Saturday, April 7, 2012

POR QUÉ LOS HOMBRES RARA VEZ ALCANZAN EL ÉXITO ANTES DE LOS CUARENTA


A partir del análisis de más de 25.000 personas, descubrí que los hombres que alcanzan el éxito de una forma destacada, raras veces lo hacen antes de cumplir los cuarenta años, y muy a menudo no emprenden su verdadero paso hasta mucho más allá de los cincuenta. Este hecho me resultó tan sorprendente que me impulsó a revisar su causa con mayor cuidado.


Ese estudio puso de manifiesto el hecho de que la razón principal por la que la gran mayoría de los hombres que tienen éxito no empiezan a alcanzarlo antes de los cuarenta o de los cincuenta años es debida a su tendencia a disipar sus energías a través de una excesiva complacencia en la expresión física de la emoción del sexo. La mayoría de los hombres nunca aprende que la urgencia del sexo tiene otras posibilidades que transcienden con mucho en importancia de la simple expresión física. A la mayoría les viene este descubrimiento después de haber despilfarrado muchos años, en un período en el que la energía sexual se encuentra en su punto más alto, antes de los cuarenta y cinco o los cincuenta años. Habitualmente, a ese período sigue otro de logros notables.
Las vidas de muchos hombres cercanos a la cuarentena, o que ya la han dejado atrás, refleja una continuada disipación de energías, que podrían haber sido dirigidas con mucho más provecho hacia canales mejores. Extienden de manera alocada sus emociones más exquisitas y poderosas a los cuatro vientos.
El deseo de expresión sexual es, con gran diferencia, el más fuerte e impulsor de todas las emociones humanas, y, por esa misma razón, cuando ese deseo se controla y se transmuta en acción en lugar de en expresión física, puede elevarle a uno hacia la consecución de grandes logros.

LA FUERZA IMPULSORA DEL SEXO

 


Las páginas de la historia están llenas de casos de grandes líderes cuyos logros se basaron en la influencia de mujeres que despertaron en ellos las facultades creativas de sus mentes a través del estímulo sexual.


Napoleón Bonaparte fue uno de ellos. Cuando se sintió inspirado por su primera esposa, Josefina, fue irresistible e invencible. Cuando su «mejor juicio», o su facultad de razonamiento, lo impulsó a dejar de lado a Josefina, empezó a declinar. Su derrota y su destierro en Santa Elena no estaban lejanos.
Si el buen gusto nos lo permitiera, podríamos mencionar a un gran número de hombres, bien conocidos en Estados Unidos, que alcanzaron grandes éxitos bajo la estimulante influencia de sus esposas, sólo para caer en picado hacia la destrucción cuando el dinero y el poder se les subieron a la cabeza y dejaron de lado a su esposa por otra mujer. Napoleón no fue el único hombre en descubrir que la influencia sexual, procedente de una fuente correcta, es mucho más poderosa que cualquier sustituto de la eficacia que pueda crearse sólo por la razón.
¡La mente humana responde al estímulo!
Entre los más grandes y poderosos estímulos se encuentra el del sexo. Cuando se la controla y se la transmuta, esta fuerza impulsora es capaz de elevar a los hombres a esa más alta cota de pensamiento que les permite dominar las fuentes de la preocupación y las pequeñas molestias que se interponen en su camino en el plano inferior.
Con el único propósito de refrescar la memoria, y en relación con los hechos de que disponemos a partir de las biografías de ciertos hombres, presenta mos a continuación los nombres de unos pocos hombres de éxito extraordinario, de cada uno de los cuales se sabe que poseyó una elevada naturaleza sexual. El genio, que era indiscutiblemente suyo, encontró su fuente de poder en la energía sexual transmutada:
 
GEORGE WASHINGTON          WOODROW WILSON
THOMAS JEFFERSON             RALPH WALDO EMERSON
NAPOLEÓN BONAPARTE        JOHN H. PATTERSON
ELBERT HUBBARD                  ROBERT BURNS
WILLIAM SHAKESPEARE        ANDREW JACKSON
ELBERT H. GÁRY                    ENRICO CARUSO
ABRAHAM LINCOLN

El propio conocimiento de que usted disponga acerca de las biografías de los grandes hombres le permitirá engrosar esta lista. Encuentre, si puede, a un solo hombre en toda la historia de la civilización que alcanzara un éxito extraordinario en cualquier campo y que no se viera impulsado por una naturaleza sexual bien desarrollada.
Si no quiere fiarse de las biografías de hombres que han muerto, haga un inventario de aquellos que usted conozca como hombres de grandes logros, y vea si puede descubrir entre ellos a uno solo que no posea una elevada naturaleza sexual.
La sexualidad es la energía creativa de todos los genios. Nunca ha existido, ni existirá, un gran líder, constructor o artista al que le falte esa fuerza impulsora del sexo.
Espero que nadie malinterprete estas afirmaciones en el sentido de que todos los que poseen una elevada naturaleza sexual son genios. El hombre alcanza sólo el estatus de genio cuando estimula su mente de tal forma que puede usar las fuerzas disponibles a través de la facultad creativa de la imaginación. La energía sexual es el principal de los estímulos capaz de producir este «ascenso». La simple posesión de esa energía no basta para producir un genio. La energía tiene que ser transmutada de un deseo de contacto físico en alguna otra forma de deseo y acción, antes de que le eleve a uno al estatus de genio.
Lejos de convertirse en genios gracias a unos grandes deseos sexuales, la mayoría de los hombres se degradan a sí mismos con una mala interpretación y utilización de esa gran fuerza, hasta alcanzar el estatus de animales inferiores.

LOS MÉTODOS EMPLEADOS POR LOS GENIOS ESTÁN DISPONIBLES PARA USTED

La principal diferencia entre el genio y el inventor ordinario de cachivaches puede hallarse en el hecho de que el primero trabaja a través de su facultad de imaginación creativa, mientras que el «chiflado» no sabe nada de esa facultad. El inventor científico hace uso tanto de la facultad sintética como de la facultad creativa de la imaginación.


Por ejemplo, el inventor científico, cuando empieza un invento, organiza y combina las ideas conocidas o los principios acumulados gracias a la experiencia, empleando para ello su facultad sintética (la facultad de razonamiento). Si descubre que ese conocimiento acumulado es insuficiente para llevar a cabo su invento, entonces utiliza las fuentes de conocimiento de que dispone a través de su facultad creativa. El método que emplea varía con cada individuo; pero éste es, en esencia, el procedimiento:
1. Estimula su mente de modo que funcione en un plano superior al normal, y para ello utiliza alguno de los diez estímulos mentales, u otro estimulante de su elección.
2. Se concentra en los factores conocidos (la parte terminada) de su invento, y crea en su mente una imagen perfecta de los factores des conocidos (la parte no acabada) de su invento. Conserva esa imagen en su mente hasta que ha sido captada por el subconsciente; luego se relaja, elimina toda clase de pensamiento y espera a que la respuesta que busca surja en su mente.
A veces, los resultados son definitivos e inmediatos. En otras ocasiones, los resultados son negativos, dependiendo del estado de desarrollo del sexto sentido, o de la facultad creativa.
El señor Edison probó más de 10.000 combinaciones diferentes de ideas a través de la facultad sintética de su imaginación, antes de «conectar» con la facultad creativa, y entonces fue cuando encontró la respuesta que le permitió perfeccionar la lámpara incandescente. Su experiencia fue similar cuando inventó el fonógrafo.
Existen numerosas pruebas fiables de la existencia de la facultad de la imaginación creativa. Disponemos de esas pruebas gracias al análisis exacto de personas que se han convertido en líderes en sus campos de actuación, sin haber tenido una educación muy amplia. Lincoln fue un notable ejemplo de un gran líder que alcanzó la grandeza a través del descubrimiento y el uso de esa facultad de la imaginación creativa. Descubrió y empezó a utilizar esta facultad como resultado de la estimulación del amor, que experimentó después de haber conocido a Atine Rudedge, una afirmación de la más alta importancia en conexión con el estudio de la fuente del genio.

CÓMO CONSIGUE UN INVENTOR SUS MEJORES IDEAS

 
Mediante el proceso de cultivar y utilizar la facultad creativa, el ya fallecido doctor Elmer R. Gates, de Chevy Chase, Maryland, creó más de 200 patentes útiles. Su método es significativo e interesante al mismo tiempo para todo aquel que se sienta interesado por alcanzar el estatus de genio, a cuya categoría perteneció el doctor Gates, sin el menor género de dudas. El doctor Gates fue uno de los científicos más grandes del mundo, aunque menos conocidos del gran público.

En su laboratorio disponía de lo que él denominaba su «sala de comunicación personal». Era una estancia a prueba de ruidos, y dispuesta de tal modo que todo destello de luz podía ser eliminado. 

Estaba equipada con una pequeña mesa, sobre la que siempre tenía una libreta. Delante de la mesa, en la pared, había un panel de conmutadores eléctricos que controlaban las luces. Cuando el doctor Gates quería usar las fuerzas disponibles para él a través de su imaginación creativa, entraba en la sala, se sentaba ante la mesa, apagaba las luces y se concentraba en los factores conocidos del invento en el que estaba trabajando; allí permanecería en esa posición hasta que las ideas empezaban a aparecer en su mente en conexión con los factores del invento desconocidos.
En cierta ocasión, las ideas acudieron a su mente con tal rapidez que se vio obligado a escribir durante casi tres horas. Cuando los pensamientos dejaron de fluir y examinó las notas que había tomado, descubrió que contenían una minuciosa descripción de principios sin parangón alguno entre los datos conocidos del mundo científico. Además, la respuesta a su problema quedó inteligentemente presentada en aquellas notas.
El doctor Gates se ganaba la vida «sentándose para recibir ideas» destinadas a individuos y corporaciones.
Algunas de las más grandes empresas estadounidenses le pagaron importantes cantidades por hora, sólo por «sentarse para recibir ideas».

La facultad de razonamiento suele resultar defectuosa porque, en buena medida, se ve guiada por la experiencia acumulada. No todo el conocimiento que uno acumula por medio de la experiencia es exacto. 

Las ideas recibidas a través de la facultad creativa son mucho más fiables, por la sencilla razón de que proceden de fuentes más fiables que cualquier otra que esté disponible para la facultad de razonamiento de la mente.

EL INCREMENTO DE LA CAPACIDAD CREATIVA

La facultad creativa se hace más alerta y receptiva a factores que se originan fuera del subconsciente del individuo, y ello sucede en mayor medida cuanto más se la utiliza, más se basa en ella el individuo y más le plantea exigencias de impulsos para el pensamiento. Esta facultad se puede cultivar y desarrollar sólo a través del uso.

Aquello que conocemos como «conciencia» opera por completo a través de la facultad del sexto sentido. Los grandes artistas, escritores, músicos y poetas llegaron a serlo porque adquirieron la costumbre de confiar en «la pequeña voz silenciosa» que nos habla desde dentro a través de la facultad de la imaginación creativa. Se trata de un hecho bien conocido por las personas que poseen una imaginación «aguda» el que sus mejores ideas proceden de los denominados «presentimientos».
 
Hay un gran orador que no alcanza la grandeza hasta que no cierra los ojos y empieza a confiar por completo en la facultad de la imaginación creativa. Cuando se le preguntó por qué cerraba los ojos justo antes del clímax de su oratoria, contestó: «Lo hago porque entonces hablo a través de ideas que me llegan desde fuera de mí».
 
Uno de los financieros mejor conocidos y de mayor éxito de Estados Unidos tenía el hábito de cerrar los ojos durante dos o tres minutos antes de tomar una decisión. Cuando se le preguntó por qué lo hacía, contestó:

«Con los ojos cerrados soy capaz de usar una fuente de inteligencia superior».
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