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Thursday, February 26, 2015

Distensión (Vocabulario)

Distensión

  1. f. Pérdida de la tensión, aflojamiento de lo que está tirante:
    reír es una forma de distensión.
  2. med. Estiramiento violento de tejidos, membranas o tendones:
    distensión muscular.

Distensión

  • laxitud, relajación, relajo, alivio, comodidad
    • Antónimos: tensión, preocupación, presión
  • luxación, esguince, torcedura, dislocación, distorsión

Sunday, August 24, 2014

El ejercicio aeróbico y el ejercicio anaeróbico: ¿Son realmente diferentes? (vidaysalud.com)

 
Aunque suena como un juego de palabras, sí son dos tipos de ejercicio diferentes. Además, si haces ejercicio frecuentemente, seguramente ya forman parte de tu rutina sin que lo hayas notado. Sigue leyendo para que te enteres.
 
Los ejercicios aeróbicos son el tipo de ejercicio más conocido, o por lo menos cuyo nombre escuchamos más frecuentemente. Sí, son lo mismo que las clases de aeróbicos que dictan en el gimnasio o en los parques de tu ciudad; y también son lo mismo que los ejercicios cardiovasculares que recomendamos los médicos y los gimnasios. Pero, ¿qué son realmente? La explicación está en su nombre: aeróbico quiere decir “con oxígeno”. Esto significa que son ejercicios que están diseñados para aumentar la circulación de oxígeno en tu cuerpo.

¿Cómo lo hacen? Muy sencillo. La principal característica del ejercicio aeróbico es que se hace de forma moderada pero continua. Así tu ritmo cardíaco aumenta haciendo que tu corazón bombee con más fuerza la sangre por todo tu cuerpo oxigenándolo. También por ese motivo son ejercicios buenos para la salud del corazón, para la circulación y para los pulmones. Se recomienda que muevas los grupos de músculos largos sin hacer demasiada fuerza, para que puedas durar bastante tiempo haciendo este ejercicio con el fin de calentar el cuerpo, sudar y quemar calorías.

Todo eso sucede cuando haces los aeróbicos en los que trotas y saltas durante media hora, o te vas a la zona cardiovascular del gimnasio a usar la trotadora, la bicicleta o la máquina elíptica. El caminar, trotar, montar bicicleta, bailar, remar, nadar, esquiar… también son ejercicios aeróbicos.

Los ejercicios anaeróbicos, son lo contrario. Como su nombre lo dice, son ejercicios “sin oxígeno”. ¡Pero eso no quiere decir que debes hacer estos ejercicios sin respirar! Ese nombre significa que el objetivo de estos ejercicios no es el de oxigenar tu cuerpo, y por lo tanto no están enfocados a aumentar tu ritmo cardíaco. Al contrario, estos ejercicios están diseñados para fortalecer tus huesos y tus músculos, y tonificar tu cuerpo.

¿Cuáles son? Nada más y nada menos que los ejercicios de fortalecimiento, especialmente los que incluyen pesas, y los ejercicios de flexibilidad, como estiramientos (“stretching” como se le llama en inglés), abdominales, Pilates, yoga, tai chi, etc. Al hacer estos ejercicios tienes que hacer un esfuerzo muscular y corporal más fuerte en un tiempo más corto y de una forma más lenta; y puede ser que no te hagan sudar tanto, pero tus músculos y tus huesos sí sentirán el esfuerzo.

Aunque son dos tipos de ejercicio diferentes, ninguno es mejor que el otro. Por eso es importante incluir ejercicios aeróbicos y ejercicios anaeróbicos en tu rutina diaria, pues los dos cumplen objetivos completamente diferentes que hacen que tu actividad física sea integral.

Por ejemplo, cuando haces una clase de aeróbicos en el gimnasio, es muy común que la primera parte sea puramente de ejercicios aeróbicos, pero que al final terminen con una tanda de ejercicios anaeróbicos haciendo estiramientos de los músculos antes de que se enfríen. O cuando tienes una rutina de levantamiento de pesas, generalmente es importante que hagas 30 minutos de ejercicio cardiovascular para calentarte antes de trabajar directamente con tus músculos.

Sin embargo, cuando tienes un objetivo específico que quieres lograr, es mejor que insistas más en un tipo de ejercicio que en otro. Si quieres bajar de peso o mejorar tu salud cardiovascular, lo mejor son los ejercicios aeróbicos. Y si lo que quieres es tonificar tu cuerpo y desarrollar músculos, lo mejor son los ejercicios anaeróbicos.

Tu médico o el instructor del gimnasio sabrán recomendarte cuál es el tipo de ejercicio que más te conviene para lograr lo que deseas.


Sunday, May 4, 2014

4 buenas razones para hacer ejercicios de estiramiento y flexibilidad (vidaysalud.com)

 
Un músculo flexible y fuerte es un músculo sano. ¿Cómo puedes evitar que el paso del tiempo le vaya quitando soltura a tus movimientos? Los ejercicios de estiramiento te pueden ayudar, ya que son una manera excelente de mantener y recuperar la buena forma muscular. 
 
Lo último que quiere hacer Adela, a sus casi 70 años de edad, son esos ejercicios de estiramiento que le aburren tanto. “Los hago por indicación del médico”, se queja frente a sus nuevas compañeras que no dejan de mirarla, asombradas por la flexibilidad y la capacidad de adoptar posturas que ellas no logran alcanzar, a pesar de que apenas pasan los 30.

Es que, efectivamente, los ejercicios de estiramiento que  muchas veces se pasan por alto en los gimnasios, tal vez porque son muy lentos, porque resultan aburridos o porque parecen innecesarios, pueden resultar sumamente beneficiosos y, a largo plazo, sus efectos se notan, ya que son muy saludables.

Los ejercicios de estiramiento aportan varias e importantes ventajas:
  1. Mantienen los músculos y las articulaciones flexibles, además de prepararlas para el movimiento.
  2. Aumentan el flujo sanguíneo que llega a los músculos y mejoran la circulación. Entre otros beneficios, por ejemplo, esto permite que tus músculos se recuperen más rápido, en caso de que sufras alguna lesión.
  3. Disminuyen los dolores ocasionados por una mala postura, ya que los ejercicios de estiramiento pueden ayudar a que los músculos se mantengan firmes y, de ese modo, puedas adoptar posturas más saludables.
  4. Mejoran la coordinación y alivian el estrés.
Además, los ejercicios de estiramiento son fundamentales para la preparación y la educación física, el entrenamiento, las prácticas con pesas, la gimnasia y para cualquier actividad física en general, incluidas las tareas cotidianas como subir y bajar escaleras, levantar las bolsas del mercado o agacharse para buscar algo que se ha caído debajo de la mesa.

 Y lo mejor de todo es que no importa la edad que tengas, hasta los adultos mayores pueden practicarlos y beneficiarse mucho con ellos. Y aunque al principio te cueste trabajo realizarlos o te parezcan imposibles de lograr, con el tiempo notarás que tus músculos irán cediendo, y cuando menos te des cuenta tendrás más flexibilidad y te resultará más fácil subir o bajar del tren, salir de compras o jugar con tus hijos o tus nietos en el parque.

Por supuesto, siempre debes tener cuidado a la hora de ejercitar, y los ejercicios de estiramiento no son una excepción, por lentos que parezcan. Al contario, si los haces de manera incorrecta puedes lesionarte. A la hora de iniciarlos, ten en cuenta los siguientes cuidados:
  • No hagas ejercicios de estiramiento antes de comenzar la actividad física sin precalentar un poco los músculos. Primero, es mejor hacer movimientos suaves, como caminar o hacer círculos con los brazos, depende el tipo de actividad que vayas a hacer luego. Siempre empieza con movimientos suaves y no te aceleres.
  • Mientras hagas los ejercicios de estiramiento, respira normalmente (no aguantes la respiración).
  • Escucha a tu cuerpo, siente la tensión del estiramiento y detente si no es normal. ¿Cómo puedes saberlo? Si te duele, entonces algo anda mal, vuelve suavemente a tu posición normal (nunca desarmes una postura de golpe) y prueba hacer el ejercicio sin forzar el músculo, recuerda que no debes sentir dolor.
  • Estira durante un máximo de 30 segundos en un lado y luego cambia al otro lado. Recuerda que, como en otros aspectos de la vida, el equilibrio es clave. Se considera que para lograr resultados efectivos es suficiente con estirar de 10 a 30 segundos. Si lo haces más tiempo y te excedes, también puedes lastimarte.
  • No rebotes. ¿Quién no ha tratado de tocar el suelo con las manos manteniendo las rodillas estiradas, rebotando una y otra vez en busca de obtener mayor capacidad de estiramiento? Este es un ejemplo muy común de algo que no hay que hacer. Rebotar durante los estiramientos es un error que puede terminar en lesiones innecesarias.
¿Quieres algunos ejemplos para comenzar a estirarte ya mismo? Pues toma nota de estos sencillos ejercicios que puedes hacer en cualquier momento:

  • Para el cuello y las cervicales: con la cabeza erguida, inclina una oreja hacia el hombro ayudándote suavemente con la mano. Luego vuelve a la posición central y repite el movimiento hacia el otro lado.
  • Para los brazos: Estira ambos brazos al lado de tu cabeza, con las manos hacia el techo. Baja una mano como si quisieras tocar el centro de tu espalda, mientras mantienes el codo apuntando hacia arriba. Con la mano opuesta, toma el codo y ejerce una presión suave.
  • Para estirar las piernas: Siéntate en el suelo con las piernas y la espalda rectas.  Exhalando, inclina el pecho hacia el suelo, con las manos extendidas, tratando de tocar los muslos y rodillas. Estira los brazos lo más que puedas hacia delante, apuntando a las puntas de los pies. Inhalando, vuelve a la posición inicial. Luego, haz este ejercicio llevando tus manos a cada pie, primero a un lado y luego al otro, pasando siempre por la posición central.
Podrás encontrar ejercicios sencillos como estos en revistas especializadas, videos, libros e incluso en el internet. Sigue los pasos poco a poco, poniendo cuidado en la forma y en la técnica para evitar posibles lesiones. Con el tiempo, irás ganando en fortaleza y flexibilidad.

Ahora ya lo sabes: Haz estiramientos regularmente y notarás la diferencia.



Sunday, June 30, 2013

15 tips para cuidar la salud mental


Mantener el estrés bajo control es uno de los puntos fundamentales para estar mejor. Tanto en el trabajo como en el hogar se multiplican los factores que ayudan a desequilibrarnos. Cómo empezar a cortar con el problema.

1) Aprendé a detectar los síntomas del estrés. Aminorar sus efectos negativos es indispensable para un bienestar completo. Si tenés dolores de cabeza, de espalda, insomnio, apatía, pesadillas y cambios de humor, podés estar sufriendo de estrés. Consultá a un médico ya.

2) Alertas. Si tenés una úlcera, caída del cabello, sarpullidos, constipación, diarrea, anorgasmia o compulsión a comer, podría ser indicación de que el problema radica en tu mente antes que en su físico. Visitá a un profesional.

3) Un buen estado físico ayuda a manejar niveles lógicos de estrés. Una dieta sana, menor consumo de alcohol, abandonar el cigarrillo, disminuir el café y hacer ejercicios también colaborarán con tu salud mental.

4) Escuchá música. En casa, en el trabajo, en el colectivo. La música que prefieras. Podés llegar un aparato reproductor portátil y poner así un agradable filtro entre los agresivos ruidos de la “civilización” y tu cerebro.

5) Programá tus recreos. Así como en el colegio cada 45 minutos nos daban permiso para salir a jugar, como adultos tenemos la misma necesidad. Interrumpí tus tareas, estirate, distraete. Rendirás más y mejor.

6) Tomate tu tiempo para comer. Engullir la comida a grandes bocados no es lo mejor para tu sistema digestivo; tampoco para tus niveles de estrés.

7) No sobredimensiones las malas noticias. Todo el mundo tiene problemas, sean afectivos o laborales. Y además, vivimos en una sociedad muy compleja. Si uno se engancha, dan ganas de irse a vivir a Marte. La realidad es seria, pero no terrible. Y también existen las buenas noticias.

8) Viejo proverbio chino. Repetilo: “Si el problema tiene solución, no tiene sentido preocuparse. Si el problema no tiene solución, tampoco tiene sentido preocuparse”. Te ayudará a encontrar más rápido una salida o te permitirá encarar el asunto desde otra perspectiva, sin pánico.

9) Concedete caprichos. Cada tanto, un masaje porque sí, un baño de inmersión, la compra de algo no planificado, una salida espontánea y otras variantes ayudan a relajar la mente. No se puede vivir siempre con la disciplina de un monje tibetano. Es estresante.

10) Respirá. Ante situaciones de estrés, el cuerpo humano reacciona igual que lo hacía hace miles de años en presencia de un predador: lleva la sangre a los miembros inferiores y genera una respiración agitada y superficial. Si respirás profundamente ante un inconveniente, podrás analizarlo con más calma.

11) El cerebro no es un músculo, pero no está mal entrenarlo. Participá en juegos que te exijan pensar, leé, disfrutá buen cine, anotate en un curso de algo que te guste. Un cerebro entrenado tarda más en mostrar signos de deterioro.

12) Establecé prioridades. Una meta a lograr es trabajar con inteligencia, utilizando la tecnología, delegando responsabilidades, con un plan de tareas y de objetivos. Con prioridades claras nos preocuparemos más por lo que importa y menos por lo superfluo.

13) El entorno es muy importante. Si bien a veces no hay más remedio que trabajar ocho horas por día en una oficina sin ventanas, o el presupuesto alcanza sólo para un dos ambientes con vista al pozo de luz, siempre queda el recurso de poner una planta, pintar con colores claros, elegir un cuadro que invite a soñar.

14) Disfrutá la naturaleza. Un paseo por la playa, un día de campo, una excursión al parque pueden hacer más por su salud mental que supuestas distracciones propias de las grandes ciudades, como ir al shopping, hacer cola para conseguir entradas a un evento multitudinario o tomar café tras café en un bar con el humo de los colectivos en la nariz.

15) Respetá tus horarios y programaciones vinculadas a tareas y compromisos, pero sé flexible si una eventualidad te impide cumplir con lo planeado. La rigidez extrema sólo ayudará a alterar tu equilibrio mental.

Coleccionable VIDA SANA. Clarín+ ByD Contenidos

Thursday, November 15, 2012

La importancia del equilibrio y cómo lo puedes mejorar (vidaysalud.com)

Por Elise Foss

Cuando pensamos en hacer ejercicio generalmente pensamos en hacerlo para perder peso, para definir los músculos, para agrandarlos, pero generalmente no se nos ocurre pensar en el ejercicio para mantener el equilibrio. Sin embargo, el equilibrio es muy importante por muchas razones. Sigue leyendo para que entiendas sus funciones y qué ejercicios te ayudan a mantenerlo y a mejorarlo.

La definición del equilibrio es la capacidad para mantener la posición del cuerpo sobre su base de apoyo, ya sea que la base este en movimiento o estática. Hay una gran variedad de ejercicios que son buenos para mejorar el equilibrio, ya que el equilibrio tiene que ver con muchos factores diferentes, incluyendo la visión, la audición, la propiocepción, la fuerza y la flexibilidad, entre otros. Algunas de estas capacidades se deterioran a medida que envejecemos y no podemos controlar. Un ejemplo de ello es que nuestra visión periférica no es tan buena con el pasar del tiempo. Pero por suerte, hay algunas cosas que si podemos hacer, como mejorar nuestra fuerza y flexibilidad.

¿Por qué el fortalecimiento de los músculos ayuda a nuestro balance? Por un lado, al fortalecer los músculos de la espalda mejora tu postura, y si tu postura es mejor, tu balance mejora también. Si tu cuerpo no está en la postura correcta, es más difícil mantener la posición del cuerpo sobre su base de apoyo, por lo que ya te encuentras en una situación de desventaja. Además, tendemos a perder masa muscular a medida que envejecemos, lo cual nos debilita. La investigación ha encontrado que empezamos a perder masa muscular durante nuestra tercera década de la vida. Los músculos más débiles tienen más dificultades para reaccionar a un cambio de peso que los músculos más fuertes, por lo que es más difícil de equilibrar. Por lo tanto, el fortalecimiento de los músculos ayudará a tu balance. Los ejercicios de fortalecimiento se pueden hacer con el uso de pesas, máquinas, bandas de refuerzo o el peso corporal (por ejemplo, flexiones).

¿Por qué son importantes los ejercicios de flexibilidad? Los ejercicios de flexibilidad te ayudarán a mantener el rango de movimiento de los músculos. A medida que envejecemos, tendemos a volvernos más rígidos y al estar más rígidos se nos hace más difícil reaccionar y recobrar el equilibrio cuando se produce un cambio de peso. Los ejercicios de estiramiento nos pueden ayudar a mejorar el rango de movimiento en las articulaciones y a mejorar la circulación en los músculos que ayudarán a nuestro equilibrio. Además, cuando estamos menos rígidos podemos tener una mejor postura que a su vez ayuda a tener mejor balance. Hay varias técnicas de estiramiento y una sencilla es simplemente mantener la posición del estiramiento durante 20 a 30 segundos. Es importante que sientas la extensión (la elongación o estiramiento) sin sentir ningún malestar.

No importa si estás en buenas condiciones o no has hecho ejercicio durante mucho tiempo, siempre puedes añadir algo nuevo para refrescar tu rutina.

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