantener una buena salud y a corregir trastornos provocados por el exceso de tensión.

Relajarse significa aflojarse, distender los músculos, imaginar los huesos relajados, la piel, los órganos internos, los tejidos y hasta las mimas células de todo el cuerpo, con la intención consciente de su funcionamiento normal y saludable.

Todo nuestro cuerpo está diseñado para atender y normalizar en forma involuntaria cualquier desequilibrio que se presente. No tenemos que pensar en hacer la digestión, ni en segregar hormonas ni preocuparnos para que nuestro corazón funcione.

Somos una farmacia ambulante con remedios para todas las enfermedades, sin contraindicaciones. Nuestros pensamientos negativos, logran impedir este proceso dando lugar a perturbaciones que nos enferman.

Pero si tenemos el poder de enfermarnos, por lógica, también podemos con nuestra mente curarnos.

Cuando nos relajamos profundamente, se llegan a alcanzar estados en los cuales el cuerpo parece no pertenecernos. Esa posibilidad puede permitir la recuperación del equilibrio perdido, ya que el cuerpo puede proceder a su restauración cuando desaparecen los bloqueos psicológicos, con la ayuda de nuestros propios deseos conscientes.

Podemos relajarnos en cualquier lugar y a cualquier hora aún sin cerrar los ojos, manteniendo la vista fija en un punto, viendo sin ver, oyendo sin oír y pensando sin pensar.

Cinco minutos de relajación es bueno, diez minutos es mejor y quince minutos es excelente.

La relajación diaria formará el hábito de mantenerse relajado durante el día, mejorando todas las funciones del cuerpo.

Es una muy agradable sensación sentir el cuerpo absolutamente relajado.

El Poder Mental (laguia2000.com)

Tiene una importancia capital, el poder mental
La inteligencia humana puede aprender a funcionar en estados de conciencia más elevados; y cuando esta habilidad esté al alcance de todos y la dominen, permitirá cambiar totalmente al hombre.

Las ondas cerebrales están asociadas con la actividad mental, con la paz interior, la inspiración, la creatividad, la curación, la concentración, la memoria, la comunicación y el aprendizaje.

Aprendiendo a funcionar en frecuencias cerebrales más bajas se logran activar facultades perceptivas, más allá de los cinco sentidos y el desarrollo de estas facultades dará comienzo a una nueva era de la evolución humana.

La tecnología de la comunicación es la que más ha avanzado en los últimos años. Los teléfonos celulares se han convertido en un apéndice personal que acompaña a la mayoría de la población a todos lados. 

Pero existe otra manera de comunicación humana aún no desarrollada, que es subjetiva y que puede ser utilizada para detectar y solucionar problemas.

Es posible llegar a convertirse en personas más sanas, más útiles y creativas y más eficaces para resolver los problemas personales y también para ayudar a otras personas.

El estado de concentración produce ondas cerebrales Alfa que permiten pensar con el hemisferio cerebral derecho, fuente de poder, de creatividad y de inspiración.

Concentrarse significa centrarse en algo, dejando de lado todos los pensamientos y percepciones periféricas.

Puede ser en la propia respiración normal, o en una imagen mental que proyectamos en una pantalla imaginaria, o en la luz de una llama.

El aprendizaje de este nuevo modo de utilizar la mente ayudará a cambiar y mejorar la vida de todas las personas, elevarán su conciencia y podrán ver la realidad desde una perspectiva más amplia.

El secreto de dominar esta técnica está en no dejar de practicarla nunca.

Cuando nos despertamos cada mañana, nos encontramos en un estado mental alfa, entre el sueño y la vigilia. Este momento es el ideal para programar un día perfecto.

Ni bien te despiertas, agradece a la naturaleza haberte despertado y estar vivo y respirando un día más.

Enseguida, repite mentalmente frases positivas para ese día como las siguientes:

Me siento muy bien.
Mi salud es perfecta.
Mi estado de ánimo es excelente.
Todo lo que realice hoy saldrá bien.
Tendré oportunidades por doquier.
Todos mis problemas se resolverán.
Tengo todo el dinero que necesito
Consigo el trabajo que deseo
Soy como un imán que atrae toda clase de prosperidad y riqueza
Me rodea el amor
El orden natural ordena mi cuerpo y mi mundo
Mi estado natural es la paz interior
Me entrego para disfrutar el momento presente
Abandono el control porque todo es perfecto.
Confío en la vida sin oponer resistencias
Perdono todo a todos y les deseo lo mejor

Es importante también expresar mentalmente frases positivas relacionadas con las actividades que tenemos que desarrollar en el día; por ejemplo, antes de salir a la calle, antes de llegar a la oficina, antes de realizar nuestras tareas.

La programación positiva previa a la acción, favorece el resultado de todas nuestras actividades y gestiones; hace fluir el tránsito, genera onda verde en todas las esquinas, permite encontrar estacionamiento, mejora el clima.

Practiquen con la frase: “El tiempo mejora cuando salgo”; y nunca tendrán que llevar un paraguas.

Todas estas cosas funcionan porque somos puro pensamiento y a la realidad la crea el pensamiento. 


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